Crece el interés por las piscinas de agua de mar ante la sequía
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Crece el interés por las piscinas de agua de mar ante la sequía

«Sin un llenado mínimo regular, son inviables»: las piscinas deberán cerrar aunque hoy estén llenas

Catalunya trabaja para declarar la emergencia por sequía en dos semanas

Crece el interés por las piscinas de agua de mar ante la sequía

por Glòria Ayuso

La prohibición de llenar piscinas con agua potable que puede aprobarse en dos semanas por la declaración de emergencia por sequía y el aumento de la concienciación por mantener hábitos más sostenibles están conduciendo a un creciente interés por las piscinas de agua de mar.

El agua de mar impide el crecimiento de patógenos porque la sal es un desinfectante natural. Es por ello que las piscinas de agua de mar no requieren del mismo grado de mantenimiento ni de los tratamientos habituales con cloro como las convencionales.

Primera piscina, en 1922

Las piscinas de agua salada eran más comunes cuando hace más de 50 años empezaron a popularizarse este tipo de instalaciones lúdico-deportivas. El Club Natació Barcelona (CNB) fue el primero en España en instalar en 1922 una piscina cubierta, que llenaba con agua de mar templada. Las piscinas interiores se adaptaron después a la reglamentación de la competición deportiva, pero la gran atracción del CNB sigue siendo a día de hoy su piscina exterior de agua de mar ubicada frente a la playa de Sant Sebastià, construida en 1955, un referente en la ciudad. «Muchos socios del club tienen el ritual de bañarse en ella cada día del año, explican desde las instalaciones.

La captación del agua se realiza en la parte más profunda del mar, donde el agua está algo más fría, lo que va bien para la circulación, añaden. Debido a su antigüedad, la piscina está reformando sus pozos y reabrirá el próximo mes, tras tres de obras, en el marco de una renovación más amplia para estar a punto de cara a la Copa América de vela.

Recolectar agua marina

También reducirá su profundidad, con lo que requerirá de menor cantidad de agua. El club ha iniciado los trámites para que la instalación sea catalogada como piscina natural: Es la joya de la corona», indican desde el CNB, que remarcan que además de su excepcional ubicación, sus usuarios aprecian que «el agua de mar es más saludable para la piel, y está además indicada para las personas con alergias al cloro.

Precisamente, la empresa Más Que Iniciativas propone volver a los orígenes y ofrece el servicio de llenado de piscinas con agua de mar tanto a particulares y comunidades de vecinos como a piscinas de uso público de municipios, complejos deportivos o turísticos.

Sin dañar el medio ambiente

La empresa, que emplea a personas con discapacidad, dispone de todos los permisos necesarios para recolectar agua marina sin dañar el medio ambiente ni interferir con otras actividades marítimas, tal y como destacan. En el lugar de extracción, una planta móvil de filtrado y tratamiento elimina las impurezas y mejora la concentración de oligoelementos, sales minerales y otros nutrientes del agua.

Esta agua se transporta en camiones cisterna hasta la instalación de destino, donde, asegura la empresa, puede llegar a tener una vida útil de 6 años. Por su salinidad natural, esta agua, destaca la iniciativa, reduce considerablemente el consumo de productos químicos ligados al mantenimiento de la piscina, lo que considera que es un beneficio para el medioambiente y el bolsillo del cliente.

En lo que respecta a la salud, mantiene que el agua de mar, «por su efecto antiséptico, ayuda a prevenir infecciones, alivia los síntomas de problemas respiratorios y aligera el peso corporal favoreciendo cualquier proceso de rehabilitación».

Cambio en su casa

Hace ya 10 años que Félix Badorrey optó por cambiar de agua clorada a agua salada la instalación de la piscina de la casa que él mismo, arquitecto de profesión, proyectó en una urbanización de Sant Celoni (Vallès Oriental, Barcelona). Tras mucho tiempo de disfrute de la nueva instalación, sigue considerando que el agua salada afecta menos a los ojos y es mejor para la salud. El coste de transformar la piscina de 30 metros cúbicos, que comportó, entre otras cosas, la instalación de unas placas de titanio, fue de entre 2.000 y 2.500 euros.

Badorrey defiende que el sistema se amortiza con el tiempo por el ahorro en el tratamiento tradicional con cloro. Cuando construyó la casa ya habilitó, con previsión, un depósito subterráneo anexo de 30 metros cúbicos, que se llena con agua de lluvia, que recoge mediante canalizaciones. Todo lo que cae en el tejado se recoge, señala.

Recomendaciones

La Asociación de Profesionales del Sector Piscinas (Asofap) constata, fruto de las restricciones por sequía, que muchas personas se están planteando la opción de recurrir al agua de mar. Ante el aumento de las consultas, la patronal está trabajando en la elaboración de un compendio de medidas recomendables para llevar a cabo esta transformación.

Quien tiene piscina tiene el interés en poder llenarla y por eso está buscando alternativas posibles, afirma el director general, Agustí Ferrer, que coincide en que el agua de mar incorpora un ahorro en el tratamiento. Aun así, advierte que antes de realizar el cambio, es necesario comprobar si el sistema hidráulico de la piscina es compatible, dado que la sal podría acortar la vida útil de la instalación.

Pérdidas por evaporación

Las nuevas piscinas ya contemplan esta compatibilidad, y las antiguas deben incluir modificaciones. Asimismo, se puede optar por el agua de mar tratada, que con una salinidad menor permite que algunas las instalaciones convencionales sí puedan funcionar.

No obstante, cualquier piscina tiene importantes pérdidas tanto por evaporación del agua, como por filtrado y el inevitable chapoteo. Para combatir la evaporación los profesionales recomiendan cubrir la piscina, y ante las pérdidas de agua, la Asofap señala la instalación de depósitos de agua anexos a la piscina, y en el momento que llenas la piscina con agua de mar, también cargas el depósito.

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