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El programa B-Blue de emprendimiento premia a dos empresas que benefician al ecosistema marino

por Glòria Ayuso

Un proyecto sobre baterías para embarcaciones, Solar Box, y otro que permite limpiar residuos biológicos en el mar sin la utilización de químicos, Titanium Technology, son los galardonados de la segunda edición del programa B-Blue de aceleración empresarial del Ayuntamiento de Barcelona, que promueve el emprendimiento basado en iniciativas que benefician al ecosistema marino.

El ayuntamiento impulsa a través de Barcelona Activa, y en colaboración con Costa Cruceros y el Port de Barcelona, un programa alineado con la estrategia de la ciudad de promover iniciativas empresariales de economía azul capaces de impulsar la actividad marítima sostenible, crear nuevos empleos y aumentar la competitividad empresarial.

Beneficio para el ecosistema y potencial de negocio

Solar Box, que ha desarrollado una tecnología propia para la movilidad eléctrica en la náutica, ha recibido el reconocimiento al proyecto más innovador, otorgado por el puerto. Por su parte, Titanium ha desarrollado una nueva tecnología permite mantener estructuras acuáticas libres de incrustación biológica a lo largo del tiempo sin necesidad de biocidas, dosificación química o cualquier otra de las soluciones que se emplean en la actualidad y que pueden generar daños al medio ambiente.

Esta propuesta ha sido considerada el proyecto más sostenible, en este caso, de la mano de Costa Cruceros. Los dos proyectos han recibido un cheque con un valor económico de 10.000 euros por representar un beneficio para el ecosistema marino y tener a la vez un alto potencial de negocio.

Los ganadores forman parte de las 12 ‘startups’ que han participado en esta segunda edición del programa B-Blue, que anima al emprendimiento y la creación de nuevas empresas relacionadas con la sostenibilidad del ecosistema marino, que ya ha lanzado su tercera edición. Los participantes han recibido sesiones de formación, networking, tutorías personalizadas y mentoría, llevadas a cabo a través de socios del programa como son la Universitat Politècnica de Catalunya, el Clúster Náutico, Sustainable Ventures, Aigües de Barcelona y Aticco.

23 proyectos acelerados

El B-Blue ha lanzado en sus dos ediciones un total de 23 nuevos proyectos, que tienen como denominador común la innovación y la sostenibilidad de los océanos. Precisamente, Barcelona acoge el congreso Tomorrow. Blue Economy, del 7 al 9 de noviembre en el marco del Smart City Expo World Congress, dedicado a presentar nuevas propuestas relacionadas con el mar y la sostenibilidad.

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La economía azul busca reforzar vínculos entre sectores y darse a conocer

por Cristina Buesa

Uno de los retos principales de la economía azul es darse a conocer. La diversidad de disciplinas que abarca y la divergencia de ritmos complica trabajar al unísono. El tercer congreso Maritime Hub que se celebra desde este jueves en Barcelona, organizado por BlueNetCat (la red de investigadores capitaneada por la Universitat Politècnica de Barcelona, UPC), aspira a acompasar las iniciativas públicas y privadas, establecer alianzas y aclarar el estado de la cuestión.

La directora de BlueNetCat y vicerectora de Política Internacional de la UPC, Lourdes Reig, ha explicado que son «la bisagra entre el potencial de investigación que hay en Catalunya y lo que ocurre en la sociedad», ha descrito. «Hay un potencial enorme, con un total de 7 instituciones catalanas, 67 grupos de investigación con 700 personas. Una red de expertos con el propósito colectivo de investigar, divulgar y transferir ese conocimiento al tejido económico y social.

Compartimentos estancos

«Si salís de esta sala y preguntáis qué es la economía azul la mayoría no lo sabrán. Es un sector aún poco conocido por la población. Es multidisciplinar porque incluye ramas como la biología o la pesca pero también la economía o el turismo o la antropología. Tienen compartimentos estancos, nuestro reto es que trabajen conjuntamente», ha expresado Reig.

La directora de BluNetCat ha advertido de que dentro de este universo «hay grupos que ya trabajan con tecnologías, cerca del mercado y otros con menos transferencia a la sociedad», según Reig.

Desarrollo sostenible

Tras ella, en el estreno del congreso, ha sido el turno de la Generalitat. El director general de Política Marítima i Pesca Sostenible de la Generalitat, Sergi Tudela, ha destacado que BlueNetCat es la red de transferencia de este ámbito más grande de Europa, «poca broma».

«En 2026 Catalunya abrió un camino nuevo, ambicioso y sin retorno, que tiene que ver con el desarrollo de una política marítima integrada que lleve al desarrollo de los sectores de la economía azul, que sea sostenible. Se trata de un ámbito muy nuevo y emergente, pero lo vamos aterrizando con la práctica», ha defendido.

5% de la ocupación

Tudela ha explicado que, a la espera de contar con datos que cuantifiquen el impacto de este sector tan multidisciplinar, está claro que «Catalunya es uno de los países más dependientes del mar ya que representa un 5% de la ocupación o un 3% del PIB bruto, similar al de países marítimos como Portugal o islas».

El secretario general de la Euroregió Pirineus-Mediterrània, Xavier Bernand-Sans, ha recordado que ya hace 20 años que se trabaja para que Catalunya, Illes Balears y Occitània vayan de la mano. Somos 16 millones de habitantes, la potencia más grande de Europa en investigación sobre el mar, ha proclamado.

