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El puerto cede una nave de 200 m a MB92 para una maquinaria especial que produce planchas o pellet de material ignífugo

MB92 lidera un consorcio de 12 empresas para hacer sostenible la industria naval recreativa

Una empresa náutica de Barcelona halla la fórmula para reciclar toneladas de plástico industrial cada año

por Glòria Ayuso

Se recoge solo una parte, y otra aún más pequeña se recicla, por lo que el plástico abarrota vertederos y contamina océanos. MB92, empresa ubicada en el Port Vell y dedicada a la reparación de yates, consciente de que su actividad de mantenimiento y reparación de estas embarcaciones genera 150 toneladas de este residuo al año, empezó a trabajar hace 24 meses en una solución. En su empeño, el proyecto ha crecido para involucrar a todas las empresas ubicadas en la zona portuaria de Barcelona.

A todas ellas las invita, con la colaboración de la Fundació Barcelona Port Innovation, a recolectar sus deshechos para reconvertirlos en material que de nuevo puedan utilizar dentro del propio puerto. Esta recuperación, «además de ser más respetuosa con el medio ambiente, genera un retorno económico», destaca el responsable de Sostenibilidad de MB92, Marc Hervàs, al frente del proyecto.

El origen de todo

Tiempo atrás los barcos se pintaban dentro del agua, contaminándola con pintura, químicos y suciedad, y emitiendo componentes volátiles a la atmósfera. La solución para MB92 fue sacarlos a tierra, envolverlos con un gran encarpado que retiene las emisiones, y permite a la vez acabados de mayor calidad. «Si bien merece la pena, la contrapartida es un consumo muy importante de plástico», explica Hervàs.

MB92 y la empresa con la que realiza la tarea de pintura, Pinmar, han ideado la solución: a partir de este mes de mayo, una vez por semana recogerán todo el plástico utilizado y, junto con el resto que emplean en las tareas de mantenimiento, lo triturarán y lo compactarán, para hacerlo apto para nuevos usos. De esta forma esperan reutilizar el 95% de todo el plástico que emplean.

220.000 euros en maquinaria

La iniciativa ha contado con el apoyo de los fondos públicos del Perte Naval, que ha cubierto el 40% de los 220.000 euros de la maquinaria que han adquirido. El material resultante será planchas o pellet con la propiedad de ser ignífugo, útil además para impresión en 3D, y que puede transformarse en productos que pueden venderse para nuevos usos. Por el momento, en una prueba piloto, MB92 ya ha construido unos banquillos que cederá al FC Barceloneta, mientras que con el pellet prevé imprimir las protecciones que utiliza habitualmente en la reparación de los barcos.

Más ambición

A cambio de expandir el alcance del proyecto a toda la comunidad portuaria, el Port de Barcelona ha cedido a MB92 una nave de 200 m para instalar una planta de mayores dimensiones para el procesamiento de los residuos. Junto con Port Innovation, el objetivo es no solo aumentar la recuperación de los residuos de las empresas en el puerto, sino además encontrar cómo reintroducir los nuevos materiales para cubrir necesidades entre las mismas empresas que aportan los plásticos, creando una economía circular de proximidad, resalta Hervàs.

Esta segunda fase del proyecto prevé contar con el apoyo del Perte de Economía Circular que el Ministerio de Transición Ecológica convocará de forma inminente y convertir además el pellet en un producto biodegradable.

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El nuevo Centro de Acuicultura Restaurativa del Mediterráneo (MRAC), reconocido por la FAO y ubicado en La Ràpita, impulsará el cultivo y repoblación de especies como macroalgas, erizos de mar, bivalvos y holoturias

El sector acuícola crece un 20% en Catalunya en busca de nuevos mercados

Catalunya acogerá un centro de investigación sobre algas de referencia en el Mediterráneo

por Glòria Ayuso

Catalunya acogerá un centro especializado en investigación, formación y divulgación sobre el cultivo de macroalgas y los beneficios de la acuicultura sostenible que, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dará servicio a los países del Mediterráneo. El nuevo centro se ubicará en el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) de la Ràpita y cuenta con una financiación de 700.000 euros, de aquí a 2029, un 70% procedente de fondos europeos y el otro 30% de la conselleria de Acció Climàtica.

