Del mar a la mesa: Así es la oferta gastronómica de proximidad de la Copa América
La Confraria de Pescadors de Barcelona y el Mercat de la Barceloneta abastecen con productos de proximidad y calidad la oferta gastronómica de las parrillas del ‘Race Village’.
por Begoña González
La Copa América es mucho más que regatas. Más allá del evento deportivo, Barcelona ha abrazado una vasta oferta cultural que pone de relieve la tradición catalana y permite acercarla a curiosos y visitantes. En el caso de la gastronomía no iba a ser menos, y a través de la oferta del ‘Race Village’ los productos de calidad y proximidad han copado la oferta de las parrillas de Bakkiu.
Un día normal en sus parrillas empieza mucho antes, sobre las 8 de la mañana en la Confraría de Pescadors de Barcelona. Allí, se abastecen de sardinas y gambas rojas pescadas en el litoral barcelonés. «La pesca en Barcelona es difícil pero todo el año tenemos pequeño pelágico como sardinas y boquerones. Nosotros hacemos pesca sostenible, de cerco, aprovechamos que los depredadores abruman a los bancos de peces, es una pesca volátil y muy azarosa», explica José Manuel Juárez, el patrón mayor de la cofradía.
«Son sardinas de un tamaño un poco más pequeño que las del norte pero son muy jugosas y con mucho sabor. La gente no imagina que la gamba de Barcelona sea tan buena, porque tenemos otras referencias en la cabeza, pero son buenísimas», asegura Nacho. Cada fin de semana enciende su parrilla y sirve unas 300 comandas al día. Para las fases finales de la competición, está valorando abrir también jueves y viernes porque cada día le llega más gente.
Oferta de carne y verdura
Además del pescado, en Bakkiu sirven también otros platos, que varían en función del día. «Tenemos una carta de 15 platos y les vamos dando rotación. Cada día tenemos cinco y siempre como mínimo uno de carne, uno de pescado, uno de verduras y un postre. Todos ellos siempre cocinados a la brasa y elaborados con productos frescos y de proximidad», afirma Nacho de Bakkiu.
Las patatas por ejemplo, se las compran a Antonio. Su parada del Mercat de la Barceloneta ha pasado de padres a hijos durante tres generaciones y sigue haciendo las cosas como antaño. «Le sirvo a Nacho unos 60 kilos de patatas a la semana. Se la entrego los sábados, pero si me llama y necesita cualquier cosa se lo llevo en un momento», afirma el comerciante que ahora regenta la parada junto a su mujer. También le sirven rúcula, mangos y limones de forma habitual.
Paradas con historia
«Hace mucho que ya no se ven estas cosas, pero a mi me traen el género al ‘Race Village’ en carretilla. ¿Qué hay más de proximidad que eso?», recalca Nacho. La carne se la sirven con un proceso similar y con la misma historia. La carnicería Batllori, también en el Mercat de la Barceloneta, le suministra butifarras y culatín de ternera, también llamado «peixet». «La parada tiene 150 años de historia, mi abuelo vendía carne de toro lidiada y con el paso de padres a hijos se ha convertido en lo que es hoy», explica Mario. Ahora regenta la parada junto a su hermana Trini. «Las cantidades dependen mucho de la meteorología, pero de media le llevamos unos 30 kilos de carne a la semana», aseguran.
El pan y los postres son también hechos en Barcelona. «Se lo compramos a Montserrat Forners, un obrador de Horta con varios premios. Creemos que es importante que todo el producto sea de gran calidad para que la experiencia sea la mejor posible», resume Nacho.
«Ofrecemos platos que puedan comerse de pie, como tostas o bocadillos y los postres por ejemplo son donut o chucho a la brasa, que también se puede comer andando», asegura Nacho, y entre su clientela hay de todo. «Servimos a muchos tipos de personas y muchos de ellos repiten. Desde gente que viene a curiosear o que son muy aficionados a las regatas, a señoras mayores de la barceloneta de toda la vida que vienen a comer sardinas y pasar un rato juntas en las mesitas que tenemos en frente», afirma.