Rafael González-Quirós: «Necesitamos observar el océano como ya lo hacemos con la meteorología»
El jefe de relaciones internacionales del Instituto Español de Oceanografía (IEO) reclama más inversión en el mar y que el conocimiento científico guíe las decisiones políticas
El último Informe sobre el Estado del Océano apela a la política y la gestión
por Glòria Ayuso
Con una sólida trayectoria científica y técnica, Rafael GonzálezQuirós no solo lidera las relaciones internacionales en el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y dirige el Centro Oceanográfico de Gijón del CSIC. También está inmerso en uno de los debates más urgentes de estos tiempos. Como miembro del equipo de coordinación del Informe sobre el Estado del Océano 2024 de la Comisión Oceanográfica Internacional de la Unesco y ponente en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3) que se celebra a partir del 9 de junio en Niza, lanza un mensaje claro: es necesaria más inversión sostenida en ciencia oceánica y, sobre todo, que el conocimiento llegue a donde se toman las decisiones.
¿Cuál es el mensaje clave que debe salir de esta cumbre?
El borrador de la declaración final ya reconoce la importancia de la ciencia para identificar soluciones eficaces, pero eso debe trasladarse a compromisos tangibles: inversión, continuidad en los programas y sistemas de observación del océano que funcionen a escala global, como los que ya tenemos para el clima y la meteorología. Existe la necesidad de fortalecer la conexión entre el conocimiento científico y la toma de decisiones.
¿Qué falta para lograrlo?
Hoy en día, muchos proyectos de investigación oceánica se centran en hipótesis a corto plazo, sin continuidad. No tenemos un sistema de observación del océano similar al meteorológico, y eso limita seriamente nuestra capacidad para gestionar recursos y servicios. Necesitamos avanzar hacia esa monitorización global, sostenida y accesible.
La economía azul gana espacio en la agenda. ¿Qué relevancia tiene?
Mucha. Aún más de la que se reconoce oficialmente. Por ejemplo, el turismo costero tiene como principal motivación el mar. Sin embargo, no se incluyen datos específicos sobre el papel del océano en las estadísticas turísticas. Esto invisibiliza el valor real de los ecosistemas marinos para la economía, ni tampoco el grado en el que necesitamos conservarlos.
¿Cuáles son las amenazas más inmediatas que enfrenta el océano?
La combinación de presiones es alarmante: cambio climático, sobrepesca, contaminación que llega a través de ríos y aguas residuales. Especialmente plásticos y nutrientes procedentes de la actividad en tierra como fosfatos y nitratos. Estos nutrientes, si no se gestionan, alteran los equilibrios naturales. La gestión efectiva exige ciencia, pero también voluntad política para aplicarla.
¿Cómo se está avanzando?
Persisten grandes brechas entre el norte y el sur. La falta de capacidades científicas en muchos países del hemisferio sur se traduce en un déficit de datos clave. El océano es un sistema interconectado: lo que ocurre en el sur impacta en el norte. Las corrientes marinas transportan calor, nutrientes y especies a escala planetaria. Cambios en el clima o la biodiversidad del hemisferio sur alteran el equilibrio global. Por eso, también nos interesa que se invierta en ciencia oceánica en el sur. Beneficia a todo el planeta.
¿Cómo se sitúa España en este contexto?
España ha avanzado notablemente en planificación marina, siguiendo directrices europeas. Ya contamos con una zonificación del espacio marino para actividades humanas, similar a la ordenación del territorio terrestre. También hay una buena conexión entre ministerios, el CSIC y entidades como Intermares o la Fundación Biodiversidad, lo que no ocurre en muchos otros países.
¿Qué puede aportar España a la investigación global?
Una apuesta muy concreta: el nuevo buque oceanográfico ‘Odón de Buen’, de 84 metros, diseñado y preparado para misiones también en zonas polares. Atracará en Mónaco los días previos a la cumbre y zarpará el 9 de junio, simbolizando ese compromiso con la ciencia oceánica global.