La marcha inminente de cuatro de los seis equipos de la competición liberará los espacios que ocupaban y obligará al puerto a decidir los nuevos usos
Dos de los seis equipos de la Copa América de vela se quedarán todo el 2025 en Barcelona
por Cristina Buesa
La Copa América de vela acabó el 19 de octubre. Un mes después, y tras la negativa del Ayuntamiento de Barcelona a inyectar más recursos públicos para repetir como sede de la competición, el Port Vell ve cómo poco a poco se desmantela la infraestructura que durante dos años ha acogido a los equipos. Sin embargo, una vez más, desde la autoridad portuaria quieren hacer de la necesidad virtud y, aprovechando la transformación urbanística acelerada por el evento, afrontan una decena de proyectos que aspiran a conectar aún más el puerto y la ciudad.
Lo más inminente será la recuperación de los seis espacios que estos meses han alojado a los equipos. El acuerdo al que llegó el Port de Barcelona con la organización de la Copa América, America’s Cup Event (ACE), fue que los participantes abandonarían sus bases a finales de 2024, recuerda el director de Port Vell, David Pino, en una entrevista con EL PERIÓDICO.
Desmantelar las sedes
Sin embargo, puntualiza Pino, los diferentes responsables han pedido unas semanas de margen para poder retirarse del todo, con la excepción de Ineos Britannia y Alinghi Red Bull Racing, ambos en el Moll d’Espanya, que se quedarán todo el 2025. Así, los otros cuatro (Emirates Team New Zealand, Luna Rossa Prada Pirelli, Orient Express Racing Team y American Magic) están desmantelando estos días sus sedes provisionales, la mayoría construidas de forma temporal con contenedores y carpas.
El movimiento de mudanzas en las bases no es frenético ni mucho menos. Ahora un camión se lleva un contenedor, ahora unos operarios cubren un barco de acompañamiento con una lona, ahora se desmonta la grúa con la que bajaban al agua los AC40 y los AC75… La de los neozelandeses, que desde el verano de 2023 ocupaban la antigua sede marítima de Baleària en el Moll Barcelona (junto al World Trade Center), es la que cuenta con un proyecto de futuro más definido, revela el máximo responsable de Port Vell.
La antigua terminal de Baleària
«Con la Copa América hemos conseguido que la gente baje al puerto y cada vez lo hará más», asegura Pino. Y una manera de fomentar esta atracción ciudadana es gracias a la actividad, ya sea lúdica, cultural o deportiva. El ex edificio de Baleària, con los cruceros en vías de extinción en el Moll Barcelona, se destinará a empresas náuticas, que también podrán usar la lámina de agua para ofrecer servicios como alquiler de embarcaciones, trayectos por el litoral o cursos.
Otro de los retos es conectar bien este punto del puerto con el recién remodelado Moll de Drassanes, que abrió a finales de julio y que ha sido uno de los 25 proyectos impulsados con la excusa de la competición de vela que han sumado 140 millones de euros, 60% de la iniciativa privada y 40% públicos. Todo este movimiento de gente también se debe repetir en otro extremo del Port Vell, por los alrededores del Maremagnum.
Conexión Maremagnum – Moll de Pescadors
Desde este centro comercial, que en julio también estrenó el Time Out Market, se pretende habilitar un servicio náutico que conecte con el Moll de Pescadors, tipo ‘paso de barca’ de los que existen para cruzar el río Ebre. El objetivo es que la parte del recinto portuario más imbrincado en la trama urbana de Barcelona se convierta en un ir y venir de personas usándolo. La recién remodelada Confraria de Pescadors, con oferta gastronómica a concretar, será otro reclamo en esa orilla. El America’s Cup Experience, el centro de interpretación de la competición ubicado en el antiguo Imax, seguirá abierto hasta julio del año próximo y después se decidirá qué equipamiento acoge, prosigue.
Solares de los equipos
La marcha de cuatro de los seis equipos de forma progresiva no supondrá demasiados cambios en los solares ocupados por estadounidenses (que ocupaban parte de la concesión de MB92); italianos (donde se prevé culminar los trabajos del Barcelona Nàutic Center) y franceses (los más apartados, debajo del Pont de la Porta d’Europa). El desmontaje gradual de estos tres liberará los terrenos que, en función de cada caso, volverán a sus adjudicatarios.
Nuevo acceso al mar y zona verde
Donde sí hay que repensar también el Port Vell es donde ahora están suizos y británicos. La espectacular base de Alinghi Red Bull Racing, que costó millones de euros, les acogerá un año más en Barcelona, previo acuerdo con la autoridad portuaria para alargar el alquiler. No obstante, el paso ciudadano frente al mar quedará libre y, explica David Pino, quieren que sea accesible durante el Saló Nàutic del año que viene o bien con visitas escolares.
Justo delante, la plaza del Moll d’Espanya, que durante la Copa América ha expuesto uno de los barcos helvéticos, deberá afrontar una reforma porque los montículos que ahora hay se deben actualizar. El director del Port Vell cree que se podría crear un parque infantil, una zona verde o un bosque urbano.