El lado más ‘racing’ de Ineos Britannia que fue diseñado junto al equipo Mercedes-AMG de F1
Desde agosto de 2019, miembros del departamento de Ciencias Aplicadas de la compañía de monoplazas han colaborado en el perfeccionamiento del monocasco y la aceleración del AC75 británico
por Begoña González
Los AC75 son prodigios de la ingeniería y habitualmente se los ha rebautizado como los ‘Fórmula 1 del mar’. Desarrollados y construidos bajo un estricto secretismo, los barcos voladores de la 37 edición de la Copa América Louis Vuitton de Barcelona, cuentan con pequeñas diferencias entre sí que les otorgan diferentes fortalezas para surcar los mares a toda velocidad. Cada equipo optó por configuraciones y técnicas distintas para imprimir en sus embarcaciones las características que creían que les darían la victoria frente al todopoderoso ‘Taihoro’ del Emirates Team New Zealand, pero fue finalmente el ‘Britannia’ del Challenger el que consiguió ganar la Louis Vuitton Cup y enfrentarse a los kiwis por ganar la Jarra de las 100 Guineas.
Parte de ese éxito muy probablemente venga de las colaboraciones que llevan varias ediciones estableciendo a la hora de diseñar y perfeccionar su ‘Britannia’. Y en cuestión de mejorar la velocidad, Jim Ratcliffe tuvo pocas dudas a la hora de renovar el pacto de colaboración que tejió ya en 2019 con el equipo de Fórmula 1 Mercedes-AMG Petronas. Desde agosto de ese año, miembros del departamento de Ciencias Aplicadas de la compañía de monoplazas han colaborado en el perfeccionamiento del monocasco y la aceleración del AC75 británico.
Entrega de potencia
La colaboración, que empezó entonces, se selló con un acuerdo por cinco años que forma parte de la estrategia deportiva de Ineos y está motivada por una enorme pasión por el deporte y un deseo de demostrar que el ser humano no tiene límites. Ya en la pasada edición que empezó en 2021 en Auckland, Nueva Zelanda, más de 30 ingenieros participaron en el proyecto de Ineos a través de simulaciones, manufactura y control de sistemas para acercar los recursos, conocimiento y aprendizajes de la Fórmula 1 a la Copa América. En aquel momento, el timonel principal del equipo, Sir Ben Ainslie, ya aseguró que esa colaboración iba a aportar muchísimas cosas al equipo, y esta segunda temporada la colaboración ha continuado siendo fructífera.
«En lo que más hemos podido contribuir a mejorar del Ineos Britannia es la entrega de potencia y los caballos», afirmó en su momento el director de Ciencias Aplicadas de Mercedes, Graham Miller. En este tipo de barcos, cualquier ínfimo detalle puede tener consecuencias muy significativas. «Incluso los detalles más pequeños de diseño y construcción pueden sumar una ganancia de rendimiento bastante significativa y teniéndolos en cuenta hemos aportado un extra al proyecto», afirmó Miller. «Con la colaboración hemos podido llegar al mejor nivel y esto se puede ver de primera mano en nuestra propuesta de alas de foil que realmente hemos llevado a la vanguardia», aseguró el ingeniero.
«El mejor velero británico»
«Aprovechamos toda la propiedad intelectual que teníamos del AC36 y la vertimos en el AC75 pero luego unimos nuestras fuerzas al equipo de Mercedes para conseguir la mayor cantidad de potencia en el barco. Tener a dos grupos de los mejores ingenieros trabajando juntos, compartiendo ideas… ha sido fantástico… Y todo un reto», afirmó Freddie Carr, grinder del equipo británico en la pasada edición de la Copa y cyclor en esta edición. «Es el mejor velero británico que se ha construido hasta el momento en mi opinión», zanjó Carr poco antes de iniciarse la fase final de la Copa América.
Estas carreras, no son solo de veleros, sino de tecnología, y es en este aspecto en el que obtener conocimientos de sectores parecidos da un punto más de empuje de cara a la competición. Tras más de dos años de diseños informáticos y prototipos, toda esa sabiduría se puso a prueba en el agua. «Los ingenieros trabajan 7 días a la semana 16 horas al día para asegurarse de que todo está listo en el ‘Britannia’ para todas y cada una de las veces que sale al mar», afirma Carr.
En parte, esa colaboración se ha centrado el hacer más potente y eficiente el AC75 con la energía que producen sus cyclors. «Nosotros pedaleamos para conseguir que funcione la hidráulica del barco. En este caso, pedaleamos para mover líquido alrededor del barco, cuanto más movamos, más potencia tenemos para realizar las maniobras y mover las velas y en consecuencia, más rápido navegará el barco», explica Carr.