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El nuevo proyecto operará en Barcelona y en ocho localizaciones más de la costa española a partir de junio

Barcelona confía a la economía azul la generación de 10.000 nuevos puestos de trabajo

Sea Starlight propone explorar el universo desde la cubierta de un velero

por Glòria Ayuso

Cada noche, las estrellas conectan a las personas con el universo más cercano, si bien la contaminación lumínica ha convertido en algo difícil poder observarlas. El proyecto Sea Starlight se propone acercar la astronomía a la población desde el mar, un lugar libre de iluminación artificial y del ajetreo de la actividad humana. Nueve empresas se han unido en este proyecto que organizará salidas de navegación nocturna dirigidas a todos los públicos desde diversos puntos de la costa española para observar el cielo. La iniciativa ha logrado captar 1,7 millones de euros de los fondos europeos Next Generation.

La idea parte de la experiencia del empresario Xavier Martínez, patrón de barco y apasionado del mar y la astronomía. En las salidas con el barco por la costa de las Islas Baleares, la gente se maravillaba cuando explicaba con el puntero láser las constelaciones, comenta. De aquí que propuso vertebrar una nueva iniciativa centrada en fusionar la navegación y la aproximación con el cosmos.

El mar y el cielo como riqueza

En Catalunya, Club del Navegante realizará salidas en Barcelona y El Masnou. La empresa alicantina Academia Náutica Océano operará en Levante; Virazón Charter realizará las salidas en Murcia; A Toda Vela las llevará a cabo en Andalucía; la Academia Náutica Lanzarote las realizará en Canarias; San Yago Charter, en Galicia; la Escuela Náutica Azimut, en Asturias; la Escuela Náutica Cabo Mayor, en Cantabria; mientras que Pakea Experiences las ofrecerá en Euskadi de la mano del reconocido navegante Unai Basurko.

Cada centro ofrecerá salidas de dos a tres horas y de diversos días de navegación. Las rutas de una sola jornada complementarán la navegación y observación de las estrellas con una actividad en tierra. En un lugar alejado de la ciudad, mediante potentes telescopios y monitores se observarán planetas, mientras se realiza una cata de producto local.

Otro cielo en el pasado

La Fundación Starlight, que defiende el cielo nocturno y el derecho a observarlo como patrimonio intangible de la humanidad, se ha encargado de formar a los monitores y ha facilitado a los nueve centros la Certificación Starlight que los habilita como agentes turísticos que acercan la astronomía a la sociedad. Nuestros antepasados veían otro cielo. Zonas despobladas que creían que no tenían nada se están dando cuenta ahora de la riqueza con la que cuentan con su cielo y paisaje, señala el impulsor de Sea Starlight.

La experiencia de Sea Starlight cuenta además con una producción de realidad virtual. «El visitante experimenta un salto en el tiempo, desde un velero actual que atraviesa una tormenta a un navío del siglo XVI, en el que se muestra, por ejemplo, cómo se orientaban los navegantes en la antigüedad», explica Martínez, que añade que, con esta propuesta, el objetivo es también desestacionalizar la actividad, y que tenga atractivo también en invierno.

Impulso en la Copa América

En Barcelona, Sea Starlight ocupará a finales de junio el local número 1 del Port Olímpic, el nuevo polo económico dedicado a actividades náuticas recreativas y divulgativas; investigación, tecnología y economía circular relacionada con el mar. Tendremos la oportunidad de darnos a conocer durante la celebración de la Copa América de vela, destaca el impulsor del proyecto.

Asimismo, organizará periódicamente sesiones sobre astronomía dirigidas a estudiantes de primaria y secundaria y colectivos vulnerables que tendrán lugar en la nueva sala de actos del Port Olímpic, equipada con una pantalla inmersiva. También bajo el nombre de Woman Sea Starlight, se llevarán a cabo actividades en las que se dará voz a las mujeres que han ejercido un importante papel en la navegación y la astronomía.

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por Glòria Ayuso

El Instituto Oceanográfico de Catalunya (ICATMAR) completará, a finales de este año, el despliegue de una red de siete radares de alta frecuencia a lo largo de la costa catalana. Este proyecto pionero tiene como objetivo monitorear el estado de los recursos pesqueros y las condiciones generales del mar, y poner la información al alcance de la comunidad marítima.

