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El ICM-CSIC alerta sobre los altos niveles de contaminación y sobreexplotación en la costa catalana

El director del ICM-CSIC, Valentí Sallarès, pide una mayor inversión en investigación y tecnologías de mitigación, así como la implementación de políticas más efectivas e integradas para reducir la huella antropogénica en el océano

La Declaración de Barcelona reclama acciones urgentes para frenar la contaminación del océano

El ICM-CSIC alerta sobre los altos niveles de contaminación y sobreexplotación en la costa catalana

por Glòria Ayuso

Los científicos del Institut de Ciències del Mar-CSIC (ICM-CSIC) han alertado este miércoles sobre los efectos del cambio climático, los altos niveles de contaminación y sobreexplotación de las aguas en la costa catalana y del peligro de alcanzar unos límites en los que no habrá marcha atrás.

A final de siglo, con un avance de 1,5 centímetros del nivel del mar, el 50% de las playas desaparecerán, ha alertado Miquel Ortega, experto en Ecología Política y de Medio Marino, que ha añadido que podemos intervenir en las causas, y adaptarnos de forma progresiva retrocediendo en la ocupación de la costa. El ICM-CSIC ha presentado un estudio sobre el estado del mar en Catalunya, que recoge asimismo que el 46% de los peces que viven en áreas cercanas a Barcelona presentan microplásticos en su interior, ya que se trata de un punto de concentración de estos residuos. A nivel general, en Catalunya más del 60% de los residuos marinos son plásticos, según el documento, que reclama la adopción urgente de medidas de gestión específicas para solucionar el problema.

Sobreexplotación

El ICM alerta que el impacto de la pesca intensiva y no sostenible de las especies comerciales y de las catalogadas como vulnerables está poniendo en jaque a todo el ecosistema marino catalán. El Mediterráneo es la segunda zona del planeta con mayor sobreexplotación, ha explicado el científico del ICM experto en evolución costera Jorge B. Guillén, que ha destacado el gran descenso de especies como la sardina y la merluza. Como soluciones, ha expuesto la elección de las zonas de actividad pesquera, mejorar las artes de pesca con redes más idóneas y adoptar nueva tecnología en las técnicas de arrastre que reducen el impacto. Hay que afrontar el reto, manteniendo nuestra cultura marina y los puestos de trabajo, poniendo en relación el conocimiento tecnológico con la cadena de valor de la pesca.

Medusas en la costa

El aumento de temperatura del agua, oscila en la costa catalana entre los 0,3 y los 0,8C por década, según el informe, alcanzando en algunos años máximas de hasta 2,5C. Ello está teniendo graves efectos sobre algunos de los ecosistemas más emblemáticos de las costas como los formados por comunidades de coral rojo, gorgonias y esponjas. Ello ha facilitado la proliferación de medusas en la costa, especialmente durante los episodios de grandes lluvias y escorrentías que alteran la salinidad del agua, afectando negativamente tanto a la pesca como al turismo.

Acidificación

Asimismo, en zonas como la Bahía de Blanes o el Estartit, donde el ICM-CSIC tiene estaciones de muestreo permanentes, se han registrado descensos significativos del pH marino, en un proceso de acidificación que incide en organismos como moluscos, corales y algas calcáreas, debilitando sus estructuras y afectando los ecosistemas. Contar con una red de observación y monitorización del océano es necesario para elaborar los modelos y hacer las proyecciones que permitan adaptarnos al cambio climático, ha remarcado la experta en corrientes y monitorización del ICM-CSIC, Cristina González.

Acciones urgentes

Ante este escenario, el ICM-CSIC ha exigido acciones inmediatas y sostenidas y reclamado que la ciencia debe trabajar «no solo en la identificación de estos problemas, sino también en el monitoreo y la búsqueda de soluciones. Para el director del ICM-CSIC, Valentí Sallarès, es necesaria una mayor inversión en investigación y tecnologías de mitigación, así como la implementación de políticas más efectivas e integradas para reducir la huella antropogénica en el océano.

Mostrar la interrelación entre el mar y el clima, y con ello la urgencia de aminorar la contaminación de las aguas y las emisiones será el objeto del nuevo centro de 3.000 m2 que el Institut de Ciències del Mar-CSIC abrirá al público en 2027 junto al Port Olímpic.

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