La Puig Women’s America’s Cup toma el relevo a la Unicredit Youth
Tanto la liga juvenil como la femenina comparten algunas similitudes en cuanto a organización y aspectos técnicos
Abby Ehler, coordinadora de la Puig Women’s y la Unicredit Youth: «Esta competición es uno de los mayores pasos que ha dado la industria náutica»
por Begoña González
Los AC40 se han estrenado ya por el litoral barcelonés. Los últimos 15 días, la Unicredit Youth America’s Cup ha copado vientos y mareas con sus espectaculares regatas de flota. Las diferencias con la competición reina, la Louis Vuitton Cup, son muchas, y la actuación de las secciones jóvenes de los equipos ha dejado pistas de lo que podríamos encontrar en la primera competición femenina de la historia.
Tanto la liga juvenil como la femenina comparten algunas similitudes en cuanto a organización y aspectos técnicos. Ambas se disputan a bordo de los AC40, versiones reducidas de los AC75 pero con baterías en lugar de cyclors’ para el sistema hidráulico, y contarán con dos grupos diferenciados de aspirantes.
Una de las claves de esta competición juvenil ha sido la diferencia abismal de horas de entrenamiento entre equipos. Los dijo ya en la presentación de la competición joven el timonel danés del JAJO Team Dutch Sail, Bart Lambriex, America’s Cup nunca ha sido una competición nivelada». Y no lo dijo como crítica, sino más bien con resignación, siendo el suyo uno de los equipos que menos horas de navegación había acumulado hasta el inicio de la campaña. Algo similar ocurrirá con las mujeres.
Dos grupos, diferentes condiciones
El Grupo A, el que está formado por las secciones femeninas de los equipos que disputan la Louis Vuitton Cup, es el que acumula más horas de entrenamiento. Estos equipos tienen en propiedad un AC40 para poder entrenar, puesto que además de los jóvenes y las mujeres, lo usaron también durante las sesiones de entrenamiento los tripulantes que más tarde navegaron en AC75. El Grupo B, el de los equipos invitados, presenta una realidad muy distinta.
En este segundo grupo, en el que figuran los equipos de Suecia, España, Australia, Países Bajos, Canadá y Alemania, las diferencias serán brutales. A excepción del equipo sueco, que cuenta con un barco de su propiedad y ha entrenado en el litoral de Badalona durante todo el verano, el resto de equipos apenas han podido ponerse a prueba en el agua y tan solo han acumulado horas y horas de simulador.
De este modo, tal y como ocurrió en la Youth, habrá detalles que marcarán la diferencia entre los equipos y su estilo de navegación. La alta tecnología de este tipo de embarcaciones, que no se parece en absoluto al tipo de navegación al que están acostumbradas las regatistas, dejará en inferioridad de posibilidades a los equipos con menos entrenamiento.
Regatas vibrantes y dinámicas
En la Youth, por ejemplo, se podían ver estrategias y debilidades muy distintas en ambos grupos. Uno de los aspectos en los que quedaba más patente esta desigualdad era en las salidas. Pues mientras que el Grupo A, con mayor experiencia, efectuaba salidas muy ajustadas, con aglomeraciones de barcos y apurando milimétricamente los tiempo de presalida, en el grupo B, en cambio, las salidas eran algo más caóticas, con más penalizaciones por precipitarse y protestas entre equipos por no respetar las prioridades de paso.
Habrá que ver hasta qué punto la amplia experiencia de las regatistas en otros tipos de embarcaciones afectará a la competición y compensará la falta de horas a bordo. Lo que está asegurado es el espectáculo, pues las regatas de flota, el formato de ambas competiciones es bastante más espectacular que el ‘match race’. En ellas, compiten cada vez 6 equipos y los adelantamientos, protestas y penalizaciones son contantes. Virajes, estrategia, adelantamientos… Son la seña de identidad de esta competición, y previsiblemente lo serán también de la femenina.