Los datos recogidos, y procesados por científicos del CSIC se muestran de forma abierta y sirven para conocer la situación de la pesca, la biodiversidad, las corrientes marinas, la temperatura y la salinidad, a la vez que permiten realizar predicciones futuras, tal y como ha dado a conocer en un acto en el que ha reunido a todos los actores interesados.

Inversión de 18,8 millones

Con una inversión de 18,8 millones de euros, ya se han instalado cinco radares marinos, y dos adicionales están actualmente en proceso. Este despliegue se complementa con boyas oceanográficas que permiten realizar predicciones a varios días de las corrientes marinas superficiales. «Catalunya tiene la red de monitoreo más densa de Europa», destaca el director general de Política Marítima i Pesca Sostenible, Sergi Tudela.

«No podemos gestionar la pesca si no sabemos cómo nos encontramos, afirma Tudela. Mediante continuos muestreos, se lleva a cabo una evaluación de cuál es la situación de las diferentes especies. A raíz de este análisis hemos instalado 20 vedados de pesca que suman 500 km, la extensión de Andorra, cuantifica el director general.

Consenso con los científicos

Se trata de zonas cerradas determinadas por consenso entre los científicos de ICATMAR y los pescadores. Este acercamiento ha roto la desconfianza de muchos años. Ahora, científicos y pescadores se llaman cuando existen dudas, valora el director general.

Catalunya contaba con competencias en oceanografía desde 1982, pero hasta la puesta en marcha de ICATMAR no se han ejercido. La creación este organismo, que según la Generalitat permite a Catalunya posicionarse al frente en la captura de datos del mar, se incluye en la Estrategia Marítima 2030, como un órgano de cooperación entre la Generalitat y el CSIC enfocado a la gobernanza.

Un salto adelante

«En un salto adelante en la gestión y conservación del entorno marino, se ha creado una herramienta con base científica para la gestión», incide Tudela. A través de su página web, abierta a la comunidad marítima y la ciudadanía, es posible obtener toda la información que genera sobre pesca, muestreos, evaluaciones, sectores pesqueros y pesca recreativa, visores sobre las corrientes, situación de los recursos pesqueros, densidad de los plásticos marinos y residuos.

Los datos tienen los más diversos usos: además de determinar las zonas para la pesca, la Policía Marítima puede rastrear embarcaciones y cargas abandonadas por mafias, los científicos pueden saber cómo está evolucionando todo el ecosistema con el cambio climático y la contaminación, pueden llevarse a cabo nuevas investigaciones, descubrimientos y generar nueva actividad económica para combatir los cambios en el ecosistema.

Financiación europea

La Conselleria de Acció Climàtica invertirá hasta 2029 10,6 millones de euros en el despliegue mediante subvención directa al Institut de Ciències del Mar (CSIC), cofinanciados en un 70% por el Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA). El Fondo Climático de la Generalitat destina otros 4,2 millones de euros a infraestructuras oceanográficas para ICATMAR.

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La economía del océano exige financiación y colaboración del sector privado para su sostenibilidad

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Los activos oceánicos ascienden a un valor de hasta 22 billones de euros. Solo el sector de la alimentación con fuente en el océano sostiene alrededor de 600 millones de personas, incluidas 45 millones de mujeres que participan en pequeñas pesquerías de comunidades locales. Asimismo, el transporte por vía marítima traslada el 90% de las mercancías a escala global, mientras que el sector turístico tiene en el mar uno de los principales atractivos. Establecer las bases para garantizar en todo el mundo una economía oceánica sostenible y que asegure la equidad es el propósito del cuarto libro blanco en el que trabajan un grupo de expertos científicos desde hace dos años.

El documento subraya la necesidad de aumentar la financiación y desarrollar mecanismos financieros alternativos para una economía oceánica sostenible, centrando en la recaudación de fondos, la diversificación de fuentes financieras, y la adopción de financiamiento sostenible. Así lo remarca Peter Haugan, investigador de la Universidad de Bergen y coordinador del grupo de expertos que ha presentado el borrador para su discusión previa a la presentación del documento en la Conferencia del Decenio de los Océanos que se celebrará en abril en Barcelona.

