Jóvenes, mujeres y regatistas: el futuro de la Copa América compite en la Unicredit Youth
EL PERIÓDICO conversa con mujeres integrantes de los equipos invitados de la Unicredit Youth America’s Cup sobre sus inquietudes y el avance de la presencia femenina en esta competición
por Begoña González
Lo dejó claro en la rueda de prensa de presentación de la Unicredit Youth America’s Cup la única timonel mujer de esta competición, la alemana Maru Scheel, cuando le preguntaron cómo se había tomado la decisión de que una mujer ocupara dicho puesto: No estoy en el barco por ser mujer, sino por ser regatista. Tajante y clara, ella es la cara visible de una nueva generación de mujeres navegantes que han tomado el mando de los AC40 y buscarán hacerse un hueco en el panorama de la náutica.
Todas son menores de 26 años y han roto barreras para demostrar que, a bordo, ellas son igualmente válidas formando parte de los equipos jóvenes y en muchos casos doblando con los equipos que competirán en la primera competición femenina de la historia de esta liga, la Puig Women’s America’s Cup. La Copa América nunca fue una opción tangible para nosotras, hasta ahora, afirma Annie Wilmot, del equipo Andoo Australia. Y es que, a pesar de que nunca han sido categorías únicamente masculinas, la presencia femenina en esta competición había sido hasta ahora un hecho anecdótico.
Este año, en total, en el grupo B, el de los equipos invitados, navegan seis mujeres pioneras. En el grupo A, el de las secciones jóvenes de los equipos que disputan la Louis Vuitton Cup, hay siete. Creo que uno de los motivos que ha impedido que haya aún más chicas en esta división joven es, paradójicamente, la coexistencia con la Women’s. Creo que algunos equipos consideran que ya hay una categoría íntegramente femenina y prefieren dar oportunidades a chicos jóvenes, reflexiona la trimmer australiana. Pensaba que sería algo así como una norma no escrita que habría al menos una mujer en cada equipo, no necesariamente a bordo, y es un poco decepcionante que no sea así, afirma. Ella, por ejemplo, es trimmer a bordo en la categoría femenina, pero figura como suplente en el equipo joven.
Todas buscan desvincularse de las etiquetas y destacar por sus habilidades a bordo. Entraron en los equipos pasando las mismas pruebas que el resto de tripulantes y se les asignaron los roles en función de su rendimiento. Por ejemplo Scheel, que fue designada timonel tras los entrenamientos con simulador, tal y como explicó ella misma en la presentación oficial de la competición. El resto, han ido consiguiendo formar parte de cada uno de los equipos por el mismo procedimiento.
Mujeres a bordo
A bordo de los AC40 en competición, en el grupo de invitados, hemos visto dos regatistas mujeres de forma simultánea, pero el resto han tenido papeles imprescindibles en los equipos en tierra designados también teniendo en cuenta la experiencia y el hecho de que muchas competirán a bordo en las categorías femeninas. Jamás he pensado que ser mujer me limitaría para navegar. Cuando empezó el proceso de selección de los equipos me apunté como cualquier otro de mis compañeros, explica la ‘trimmer’ canadiense Georgia Lewin-Lafrance. Sin duda formar parte de esta competición ayudará a visibilizar nuestros nombres en la navegación de alta tecnología, asegura la deportista. La navegación con barcos de alto rendimiento es todavía minoritaria, y al no haber liga femenina más allá de la Copa América, la inclusión de estas deportistas en estas dos competiciones les abrirá un abanico de posibilidades en el futuro.
«Estamos más acostumbradas a ver mujeres fuertes en las categorías olímpicas, pero no tanto en la navegación profesional tecnológica», afirma la ‘trimmer’ sueca Felicia Fernström. «Si echo la vista atrás, cuando era una niña, no tenía muchos referentes en los que apuntalar mi idea de ser regatista profesional, pero creo que estamos trabajando en la dirección correcta para que ahora las niñas vean que tienen futuro en la competición de ‘match racing'», añade.
Para ellas, lo importante ahora es seguir ganando experiencia en los AC40 y hacerse fuertes en este sector. Cuando se me brindó la oportunidad de estar en el equipo joven y el femenino, no lo dudé. Tengo muchísimas ganas de aprender y tengo la suerte de que todo puedo hacerlo doble», asegura la regatista benjamina del Sail Team BCN, Neus Ballester. «Voy cansada, he de reconocerlo, llevo meses dedicando más de ocho horas diarias a compaginar los dos equipos, pero sé que va a valer la pena. Estoy aprendiendo mucho entrenando con los chicos y lo trasladaré a bordo con las chicas, asegura la española.
Entrenamientos conjuntos
Las regatistas se ven obligadas a hacer malabares para poder dedicar el mismo esfuerzo a ambos equipos. «Una cosa maravillosa es que los equipos se retroalimentan. Los jóvenes aprenden de la enorme experiencia que tiene el equipo femenino, muchas son medallistas olímpicas, están muy curtidas en la competición y saben trabajar bajo presión. Los jóvenes tienen un hambre voraz de aprender y se pasan horas y horas en el simulador», asegura Wilmot.
Para la mayoría de tripulantes de estos equipos, la navegación a bordo de los hipertecnológicos’ barcos de esta competición es algo totalmente nuevo. «El mayor de los retos que estamos enfrentando es la falta de horas de entrenamiento. Puedo tratar de aplicar mi experiencia en competición en 49er, pero me faltan horas de ‘foiling'», asegura Lewin-Lafrance. Realmente los más aventajados en este aspecto son los suecos, ya que fueron el único equipo con un AC40 en propiedad y, en consecuencia, quienes llevan más horas de entrenamiento.
¿Veremos pronto una mujer a bordo del AC75? Sin duda es parte del proceso natural por el que pretenden pasar todas estas jóvenes pioneras y por el que tanto la organización, como los equipos están trabajando. «En el futuro, los equipos de la Louis Vuitton Cup, elegirán al mejor regatista más allá de si es un hombre o una mujer. Cuando era niña vi a mi padre competir en la America’s Cup y a mi tío ganarla y no veía por qué no podía ser como ellos. Claramente podemos», zanja Wilmot.