El Port de Barcelona acoge el futuro de la navegación más sostenible
Desde el 22 de agosto, Barcelona está siendo, por primera vez, el escenario de la celebración de la Copa América de vela, en una edición en la que la innovación y la tecnología marcarán el camino hacia una navegación más responsable
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La Copa América de vela es la tercera competición deportiva con más seguidores del mundo, estando solamente superada por los juegos olímpicos y los mundiales de fútbol. En el 2024 se celebra la edición número 37, consecuencia de un recorrido histórico que abarca más de 170 años. El evento aprovechará el potencial de la Ciudad Condal y de su puerto, en una relación satisfactoria para ambas partes, ya que la Copa América alcanza diversos sectores como el tecnológico, el deportivo o la industria náutica.
No es la primera vez que Barcelona acoge eventos multitudinarios que suponen una transformación de la ciudad. Ahí está la Exposición Internacional de 1929, los Juegos Olímpicos de 1992, o incluso el Mobile World Congress, que ha posicionado a Barcelona como un referente tecnológico a nivel global.
Ese mismo enfoque transformador es el que va a suponer la Copa América respecto a la innovación y la tecnología en el sector náutico. Durante la competición, será posible descubrir embarcaciones que cuentan con la tecnología más puntera de la actualidad, suponiendo el evento un escaparate para los elementos del futuro de la navegación.
Las embarcaciones protagonistas de la Copa América, que representan a los seis equipos principales, son las conocidas como AC75; que tienen en la navegación mediante una especie de alas retráctiles, llamadas hydrofoils, una de sus principales características. Estas alas permiten levantar el casco del barco por encima de las oleadas, alcanzando velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora.
Los AC75 han tenido una adaptación en pequeño formato, los AC40, que han podido verse desde hace meses en el litoral barcelonés. Son embarcaciones que han sido utilizadas por los equipos de competición principal en las regatas preliminares y en los entrenamientos. Las AC40 tendrán protagonismo en el evento, al ser las embarcaciones utilizadas por los conjuntos en la competición femenina y en la juvenil (Puig Women’s America’s Cup y el Unicredit Youth America’s Cup), que se celebran por primera vez en la historia, a principios de octubre y finales de septiembre respectivamente.
El modelo AC40 irrumpió en la competición de vela a finales del año 2022, siendo ganador del premio a la embarcación del año de Word Sailing 2023. Los motivos del triunfo fueron su diseño exitoso y el adelanto tecnológico que supuso su creación.
Todas las innovaciones de la competición deben ir orientadas a conseguir una navegación más sostenible, teniendo las mismas su origen en el deseo y la voluntad de preservación del entorno marítimo. En ese sentido, han desempeñado un papel clave los hydrofoils, ya que, por petición del Port de Barcelona, los barcos auxiliares debían ser de energía renovable y no de motor. De este modo, han surgido los Chase Cero, que son pequeñas embarcaciones propulsadas con hidrógeno, que servirán de apoyo a los veleros AC75 durante la competición. Será obligatorio que cada equipo participante cuente con uno, pudiendo eliminar absolutamente las emisiones de CO durante las regatas principales de la competición.
Estas innovaciones son el punto de origen del Oriente Express Racing Team: instalación que tiene como objetivo suministrar hidrógeno a las embarcaciones. El punto de suministro se encuentra bajo el puente de Europa, cerca de la base del equipo francés. La instalación cuenta con una plataforma de almacenamiento de hidrógeno (con botellas con capacidad para acumular 28.000 litros) y con un dispensador que suministra a los barcos durante los días de regata.
Las ventajas derivadas de la creación de los Chase Cero van más allá de la competición, ya que las mejoras que ofrece su diseño están siendo estudiadas para su implementación en embarcaciones de tipo comercial, como por ejemplo los ferris. De este modo, es posible demostrar el potencial de los combustibles alternativos, tanto para embarcaciones de ocio como para aquellas que tienen un papel protagonista en la operativa diaria de grandes puertos.
En ese contexto, el Port de Barcelona trabaja hace tiempo en su transición energética, que tiene en el uso de combustibles libres de emisiones, tanto para barcos grandes como pequeños, una de sus principales características. La celebración de la Copa América es una oportunidad excelente para valorar la viabilidad de estas nuevas tecnologías, que, sin duda, van a marcar un futuro de la navegación más sostenible y respetuoso con el medio marino.