El llamado Centro de Acuicultura Restaurativa del Mediterráneo (MRAC) tendrá como objetivo impulsar la acuicultura restaurativa, el cultivo de especies de cubren los distintos niveles de la cadena trófica, el impulso de nuevas tecnologías y el fomento de iniciativas sobre cultivos sostenibles de microalgas y macroalgas.

Centro de la FAO

La FAO, que lo ha considerado centro de referencia, prevé llevar a cabo en sus instalaciones los simposios anuales de su Comisión General de Pesca del Mediterráneo. La organización no solo contempla la acuicultura como «un motor importante para la seguridad alimentaria, el empleo y el desarrollo económico» sino que ve en su vertiente restaurativa «una importancia estratégica como herramienta para afectar positivamente los servicios de los ecosistemas, ofreciendo beneficios ecológicos, creando oportunidades para las comunidades locales y abordando el cambio climático a través de estrategias de adaptación y mitigación».

El MRAC se configura como lugar para el intercambio de conocimientos, la investigación y el desarrollo de prácticas de acuicultura sostenible, en particular sobre el cultivo y repoblación de especies como macroalgas, erizos de mar, bivalvos y holoturias, así como sobre sistemas acuícolas multitróficos integrados y adaptación al cambio climático.

Restauración del ecosistema

Al tiempo que se promueve una nueva alimentación basada en este tipo de productos, mediante el fomento del intercambio de orientación técnica, conocimientos y experiencias entre productores y empresas interesadas, «el objetivo es facilitar el desarrollo de la acuicultura sostenible en el Mediterráneo, desarrollando a la vez capacidades para la restauración de los ecosistemas» a través de esta actividad.

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El IRTA crea un centro de investigacion sobre algas de referencia en el Mediterráneo reconocido por la FAO, mientras que productores, investigadores y administración constituyen la Mesa de Acuicultura Sostenible para llevar a cabo iniciativas innovadoras en Catalunya

El calor mata 150.000 kilos de mejillones del Delta de l’Ebre

El sector acuícola crece un 20% en Catalunya en busca de nuevos mercados

por Glòria Ayuso

El sector acuícola catalán creció un 20% en 2023, y alcanzó los 70 millones de euros y las 10.000 toneladas de producción. Formado por 185 instalaciones marinas y 10 en aguas continentales, la mayor parte ubicadas en el Delta del Ebro, esta actividad «está viviendo un proceso de modernización para alcanzar nuevos mercados y consumidores, ha indica el director general de Política Marina i Pesca Sostenible, Sergi Tudela.

Encabezado por la producción de atún, mejillón y trucha, el sector busca la adaptación de la actividad a los efectos del cambio climático y la proliferación de nuevos cultivos que responden a una industria en expansión, relacionada con la acuicultura restaurativa, que además de ofrecer nuevos alimentos lleva a cabo un papel de recuperación de los ecosistemas. Por el momento, en Catalunya destaca la producción de espirulina y chlorella, en aguas continentales.

Centro sobre algas

Para avanzar hacia esta modernización y adaptación, se han dado a conocer dos iniciativas. Por un lado, Catalunya acogerá un centro especializado en investigación, formación y divulgación sobre el cultivo de macroalgas y los beneficios de la acuicultura sostenible que, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dará servicio a los países del Mediterráneo. El nuevo centro se ubicará en el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) de la Ràpita y cuenta con una financiación de 700.000 euros de aquí a 2029, un 70% procedente de fondos europeos y el otro 30% de la conselleria de Acció Climàtica.

Por otro lado, productores, investigadores y administración han constituido la Mesa de Acuicultura Sostenible, que se propone «aplicar innovación en toda la cadena de valor, desde la producción, el envasado y la logística», indica la subdirectora general de Pesca, Itziar Segarra. Además del cambio climático, el sector debe combatir la reducción del consumo de productos pesqueros, que ha caído un 36% en 10 años. La mesa abordará la promoción del producto local, la calidad, la reducción de los residuos, el bienestar animal y el fomento de la acuicultura restaurativa. Queremos incrementar la producción de forma respetuosa con el medio ambiente, señala Segarra. Un ejemplo es la iniciativa de la empresa Algabrava, que propone combinar el cultivo del mejillón con la alga porque aprovecha los residuos que desprende el bivalvo.

