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Su implementación puede evitar unas 6.000 muertes prematuras al año, según un estudio encargado por el Gobierno francés

Las navieras han anunciado recargos en las tarifas a partir del mismo día de entrada en vigor de la nueva normativa

La Organización Marítima Internacional aprueba el marco para gravar las emisiones al transporte marítimo global

El mar Mediterráneo activa este jueves su zona de control de emisiones para frenar la contaminación atmosférica

por Glòria Ayuso

Las zonas de bajas emisiones van más allá de las carreteras: a partir de este jueves, el mar Mediterráneo ha sido oficialmente designado como Área de Control de Emisiones, con el objetivo de reducir la contaminación atmosférica en la mayor parte de su extensión.

El fueloil que utilizan los barcos contiene hasta 3.500 veces más azufre que el diésel de los vehículos. La quema de este combustible emite contaminantes a la atmósfera como los óxidos de azufre y de nitrógeno, y partículas finas (PM2.5) que tienen unos efectos nocivos sobre la salud. El Mediterráneo es una zona especialmente sensible: pese a ocupar solo el 7% de la superficie marina mundial, concentra casi el 30% del tráfico mundial de mercancías y el 17% de los cruceros. Una situación que va a más: la actividad ha experimentado un crecimiento de casi el 5% anual en la última década.

6.000 muertes al año

A petición de los estados, la Organización Marítima Internacional (OMI) ha creado las Áreas de Control de Emisiones (ECA, por sus siglas en inglés) para limitar la contaminación atmosférica de los barcos y sus efectos negativos. Su implementación en el Mediterráneo puede evitar unas 6.000 muertes prematuras al año, según un estudio de impacto ambiental encargado por el Gobierno francés.

Su cumplimiento debe ser inmediato. Los buques, durante su navegación, deben usar combustible con contenido de azufre igual o inferior a 0,10% o combustibles alternativos como el Gas Natural Licuado (GNL), el metanol o biofuel; o bien instalar sistemas de limpieza de gases de escape. Esta norma ya está en vigor desde 2015 en el Mar Báltico, el Mar del Norte, algunas zonas sensibles de EEUU y Canadá y el Mar Caribe. La OMI decidió en 2022 su aplicación en el Mediterráneo, en un acuerdo que ha incluido diversas enmiendas de países y operadores. Con ello, la calidad del aire debe mejorar con una reducción de emisiones de 8,5 millones de toneladas al año, según el estudio técnico del Centro regional de emergencia para la lucha contra la contaminación en el mar Mediterráneo (REMPEC). Fuera de las zonas ECA, el contenido máximo de azufre en el combustible puede alcanzar el 0,5%.

Anuncio de recargos

«Los puertos españoles están preparados para suministrar todos los distintos tipos de combustibles que necesitan los barcos en sus diferentes rutas de navegación, y por lo tanto también el combustible muy bajo en azufre», afirman fuentes de Puertos del Estado. Desde 2010, la Comisión Europea ya obliga a los buques a usar este combustible a una alternativa menos contaminante mientras están atracados en los puertos europeos.

Navieras como Maersk, MSC y ONE han anunciado que aplicarán recargos a sus tarifas a partir del mismo día de entrada en vigor de la ECA aduciendo unos mayores costes de explotación por la obligación de adquirir estos combustibles también para su navegación por el Mediterráneo. ONE especifica que variarán entre los 17 y 48 dólares por contenedor, dependiendo de la ruta.

Inspecciones a bordo

Las Capitanías Marítimas, dependientes del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, abrieron 11 expedientes sancionadores a las navieras en 2024 por no usar combustible bajo en azufre. Fue el resultado de más de 1.100 inspecciones en los puertos y en alta mar, en las que se observa si se expulsan humos negros, se verifica la documentación relacionada con el combustible y se toman muestras a bordo.

Resultados tangibles

Los óxidos de azufre han disminuido un 70% desde 2014 dentro de las zonas ECA ya en vigor, según el Informe Ambiental del Transporte Marítimo Europeo 2025. En los países del Mediterráneo, la reducción de las emisiones está supeditada a que cada Estado aplique esta decisión. Este camino debe continuar, empezando por las islas Canarias y las portuguesas», actualmente fuera de cualquier zona de control, afirma la responsable de transporte marítimo de Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), Lola Berna. Por el momento, la OMI sí ha acordado este mes de abril establecer una nueva zona ECA en el Noreste Atlántico.

La posibilidad de seguir utilizando fueloil incluso con sistemas de depuración de gases de escape, es igualmente «perjudicial», según Berna, ya que limpian las emisiones de azufre para luego verterlas al océano, trasladando así el problema del aire al agua. Por ello, ve necesaria una «prohibición de la descarga de agua de lavado de los depuradores, como ya han hecho varios países como Dinamarca, Finlandia y Suecia.

Turismo náutico

Además del tráfico de mercancías y sus grandes buques, el Mediterráneo concentra más del 30% del turismo náutico global y recibe a más de 200 millones de turistas anuales, destaca la Asociación Nacional de Barcos Eléctricos (ANBE). Pese a que algunos puertos se están modernizando, la organización indica que el sector del turismo náutico en España, que incluye el alquiler de embarcaciones, excursiones marítimas y buceo y el transporte de pasaje turístico, no está adaptado a la descarbonización marina. «La mayoría de estas embarcaciones siguen funcionando con motores diésel antiguos, sin control de emisiones, y, para más inri, muchos gozan de bonificaciones fiscales al combustible fósil que hay que eliminar o como mínimo minimizar», señala.

