Támara Echegoyen: «Prepararnos para algo grande es lo que más nos motiva»
La regatista, campeona olímpica, mundial y europea y única española en hacer la vuelta al mundo en la Ocean Race, lidera el equipo femenino español de la Copa América, que abre una nueva era en la participación de las mujeres en la competición
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por Glòria Ayuso
Uno de los nombres que quedarán grabados en la historia de la vela del país es el de Támara Echegoyen (Orense, 1984). La campeona olímpica, mundial y europea y única española en hacer la vuelta al mundo por equipos en la Ocean Race, encabeza ahora el equipo español -Sail Team BCN- en la primera Copa América de vela que se ha abierto a la competición femenina, la Puig Women’s America’s Cup.
Con más de una década compitiendo al máximo nivel, y considerada una referencia por sus compañeras tanto dentro como fuera del agua por su entrega e integridad, Echegoyen ha sido la abanderada de la delegación española en los Juegos Olímpicos de París 2024.
En mar abierto
Esta vez cerró su participación olímpica sin alcanzar la aspiración por el podio, pese a, como aseveró, haberlo dejado todo en el agua. Reconoce haber pasado por un proceso transitorio de recuperación y, ahora, prepararse para la Copa América es perfecto, ya que le permite focalizarse en un nuevo objetivo. Prepararnos para algo grande es lo que más nos gusta, dice con una mirada chispeante la regatista, que huyendo de personalismos prefiere hablar en nombre de todo el equipo.
La Copa América ha diseñado para las categorías femenina y juvenil de esta edición las embarcaciones AC40. Como los AC75, vuelan por encima del agua gracias a sus hidroalas, alcanzando los 40 nudos (casi 80 km/h). El uso por primera vez de este modelo presenta un desafío adicional, especialmente al pasar del simulador, que ha sido la base principal del entrenamiento de las regatistas, a la realidad del mar abierto. Dado el elevado coste de disponer de un AC40 para los entrenamientos, hasta finales de agosto el equipo solo ha podido entrenar en el barco en cuatro ocasiones.
Compenetración esencial
Echegoyen destaca como todos los miembros del Sail Team BCN están contribuyendo de forma conjunta a llegar en las mejores condiciones al primer día de competición.
En el agua, la compenetración es esencial. En el AC40 somos cuatro tripulantes, dos en cada lado, y la vela bloquea la visión de los laterales. Por ello la comunicación y la coordinación tiene que ser muy buena para que el barco vaya bien de los dos lados. Estoy sorprendida de la capacidad que hemos desarrollado para coordinarnos, admite la deportista. Aunque no hemos podido pasar muchas horas en el agua, desde el principio se ha visto un gran nivel a bordo, lo que nos da un buen punto de partida», asegura con determinación.
Maniobras complicadas
No obstante, la complejidad de este barco son las altas velocidades que alcanza. Las maniobras son complicadas. No es lo mismo hacerlas en un ambiente controlado, como un simulador, que a 40 nudos, con estas olas tan características de Barcelona», reconoce Echegoyen.
Tres días antes del inicio de la competición femenina, el 5 de octubre, los seis equipos de la Copa América cederán sus AC40 para que puedan realizar prácticas. Esos días serán claves, debemos trabajar antes para que podamos exprimirlos bien, porque el cuarto empezará ya la competición, dice con fervor.
En casa con las mejores
Poder competir en Barcelona es una suerte para la deportista, que agradece encontrarse practicando en un campo de regatas, en casa, con las mejores regatistas del mundo. Más que los resultados, destaca el valor de esta competición para la participación de la mujer en este deporte: Hasta ahora, teníamos la puerta un poco entreabierta. Parece que ahora quieren dar un empujón para que podamos adquirir conocimientos y demostrar en el campo de regatas hasta dónde podemos llegar».
Este sentimiento, señala, es compartido entre las regatistas de los 12 países que compiten en Puig Women’s America’s Cup. La relación es estrecha entre ellas tras años en el circuito de competición al máximo nivel. Al final, todas tenemos un objetivo común: empujar juntas para que se nos den oportunidades y demostrar lo que somos capaces de hacer». Esta meta compartida supone para la regatista una sensación muy liberadora a la hora de afrontar un proyecto que tiene las limitaciones que tiene.
¿Habrá más?
Echegoyen se muestra optimista sobre el futuro de las mujeres en la vela: «La Copa América depende del protocolo del equipo ganador, pero me gustaría pensar que esta será la primera de muchas competiciones femeninas». También teniendo en cuenta la inclusión de tripulaciones mixtas en el caso de los equipos de jóvenes, «al aumentar la diversidad, también crecemos en calidad».