Bernard-Sans ha destacado que la BlueNetCat debe atraer a más investigadores aún para cooperar y encontrar socios con los que compartir el conocimiento.

El Mediterráneo, eje vertebrador

El director general de Afers de la Unió Europea de la Generalitat, Gerard Vives, ha subrayado que el Mediterráneo es el eje vertebrador de los retos de la Euroregió, tanto en los ámbitos marinos y marítimos como de impulso a la economía azul.

El biólogo e investigador del CSIC, Rafa Sardà, autodenominado socioecólogo, ha insistido que la economía que tenemos hoy en la sociedad es gris y tenemos que tender al azul, ha proclamado. Ahora tenemos una economía del mar y lo que necesitamos es conseguir que la economía sea azul, la que queremos, la sostenible, de futuro.

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¿Funciona el mercado voluntario de créditos de carbono azul?

por Glòria Ayuso

Las costas de todo el mundo están sufriendo la pérdida de biodiversidad y de la pesca, la eutrofización por la actividad humana y la acidificación de las aguas. Bajo el paraguas de la economía azul se presentan empresas con soluciones para regenerar las costas y los ecosistemas del litoral frente a las ciudades. En muchas ocasiones obtienen financiación a través de los mercados voluntarios de créditos de carbono azul. Pero, ¿están funcionando de forma correcta?

El mercado de créditos de carbono azul funciona de manera similar a los mercados voluntarios de créditos de carbono tradicionales, donde las empresas que generan emisiones de gases de efecto invernadero tienen la oportunidad de compensar esas emisiones invirtiendo en proyectos que, en este caso, tienen como objetivo preservar y proteger el entorno marino y las costas.

Pérdida de credibilidad

El problema es la pérdida de credibilidad que ha sufrido el mercado voluntario de los créditos de carbono, ante empresas que han publicitado su participación pero han invertido en proyectos que a la práctica no contribuyen a la reducción real de emisiones. Lo explica Alan Laubsch, fundador de la empresa GenBlue, en un encuentro celebrado en el marco del congreso Tomorrow. Blue Economy para evaluar los proyectos de regeneración y los créditos de carbono azul. Su empresa se dedica a vehicular inversiones hacia proyectos de restauración natural, teniendo en cuenta que sobre las consecuencias del cambio climático, el 90% de las catástrofes están relacionadas con el aumento del nivel del mar. Sin embargo, tan solo el 10% de la financiación destinada a la emergencia climática se centra en la resiliencia y la adaptación. Es por ello por lo que considera vital regenerar los manglares y los arrecifes, que hacen de barrera natural ante el avance del mar, protegen las costas y son los responsables de la biodiversidad que permite el desarrollo de toda la cadena trófica.

Mercado verificado

Es necesario un mercado transparente y verificado, subraya Laubsch. Él mismo expone las contradicciones que muchas veces se presentan: en algunos lugares, ante la falta de pesca, los propios pescadores locales cortan los manglares regenerados para poder acceder a zonas más alejadas, sin darse cuenta de que están eliminando las enfermerías de la propia pesca. Para resolver estas situaciones, es necesario empoderar a las comunidades para que sea la propia población local la responsable de la conservación de los proyectos, además de su principal beneficiaria.

Existe un problema de descoordinación en el momento de actuar. Hay que crear los proyectos de recuperación junto con las comunidades y los gobiernos, coincide Neal Spackman, director general de Regenerative Resources, empresa con más de 50 años desarrollando proyectos de regeneración en todo el mundo. Para Spackman, el problema ha sido a menudo llevar a cabo las actuaciones con el beneplácito del gobierno pero sin el consentimiento de las comunidades locales, que han imposibilitado una buena integración de los nuevos recursos habilitados, que al cabo de un tiempo desaparecen.

Nuevos criterios

Frente al aumento de una falta de credibilidad, recientemente el Consejo de Integridad para el Mercado Voluntario de Carbono ha introducido nuevos criterios y evaluaciones para establecer un estándar de calidad y transparencia en los programas de acreditación de carbono, asegurando que los proyectos contribuyan a la reducción real de emisiones y al desarrollo sostenible.

Hay que hacer un seguimiento de los proyectos y sus resultados, afirma Anna Lloveras, directora científica de Ocean Ecostructures. Esta empresa, dedicada a la recuperación de la biodiversidad mediante arrecifes artificiales en zonas impactadas por la actividad humana, ha recibido financiación a través de los mercados voluntarios. Para Lloveras, es esencial darse cuenta de la importancia de la restauración de la biodiversidad, que aporta resiliencia. A ello puede ayudar la colaboración y el intercambio entre los científicos, que aportan datos que demuestran la necesidad de regenerar la naturaleza, con las empresas y la ciudadanía, para que toda la sociedad salga beneficiada.

Evitar mayores problemas

Las soluciones basadas en la naturaleza evitan tener que gastar más dinero en la aparición de problemas mayores, según sostiene ECOncret, otra empresa que sustituye los tradicionales bloques de hormigón en puertos y costas por otros cuya composición química y superficie fomentan la regeneración del ecosistema marino y, con ello, de la cadena alimentaria. Uno de los retos es demostrar en el presente cómo este tipo de inversión revertirá de forma positiva en el futuro. La educación es básica y, por ello, enseñamos a los estudiantes cómo logramos que la naturaleza se desarrolle en las infraestructuras, que siempre seguiremos necesitando, explica el director general de la compañía, Pablo Tedone.

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