Flotas sostenibles

La asociación indica que España tiene «la oportunidad de convertise en líder del turismo náutico sostenible en Europa, apostando por flotas de alquiler 100% eléctricas, híbridas o a hidrógeno», y pone como ejemplo Italia, donde ya está en marcha el plan de descarbonización con un corredor de hidrolineras de más de 25 marinas por la costa. Además de la modernización de los puertos, ANBE aboga por sustituir las subvenciones al diésel marino para uso turístico por incentivos reales para la conversión energética del sector.

Según datos de European Boating Industry, la demanda de embarcaciones eléctricas e híbridas ha crecido más de un 20% anual desde 2020. Solo en España, se estima que el parque de embarcaciones eléctricas e híbridas crezca un 65% en los próximos cinco años, según ANBE, impulsado por el auge del turismo responsable y el desarrollo de soluciones tecnológicas cada vez más eficientes y asequibles.

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La economía azul ya aporta el 5% del PIB de Barcelona
Las algas toman un nuevo protagonismo en la dieta

La estrategia de la ciudad de diversificar su economía potenciando su vertiente marítima ha dado alas a un sector en el que aparecen nuevas actividades emergentes y estratégicas, como la robótica submarina y los servicios relacionados con las infraestructuras bajo el agua

La economía azul ya aporta el 5% del PIB de Barcelona

por Glòria Ayuso

El impacto de la economía azul aumenta en Barcelona: un nuevo informe indica que la actividad relacionada con el mar ya supone el 5% del PIB de la ciudad, al aportar un volumen de negocio de casi 11.200 millones de euros.

La estrategia de la ciudad de diversificar su economía potenciando, entre otras cosas, su vertiente marítima, incluye realizar un seguimiento de toda la actividad. El primer informe del Observatorio de la Economía Azul, formado por el Ayuntamiento, El Port de Barcelona y la Cátedra de Economía Azul de la Universitat de Barcelona, considera que en la ciudad hay 1.600 empresas azules, buena parte concentradas en el litoral. El sector ocupa a unas 51.200 personas, incluyendo las que emplea el principal agente, el Port de Barcelona, concentando al 4,3% de la población ocupada en la capital catalana, una cifra muy superior al 1,4% registrado hace apenas cinco años.

Crecimiento del empleo

Las cifras están por encima de lo que se conocía hasta ahora, remarca el responsable del estudio y director de la Cátedra de Economía Azul, Miquel Canals, también Premi Nacional de Recerca 2024. Canals señala que solo se han considerado aquellas empresas cuya actividad marítima representa más del 50% de su dedicación.

Sin incluir los efectos de la Copa América de vela en el estudio, la economía azul fue en 2023 la tercera en ofrecer un mayor crecimiento del empleo entre los sectores considerados estratégicos en la ciudad, por detrás del deporte y el turismo. Entre 2019 y 2023, periodo del que se disponen los datos más recientes, se registró el mayor número de nuevas empresas en el sector desde la década de 1980, con la creación de 383 nuevas actividades económicas.

Actividades innovadoras

Seis de cada diez empresas se dedica al transporte y la logística marítima. El resto se corresponde a otras actividades portuarias, la bioeconomía marina, y la construcción y el mantenimiento naval. Frente a estos sectores consolidados, emergen actividades relacionadas con las tecnologías avanzadas, como la robótica subacuática, así como la explotación de los datos que ofrece el mar, muchos de los cuales se obtienen de satélites. También se encuentran en auge los servicios relacionados con las infraestructuras submarinas, destaca Canals. La seguridad de las infraestructuras y la energía son aspectos estratégicos para la Comisión Europea, al igual que la seguridad alimentaria y la sostenibilidad, lo que está abriendo nuevas oportunidades de negocio, afirma el experto. El observatorio destaca que se trata de actividades de alto valor añadido, con una productividad un 20% superior a la media de la ciudad.

También el turismo crece en relación directa con el mar. La ciudad cuenta con una cincuentena de centros relacionados con el ocio náutico.

Nuevo impulso

Pese a ello, el informe también revela que queda camino por recorrer: Barcelona se encuentra en la posición número 27 en el ranking de ciudades marítimas del mundo, si bien su capacidad de atraer talento y la apuesta por innovar puede hacerla seguir escalando posiciones. Clave es, destaca Canals, que cada año la ciudad forma a más de 7.000 personas en aspectos relacionados con la economía azul, una fuente de talento en aumento que el sector considera necesaria para dar salida a su crecimiento.

«No queremos ser una ciudad más en este ámbito, queremos liderar este sector. Y, si no deja de crecer, no es por casualidad», afirma el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, atribuyéndolo a que Barcelona ha sido pionera en su estrategia municipal centrada en la economía azul. A esta estrategia «la ha seguido un fuerte impulso en este mandato con el nuevo Port Olímpic; el Blue Tech Port, el espacio para empresas liderado por el Port de Barcelona, y el futuro Parque de Tecnología Marítima, dedicado a la investigación y la incubación de empresas, entre otras iniciativas», enumera Valls, para quien «Barcelona quiere ser la capital del mar y de la economía azul, del Mediterráneo y de Europa, y una de las capitales de los mares del mundo».

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Las algas toman un nuevo protagonismo en la dieta

Destacadas por su contenido en proteínas, hierro, fibra, vitaminas, minerales y ácidos grasos omega 3, se fomenta su producción y consumo, también en forma de nuevos alimentos elaborados con alto valor nutritivo

Las algas toman un nuevo protagonismo en la dieta

por Glòria Ayuso Andrea Hermida-Carro

Muy consumidas en Asia, las algas ganan cada vez más presencia en la dieta global. Son ricas en proteínas, hierro, fibra, vitaminas (A, C, B12), minerales (yodo, calcio), ácidos grasos omega 3 y compuestos antioxidantes, con variaciones según la especie. Se consideran una excelente fuente de proteína alternativa y, en general, un alimento completo y sostenible para una población mundial en crecimiento. A partir de las algas, empiezan a surgir nuevos ingredientes y alimentos elaborados con alto valor nutritivo.