Incentivar al sector privado

En este sentido, será central incentivar al sector privado hacia un compromiso con la sostenibilidad oceánica, promoviendo prácticas justas, inversión en iniciativas sostenibles, colaboración con otros sectores, transparencia, inclusividad y compartición de datos.

El documento también contempla como esencial aumentar la disponibilidad y accesibilidad de datos sobre el océano, estableciendo un porcentaje de relevante al alcance, promoviendo plataformas de intercambio de información, con formatos estandarizados y políticas de acceso abierto. Del mismo modo, marca establecer indicadores en la cantidad de investigaciones y contenidos generados y compartidos.

Aumentar las habilidades

También establece indicadores sobre la capacitación de personas, instituciones y comunidades para aumentar las habilidades y conocimientos que permitan desarrollar una economía sostenible en el océano, aumentando además la participación de todos los sectores implicados e interesados.

Finalmente, se propone mejorar la equidad dentro de la economía oceánica, enfocándose en la distribución justa de beneficios, la superación de barreras para la participación, y el financiamiento dirigido a acciones comunitarias, con el objetivo de asegurar un acceso equitativo a los recursos y beneficios oceánicos.

Transformación y nueva gestión

Desde hace más de un año, más de 150 expertos trabajan en la elaboración de una estrategia para preservar el océano que se plasmará en los 10 libros blancos que quieren responder a los principales retos, que se interrelacionan entre ellos: la contaminación marina; la protección del ecosistema; el cambio climático; la economía oceánica sostenible; los alimentos azules sostenibles; la construcción de comunidades resilientes; observaciones, datos y Sistemas de Pronóstico y Alerta Temprana ante desastres; desarrollo de capacidades, alfabetización oceánica y conocimiento indígena y local; y patrimonio cultural.

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Naciones Unidas indica que se necesitará producir un 70% más de alimentos que en la actualidad para poder cubrir las necesidades de la población mundial en 2050, que alcanzará los 9.700 millones de personas. Sin embargo, el océano ya está sobreexplotado: más de un tercio de la población de peces sufre de pesca excesiva. A ello se suma que el cambio climático y la contaminación ejercen mayor presión sobre el océano y repercuten en la pérdida de poblaciones de las diferentes especies.

El tercer Libro Blanco que dará a conocer la Conferencia de la Década del Océano que tendrá lugar en abril en Barcelona pone sobre la mesa cómo responder al reto de alimentar de forma sostenible a la población global, garantizando un acceso igualitario a los recursos. Para ello, hay que asegurar el equilibrio medioambiental marino, lo que implica, tal y como indican los cerca de 50 expertos que han trabajado en el borrador del documento, una actuación transversal que implique a todos los agentes que actúan e inciden en la salud del océano, entre los que se encuentran la industria pesquera, la distribución, los consumidores, los responsables de políticas y los científicos.

Alimentos con menor impacto

De entre todos los actores, los productores a pequeña escala representan un grupo de usuarios crítico y están entre los más vulnerables, destaca el documento, que señala la relevancia de ponerlos en el foco. Los expertos miran hacia el mar no solo con una mirada preocupada, sino también como fuente de oportunidad, ya que puede dar lugar a la generación de nuevos alimentos que crecen en el mar, como las algas, una rica fuente de proteína libre de carbono.

Un aspecto fundamental es actuar en base a los datos que expone la ciencia, lo que implica recopilar todos los datos disponibles, y a partir de la información, llevar a cabo nueva investigación, desarrollar innovación y nueva tecnología, según Erik Olsen, coordinador del grupo de expertos que trabaja en el documento y responsable del grupo de investigación para el desarrollo sostenible del Instituto de Investigación Marina de Noruega. En este sentido, el documento incide en que hay que tener en cuenta el valor nutricional, de salud y los impactos ambientales de los alimentos acuáticos en comparación con otros alimentos.

Transformación y nueva gestión

El mar se observa como clave hasta el punto que la Década de los Océanos y las soluciones que plantea quieren ser el impulso para la transformación y nueva gestión de los océanos que implique a la industria, las finanzas y la sociedad en general, indica el borrador del Libro Blanco que verá la luz en abril.

