Radiografía de la huella de carbono del Port de Barcelona: la infraestructura cifra sus emisiones de 2022 en medio millón de toneladas
La autoridad portuaria realiza un «ambicioso» cálculo de los gases con efecto invernadero que genera su actividad, tanto los barcos como la industria, las terminales o las naves logísticas, para valorar el impacto de las medidas de descarbonización que impulsa
El Port de Barcelona avanza en la electrificación de los muelles
por Cristina Buesa
La sucesión de iniciativas para descarbonizar el Port de Barcelona es constante. Proceden tanto de la propia autoridad portuaria como de sus ocupantes. La electrificación de los muelles es tal vez la muestra más gráfica, pero terminales de contenedores, empresas de transporte e industrias suman proyectos de mayor o menor calado que también ayudan. No obstante, valorar si ese esfuerzo es suficiente solo es posible si se puede comparar año tras año. Eso es lo que pretenden los responsables del puerto con el primer estudio global de la huella de carbono que genera su actividad, cifrado en casi medio millón de toneladas de CO2 equivalentes en el 2022.
Para lograr esta cifra, desde la infraestructura han sumado todas las actividades que se desarrollan en su interior, tanto por parte de los propios barcos (en el amarre, la maniobra o el fondeo); las concesiones (tanto las industriales como terminales de contenedores o vehículos, cruceros, ferris) o bien por el transporte terrestre (en las terminales o bien para trasladar residuos). El director de Sostenibilidad Ambiental y Transición Energética del Port de Barcelona, Hèctor Calls, ha tildado el cálculo de «ambicioso», que han realizado con la consultora DNV siguiendo los parámetros de la norma ISO 14064, que sigue estándares internacionales que garantizan la fiabilidad de los datos. Es el primer puerto del Mediterráneo que lo hace.
Datos más fieles
En Barcelona se habían calculado anteriormente los gases con efecto invernadero que se generaban en la infraestructura portuaria. No obstante, esos inventarios anteriores, ha explicado el responsable, no eran lo suficientemente fieles a la realidad. Por eso esta vez han querido sumar la actividad logística, la industrial, lo que ocurre en el Port Vell, qué emiten las embarcaciones auxiliares (los prácticos), la recogida de residuos, las obras que se ejecutan o el transporte de pasajeros y trabajadores, entre otros. Todas estas nuevas acciones añadidas al cómputo del 2022 han supuesto pasar de 349.399 a las 495.355 toneladas de CO2 equivalentes de la foto final.
Han preferido encajar ahora que hay más cosas a agregar en la huella de carbono del Port de Barcelona, en un «ejercicio de transparencia», ha añadido el responsable de transición energética de la administración portuaria, Maurici Hervàs. Quieren conocer si el plan de electrificación de los muelles, la implantación de energía fotovoltaica o el uso de combustibles limpios como el hidrógeno, por citar los ejemplos más relevantes, tienen resultados en los ejercicios siguientes, con el objetivo de alcanzar las cero emisiones en 2050.
Clientes exigentes
Además, ha añadido Calls en la presentación del estudio de la huella de carbono este jueves en el World Trade Center, hay empresas que aún piden más, es decir, que exigen al puerto que redoble los esfuerzos para reducir las emisiones y así lograr antes sus metas propias, por ejemplo en 2040. «Hay grandes compañías que nos piden medidas para llegar antes y, otras futuras que, en función de si un puerto como el nuestro tiene proyectos de descarbonización en marcha, optan por elegirnos. Es cuestión de competitividad y quien no lo haga quedará a la cola. Es cierto que hay una fuerte inversión detrás, pero a la larga tendrá resultados positivos en mundo cada vez más exigente», ha reflexionado el director de Sostenibilidad Ambiental.
A la hora de desgranar el casi medio millón de toneladas de emisiones, el estudio revela que el principal contribuyente son los barcos, que en el atraque, la maniobra y el fondeo generan el 64%, encabezados por los portacontenedores y tanques y seguidos por cruceros y ferris. En segundo lugar, con un 29%, están las concesiones portuarias (las propias terminales, naves logísticas, actividades industriales, servicios portuarios y concesiones del Port Vell). Las obras y la gestión de residuos, con un 4%, y la movilidad terrestre, con el 3%, completan la lista.