Asia concentra más del 97% de la producción de algas. No obstante, la Comisión Europea ve como una prioridad estratégica aumentar su cultivo para garantizar la soberanía alimentaria.

Las algas destacan por ser una fuente de alimentacion con una baja huella de carbono: crecen sin necesidad de tierra cultivable ni fertilizantes y aprovechan el exceso de nutrientes presentes en el agua, lo que las hace ideales para el cultivo conjunto con piscifactorías. Durante su crecimiento, absorben nitratos, fosfatos y dióxido de carbono (CO), contribuyendo a la limpieza y oxigenación de las aguas.

Además, sus propiedades permiten otros usos innovadores, como la obtención de materiales alternativos al plástico, su aplicación en cosmética y en la industria farmacéutica, así como su uso para la descontaminación medioambiental, gracias a su capacidad de formar compuestos biodegradables y bioactivos.

Las microalgas son organismos microscópicos que se encuentran flotando en la columna de agua. Incluyen especies como la Chlorella, la Spirulina (ambas de agua dulce) y la Dunaliella (en lugares con alta salinidad). Debido a su alto valor nutricional y contenido en proteínas, lípidos y pigmentos, están aumentando sus usos en alimentación y en la industria. Se utilizan en suplementos alimenticios y como nuevo ingrediente, y en biocombustibles, cosmética, productos farmacéuticos y aplicaciones medioambientales.

Las macroalgas son, como su nombre indica, algas más grandes, visibles, que pueden crecer varios metros y formar estructuras parecidas a plantas. Se clasifican en algas rojas (Rhodophyta), verdes (Chlorophyta) y pardas (Phaeophyta). Generalmente están adheridas a superficies en entornos marinos, aunque tambén hay de agua dulce. Se usan en alimentación (como el nori, kelp, wakame) y también para el pienso de animales, fertilizantes, envases biodegradables, cosmética, farmacologia y en aplicaciones medioambientales.

En sus usos alimentarios más habituales, las algas se agregan a ensaladas, sopas, salteados, guisos y como especias. Es el caso del kombu, el wakame y el hijiki, tres especies de algas pardas. La ulva o lechuga de mar (alga verde) se utiliza también en ensaladas, sopas y otros platos. Al igual que la gracilaria (alga roja), ampliamente utilizada para extraer agar, un espesante y gelatinizante natural común en alimentos procesados y postres. A ellos se suma el popular nori (también un alga roja) utilizado para preparar sushi.

Sin embargo, empiezan a surgir nuevos productos más elaborados a base de algas. La industria extrae la proteína del alga y la concentra en harinas, obteniendo nuevos ingredientes para la elaboración de productos procesados y panadería. El valor de las nuevas propuestas radica en su poder nutricional y una menor huella de carbono en comparación con la proteína animal y ciertos cultivos terrestres como la soja. Por ello, también se están utilizando para elaborar piensos para la alimentación del ganado.

Las algas son una solución natural contra la contaminación. Lo interesante de las macroalgas y las microalgas es que ayudan además a limpiar el agua y el aire. Este proceso se llama biorremediación, que básicamente significa «usar seres vivos para arreglar problemas de contaminación».

Por ejemplo, si el agua está sucia porque tiene metales pesados, químicos o demasiados nutrientes (como los que vienen de fertilizantes), las algas pueden absorber esas sustancias dañinas. De esta forma, el agua queda más limpia.

Las algas además capturan dióxido de carbono (CO), que es uno de los gases responsables del cambio climático. El océano en su conjunto capta casi el 30% de CO que emitimos a la atmósfera, y las algas especialmente las microalgas juegan un papel muy importante en ese proceso.

Mientras que las microalgas se utilizan en sistemas cerrados, como las plantas de tratamiento de aguas residuales, las macroalgas desarrollan su función en ambientes costeros y marinos. En estos ecosistemas, son capaces de captar contaminantes presentes en el agua, incluyendo nutrientes en exceso y metales pesados. Eso las convierte en una solución natural para mejorar la calidad del agua en las piscifactorías, ya que capturan nitratos, fosfatos y amonio, que se generan por los desechos de los peces y los restos de alimento. También se emplean en la recuperación de hábitats marinos. Al realizar la fotosíntesis, liberan oxígeno que favorece a la vida acuática y absorben CO, ayudando a mantener el equilibrio del pH y a mitigar la acidificación del océano.

Debido a su capacidad de absorber cadmio, plomo y mercurio, está en estudio los usos que posteriormente pueden darse en algunos tipos de algas, ya que se evalúa la carga de estos metales en determinadas especies.

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El auge de las algas impulsa la creación de nuevas empresas en cosmética y nutracéuticos

por Glòria Ayuso

El alto valor nutricional de las algas está impulsando la creación de nuevos productos y empresas, no solo en el sector de la alimentación, sino también en cosmética y nutracéutica.

La chlorella y la espirulina son dos de los ingredientes de los productos de Blue Ocean Nutrition, una startup biotecnológica azul.

Directora en Nike

Mayte Corbinos es la emprendedora detrás de esta iniciativa. Directora de innovación en Nike después de cursar un MBA en EEUU, volvió con su familia a Barcelona. En un chequeo médico el doctor se sorprendió de que se encontrara bien pese a haberle diagnosticado una infección causada por el virus de Epstein-Barr con unos valores muy altos. «Le expliqué que llevaba tiempo bebiendo agua de mar, y lo atribuyó a este hecho», afirma.

