La organización del evento marcha a buen ritmo,pero aún debe conseguir conectar con la ciudadanía
Grant Dalton: «Con Barcelona aún no hemos hablado pero ya hay otras ciudades que quieren la Copa América de vela»
por Editorial
Ya solo faltan 100 días para que los veleros de los seis equipos que competirán por la Copa América empiecen a competir en aguas de Barcelona. Entre el 22 de agosto y el 27 de octubre serán 68 días en los que el paisaje de la ciudad estará permanentemente en las pantallas de todo el mundo, con una audiencia que se espera que supere los 1.000 millones de personas en un formato audiovisual u otro. Como nos explica hoy el máximo responsable del equipo defensor del título y por lo tanto organizador del evento, Grant Dalton, todos los preparativos están siguiendo el calendario previsto y nada debería impedir que la imagen que dé la capital catalana al mundo sea impecable. La confianza en que sería así, con el precedente de los Juegos de 1992, fue uno de los motivos que decidieron la elección de la ciudad como escenario de esta regata global.
Hasta el momento, las administraciones, instituciones y empresas que se han concertado para hacer de este evento deportivo un éxito tienen ya varios motivos para sacar pecho. Lejos de los fantasmas de errores cometidos en anteriores ediciones, la organización ha optado por integrar el despliegue que supone esta cita, con instalaciones centrales de la competición y para cada uno de los equipos, en el tejido portuario de la ciudad, sin inversiones disparatadas ni proyectos faraónicos. Al mismo tiempo, están poniendo todos los esfuerzos necesarios para intentar que el paso de la competición no sea flor de un día. Más allá de la posibilidad de repetir en próximas ediciones (algo que está sujeto a quién sea el ganador, al balance final que se haga y a la competencia que ya empieza a aparecer en el horizonte) y de la afluencia turística (con el plus para la economía de la ciudad de estar distribuida a lo largo de varios meses), lo realmente relevante es que se ha decidido aprovechar la oportunidad para potenciar las posibilidades que tiene una ciudad con uno de los principales puertos del Mediterráneo y con una intensa vinculación con la vela deportiva de desarrollar lo que se ha venido a denominar economía azul. Y en concreto, a desarrollarla con criterios de sostenibilidad, algo que abre nuevas posibilidades a proyectos incipientes.
Hay un elemento en el que los responsables del evento tienen aún trabajo por hacer. La conexión de la Copa América con la ciudadanía. Con el trabajo hecho hasta ahora se han conjurado posibles reacciones críticas. Y el interés entre los aficionados a la vela está garantizado, como se demuestra con el hecho de que ya se hayan cubierto todas las necesidades de voluntarios con mucha anticipación. Pero serán necesarias acciones de promoción para que toda la ciudad viva un ambiente de implicación con el evento. Se trata del tercer acontecimiento deportivo más seguido en TV (tras los Juegos y el Mundial de fútbol) pero también ofrecerá oportunidades de espectáculo en vivo desde las playas de Barcelona. El despliegue de dos centenares de actividades culturales (la Regata Cultural, evocando la Olimpiada Cultural de 1992) y la puesta en funcionamiento del Race Village ya en el mes de junio serán las bazas para que el verano de 2024 acabe siendo también para el turista ocasional y para el vecino de Barcelona, no solo el ya introducido en el mundo de la vela, el verano de la Copa América.