Desde hace más de un año, más de 150 expertos trabajan en la elaboración de una estrategia para preservar el océano que se plasmará en los 10 libros blancos que quieren responder a los principales retos, que se interrelacionan entre ellos: la contaminación marina; la protección del ecosistema; el cambio climático; la economía oceánica sostenible; los alimentos azules sostenibles; la construcción de comunidades resilientes; observaciones, datos y Sistemas de Pronóstico y Alerta Temprana ante desastres; desarrollo de capacidades, alfabetización oceánica y conocimiento indígena y local; y patrimonio cultural.

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El Salón Náutico de Barcelona de este año deberá encogerse, reubicarse y reinventarse. La 62 edición de uno de los certámenes históricos de Fira de Barcelona coincide en esta ocasión con el enorme despliegue de la Copa América de vela, que se celebra entre agosto y octubre en la capital catalana y copa el Port Vell.

El diseño y el emplazamiento de las nuevas actividades que organice el Náutico todavía están por definir, han explicado este viernes en un comunicado, aunque la voluntad de sus organizadores es «aprovechar» el entorno del evento internacional «para mostrar los avances del sector en campos clave como la sostenibilidad y la tecnología, así como para generar oportunidades de promoción y networking», han añadido.

Formato divulgativo

De hecho, en la celebración del anterior salón, en octubre pasado, ya se fijaron en la Copa América organizando un sinfín de actividades vinculadas al acontecimiento deportivo, también conocido como la Fórmula 1 del mar, a las que también se sumó el Port de Barcelona.

La exposición de barcos y yates de todas las dimensiones estará, pues, condicionada por la competición, ya que no solo están las bases de los seis equipos que compiten sino también los que los visitantes que se instalarán en Barcelona para seguir la lucha por la jarra de las cien guineas. Por eso, se apostará por un «formato divulgativo adaptado especialmente para la ocasión», han adelantado.

Futuro del sector

El Salón Náutico «se alejará de su formato comercial habitual», algo que ya adelantó el presidente del certamen, Luis Conde. La «edición especial» servirá para que las empresas del sector den a conocer las últimas novedades, que anticipan las tendencias de la náutica, así como «una muestra del avance de los sectores estratégicos que marcarán el futuro del sector y la visualización de la Copa América como competición clave para la evolución y transferencia de innovación en la industria», han asegurado.

Habrá «una selección especializada de marcas y profesionales» que están liderando la aplicación del diseño, la tecnología y los materiales hacia una náutica más innovadora, eficiente y respetuosa con el medio ambiente para difundir los últimos avances en sistemas de propulsión limpia, embarcaciones sostenibles o hidroalas (‘foils’), entre otros.

La presentación del nuevo Plan Estratégico 2025-2027, con los objetivos y un nuevo modelo organizativo de evento, será otra de las citas del Salón Náutico 2024.

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por Glòria Ayuso

El aumento de la concienciación sobre la necesidad de recuperar la biodiversidad y proteger el océano de los vertidos y la sobreexplotación está motivando la creación de ‘start-ups’ que tratan sobre su protección desde muy distintos ámbitos. Así se ha puesto en evidencia durante la presentación en 4YFN de algunas de las iniciativas emprendedoras asentadas en el BlueTech Port, el espacio de innovación que impulsa el Port de Barcelona y ubicado en el Muelle 01 de Tech Barcelona.

La recogida de datos del mar y el cuidado del medio ambiente se complementan en la iniciativa que impulsa SeaBoats. Esta empresa ha desarrollado un robot autónomo de apenas un metro de longitud capaz de medir la calidad del agua, inspeccionar infraestructuras y crear mapas. Los robots, además están adaptados para recoger basura marina, abordando la creciente amenaza de los microplásticos en los océanos. Asimismo, a través de un proyecto financiado por la Unión Europea y con la colaboración del CSIC, la empresa investiga cómo actúa el carbono azul en el mar, es decir, el CO que se acumula en la posidonia, evaluando la importancia de su preservación. «Hemos entregado ya 40 robots y desarrollado unas 200 misiones en unos 20 países, incluyendo Europa, Latinoamérica, China y EEUU», explica el fundador, Pau Guasch.