La mayor parte del 3,5% de minerales que hay en el agua de mar es sodio, que en las salinas se concentra en la superficie y se extrae para producir sal. El resto se queda en el agua sobrante. Al evaporarse, se forma una harina, el amargo, que contiene minerales valiosos como magnesio y selenio, que se desecha en el mar. Este excedente es un tesoro, subraya con vehemencia.

Aplicando la economía circular, recoge este subproducto de las salinas de la Reserva Natural de La Camarga (Francia) para elaborar nutracéuticos, que comercializa bajo la marca Amar81 en farmacias, herbolarios y a través de Internet.

Encapsular minerales

Además de encapsular estos minerales, en algunos de sus productos añade la alga chlorella porque es una máquina de limpieza de metales pesados, y «está indicada para hacer igualmente una limpieza del cuerpo. También utiliza la espirulina porque es un superalimento: es pura proteína, además de ser muy rica en hierro y minerales, indica Corbinos.

La start-up, que trabaja con laboratorios de Barcelona, fue en 2021 la biotecnológica mejor valorada por la Generalitat, en 2022 ganó el premio al Proyecto más sostenible del programa de emprendeduría de la economía azul de Barcelona Activa, y la Fundació Impulsa Talentum le ha otorgado en 2025 un reconocimiento en la categoría de economía circular. Con un equipo de siete personas, este año prevé duplicar su facturación y generar sus primeras ganancias, tras crecer un 80% en 2024. Corbinos contempla responder a una demanda creciente en latinoamérica mediante acuerdos con distribuidores en Brasil, México y Alemania.

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La primera planta de producción de algas en Catalunya planea su expansión

por Glòria Ayuso

Microalgae Lab se dedica desde 2021 a la producción de espirulina en Tarragona. Fue la primera planta de producción de algas en crearse en Catalunya. Lograr los permisos me costó dos años, explica su CEO, Mario Muñoz.

La planta consiste en unas piscinas con agua en las que se cultivan las microalgas y unos laboratorios para procesarlas. El emprendedor destaca que se trata de una actividad, ante todo, sostenible: Cada kilo de microalgas secas que se obtiene ha consumido dos kilos de CO2, sin contaminar nada. El agua no se descarta: después de recolectar, se filtra y se devuelve a la piscina.

Después de cultivarla y tras su secado, Microalgae Lab la comercializa en tres formatos: en fideos, en polvo y en comprimidos. También extrae el pigmento azul de la espirulina. Se trata del 15% de la microalga, que concentra buena parte de las propiedades. La empresa se propone dedicar el 85% restante de la espirulina a producir pienso para peces.

Un superalimento

La espirulina contiene un 65% de proteína, mucho hierro, más que las lentejas, y vitaminas. Protege el sistema inmune, y va muy bien para regular el colesterol y el azúcar en la sangre, resalta el emprendedor, que trabaja con el departamento de Biología de la Universitat de Barcelona, con el de ingeniería Química de la Universitat Rovira i Virgili, con el departamento de nutrición de Eurecat, y con su socio, Rafa Hernández, doctorado en Química.

Se trata de un sector que está creciendo. Muchos alimentos que se encuentran en el supermercado ya incluyen la espirulina. Es un producto muy saludable, solo hace falta darla más a conocer.

No obstante, el problema es la alta competencia procedente de Asia. Se vende un producto a un precio muy bajo, pero solo concentra el 20% de proteína y es de muy poca calidad, asegura Muñoz.

De 500 a 12.000 kilos

Microalgae Lab produce 500 kilos en una instalación de 300 m. Toda la producción, desde la fabricación hasta el envasado final, se lleva a cabo en la misma planta. Actualmente, la comercialización se realiza a través de su e-commerce, pero el emprendedor tiene planes ambiciosos para expandir su negocio. Muñoz planea desarrollar una nueva planta de 3.000 m en una primera fase en 2026 y expandirse con otros 3.000 m en 2028, para obtener hasta 12.000 kilos anuales. Se trata de un crecimiento previsto mediante una colaboración con una empresa del sector agroalimentario de Tarragona, interesada en la explotación de este producto para integrarlo en sus líneas de producción. Con esta industrialización es posible reducir a la mitad su precio, destaca.

En este sentido, más allá de la comercialización de su producto, la empresa está abierta a nuevos modelos de negocio, como la de actuar como socio estratégico para ayudar a escalar la tecnología que ha desarrollado, adaptándola y aplicándola en otras instalaciones o proyectos. Asimismo, Muñoz ha solicitado los permisos para la explotación de diez microalgas más. Junto con la espirulina, considera su gran potencial para la alimentación humana, animal, y aplicaciones en cosmética.

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B’Zeos desarrolla en Barcelona envases biodegradables a partir de algas

por Glòria Ayuso

Si el plástico es el gran enemigo del océano, que es donde terminan sus deshechos, ahora el propio mar parece proporcionar una solución: reemplazar este material de un solo uso por productos biodegradables obtenidos a base de algas marinas.

La start-up suiza B’Zeos ha localizado en Barcelona su laboratorio de I+D para desarrollar esta nueva solución. Ha elegido Catalunya porque es donde se encuentra la industria europea de maquinaria para el envasado, así como los centros tecnológicos especialistas en el sector.

Ubicada en el parque científico de Barcelona, la empresa ha superado recientemente una ronda de financiación liderada por Faber, con la participación de ICIG Ventures, la unidad de capital riesgo de International Chemical Investors Group (ICIG). Junto con ayudas europeas, ha obtenido 5 millones de euros que le permitirán ampliar su actual equipo de 10 personas y montar nuevas oficinas, un laboratorio y un espacio de procesado piloto en DFactory, en el Consorci de la Zona Franca.