Mejillón 100% catalán

Otra iniciativa pionera en marcha es la que ha unido a productores de Girona con los del Delta del Ebro. Nuestra actividad se basa en la lubina y la dorada, y queríamos diversificarnos con el mejillón, explica Toni Abad, de la Confraria de Pescadors de Roses, que recuerda que, pese a tener cría, «no crecían». Al mismo tiempo, más al sur, en los grandes criaderos del Delta del Ebro, «el aumento de las temperaturas del mar provoca la muerte de las semillas, y nos ha obligado a comprarlas a Italia y Grecia, explica Álvaro Acero, presidente de Fepromodel, que integra a los productores de marisco del Delta. Ambos muestran orgullosos el éxito de una colaboración que los ha llevado a asegurar la supervivencia de las crías en las aguas más frías de Roses, para que luego engorden en el Delta. Tras el éxito de la prueba piloto, se está creando la estructura para implantar este proyecto a nivel industrial. Obtenemos un producto de kilómetro 0 a la vez que reducimos la huella de carbono, remarca Acero.

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La UNESCO pide en la apertura de la Conferencia de los Océanos una mayor inversión internacional para una investigación para un mayor conocimiento del océano que fomente soluciones basadas en la ciencia

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Barcelona presenta candidatura para albergar un centro mundial dedicado a la economía azul

por Glòria Ayuso

Barcelona ha presentado candidatura a la UNESCO para albergar el primer centro mundial dedicado al desarrollo y a la divulgación de la economía azul. La capital catalana quiere convertirse en la primera ciudad en liderar la transformación hacia la sostenibilidad de la actividad económica desarrollada en el mar, uno de los diez retos fijados por Naciones Unidas en defensa del ecosistema marino.

El centro estará impulsado por el Ayuntamiento, que quiere contar con el Port de Barcelona como socio clave y el apoyo científico del Institut de Ciències del Mar del CSIC y la red BlueNet Cat, que reúne a más de 700 científicos que desarrollan investigaciones relacionadas con la economía azul. Esta red trabaja para la transferencia del conocimiento y la investigación hacia la empresa y la actividad económica.

Colaboración internacional

El centro se postula como un espacio para la colaboración internacional y la divulgación de nuevas soluciones. Estamos trabajando con otras ciudades mediterráneas para promover ecosistemas marinos urbanos y de protección de la biodiversidad, porque las ciudades son parte esencial de la solución, ha explicado el alcalde, Jaume Collboni, durante el acto de apertura de la Conferencia del Decenio de los Océanos, que tendrá lugar hasta el viernes en la ciudad, con la presencia de 1.500 expertos en la investigación y la protección del océano.

Barcelona es la única ciudad que se ha postulado de forma oficial, con un compromiso de financiación para cinco años, por lo que existe la confianza de que pueda ser la elegida.

De la ciencia a la economía

El 5% de la ocupación en Catalunya está relacionada con la economía azul, ha destacado el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, que ha puesto en valor la tarea de I+D que desarrolla BlueNet Cat y el papel del Instituto Oceanográfico de Catalunya, que muestra el camino de un nuevo modelo de gobernanza que reúne a investigadores con todos los actores que operan en el mar.

El centro supone una oportunidad para dar a conocer la enorme actividad científica que se desarrolla para que derive en patentes y licencias, destaca el director de la red de investigación BlueNet Cat, Pablo Bou.

Precisamente, la directora general de la UNESCO ha reclamado en la apertura de la Conferencia una mayor inversión internacional para la investigación, ya que es necesario desarrollar un mayor conocimiento del océano que fomente soluciones basadas en la ciencia.

En un momento crucial para intentar frenar los efectos del cambio climático y responder a las amenazas del calentamiento y aumento del nivel del mar que afectará a as zonas costeras y a la biodiversidad, el impulso de la economía azul basada en el conocimiento científico es una oportunidad, para la Ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant.

Los participantes en la Conferencia del Decenio de los Océanos han empezado la discusión en torno a los 10 retos que afronta el mar para presentar en su clausura, el viernes, una hoja de ruta de aquí a 2030 para asegurar su sostenibilidad, con acciones basadas en el conocimiento científico.

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La apuesta por la economía azul y la celebración de la Copa América de vela aumentan la demanda para acceder a estudios de la Facultat de Nàutica de Barcelona

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por Glòria Ayuso

No os habéis equivocado de estudios, no os van a faltar las salidas profesionales, asegura el profesor y ex decano de la Facultad de Nàutica de Barcelona (FNB-UPC), Santiago Ordás, a sus estudiantes. Los datos lo corroboran: ocho de cada diez graduados en ingeniería naval ya trabaja a los tres meses de terminar los estudios y prácticamente la totalidad al cabo de un año, en puestos con retribuciones por encima de la media para los recién titulados.