Experiencia tangible

Mantener una cultura sostenible en la empresa aporta bienestar, creatividad, reputación y satisfacción. Bajo esta premisa, la ‘start-up’ Belong to Sea invita a las empresas a reforzar entre sus trabajadores el vínculo de pertenencia a través del impulso de su compromiso con el medio ambiente. Mediante una plataforma, propone actividades online y offline para potenciar la motivación y la conexión mientras se minimiza el impacto ambiental. La parte presencial brinda «una experiencia tangible y cercana» con la participación de los trabajadores en el proyecto europeo ResBios dedicado a la reforestación de gorgonias, de forma que se experimenta en primera persona el impacto que produce la actividad humana en el ecosistema marino y sus efectos en el equilibrio del planeta. Las fundadoras de Belong to Sea, Cristina Arenas y Mireia Coll, han explicado que una cincuentena de empresas, la mayoría de gran tamaño, ya aplican su propuesta.

Acercar también el mar a los ciudadanos de una forma lúdica para obtener una mirada con mayor conocimiento y concienciación es la propuesta de Envjoy Nature. Dirigida a los museos y espacios de interés turístico, permite al visitante visualizar a través de su propio móvil vistosas figuras que muestran más información sobre el lugar en el que se encuentra, como por ejemplo, los animales que se esconden en el fondo marino. Uno de los proyectos que la ‘start-up’ tiene en marcha es la digitalización de visitas a las inmediaciones del Port de Barcelona y a la futura Llotja de Barcelona. «Nuestra intención es que los agentes turísticos lo adquieran para que su uso sea de libre acceso para todos los visitantes», explica su impulsor, Francesco Pititto.

Ofrecer transparencia

La ‘start-up’ Janah Cycle parte de la terrible sensación que Sebastian Stockzelius experimentó en la India al ver la basura que se amontonaba por doquier y sin ningún reparo. Once millones de toneladas de plástico se vierten cada año en el océano, un problema que lejos de remitir, aumenta debido a que «40 billones de personas no tendrán acceso a la recogida de residuos en 2040», según indica la empresa. «Imagina ingerir una tarjeta de crédito y que quede en tu estómago», explica Stockzelius para hacer entender de la situación que viven los peces y aves marinos. Presentándose como una iniciativa contra el lavado verde, impulsa acciones para la eliminación del plástico en el sur global, empezando por la India, y asegura transparencia a las empresas que deseen colaborar a través de créditos de carbono mediante la implantación de tecnología para el seguimiento, la gestión de datos y la generación de informes.

Una aplicación que facilita el acceso de las embarcaciones al amarre y otra que agiliza la emisión de certificados electrónicos a tiempo real para los usuarios en las operaciones portuarias sin necesidad de colas son otras dos propuestas de Metarina y Nvozyme que se han presentado en el espacio de BlueTech Port en 4YFN.

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por Glòria Ayuso

El futuro Parque de Tecnología Marítima de Barcelona (PTMB) se configura como un nodo formativo y tecnológico de 20.000 m vinculado a la investigación y el empleo relacionados con el mar, que ocupará los terrenos frente al hotel Vela y anexos al solar donde debía elevarse el Hermitage, proyecto finalmente descartado.

El Ayuntamiento de Barcelona tiene como objetivo concretar, dentro del presente año, la financiación requerida para el desarrollo de este complejo, en un proyecto en el que participan la Generalitat, la Universidad Politècnica de Catalunya, el Port de Barcelona, la Fundació Barcelona Capital Nàutica y el Estado.

Proyectos conjuntos

El PTMB será un campus, tal y como avanzó El Periódico, que integrará formación superior, investigación y desarrollo, y emprendimiento, con el fin de fomentar la colaboración y generar proyectos conjuntos. Un edificio singular de 12.000 m albergará dependencias de la Facultat de Nàutica de la UPC, como el espacio formativo dedicado a los másteres, así como los laboratorios y su simulador. Además, incluirá áreas destinadas a la incubación y promoción del emprendimiento, la innovación y la generación de empleo en sectores vinculados con el océano.