Sector en crecimiento

B’Zeos está desarrollando nuevas formulaciones para producir pellet con polímero procedente de las algas marinas. Sus soluciones son compatibles con la maquinaria de procesado de plástico que utiliza la industria, lo que permite escalar el producto rápidamente. Usamos sobre todo algas pardas y algas rojas. Por el momento proceden del Atlántico, de Francia y Noruega, pero en España estamos en contacto con empresas que se están iniciando en el cultivo. Aquí está creciendo esta industria, explica la directora de Tecnología de la empresa, Adriana R. Kyvik.

El ciclo de producción comienza con el cultivo de algas, que se procesan en biorrefinerías para obtener extractos o polvo. B’Zeos los combina con otros materiales para transformarlos en pellets biodegradables, que luego las empresas de envasado convierten en envases sostenibles.

Envases de un uso

Kyvik destaca la oportunidad de explotar los productos procedentes de las algas, porque son muy eficientes, ya que crecen rápido y su cultivo impacta de forma positiva en ecosistemas marinos dañados, a la vez que capturan CO2.

La empresa ha identificado las mejores aplicaciones: Nuestro objetivo es reemplazarlo por el plástico de un solo uso que no se puede reciclar porque está contaminado por alimentos, y que se usa en comida preparada o para llevar, y también en el embalaje de frutas, explica Kyvik. Se trata de un sector en crecimiento y con un uso intensivo de plástico o materiales alternativos hechos con papel, que igualmente deben incorporar una lámina de plástico para convertirlos en impermeables.

En cambio, los extractos de las algas aportan una barrera a la grasa y evitan además la oxidación. Permiten a la vez producir material flexible y rígido. Por ello estos nuevos envases pueden aplicarse en la comida para llevar, así como en el envasado de frutas.

Costes competitivos

La investigación se centra en lograr una producción de materiales con propiedades similares al plástico a costes competitivos y encontrar las distintas formulaciones para que exista el equilibrio óptimo para que el producto sea biodegradable y cumpla con su funcionalidad en cada una de sus diferentes aplicaciones. La start-up indica que el año que viene sus productos ya podrán lanzarse al mercado. Tras comprobar la viabilidad del producto en una prueba piloto llevada a cabo con Nestlé en Suiza, B’Zeos está trabajando con empresas de tecnología del envase y con supermercados. Hay muchos actores interesados. Muchas empresas se han comprometido a reducir el uso del plástico. La normativa europea obliga a usar materiales biodegradables para los productos de un solo uso, pero hasta ahora se encuentran pocas soluciones en el mercado, señala la responsable del área tecnológica.

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El experto, consultor de la Generalitat y de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ve en el cultivo de las algas la posibilidad de evitar «los errores cometidos en la agricultura terrestre»

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<p style=por Glòria Ayuso

Doctor en Farmacia y Catedrático de Botánica en la Facultad de Ciencias de la Universidade da Coruña (UDC), Javier Cremades es el máximo especialista en el cultivo de algas marinas en España. Consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), es también responsable del laboratorio del Centro Interdisciplinar de Química y Biología (CICA) pionero a nivel nacional en el desarrollo y optimización de métodos cultivo de macroalgas marinas para su uso industrial o repoblación.

Ha asesorado a la Generalitat sobre el potencial del cultivo de algas en Catalunya.

Presentamos el informe en Sant Carles de la Ràpita. El objetivo en Catalunya es llevar a cabo una agricultura multitrófica, lo que significa combinar macroalgas con otros cultivos marinos.

¿Por qué esta combinación?

Las algas, además de tener un gran valor nutricional, realizan un servicio ecosistémico. Los excrementos de los peces, moluscos y crustáceos en piscifactorías, en vez de contaminar las aguas, sirven para alimentar las algas. Estos sistemas son los que tienen más futuro. En China y Corea, para cultivar las algas se abona el mar como si fuera una tierra de cultivo, algo impensable aquí.

¿Qué potencial tiene como nueva actividad económica?

Permite a los productores obtener ingresos de peces, moluscos y algas, reduciendo riesgos y mejorando la rentabilidad.

¿Dónde es mejor cultivarlas?

Donde encuentran el alimento. En el Mediterráneo, su cultivo está indicado en la desembocadura de los ríos, como el Ebre, el Llobregat, o en la bahía de Roses, donde llegan los nutrientes procedentes de la actividad agrícola y ganadera, favoreciendo el desarrollo de fitoplancton en el mar y, con ello, la cría de mejillones, otros moluscos y algas marinas.

¿Por ello comer algas y pescado será más viable frente a otras proteínas?

Se trata de mejorar la eficiencia alimentaria. Los peces, al ser de sangre fría, no gastan energía en regular su temperatura, lo que les permite aprovechar hasta un 30% más del alimento que ingieren para su crecimiento en comparación con animales como las gallinas. Pero es clave impulsar la acuicultura de bajo nivel trófico. Actualmente cultivamos grandes depredadores como el salmón o la lubina, que requieren proteínas de alta calidad para crecer. Es como si comiéramos tigres y leones. La alternativa es cultivar organismos como moluscos y algas, que se alimentan por sí solos si el entorno es adecuado.

El Institut de Recerca i Tecnologia Alimentària apuesta por ello.

Responde a un sector en crecimiento. En Ametlla de Mar hay empresas interesadas en compaginar el cultivo del atún con el de macroalgas. La Confraria de Roses también ha montado una pequeña planta de cultivo de macroalgas para la restauración, a la que asesoré para adecuar la instalación. Se empieza a explotar las algas para la gastronomía con métodos de cultivo sostenibles.

¿Se requiere de mucha innovación?

