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El Port de Barcelona impulsa un proyecto pionero para reciclar el plástico dentro del propio puerto

A finales de este año espera recuperar unas 450 toneladas, que se recogerán en el Port Vell y el World Trade Center, Nova Bocana, la ZAL, Cilsa y MB92, impulsando la economía circular entre las empresas del puerto

Una empresa náutica de Barcelona halla la fórmula para reciclar toneladas de plástico industrial cada año

El Port de Barcelona impulsa un proyecto pionero para reciclar el plástico dentro del propio puerto

por Glòria Ayuso

Algunos polígonos industriales promueven la economía circular y gestionan de forma conjunta sus residuos, incluidos los plásticos. Sin embargo, no es habitual que el proceso completo de reciclaje desde la recogida y clasificación hasta el tratamiento y la transformación en nuevos productos se lleve a cabo íntegramente dentro del propio polígono. Esto es precisamente lo que quiere impulsar el Port de Barcelona, que ha reunido a las empresas de su Comunidad Portuaria para animarlas a convertir el puerto en un hub verde de innovación circular.

Las empresas del puerto, como cualquier otra, cuentan con un gestor autorizado que recoge el plástico, lo transporta hasta sus instalaciones en este caso, en Sant Cugat, convierte el máximo posible en un subproducto homogéneo que se envía en barco hacia Asia, donde se fabrican nuevos productos. Por ahora, la gestión lineal es más barata, pero si realizamos el fraccionamiento y la separación en el mismo punto de generación, los modelos de economía circular pueden ser rentables, explica Miquel de la Mano, director técnico de Barcelona Port Innovation, que coordina el proyecto.

El coste del reciclaje

El coste de gestión resulta especialmente elevado para las empresas que generan grandes volúmenes de residuos cada año. Con la entrada en vigor de la nueva Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) para sectores industriales, estas compañías pasan a ser responsables directas de sus residuos. Deben registrarse, declarar los volúmenes generados y garantizar su correcta gestión a través de los SCRAP (Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor).

En el puerto, «gran parte de los residuos plásticos proceden de las actividades de paletización, donde se utilizan embalajes de film transparente, un material muy apreciado por su alta calidad: al carecer de color, puede transformarse fácilmente en una amplia gama de productos nuevos», explica De la Mano. Tras el reciclado, las empresas del puerto «pueden vender el material resultante a sus proveedores, que están obligados a incrementar el porcentaje de material reciclado».

Recogida semanal

El germen de este proyecto surgió hace dos años, cuando la empresa MB92, especializada en mantenimiento de yates en el Port Vell, decidió reciclar la gran cantidad de plástico que utiliza para envolver los buques durante las tareas de pintura, evitando la dispersión de contaminantes a la atmósfera. Cada semana recogen el plástico empleado, lo trituran y compactan para hacerlo apto para nuevos usos. La maquinaria, que funciona solo cinco horas semanales, se ha financiado con una subvención del Perte Naval.

Mediante la cesión de una nave en la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del puerto para la planta de reciclaje, el objetivo es que toda la comunidad portuaria pueda utilizarla y revender el material reciclado a sus propios proveedores. Si se suman más empresas como MB92, la viabilidad económica del proyecto es factible, asegura Marc Hervàs, responsable de Sostenibilidad de la empresa.

Sumar comunidad

A finales de este año, se recuperarán unas 450 toneladas de plástico, que se recogerán en el Port Vell y el World Trade Center, Nova Bocana, la ZAL, Cilsa y MB92, que representan, según cifra De la Mano, un 10% del volumen total que se prevé reciclar en el futuro. Fundación Cares, que emplea a personas en riesgo de exclusión, será la encargada de la recogida, separación y primera transformación del material. Tenemos la máquina y la nave para empezar. Ahora toca crear comunidad, afirma Catalina Grimalt, directora de Barcelona Port Innovation.

El proyecto, que arranca ahora como piloto para evaluar los resultados, aspira a generar beneficios ambientales, al cerrar ciclos de materiales en origen y reducir emisiones; económicos, al disminuir los costes por la gestión de residuos e incluso crear ingresos por la venta del material reciclado; y sociales, al fomentar el empleo inclusivo.

La directora de Relaciones Institucionales del Port de Barcelona, Ingrid Boqué, ha hecho un llamamiento a la participación de toda la comunidad portuaria: Es imposible hacerlo por separado. Se trata de una apuesta decidida por la economía circular, liderada por las empresas. No es solo una solución tecnológica o innovadora, sino un compromiso colectivo que conecta responsabilidad con competitividad.

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