Según el proyecto, se trata de «instalaciones tecnológicas y formativas singulares y únicas en el Mediterráneo y muy poco comunes en Europa» con el fin de responder a «una fuerte demanda internacional de servicio para contribuir a la aportación de soluciones a los retos del cambio global». En centro se erige como uno de los elementos clave en la estrategia para posicionar a la ciudad como un líder global en el ámbito de la economía azul.

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por Glòria Ayuso

El buceo recreativo genera un volumen de negocio anual de 37,5 millones de euros, según cifra un estudio encargado por la conselleria de Acció Climàtica a la UPC. Este es el impacto de la actividad que llevan a cabo 148 centros en Catalunya, que dan trabajo a 740 personas.

Del total de centros, 77 se ubican en la demarcación de Girona, 44 en Barcelona, 18 en Camp de Tarragona, y 4 en Terres de l’Ebre. Siete de ellos abrieron en 2023, lo que muestra que se trata de una actividad en expansión.

Pequeñas empresas

La mayoría de empresas tienen menos de cinco empleados y son de carácter familiar, y solo el 3% alcanzan los 20 trabajadores. El estudio indica que el 58% de las personas empleadas son mujeres.

Un segundo análisis elaborado por la Asociación Catalana de Centros de Inmersión y Actividades Marinas incide en la «fuerte estacionalidad» de esta práctica. Asimismo, muestra las distintas formas de buceo que se llevan a cabo en Catalunya según la ubicación geográfica. Por ejemplo, mientras que el Estartit, próximo a las Illes Medes, es un destino de inmersión muy consolidado, en Tossa de Mar predominan las prácticas de iniciación y el buceo recreativo desde la playa, si bien también cuenta con grupos avanzados.

Datos que sorprenden

Se trata de unos datos que han sorprendido favorablemente, según ha indicado la Generalitat, que ha observado que se trata de un sector que tiene un gran potencial de crecimiento y al que hay que dar apoyo para garantizar que sea sostenible. El estudio es un primer paso para poder hacer un análisis de qué le falta al sector y también cuáles son sus fortalezas, ha explicado a ACN la responsable de Asuntos Marítimos del Departamento de Acció Climàtica, Carme Rodríguez, para quien el objetivo es «conseguir una gestión del buceo sostenible y con conocimiento».

Usuarios catalanes y franceses

En el conjunto de las cuatro destinaciones, el público catalán representa el 58% de los buceadores. En segundo lugar, se encuentran los usuarios franceses (21%) y, a continuación, buceadores procedentes del resto de España, Gran Bretaña, Holanda, Bélgica y Alemania. Los datos se presentan en el marco del salón Mediterranean Diving Show de Cornellà, que se celebra hasta el domingo en Fira de Cornellà.

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Las ‘start-ups’ de economía azul del BlueTech Port, el espacio de innovación que impulsa el Port de Barcelona y ubicado en el Muelle 01 de Tech Barcelona, presentarán sus innovaciones en 4YFN. La participación del puerto en el MWC estará centrada este año en este proyecto que tiene como objetivo impulsar la innovación en el sector logístico-portuario y en la economía azul.

El BlueTechPort nació en julio del año pasado y, desde entonces, «ha experimentado un crecimiento constante», indica el puerto en un comunicado, en el que cifra en un 90% la ocupación del espacio. Es por ello que el Port de Barcelona y Tech Barcelona planean su ampliación mediante la habilitación de nuevos espacios, hasta que las empresas puedan instalarse en su emplazamiento definitivo, que el puerto tiene previsto elevar en los tinglados de Sant Bertran.

La presencia conjunta del Puerto de Barcelona y de Tech Barcelona, en un mismo estand y con una agenda compartida de eventos, «permitirá resaltar el potencial innovador» de las ‘start-ups’ en este sector considerado emergente en un escaparate diseñado para facilitar su crecimiento digital y su expansión internacional.

También mostrará sus proyectos la Fundación BCN Port Innovation, iniciativa del Port de Barcelona centrada en el proceso de transformación del sector portuario para innovar entorno al comercio internacional y logística, promoviendo el uso del puerto como entorno de pruebas.