Hay que probar muchas cosas. Para empezar, no es necesario que los cultivos estén juntos: podemos recoger el agua rica en nutrientes que hay en la costa fruto de la actividad humana y cultivar en tanques en tierra. Tiene ventajas de control y manejo, sin el peligro de que un temporal rompa las instalaciones.

Hay empresas reacias a contar lo que están haciendo.

Hay mucho secreto, las empresas no comparten los resultados porque están invirtiendo en innovación para obtener conocimiento y desarrollar su negocio. Por el momento, las empresas que viven de otros sectores son las que principalmente están invirtiendo a fondo perdido en esta actividad.

Las empresas ven frenados sus proyectos por los numerosos permisos para el cultivo en el mar.

Al tratarse de una nueva actividad, no existe una legislación y una normativa dirigida a este sector. En toda Europa el cultivo de algas topa con la administración: es complicado obtener permisos, concesiones y cambiar de especies en los cultivos. Los empresarios no pueden esperar dos años para obtener licencias. Además, se aplica a las algas protocolos y normas del cultivo de otras especies. El cultivo de algas mejora la calidad del agua. Sin embargo, la administración exige controles continuos de contaminación, como en las piscifactorías, debido a un desconocimiento de sus beneficios ambientales.

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Su primer producto recordará el sabor del mar, será nutritivo y sabroso, explica la CEO de esta start-up de la que también saldrá un pan con alto contenido proteico

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por Glòria Ayuso

Sustituir la carne y el pescado por proteína de origen vegetal ha sido desde siempre la obsesión de Sònia Hurtado. Licenciada en Ciencia y Tecnología Alimentaria, le marcó para siempre una visita a un matadero cuando realizaba el doctorado. De eso hace 15 años, tiempo en el que ha formado parte de diversas start-ups con ese mismo enfoque, entre ellas Heura. Pero fue determinante darse cuenta de que «la mejor fuente de proteínas y elementos nutricionales se encuentra en el mar y está completamente por explotar», afirma.

La necesidad estaba clara: ante el aumento de la población mundial y el avance del cambio climático, ya hace años que la ONU advierte de que hay que reducir el consumo de carne y pescado. En 2022 se asoció con María Cermeño, experta en la mejora tecnofuncional de proteínas vegetales, para desarrollar esta nueva alternativa. Al frente de Poseidona, este año lanzarán el primer producto marino alternativo al pescado, así como un pan con alto contenido proteico, ambos con ingredientes procedentes de las algas.

Algas rojas

El sector alimentario ha utilizado algas rojas durante muchos años para extraer un carbohidrato llamado agar agar. Este compuesto se emplea como gelificante para aportar consistencia a los productos procesados. El resto, que es donde se encuentra la proteína, la fibra y los minerales, se desecha, revela Hurtado. Así que no era preciso ni tan solo cultivar o recolectar las algas, solo aprovechar lo que hasta ahora no ha interesado a la industria.

Poseidona recupera estas algas, que encuentra en un estado óptimo: limpias y con todos los nutrientes excepto los carbohidratos, para extraerlos y obtener un ingrediente concentrado en proteína y otros elementos de alto valor nutricional. La start-up empezará a producir este año a través de un socio industrial ubicado en el norte de España, donde se encuentra la empresa alimentaria que la provee de algas.

Sabor de mar

Su primer producto recordará el sabor del mar, será nutritivo y sabroso, explica la CEO de Poseidona. Su ingrediente de extracto de alga roja «incluye un 20% de proteína, fibra y almidón», que funciona además como gelificante y emulsionante, pero sin tratarse de un aditivo, destaca Hurtado.

La start-up también producirá una harina rica en proteína que un fabricante del sector de la panadería empleará en la elaboración de panes con alto contenido proteico y aminoácidos. El objetivo en 2025 de Poseidona es «consolidarse en un pequeño mercado para luego empezar a escalar».

Algas invasoras

La CEO de Poseidona arrastra larga experiencia al frente de start-ups. Tecnóloga de alimentos y con 20 años en esta industria, fue cofundadora de Current Foods en San Francisco. Paralelamente, Cermeño realizó sus estudios postdoctorales en extracción de proteínas en la industria alimentaria. Primero trabajó con la industria cervecera, extrayendo proteína para hacer pan, y luego se especializó en algas.

Nos centramos en la proteína para alimentación, pero también estamos investigando moléculas con actividad antiinflamatoria para cosmética y farmacéutica, donde vemos un gran potencial, afirma la CEO.

Poseidona investiga también las algas invasoras. Desestabilizadoras del equilibrio del ecosistema marino autóctono, ven la oportunidad de retirarlas para darles un uso comercial. «Podríamos reducir su cantidad y permitir que las especies autóctonas estén en mejores condiciones», explica la CEO. Sin embargo, la dificultad de obtener licencias para su recolección retrasa sus proyectos. «La burocracia es lenta, con regulaciones más eficientes el proceso sería más ágil, subraya la emprendedora.

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Su producción empieza a introducirse en el Delta del Ebre y en Roses debido a su alto valor nutritivo y porque limpian y oxigenan las aguas

Nuevas empresas están incorporando las algas tanto en la alimentación como en aplicaciones innovadoras, como la obtención de una alternativa al plástico, la producción de biomasa y la descontaminación de las aguas

Catalunya impulsa el cultivo de algas como fuente sostenible de proteínas

por Glòria Ayuso

Catalunya está apostando por la producción de algas como una fuente de proteína alternativa en la alimentación. Se trata de un sector emergente en el que están surgiendo empresas que producen nuevos ingredientes y complementos alimenticios para incorporarlos a la dieta.

