Grant Dalton, sobre el estado de Taihoro: Quizás podamos volver a navegar mañana
Accidente en el equipo kiwi: Emirates Team New Zealand no navegará el viernes por los daños en el barco
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por Glòria Ayuso
El Taihoro de Emirates Team New Zealand (ETNZ) podría volver a navegar mañana, una decisión que se encuentra a expensas del progreso que se lleve a cabo en las próximas horas en la reparación de la embarcación.
Tras una noche de intensísimo trabajo y una jornada, la de hoy, sin descanso, ingenieros y técnicos están reparando los daños que el AC75 de los neozelandeses sufrió tras caer el jueves desde la grúa que lo sacaba del agua sobre la base en la que descansa el barco fuera del agua, produciéndose un fuerte impacto en la proa del casco del barco.
Reposición
El máximo responsable de Emirates Team New Zealand, Grant Dalton, ha explicado al mediodía los daños sufridos. Mientras el sistema electrónico ha funcionado toda la noche, el principal problema se ha encontrado en la sección frontal del AC75, ya que las guías de la base cortaron literalmente un trozo de la embarcación, ha explicado Dalton.
Tras examinar y analizar todo el estado de la nave, a las tres de la madrugada el equipo del New Zealand se puso a trabajar en esta parte dañada, y a las siete de la mañana de este viernes ya estaba muy avanzada la reconstrucción de este extremo del barco. Dalton ha elogiado el trabajo y la entrega de todo el equipo para restablecer cuanto antes el AC75. Todos han reaccionado. Hay una fuerza invisible detrás, ingenieros, diseñadores y todos han puesto todo su talento toda la noche, es extraordinario.
Fortuna por milímetros
Somos afortunados, por unos milímetros podría haber caído fuera de su base, pero ha caído recto en su sitio, ha explicado Grant Dalton.
Aunque sin visión directa, el CEO de ETNZ se encontraba cerca cuando ocurrió el accidente. Cuando oí el ruido, que fue un gran ruido, lo primero que pensé es que la base había caído. Vi a la gente con las manos en la cara, sabía que había pasado alguna cosa. Diez segundos después pudo ver con sus propios ojos que el barco había aterrizado, por fortuna, sobre su base.