El legado que deja en Barcelona la 37 Louis Vuitton America’s Cup
La competición de vela más prestigiosa del mundo ha impulsado una transformación en el Port de Barcelona, dejando mejoras permanentes en la ciudad y marcando un hito en sostenibilidad e innovación.
por Fran Garrido
Barcelona ha sido, a lo largo de su historia, testigo de eventos deportivos memorables, y este año, el Port de Barcelona ha asumido un papel protagonista al acoger la 37 edición de la Louis Vuitton America’s Cup, la competición de vela más prestigiosa del mundo. Este evento ha capturado la atención de aficionados de la vela, la tecnología y la innovación, y ha culminado con la destacada victoria del Emirates Team New Zealand.
Desde que Barcelona fue designada como sede de esta 37 Louis Vuitton America’s Cup, el Port inició un ambicioso proceso de transformación, adaptando sus instalaciones para recibir a los equipos de élite de la vela mundial. Con una inversión público-privada de más de 136 millones de euros, se han desarrollado 25 proyectos que han redefinido la conexión entre el puerto y la ciudad. Esta transformación no solo ha permitido a los barceloneses y turistas disfrutar de nuevos espacios y servicios durante el evento, sino que también deja un impacto duradero en la ciudad.
Entre las mejoras, destacan la construcción de la Rambla de la Nova Bocana, un paseo que finaliza en el edificio Mirador; el traslado de la operativa marítima de los muelles Barcelona Nord y Drassanes al moll Adossat; y la rehabilitación de emblemáticos edificios como el Portal de la Pau. Además, lugares de ocio como el Maremàgnum han estrenado el Time Out Market, una zona renovada de restauración, y el Club Natació Barcelona ha mejorado sus instalaciones. También se ha inaugurado el servicio de bus náutico, que conecta el moll de les Drassanes con el moll de Llevant y que, en tan solo tres meses, ha sumado más de 125.000 viajes. Esta renovación posiciona al Port Vell como un referente de puerto urbano, abierto y sostenible, alineado con las demandas de una ciudad innovadora.
La sostenibilidad ha sido un eje fundamental en la organización de la America’s Cup en Barcelona. Desde el principio, el Port de Barcelona estableció como condición que todas las operaciones fueran respetuosas con el medio ambiente. Con esta premisa, se elaboró una guía de requisitos sostenibles que todos los equipos han cumplido durante la competición. Entre las iniciativas se incluyeron prácticas de construcción sostenible en las bases, la instalación de contadores de agua y sistemas de ahorro, y el análisis de la huella de carbono para compensar emisiones. Además, el Port exigió la instalación de paneles solares en al menos el 20% de las cubiertas y prohibió el uso de agua potable de la red pública, motivando a los equipos a buscar alternativas ecológicas para su abastecimiento.
La 37 Louis Vuitton America’s Cup también ha sido un escaparate de tecnología punta en la navegación. Los AC75 equipados con hydrofoils alcanzaron velocidades de hasta 100 km/h, siendo un ejemplo de avance en aerodinámica e hidrodinámica. Un hito tecnológico adicional ha sido el uso de embarcaciones de apoyo propulsadas por hidrógeno, como los Chase Zero, apoyados por una nueva estación de suministro de hidrógeno en el moll de Ponent. Esta instalación incluye un sistema de almacenamiento y dispensador, con capacidad para acumular casi 28.000 litros de hidrógeno, subrayando el compromiso del Port con la innovación y la sostenibilidad en el sector marítimo.
La Louis Vuitton America’s Cup ha sido mucho más que una competición deportiva para el Port de Barcelona. Ha representado una oportunidad para demostrar su capacidad de organización en eventos de gran magnitud y proyectar su versatilidad y compromiso internacional. Esta competición ha servido de puente entre tradición e innovación, deporte y tecnología, sostenibilidad y desarrollo económico.
Acoger esta 37 edición ha marcado un antes y un después en la historia del Port de Barcelona. Ha acelerado el proceso de integración entre el puerto y la ciudad, consolidando a Barcelona como referente en sostenibilidad y líder en innovación náutica. En definitiva, el evento ha dejado un legado invaluable, consolidando al Port de Barcelona como anfitrión de eventos deportivos de prestigio y pionero en la protección medioambiental y la tecnología marítima a nivel mundial.