Ricas en proteínas, ácidos grasos esenciales, hierro, minerales y vitaminas, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) promueve su cultivo ante la disminución de la pesca por la sobreexplotación del océano, considerando las algas un recurso eficiente y sostenible para alimentar a una población mundial en crecimiento. Su capacidad de limpiar y oxigenar las aguas también ha motivado que en Catalunya se empìecen a cultivar junto a las piscifactorías.

Nuevos alimentos

En sus usos alimentarios más habituales, las algas se agregan a ensaladas, en sopas para enriquecer el sabor o se utilizan como especias. No obstante, empiezan a surgir nuevos productos más elaborados a base de algas. La start-up Poseidona ofrece nuevos ingredientes extrayendo la proteína del alga y concentrándola en harinas, para que una dosis de estos nuevos alimentos tenga una aportación equivalente a la de un filete de carne, explica María Cermeño, experta en tecnología de la alimentación y cofundadora de la empresa.

El valor de las nuevas propuestas radica en su poder nutricional y una menor huella de carbono en comparación con la proteína animal y ciertos cultivos terrestres como la soja.

Las microalgas, como la chlorella y la espirulina, que son microscópicas y se encuentran suspendidas en el agua, contienen una mayor proporción de proteína, describe Cermeño. Por su parte, las macroalgas, visibles a simple vista y capaces de cubrir grandes extensiones, como el nori, el kombu o el wakame, también aportan fibra, vitaminas, minerales y compuestos con propiedades antioxidantes. Su alto contenido en yodo las hace poco recomendables en personas con hipertiroidismo o problemas renales.

Prioridad estratégica

Asia concentra más del 97% de la producción de algas en el mundo. La Comisión Europea considera una prioridad estratégica el aumento de su producción. En los últimos diez años, ha destinado unos 700 millones de euros a financiar cerca de 300 proyectos.

En Asia están muy introducidas, aquí es necesario un cambio cultural, no es sostenible mantener una forma de alimentación que requiere la utilización de muchos más recursos que otras nuevas formas de proteínas, afirma el experto e investigador en acuicultura del Institut de Recerca i Tecnologia Alimentària (IRTA), Ignasi Gairin. En las instalaciones del IRTA de la Ràpita se ha creado el nuevo Centro de Acuicultura Restaurativa del Mediterráneo (MRAC), para investigar y promover el cultivo sostenible de microalgas y macroalgas para incorporarlas a la alimentación y en la acuicultura restaurativa. La iniciativa forma parte de la Estrategia Marítima de Catalunya hasta 2030. El centro ha sido reconocido por la FAO y tiene como misión dar servicio también a los países del entorno.

Mercado viable

Las investigaciones se centran en cómo producir algas de forma óptima para llevar a cabo proyectos viables. No cultivaremos si no hay un mercado detrás, recalca Gairin, que subraya que el trabajo prioriza también la seguridad alimentaria. Las pruebas piloto realizadas tanto en las badías del delta del Ebre como en piscinas del IRTA han verificado que es posible cultivarlas para la explotación comercial. El IRTA las considera una opción para diversificar los cultivos en el Delta del Ebre, cada vez más afectados por la salinidad debido al avance del mar como consecuencia del cambio climático.

El centro trabaja con algas marinas, como la ulva y la gracilaria, y de agua dulce, como las microalgas chlorella y espirulina. Una ventaja de las algas marinas es que «el agua del mar es ilimitada», incide el investigador. Los cultivos en entornos naturales y en sus instalaciones han permitido perfeccionar las técnicas, determinar que el mejor periodo de cultivo es de marzo a octubre y seleccionar las especies más adecuadas, sin riesgo de predación ni competencia de otras especies. Queremos focalizarnos en producir las más interesantes, por su aportación nutritiva, tanto para alimentación humana como animal, en piensos, explica Gairin.

Sistemas en equilibrio

El MRAC participa en el proyecto europeo BLUEBOOST, dedicado cultivar en un mismo espacio algas, peces y bivalvos como mejillones y ostras. Unas especies alimentan a otras, optimizando recursos, reduciendo residuos y mejorando la producción, explica Gairin. En estos cultivos se introduce concretamente la liza, un pez de baja cadena trófica que necesita menos recursos para crecer, cuyo consumo se plantea fomentar para lograr un ecosistema acuícola sostenible y rentable.

Por su capacidad para purificar el agua, el MRAC también investiga sobre la aplicación de las algas en proyectos de restauración de ecosistemas acuáticos, especialmente en áreas de depuración de aguas y en zonas contaminadas como los puertos.

Pescadors de Roses

Los ecosistemas más propicios para el cultivo de algas en Catalunya se encuentran en el Delta del Ebre y también en el Golf de Roses, donde desemboca La Muga, ya que las aguas de los ríos aportan muchos nutrientes, nitratos y fosfatos, procedentes de las explotaciones agrarias y ganaderas.

Precisamente, la Confraria de Pescadors de Roses y la ambientóloga y licenciada en nutrición Mariona Alabau han creado Algues de Roses, con el fin de cultivar y comercializar este nuevo ingrediente en la dieta.

Alabau se encarga de todos los aspectos técnico-científicos. Probaron primero con la ulva, pero cultivarla en el Mediterráneo es difícil, con lo que se decidieron finalmente con el alga verde o codium vermilara. En unas instalaciones en tierra se inicia el desarrollo de la semilla, que luego se traslada a cultivos controlados en aguas abiertas. En enero empezó el cultivo y a partir de junio se podrán comprobar los resultados, puesto que en la época cálida es cuando más crece.