La expresión mota y madera remonta al sistema de financiación del comercio marítimo en el siglo XIX: los accionistas o bien invertían en madera, es decir, en el barco; o en la mota, los productos que transportaba. Dado que captar talento resulta ahora una inversión esencial, la Facultad de Nàutica ha bautizado con el nombre Mota y Madera a la jornada anual que reúne a los estudiantes con empresas del sector marítimo interesadas en contratar a los futuros ingenieros.

Difícil escoger

Van saliendo muchas ofertas, es difícil escoger, constata Joan Alonso, estudiante de 23 años que terminará en junio la doble titulación de Ingeniería en Sistemas y Tecnología Naval. Acaba de realizar una entrevista con una empresa holandesa que busca a un mecánico naval, oferta que le atrae más que otras recibidas en el mercado local. Creo que prefiero trabajar fuera una temporada, para después volver a Barcelona, comenta.

La gran demanda, procedente también de otros países, dificulta aún más cubrir determinados puestos. No obstante, este año la facultad ha registrado una mayor solicitud para cursar estos estudios. ¿El motivo? La apuesta de Barcelona y Catalunya por la economía azul y la celebración de la Copa América de vela, que más que un enfrentamiento deportivo se trata de una competición tecnológica entre los mejores ingenieros del mundo, responde Ordás. El profesor también lo atribuye a la enorme actividad que lleva a cabo el Port de Barcelona, motor económico que está dinamizando el sector, y a la tarea intensa de promoción de estos estudios que ha realizado la facultad. Como consecuencia, la nota de corte ha subido por encima del 6,5 en los grados de Tecnologías Marinas y Náutica y Transporte Marítimo; y hasta el 8 en el Grado en Ingeniería en Sistemas y Tecnología Naval.

Absorción externa

Estos títulos permiten acceder a profesiones reguladas, como capitán o jefe de máquinas de marina mercante; así como al diseño y construcción o mantenimiento naval. Otras figuras son las de controlador de tráfico marítimo, capitán, consignatario, y las de responsabilidad en puertos deportivos o en Puertos del Estado. Es el caso de Núria Obiols, capitana de la marina mercante y actualmente directora de operaciones del Port de Tarragona.

Sin embargo, un 20% de los nuevos ingenieros, muy buscados por la industria, también acaban ocupando otros puestos ajenos al sector, en ámbitos como las energías renovables, que por su momento de gran expansión está absorbiendo a muchos de los graduados. Estoy viendo que tengo muchas opciones también fuera del sector naval, valora Yael Abat, de 24 años.

Astilleros en Arabia Saudí

Todo nuestro personal directivo y responsables de cada uno de los departamentos se ha graduado en esta Facultad, remarca Carmen Sánchez, directora de Recursos Humanos de MB92, dedicada al mantenimiento y reparación de grandes yates. Con 400 empleados y sedes en Barcelona y Marsella, Sánchez no duda en explicar a los estudiantes que también ofrece puestos de trabajo fuera de España: recientemente, ha desplazado a un equipo a Araba Saudí, donde se encargarán de los nuevos astilleros de la ciudad de The Line.

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El investigador sobre el océano del CSIC da clases a futuros ejecutivos, a quienes ve clave para lograr un cambio de paradigma en el que los negocios integren a la naturaleza

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<div>«Dependemos de los océanos no solo para comer, también para controlar la temperatura y absorber emisiones»</div>
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<p style=por Glòria Ayuso

Científico sénior del CSIC, Rafael Sardá imparte además clases a los futuros ejecutivos en Esade. Investigador sobre Sistemas Socio-ecológicos Marinos y Costeros, ‘Financial Times’ ha premiado un estudio que ha dirigido acerca de la presión que las empresas ejercen sobre el océano, pese a estar lejos del mar. La factura de los excesos es más cara, y por ello propugna una nueva forma de hacer negocios a favor de la naturaleza.

Reivindica el papel del océano y, por lo tanto, la necesidad de protegerlo. ¿Somos conocedores de ese papel?

