Ciencia e industria trabajan para aproximar visiones en favor del océano y el planeta
La satisfacción de que el océano es reconocido por fin a nivel internacional por su papel clave en el equilibrio del planeta coexiste con el temor de que sea a la vez víctima de nevos intereses
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por Glòria Ayuso
Sensaciones contrapuestas conviven en la Conferencia de la Década de los Océanos en Barcelona, que por primera vez ha reunido a 1.500 científicos y expertos para marcar la hoja de ruta para preservarlo.
Por una parte, alegría de que por fin se reconozca el papel esencial del océano como regulador del clima, proveedor de oxígeno, alimentación y otros servicios indispensables para la salud del planeta y la pervivencia de la humanidad. Este conocimiento conlleva una mayor concienciación sobre la necesidad de recuperar sus ecosistemas, una actitud muy distinta al tratamiento de vertedero que ha recibido históricamente. Frente a este logro, la comunidad científica también expresa el temor de que el creciente interés por el océano, bajo la urgencia de actuar para frenar el cambio climático, de alas a nuevas actividades nocivas.
Aumento de intereses
La aproximación a un océano que es muy desconocido ha comportado una explosión de firmas interesadas en desarrollar los datos oceánicos. Esta tarea no deberán asumirla únicamente los gobiernos. Están aumentando los actores interesados, constata el director de Investigación de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU, Steven Thur, que destaca la gran oportunidad de desarrollar nuevas actividades relacionadas con la economía azul. Con el apoyo de la ciencia podemos aumentar la capacidad de la acuicultura, una alimentación azul sostenible, respetando todos los distintos usos que conviven en el mar, añade.
La directora de la plataforma Nutrición, Salud y Seguridad Alimentaria, Shakuntala Thilsted, responde a ello: Más que centrarnos en un único nuevo modelo de producción, necesitamos una mirada holística al sistema alimentario, manteniendo en el centro no tanto el negocio, sino a la población y la nutrición, advierte. En su opinión, en muchas pequeñas comunidades costeras, la pesca de captura y su cultura tradicional pesquera debe mantenerse como su opción de subsistencia.
Disparidad de posiciones
El océano profundo, aquel por debajo de los 100 metros, que supone el 96% de todo el fondo marino más allá de las aguas bajo jurisdicción nacional, está siendo reconocido como fundamental por su biodiversidad y los servicios que ofrece en los objetivos de desarrollo sostenible, se congratula la investigadora de la Universidad de San Diego (California), Lisa Levin, que trabaja en su estudio y difusión. Pero lamenta a la vez el nuevo interés en la minería en aguas profundas, muy destructiva en un ecosistema que tiene ritmos muy lentos y cuya recuperación puede tardar décadas. Levin responde a la inclinación que observa de usar el océano como solución a la urgencia climática de forma rápida con que debemos cambiar nuestra relación con él y con el planeta .
Somos científicos, pero tenemos que solucionar los problemas ahora y no en 2050. Necesitamos a la industria, a la sociedad y usar más el océano, escalar soluciones, hacer experimentos, ver qué es relevante y desarrollar políticas que funcionen, involucrando a todos los actores, afirma el director de políticas del Instituto de Investigación Marina y profesor de la Universidad de Bergen, Peter Haugan.
Claridad de ideas
Algunas discusiones que se están llevando a cabo son más complicadas que otras porque enfrentan posiciones diametralmente opuestas. La Década de los Océanos ofrece un espacio de neutralidad para llevar a cabo este debate y definir cuál debe ser la estrategia a seguir, explica la coordinadora de la Conferencia y de la década, Alison Clausen. Necesitamos el conocimiento científico, y también tener en la mesa a la industria, que debe formar parte de este proceso de identificación de las necesidades prioritarias, porque tiene una perspectiva, una influencia, capacidades y conocimiento distintos a las de la comunidad científica, señala Clausen. En este trabajo de definición de la nueva Visión 2030 de la Década de los Océanos, científicos e industria han tenido tiempo de profundizar en estas discusiones para entenderse mutuamente y extraer de todo ello una terminología en común.
Se requiere claridad en las ideas y soluciones innovadoras», afirma Arthur Tuda, científico de Tanzania experto en ciencias marinas relacionadas con la pesca que representa a la Asociación de Ciencias del Océano Índico Occidental, que añade con confianza que «la hoja de ruta y los libros blancos que dará a conocer la Conferencia este viernes nos marcarán cómo podemos afrontar los problemas de forma unida.