El objetivo a corto plazo es vender las algas a los restauradores de la zona bajo la marca Algues de Roses a través de la cadena de distribución habitual de la Confraria dels Pescadors. A más largo plazo, y teniendo en cuenta que la cofradía ya cuenta con una planta de envasado, la start-up se propone desarrollar nuevos productos basados en el codium. Pensamos en productos de mínima preparación, que incluyan este nuevo ingrediente y tengan alto contenido proteico, explica Alabau, que cita como ejemplos un caldo, un carpaccio de gambas y codium o una paella vegana con codium en la que simplemente echar el agua.

Dinamización de sectores

La explotación de nuevos cultivos de algas también se ve como dinamizadora de sectores industriales relacionados con el secado, envasado y transformación para la industria alimentaria y farmacéutica.

En Galicia esta actividad ya está implantada desde hace tiempo. Algamar, en Pontevedra, recolecta, seca y elabora algas marinas para uso alimentario desde 1996. Las algas secas se mantienen en perfecto estado durante años y son muy fáciles de transportar y de almacenar a temperatura ambiente, destaca la empresa en su web.

El informe «Tecnologías de la economía azul en Catalunya» indica que las algas son un nuevo sector clave para generar nuevas oportunidades empresariales en el territorio. Por el momento, una veintena de empresas facturan en Catalunya unos 100 millones y dan trabajo a 619 personas. No obstante, se trata de un sector en expansión: el informe destaca que el mercado mundial de algas para salud, alimentación, bioplásticos, cosmética y energía, valorado en 13.190 millones de dólares en 2023, crecerá un 8% anual hasta 2027.

Microalgae Lab, en Tarragona, fue la primera empresa en iniciar la producción de alga en Catalunya en 2021, en este caso, de espirulina. Actualmente estudia su ampliación de la mano de una importante empresa del sector agroalimentario, mientras contempla nuevas oportunidades en otras aplicaciones para piensos, aceites y cosmética.

Como esta, aparecen empresas que producen semillas de alga en instalaciones interiores para acompañar los cultivos desde las fases iniciales hasta la recolecta, como la start-up Algabrava.

Múltiples aplicaciones

Las algas, con propiedades de impermeabilización, aportan además la materia prima para la producción de envases sostenibles en sustitución del plástico. La start-up B’Zeos empezará próximamente a explotar comercialmente su solución, que está desarrollando en Barcelona. También ya se han empezado a utilizar las algas en la descontaminación del agua en zonas sensibles como las depuradoras o los puertos, en cosmética y en producción de biomasa, al tiempo que se profundiza en su genética para aplicaciones médicas.

Las algas han dado forma a nuestro pasado y pueden salvar nuestro futuro, afirma Vincent Doumeizel, experto en agroalimentación y asesor de océanos en la ONU, que impulsa soluciones basadas en las algas para la seguridad alimentaria y el cuidado del planeta.

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por Glòria Ayuso

El Clúster Marítimo Español, que agrupa a todas las actividades económicas relacionadas con la mar, y el Comité Económico y Social Europeo (CESE) han propuesto a la Comisión Europea la creación de una Alianza Industrial para la Economía Azul, que reúna a empresas, investigadores, políticos e inversores, para desarrollar buques sostenibles, fortalecer la cadena de suministro e impulsar la innovación. El CESE, en el que se integra el clúster, reclama asimismo que se vehiculen fondos públicos y privados para infraestructuras y tecnologías que fomenten la descarbonización y la sostenibilidad.

El Comité Económico y Social Europeo (CESE) ha aprobado este martes el dictamen Recomendaciones de la sociedad civil para un Pacto Europeo de los Océanos, cuyo ponente ha sido el presidente del Clúster Marítimo Español, Javier Garat. El CESE insta a la CE a incluir la construcción, la tecnología y la logística naval – sectores clave para la pesca, la energía offshore, el transporte marítimo y la náutica de recreo- dentro del Pacto Europeo de los Océanos.

Alimentos azules

Garat ha explicado que a través del Pacto Europeo de los Océanos debe desarrollarse un Plan de Acción de Alimentos azules para 2026, para la producción sostenible de productos del mar, y llevarse a cabo una evaluación y reforma de la política pesquera común.

Para garantizar una transición justa y digital para los trabajadores del sector marítimo, recomienda abordar la escasez de mano de obra, fomentar la renovación generacional y asegurar la protección laboral, así como facilitar la formación y el perfeccionamiento profesional.

Desbloquear el potencial

El dictamen aboga por desbloquear el potencial de la economía azul europea mediante un marco regulatorio simplificado y ampliando la cooperación. Se apunta a la vez hacia la creación de mecanismos de coordinación entre las agencias europeas con competencia en asuntos oceánicos, optimizando la recopilación de datos y el intercambio de mejores prácticas.

El dictamen establece las bases para una política marítima más coordinada y efectiva, que impulse la economía azul, garantice la seguridad marítima y refuerce la soberanía de la UE, ha afirmado Garat. Precisamente, se trata del objetivo que persigue el Pacto por los Océanos, que este mes de abril se debatirá el Parlamento Europeo.

El documento subraya la necesidad de que los mares y océanos sean considerados un tema transversal en todas las instituciones europeas, para poder coordinar las políticas de distintos organismos, evitando la fragmentación y la duplicación de esfuerzos.

Mayor seguridad

También hace hincapié en la necesidad de reforzar la seguridad del dominio marítimo europeo, destacando la cooperación entre Frontex, la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) y la Agencia de Control de la Pesca (EFCA) en funciones de guardia costera. Asimismo, subraya la urgencia de proteger rutas marítimas, puertos e infraestructuras críticas frente a amenazas como la piratería, el terrorismo y el crimen marítimo.

La Comisión Europea está elaborando el Pacto de los Océanos para abordar bajo una misma visión las políticas de sus países miembro, con la intención de presentarlo en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano, que se celebrará en junio de 2025.

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