Estamos descubriendo la enorme dependencia que tenemos la humanidad del océano, que nos ofrece comida, materiales, absorbe el CO de la atmósfera, controla la temperatura del planeta y se encarga de equilibrar el medio. En 2004 la ONU ya dejó clara esta dependencia. Si algunos de sus equilibrios se resquebrajan, como estamos viendo que puede suceder con la corriente marina del Atlántico, la AMOC, pueden desencadenarse cambios rápidamente. El cambio climático está impactando en la vida marina, el exceso de CO acumulado conlleva la acidificación oceánica, que a su vez afecta la cadena trófica. Todo ello nos lleva a que el crecimiento económico no será posible si no es sostenible, el business as usual ya no es una opción posible.

El estudio Negocios para la sostenibilidad del océano’ ha sido galardonado por Financial Times como investigación con impacto real para la mejora de empresas y entidades. ¿Supone un avance?

El estudio, realizado con la Universidad de Bocconi de Milán, McKinsey Global Institute y One Ocean Foundation, refleja, basándose en una muestra de 1.700 empresas de 19 sectores, que la mitad de ellas no son conscientes del impacto que sus actividades en tierra firme están provocando en el océano. También indica las enormes presiones que ejerce cada sector: como la industria agroalimentaria, la textil, la construcción, etc. tienen en cada caso una repercusión brutal en nutrientes, acidificación, residuos, anoxias, pérdida de biodiversidad… La web One Ocean Foundation muestra la información muy detallada. El objetivo es concienciar y empezar a actuar, desarrollando un nuevo modelo de gobernanza.

El estudio ha dado lugar a un mayor proyecto para calificar la actuación de las empresas. ¿En qué consiste?

La Ocean Disclosure Initiative, que se propone concienciar sobre el papel de las empresas sobre el océano y facilitarles una metodología con base científica para apoyarlas con el fin de que tomen medidas. Prevé desarrollar el Ocean Disclosure Index para la calificación de la actuación de la empresa, basándose en los 11 descriptores de la Directiva marco sobre estrategia marina de la UE que evalúan el estado ambiental del medio marino. Sobre cada uno de ellos, buscamos indicadores por sectores que puedan describir la actuación de la empresa para asegurar el buen estado medioambiental del mar.

¿Cómo se mediría?

Como las agencias que califican el riesgo, una posibilidad es desarrollar un rating ambiental, clasificando las empresas y sus riesgos como A, B, C

¿Cómo debería actuar la empresa para obtener un buen rating?

Hay que afrontar un cambio de paradigma, dejar de entender la naturaleza como un lugar de barra libre para darnos cuenta de que formamos parte de ella. El medio ambiente debe estar en el centro del desarrollo. Las empresas deben tener en el radar las cuestiones en las que tienen un impacto negativo, y enfocarse en la sostenibilidad corporativa de tercera generación para lograr un impacto positivo significativo.

¿Hay que ayudarlas?

Las soluciones deben venir tanto del sector público como del privado, es necesario un enfoque integral y colaborativo. Sin olvidar algo importante

¿El qué?

No vale confundir: a menudo se define como economía azul a cualquier actividad que se desarrolla en el océano, cuando la economía azul solo hace referencia a las actividades que son sostenibles.

¿Cómo se encuentra como científico dando clases en una escuela de negocios?

Es muy necesario. El mundo económico y el socioambiental aún no están suficientemente unidos. La integración y los grupos interdisciplinares son clave para solucionar problemas sin crear otros nuevos. Como ocurre con la central eléctrica proyectada en el Empordà, que debería elevarse en otro lugar menos sensible. Es un problema porque ya no nos queda mucho tiempo para crear estos vínculos.

¿Qué contribución tendrá la Conferencia del Decenio de los Océanos en Barcelona en abril?

Tratará de responder a los grandes retos que afronta el océano. El trabajo pone las bases a la estrategia a seguir, los científicos de la UNESCO ven las cosas claras. No obstante, sigue siendo un trabajo muy científico, falta la presencia y la implicación de las empresas, cuyo papel es esencial para avanzar.

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por Glòria Ayuso

Las regiones costeras en todo el mundo afrontan distintas amenazas, interconectadas entre sí y relacionadas con el cambio climático, que ponen en riesgo tanto la vida como los medios de subsistencia. Los expertos advierten que no se cuenta con ningún objetivo a nivel global para asegurar la resiliencia de las regiones costeras e instan a su integración en la agenda de desarrollo sostenible.

Así lo indica el sexto de los diez libros blancos que se presentarán durante la Conferencia de la Década del Océano de la UNESCO que tendrá lugar del 10 al 12 de abril en Barcelona, y que marcarán el camino a seguir para preservar el océano y el equilibrio que aporta al planeta.