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por Glòria Ayuso

Una visión esperanzadora frente a la lucha contra el cambio climático y el acelerado declive de la biodiversidad es la que lanza Ignasi Ferrer, apasionado del mar, consultor sobre economía azul e impulsor de una innovadora solución tecnológica para la regeneración de los ecosistemas marinos. Soy muy optimista porque, si le damos la oportunidad, la naturaleza es extremadamente generosa, afirma.

De pequeño quería ser como Jacques Cousteau, y posteriormente se hizo instructor de submarinismo y aficionado a la vela. Colaboró con el Centro de Recuperación de Animales Marinos (CRAM), pero su carrera profesional tras formarse en Esade pasó por ocupar puestos de alta dirección relacionados con la industria de la alimentación. La preocupación al observar en sus inmersiones la progresiva degradación del ecosistema marino le llevó a crear Ship2be, una fundación para fomentar la economía con impacto social y ambiental.

Colaboración con investigadores

En 2015 decidió definitivamente dejar el sector alimentario y enfocarse en el desarrollo de soluciones escalables para la regeneración marina a través de Seastainable Ventures, que facilita colaboraciones entre investigadores, ‘start-ups’ y empresas. En 2021, decidió saltar a la arena y liderar directamente uno de estos proyectos, Ocean Ecostructures.

«Nueva promoción en el puerto. Hoteles para caballitos de mar», reza el vistoso anuncio que la ‘start-up’ ha lanzado estos días en los medios. No se trata de elevar bloques de viviendas que alteran el paisaje, sino más bien al contrario: de reconstruir la biodiversidad marina dañada en el litoral.

Instalación de arrecifes

La empresa, que está experimentando un rápido crecimiento, ofrece a los puertos comerciales y deportivos una solución basada en la instalación de arrecifes recubiertos de carbonato cálcico. Imitando a la naturaleza, estas estructuras aceleran la regeneración de la biodiversidad, hasta aumentar por seis las especies que se implantan en el entorno, según cifra la compañía.

La regeneración marina sucede muy rápidamente. La restauración del ecosistema no solo implica el secuestro de carbono y con ello la mitigación del cambio climático, sino también la recuperación de la pesca y de las actividades turísticas, señala Ferrer. La empresa diseña y desarrolla la tecnología, instala sus estructuras y monitorea el impacto y los resultados.

Cuantificar y evitar el lavado verde

Centrada en ofrecer su tecnología regenerativa a los puertos, espacios donde el ecosistema sufre especialmente la contaminación de las actividades que se llevan a cabo, ya ha implantado sus soluciones en los puertos de Barcelona, Tarragona, otros seis de la costa catalana, Alicante, Baleares y Marbella. No obstante, se dirige a cualquier actividad cuya estructura sumergida pueda provocar un impacto, como son los parques eólicos marinos, infraestructuras petrolíferas y gasistas en el mar.

Uno de los valores diferenciales de la iniciativa es «la incorporación de tecnología que permite la monitorización y el reporte de los resultados», destaca Ferrer. Los datos, que se envían periódicamente a los clientes, indican desde cuánto se ha regenerado el ecosistema, la cantidad de CO secuestrado y el oxígeno generado, lo que permite demostrar y cuantificar la mejora ambiental y evitar prácticas de lavado verde.

Drones submarinos

Para la empresa, estos datos, que capta mediante drones submarinos, son especialmente valiosos en un nuevo marco regulatorio que tendrá muy en cuenta el impacto de las actividades económicas en el entorno y en el que se premiará la regeneración de los ecosistemas mediante la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza y la demostración cuantificada del nivel de captura de carbono. Ayudamos a que proyectos ya implantados se conviertan en aliados de la naturaleza y no destructores, incide Ferrer.

La recuperación del ecosistema mediante tecnología regenerativa y robótica ha hecho que Ocean Ecostructures sea finalista este año en 4YFN. La misión de esta ‘start-up’, que cerró 2023 logrando una ampliación de capital de 1,6 millones, es «recuperar 20.000 espacios grises de aquí a 2030», una meta que para Ferrer no se trata tanto de una cifra en un plan estratégico sino de una aspiración medioambiental.

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