Barcelona apuesta por los deportes de agua a través del Espai de Mar
El litoral barcelonés se convierte en nuevo epicentro del deporte en el mar, con un incremento de practicantes, programas escolares y clases gratuitas
Unos 42.000 escolares participan en programas para la práctica de la vela
por Glòria Ayuso
La pandemia marcó un antes y un después en la afición por el paddle surf en la ciudad de Barcelona. Antes éramos tres esperando la salida del sol encima de la tabla. Ahora puedes encontrarte hasta 200 personas, aquí delante, señala con el dedo el mar Thais Casadevall.
Además de practicante de deportes acuáticos, Casadevall es la coordinadora de Espai de Mar, un espacio público situado en el número 5 del Paseo Marítimo de la Barceloneta. Este centro desempeña un rol fundamental en la tarea que se propone el Ayuntamiento de fomentar entre los ciudadanos el deporte en el mar, aprovechando su litoral de más de 4,5 kilómetros. Por ello, a este gran espacio abierto ideal para la práctica del ejercicio lo denomina Pavelló Blau. Si hasta ahora la atracción han sido las playas, es el mar quien reivindica también su lugar. Lo cierto es que en los últimos cinco años, los mismos que lleva trabajando en el Espai de Mar su coordinadora, la actividad deportiva en el litoral ha ido in crescendo.
Clases gratuitas
Además de paddle surf y el surf, el Espai de Mar promociona la natación en aguas abiertas. El Ayuntamiento ofrece 12 clases gratuitas a los que se inscriben al grupo de iniciación, con el fin de animar a nuevos practicantes de un deporte para el que no se necesita más que un bañador y una boya. Hay lista de espera, explica la coordinadora.
Hay dos grupos más. El de nivel intermedio nada dos veces a la semana hasta la Nova Bocana, acompañado por una lancha de apoyo. Las distancias son mayores en el avanzado.
Regular la actividad
La Associació Esportiva Ciutat Vella se encarga de la gestión del centro público. Otro de sus quehaceres es montar las redes de voleibol playa para la práctica de este deporte. Debido al aumento del número de aficionados, se ha tenido que regular la ocupación de la arena del litoral barcelonés.
Lo mismo ocurre con los deportes náuticos, cada vez más diversos. Este es el segundo verano que unas boyas señalizan la zona de salida de los practicantes de surf, padel surf y de cualquier tipo de embarcación. Una de las últimas incorporaciones, además del wing foil, son las bicis de agua. Sin embargo, debido a la novedad y el desconocimiento, los bañistas ocupan estos espacios. Gajes de los inicios, mientras en otros lugares ya hay tradición de deportes náuticos, aquí aún falta concienciación, explica Casadevall.
Padel y surf en escuelas
Este año, la escuela Alexandre Galí y el IES Salvat Papasseït de la Barceloneta ofrecerán por primera vez en horario lectivo, a través del Espai de Mar, la actividad de padel y surf a los alumnos. Serán ocho clases, que formarán parte de la asignatura de educación física, en las que los alumnos se iniciarán y obtendrán los conocimientos necesarios para su práctica.
Esta iniciativa se suma al programa Viu la Vela del consistorio, en el que los alumnos de sexto de primaria han realizado una actividad de vela.
Semana Azul
Además de la vela, el paddle surf y la natación en el mar, otras de las actividades que se están empezando a promover en el litoral barcelonés es el deporte de remo. Todo ello, para que en la ciudad, los alumnos no opten tanto por la Semana Blanca, la tradicional salida a esquiar -una actividad en riesgo por el cambio climático y que obliga a viajar al Pirineo- sino que opten por hacer una Semana Azul, tal y como ha apuntado este viernes el alcalde, Jaume Collboni.
Toda una vida
Si bien cada vez son más ciudadanos los que se animan a acercarse al mar para practicar deporte, para muchos vecinos de la Barceloneta no es algo nuevo: el antiguo Club Natació Atlétic lo ocupa ahora el Centre d’Esports Barceloneta. Venimos los jubilados que toda la vida hemos practicado la natación, apuntados en los clubs de la Barceloneta. Ahora venimos a jugar al dominó y seguimos nadando, por con más calma, explica Josep Alfocea, nacido en el barrio hace 74 años y fiel practicante de las travesías que ya se celebraban en los años 60. Eso sí, constata que ahora muchos más jóvenes vienen a nadar al mar.