Peligros

El documento, elaborado por una cincuentena de expertos, enumera los distintos riesgos que amenazan las costas. Aumento del nivel del mar, tsunamis, lluvias intensas, deslizamientos de tierras, ciclones, inundaciones costeras, erosión, deshielo glaciar, intrusiones de agua salada, sequías, degradación de humedales, acidificación y desoxigenación, son algunos de los factores que muchas zonas ya están sufriendo.

A las amenazas exacerbadas por el cambio climático, se suman otras que tensionan aún más el ecosistema, como las aguas residuales y derrames, la sobrepesca y las presiones del turismo costero. Todas ellas inciden en otros peligros, como la pérdida de biodiversidad, floraciones nocivas y especies invasoras.

Analizar detalladamente los múltiples peligros que amenazan el océano y la costa es el primer paso, para después evaluar y mitigar los riesgos, en un enfoque holístico que incorpora factores ambientales, humanos y socioeconómicos, teniendo en cuenta el papel fundamental de las regiones costeras.

Planes innovadores

Para asegurar la resiliencia de las áreas costeras, y preservar sus funciones bajo condiciones cambiantes, los expertos indican que hay que trabajar en dos factores esenciales: la elaboración de innovadores planes estratégicos de adaptación y la implementación de sistemas de alerta temprana basados en múltiples amenazas.

Los expertos inciden en que muchos de los peligros pueden presentar efectos en cascada que aún se desconocen y que, por lo tanto, los planes de adaptación deben tener en cuenta múltiples escenarios. Además de evitar poner en riesgo la vida de más personas y de mayores pérdidas económicas, crear la infraestructura necesaria para la adaptación incentiva un mayor desarrollo e inversión de capital en áreas vulnerables, subrayan los científicos.

Empezar a tomar conciencia

Los países están comenzando a darse cuenta de la importancia de una visión a largo plazo para convertirse en una sociedad resistente al clima, completamente adaptada a los impactos inevitables del cambio climático. Es necesaria una estrecha colaboración entre investigación y gestión, indica el libro blanco, elaborado bajo la coordinación de Nadia Pinardi, profesora de Oceanografía de la Universidad de Bolonia, y Srinivasa Kumar, director del Centro Nacional de Servicios de Información Oceánicos de la India.

La cooperación internacional se observa como fundamental, dado que activar sofisticados sistemas de alerta temprana requiere de un intercambio mundial de datos de observación in situ y basados en el espacio y procesados en centros de modelado de supercomputación avanzada.

Los expertos también advierten de que esta cooperación debe ser inclusiva con todas las regiones. El libro blanco, además de incidir en la identificación de las áreas de actuación, propone indicadores para medir el progreso para un enfoque integral y adaptativo en la planificación de la resiliencia costera.

Hoja de ruta

Desde hace más de un año, más de 150 expertos trabajan en la elaboración de una estrategia para preservar el océano que se plasmará en los 10 libros blancos que quieren responder a los principales retos, que se interrelacionan entre ellos: la contaminación marina; la protección del ecosistema; el cambio climático; la economía oceánica sostenible; los alimentos azules sostenibles; la construcción de comunidades resilientes; observaciones, datos y Sistemas de Pronóstico y Alerta Temprana ante desastres; desarrollo de capacidades, alfabetización oceánica y conocimiento indígena y local; y patrimonio cultural.

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El Port de Barcelona y Nactiva se unen para crear un banco de pruebas de soluciones para la regeneración marina

por Glòria Ayuso

La Fundación BCN Port Innovation y Nactiva han llegado a un acuerdo para promover soluciones innovadoras y escalables de protección y regeneración de la biodiversidad marina en áreas clave de la actividad portuaria. Nuestro objetivo es convertir al Port de Barcelona en un laboratorio vivo donde diseñar, implementar y validar iniciativas que no solo sean sostenibles y escalables, sino que también sirvan como modelo para otras regiones y puertos del Mediterráneo y del mundo», ha destacado Lluís Salvadó, presidente del puerto.

El acuerdo busca establecer una estrategia de impacto duradero que, además de beneficiar al entorno marino, «permita a la comunidad portuaria y a emprendedores locales liderar el emergente sector de la protección y regeneración de la biodiversidad marina, según Joan Cabezas, CEO de Nactiva.

