Los pescadores catalanes alertan que las poblaciones costeras dependen de su actividad
Cada euro de impacto se multiplica por seis en los municipios con cofradía, en especial los pequeños, cuya actividad turística está estrechamente relacionada con la pesca
La industria del pescado se cita en el Seafood, que tendrá un impacto de 156 millones de euros en Barcelona
por Glòria Ayuso
Los pescadores catalanes, que alertan que los cambios en los hábitos alimentarios han llevado a un descenso del consumo de pescado local, han reivindicado hoy el valor social que aportan al territorio. El sector, formado por 31 de cofradías a lo largo de la costa catalana y que integra a pequeñas empresas y autónomos, tiene un impacto directo valorado en 126 millones de euros. No obstante, cada euro se multiplica por seis en las poblaciones costeras catalanas con cofradía, según un estudio de la Universitat Pompeu Fabra.
Toda la actividad en los municipios con menos de 15.000 habitantes, como el turismo y la restauración, se relaciona con la pesquera, ha indicado el patrón mayor de la Confraría de Pescadors de La Ràpita, Eusebio Rosales, que ha incidido en que no cuidar a los pescadores supone una pérdida de patrimonio local.
Antes trabajábamos mucho, subastábamos el pescado y nos íbamos a casa. Ahora nos vemos en la necesidad de dar a conocer nuestro mundo: en invierno, cuando nadie se interesa por el mar, lo cuidamos y damos vida a las poblaciones que solo se llenan en verano», ha declarado el presidente de la Federación Catalana de Cofradías, Antoni Abad. «En el mercado, los ciudadanos compran pescado y también una forma de vivir, ha añadido. Sin ayuda de la administración estamos muertos, se ha sumado el presidente del Gremio de los Pescadores, Alejandro Goñi.
Cambio de hábitos
En el salón Seafood de Fira de Barcelona, rodeados de neveras en las que la gran industria internacional exhibe grandes salmones y mariscos, las cofradías se han reunido en el estand de Catalunya para reivindicar la importancia que los consumidores opten por el producto de kilómetro cero.
Desde el año 2000, las embarcaciones locales se ha reducido un 62% hasta las 587 actuales. Un 26% de pescaderías han cerrado entre 2016 y 2022. El consumo en las familias ha caído de 27,2 a 18,5 kilos por persona al año. Unos cambios que se deben a que «existe la percepción de que el pescado es caro y difícil de preparar, y no es así, ha afirmado el director general de Pesca, Antoni Espanya.
Aumento de ingresos
Según los últimos datos, la venta en las lonjas ha caído de los 22 a las 17 toneladas frente a una mayor penetración del producto foráneo. No obstante, los ingresos r embarcación pesquera están aumentando, con especial incidencia en aquellas dedicadas a la pesca de la gamba roja.
Aunque ésta supone solo el 2% de las capturas, proporciona cerca del 15% de los ingresos, seguido de la sardina (11%) y la anchoa (7%), según un informe de IcatMar presentado hoy.
Este organismo, que recaba los datos sobre estoc pesquero para asesorar al gobierno catalán, indica que existe una evolución positiva de la presencia de pescado en la costa catalana, lo que ha llevado a que haya unas mejores capturas en el primer trimestre del año.
Decalaje en la gestión
Como hay mucha pesca, la flota de embarcaciones dedicada habitualmente a aguas profundas se ha desplazado a la pesca costera, desestabilizando la actividad, han afirmado desde IcatMar, desde donde se reclama que, frente a la limitación de días de trabajo y kilos de captura que impone la Comisión Europea al sector, los datos reales incidan en cambios en la gestión de forma más rápida.
Precisamente, el sector catalán ha vuelto a lamentar una política pesquera europea que pone coto a la pesca bajo parámetros que, aseguran, no tiene nada que ver con su situación. Aplican al Mediterráneo, donde hay flotas que pescan y vuelven a casa el mismo día, la misma política que en el Atlántico, y no tiene nada que ver, ha señalado el presidente de las cofradías de Barcelona, Toni Marzoa. Catalunya es referencia gastronómica internacional y no tiene sentido serlo si no aportamos pesca local, ha afirmado el conseller de Agricultura, Ramaderia i Pesca, Òscar Ordeig, recogiendo las reivindicaciones de los pescadores.