Pruebas piloto en marcha

Esta empresa social sin ánimo de lucro moviliza inversiones a través de su programa Litoral, procedentes tanto de fuentes públicas como privadas, dirigidas a la preservación del ecosistema marino. Para Nactiva, el acuerdo permitirá desarrollar acciones concretas y sostenibles «sobre los principales sectores de actividad portuaria» en una estrategia que prevé que tenga un «impacto a largo plazo».

El Port de Barcelona ya ha llevado a cabo diversas pruebas piloto, entre las que destacan las de regeneración de la biodiversidad marina. «Estas iniciativas abren el camino a otras muchas posibilidades en el campo de la economía azul, en el que Nactiva puede jugar un papel dinamizador dentro del ecosistema de nuestra fundación», afirma Salvadó en un comunicado difundido por ambas organizaciones.

Acelerar el impacto

BCN Port Innovation es una fundación privada, promovida por el Port de Barcelona, encargada de acelerar la transformación del puerto en los ámbitos ambiental, tecnológico y de movilidad. La fundación conecta el ecosistema innovador con la comunidad portuaria, facilitando el uso del territorio como laboratorio de pruebas piloto, impulsando la transferencia tecnológica en los distintos sectores que operan en el puerto.

En este sentido, Nactiva funciona como plataforma colectiva al integrar a todo tipo de actores privados, técnicos, académicos e institucionales para fomentar la cooperación con el fin de acelerar y maximizar el impacto, promover la escalabilidad y replicabilidad de las soluciones, disminuir los riesgos, y compartir inversiones. Hasta el momento, empresas de referencia como Agbar, Naturgy, Celsa Group, Cementos Molins, GCO, Grant Thornton, Flax & Kale, Global Impact Assets, Ametller Origen, CaixaBank, Copisa, Glovo y Cuatrecasas participan como ‘partners’ en los proyectos de Nactiva.

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por Glòria Ayuso

Cada noche, las estrellas conectan a las personas con el universo más cercano, si bien la contaminación lumínica ha convertido en algo difícil poder observarlas. El proyecto Sea Starlight se propone acercar la astronomía a la población desde el mar, un lugar libre de iluminación artificial y del ajetreo de la actividad humana. Nueve empresas se han unido en este proyecto que organizará salidas de navegación nocturna dirigidas a todos los públicos desde diversos puntos de la costa española para observar el cielo. La iniciativa ha logrado captar 1,7 millones de euros de los fondos europeos Next Generation.

La idea parte de la experiencia del empresario Xavier Martínez, patrón de barco y apasionado del mar y la astronomía. En las salidas con el barco por la costa de las Islas Baleares, la gente se maravillaba cuando explicaba con el puntero láser las constelaciones, comenta. De aquí que propuso vertebrar una nueva iniciativa centrada en fusionar la navegación y la aproximación con el cosmos.

El mar y el cielo como riqueza

En Catalunya, Club del Navegante realizará salidas en Barcelona y El Masnou. La empresa alicantina Academia Náutica Océano operará en Levante; Virazón Charter realizará las salidas en Murcia; A Toda Vela las llevará a cabo en Andalucía; la Academia Náutica Lanzarote las realizará en Canarias; San Yago Charter, en Galicia; la Escuela Náutica Azimut, en Asturias; la Escuela Náutica Cabo Mayor, en Cantabria; mientras que Pakea Experiences las ofrecerá en Euskadi de la mano del reconocido navegante Unai Basurko.

Cada centro ofrecerá salidas de dos a tres horas y de diversos días de navegación. Las rutas de una sola jornada complementarán la navegación y observación de las estrellas con una actividad en tierra. En un lugar alejado de la ciudad, mediante potentes telescopios y monitores se observarán planetas, mientras se realiza una cata de producto local.

Otro cielo en el pasado

La Fundación Starlight, que defiende el cielo nocturno y el derecho a observarlo como patrimonio intangible de la humanidad, se ha encargado de formar a los monitores y ha facilitado a los nueve centros la Certificación Starlight que los habilita como agentes turísticos que acercan la astronomía a la sociedad. Nuestros antepasados veían otro cielo. Zonas despobladas que creían que no tenían nada se están dando cuenta ahora de la riqueza con la que cuentan con su cielo y paisaje, señala el impulsor de Sea Starlight.

La experiencia de Sea Starlight cuenta además con una producción de realidad virtual. «El visitante experimenta un salto en el tiempo, desde un velero actual que atraviesa una tormenta a un navío del siglo XVI, en el que se muestra, por ejemplo, cómo se orientaban los navegantes en la antigüedad», explica Martínez, que añade que, con esta propuesta, el objetivo es también desestacionalizar la actividad, y que tenga atractivo también en invierno.

Impulso en la Copa América

En Barcelona, Sea Starlight ocupará a finales de junio el local número 1 del Port Olímpic, el nuevo polo económico dedicado a actividades náuticas recreativas y divulgativas; investigación, tecnología y economía circular relacionada con el mar. Tendremos la oportunidad de darnos a conocer durante la celebración de la Copa América de vela, destaca el impulsor del proyecto.

Asimismo, organizará periódicamente sesiones sobre astronomía dirigidas a estudiantes de primaria y secundaria y colectivos vulnerables que tendrán lugar en la nueva sala de actos del Port Olímpic, equipada con una pantalla inmersiva. También bajo el nombre de Woman Sea Starlight, se llevarán a cabo actividades en las que se dará voz a las mujeres que han ejercido un importante papel en la navegación y la astronomía.

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por Glòria Ayuso

El Instituto Oceanográfico de Catalunya (ICATMAR) completará, a finales de este año, el despliegue de una red de siete radares de alta frecuencia a lo largo de la costa catalana. Este proyecto pionero tiene como objetivo monitorear el estado de los recursos pesqueros y las condiciones generales del mar, y poner la información al alcance de la comunidad marítima.

Los datos recogidos, y procesados por científicos del CSIC se muestran de forma abierta y sirven para conocer la situación de la pesca, la biodiversidad, las corrientes marinas, la temperatura y la salinidad, a la vez que permiten realizar predicciones futuras, tal y como ha dado a conocer en un acto en el que ha reunido a todos los actores interesados.

Inversión de 18,8 millones

Con una inversión de 18,8 millones de euros, ya se han instalado cinco radares marinos, y dos adicionales están actualmente en proceso. Este despliegue se complementa con boyas oceanográficas que permiten realizar predicciones a varios días de las corrientes marinas superficiales. «Catalunya tiene la red de monitoreo más densa de Europa», destaca el director general de Política Marítima i Pesca Sostenible, Sergi Tudela.

«No podemos gestionar la pesca si no sabemos cómo nos encontramos, afirma Tudela. Mediante continuos muestreos, se lleva a cabo una evaluación de cuál es la situación de las diferentes especies. A raíz de este análisis hemos instalado 20 vedados de pesca que suman 500 km, la extensión de Andorra, cuantifica el director general.

Consenso con los científicos

Se trata de zonas cerradas determinadas por consenso entre los científicos de ICATMAR y los pescadores. Este acercamiento ha roto la desconfianza de muchos años. Ahora, científicos y pescadores se llaman cuando existen dudas, valora el director general.

Catalunya contaba con competencias en oceanografía desde 1982, pero hasta la puesta en marcha de ICATMAR no se han ejercido. La creación este organismo, que según la Generalitat permite a Catalunya posicionarse al frente en la captura de datos del mar, se incluye en la Estrategia Marítima 2030, como un órgano de cooperación entre la Generalitat y el CSIC enfocado a la gobernanza.

Un salto adelante

«En un salto adelante en la gestión y conservación del entorno marino, se ha creado una herramienta con base científica para la gestión», incide Tudela. A través de su página web, abierta a la comunidad marítima y la ciudadanía, es posible obtener toda la información que genera sobre pesca, muestreos, evaluaciones, sectores pesqueros y pesca recreativa, visores sobre las corrientes, situación de los recursos pesqueros, densidad de los plásticos marinos y residuos.

Los datos tienen los más diversos usos: además de determinar las zonas para la pesca, la Policía Marítima puede rastrear embarcaciones y cargas abandonadas por mafias, los científicos pueden saber cómo está evolucionando todo el ecosistema con el cambio climático y la contaminación, pueden llevarse a cabo nuevas investigaciones, descubrimientos y generar nueva actividad económica para combatir los cambios en el ecosistema.

Financiación europea

La Conselleria de Acció Climàtica invertirá hasta 2029 10,6 millones de euros en el despliegue mediante subvención directa al Institut de Ciències del Mar (CSIC), cofinanciados en un 70% por el Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA). El Fondo Climático de la Generalitat destina otros 4,2 millones de euros a infraestructuras oceanográficas para ICATMAR.

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