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La Generalitat ha remitido un informe al Ejecutivo central en el que expresa su rechazo a más restricciones a la actividad de la flota pesquera catalana

Sánchez anuncia que España tendrá cinco nuevas áreas protegidas de su litoral, entre ellas la costa central catalana

El Govern se opone a la protección de la Costa Central catalana que propone Sánchez

por Glòria Ayuso

El Govern de la Generalitat se opone a la protección del espacio marino de la Costa Central catalana, anunciada este lunes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el marco de la Conferencia de los Océanos de Niza.

No estamos a favor si eso implica una restricción de la pesca actual, ha explicado a EL PERIÓDICO el director general de Política Marítima i Pesca Sostenible, Antoni Espanya, presente también en la cumbre. El responsable de pesca considera que en Catalunya «quedan pocos pescadores» y nuevas medidas que aumenten las limitaciones a su actividad supondrán «su desaparición». La Generalitat ha remitido un informe al ejecutivo central mostrando su posición contraria, que se ha incorporado en el trámite de audiencias previo a la adopción de la protección del espacio marino.

Disminuir caladeros

Espanya ha asegurado que el gobierno catalán apoya la protección del 30% de los espacios marinos para 2030, tal y como estableció la cumbre de Biodiversidad de Montreal, pero no a costa de disminuir los caladeros actuales. El área indicada para la nueva protección afecta la zona pesquera frente a la comarca del Maresme, donde fanean las flotas de Barcelona, Arenys y también las de Palamós, cuyos barcos descienden hasta este espacio.

Para España, la gestión de la pesca en Catalunya se lleva a cabo de forma ejemplar teniendo en cuenta el estado de los recursos pesqueros bajo un modelo de co-gobernanza que incorpora en la toma de decisiones, a través del organismo creado para ello Icatmar, tanto al sector pesquero como a la comunidad científica del Institut de Ciències del Mar-CSIC.

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El presidente del Gobierno respalda una moratoria sobre la minería en aguas profundas y llama a alcanzar un acuerdo global para frenar la contaminación por plásticos

Guterres insta a impedir que el fondo marino se convierta en un «salvaje oeste»

Sánchez considera la restauración de las zonas costeras una prioridad estratégica

por Glòria Ayuso

Más de 19 millones de españoles, el 40% de la población, viven en zonas costeras, un motivo por el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha considerado como «prioridad estratégica» la protección ambiental y la restauración de las áreas litorales.

En el arranque de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos que se celebra esta semana en Niza, Sánchez ha respaldado firmemente el Pacto de los Océanos que ha presentado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y ha subrayado la necesidad de actuar con urgencia para proteger los ecosistemas marinos.

Llamada inmediata

Sánchez ha destacado que «el pacto busca la acción urgente» para salvaguardar la salud de los océanos. En este sentido, ha celebrado que España haya sido «el primer país en ratificar Tratado de Protección de Aguas Internacionales (BBNJ)», una muestra del compromiso con la protección de los ecosistemas marinos más allá de las jurisdicciones nacionales.

Asimismo, ha respaldado una moratoria sobre la minería en aguas profundas, una actividad que ha generado creciente preocupación entre científicos y ONG y que está siendo tema central en este primer día de cumbre, junto con la protección de las aguas internacionales. Sánchez también ha subrayado la importancia de alcanzar un acuerdo global para frenar la contaminación por plásticos, calificándolo como un paso crucial para revertir la degradación marina. El objetivo de la cumbre es avanzar en las negociaciones para poder aprobar un tratado vinculante próximamente.

Ley del Océano

En relación con el Pacto de los Océanos, ha expresado su apoyo a los esfuerzos de la Comisión Europea por avanzar hacia una Ley del Océano en 2027, que articule un marco jurídico robusto y una fuerte gobernanza para garantizar la conservación y el uso sostenible del medio marino. Ha abogado por fortalecer la competitividad en pesca y acuicultura, y ha destacado el rol transformador de la tecnología y la inteligencia artificial en la vigilancia y control de las actividades marítimas. En esta línea, ha subrayado la necesidad de contar con sistemas sólidos de observación marina que permitan mejorar la gestión de los ecosistemas costeros. En esa línea, ha remarcado que la educación ambiental es clave para consolidar una cultura oceánica sólida y transversal.

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El jefe de relaciones internacionales del Instituto Español de Oceanografía (IEO) reclama más inversión en el mar y que el conocimiento científico guíe las decisiones políticas

El último Informe sobre el Estado del Océano apela a la política y la gestión



<div>Rafael González-Quirós: «Necesitamos observar el océano como ya lo hacemos con la meteorología»</div>
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<p style=por Glòria Ayuso

Con una sólida trayectoria científica y técnica, Rafael GonzálezQuirós no solo lidera las relaciones internacionales en el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y dirige el Centro Oceanográfico de Gijón del CSIC. También está inmerso en uno de los debates más urgentes de estos tiempos. Como miembro del equipo de coordinación del Informe sobre el Estado del Océano 2024 de la Comisión Oceanográfica Internacional de la Unesco y ponente en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3) que se celebra a partir del 9 de junio en Niza, lanza un mensaje claro: es necesaria más inversión sostenida en ciencia oceánica y, sobre todo, que el conocimiento llegue a donde se toman las decisiones.

¿Cuál es el mensaje clave que debe salir de esta cumbre?

El borrador de la declaración final ya reconoce la importancia de la ciencia para identificar soluciones eficaces, pero eso debe trasladarse a compromisos tangibles: inversión, continuidad en los programas y sistemas de observación del océano que funcionen a escala global, como los que ya tenemos para el clima y la meteorología. Existe la necesidad de fortalecer la conexión entre el conocimiento científico y la toma de decisiones.

¿Qué falta para lograrlo?

Hoy en día, muchos proyectos de investigación oceánica se centran en hipótesis a corto plazo, sin continuidad. No tenemos un sistema de observación del océano similar al meteorológico, y eso limita seriamente nuestra capacidad para gestionar recursos y servicios. Necesitamos avanzar hacia esa monitorización global, sostenida y accesible.

La economía azul gana espacio en la agenda. ¿Qué relevancia tiene?

Mucha. Aún más de la que se reconoce oficialmente. Por ejemplo, el turismo costero tiene como principal motivación el mar. Sin embargo, no se incluyen datos específicos sobre el papel del océano en las estadísticas turísticas. Esto invisibiliza el valor real de los ecosistemas marinos para la economía, ni tampoco el grado en el que necesitamos conservarlos.

¿Cuáles son las amenazas más inmediatas que enfrenta el océano?

La combinación de presiones es alarmante: cambio climático, sobrepesca, contaminación que llega a través de ríos y aguas residuales. Especialmente plásticos y nutrientes procedentes de la actividad en tierra como fosfatos y nitratos. Estos nutrientes, si no se gestionan, alteran los equilibrios naturales. La gestión efectiva exige ciencia, pero también voluntad política para aplicarla.

¿Cómo se está avanzando?

Persisten grandes brechas entre el norte y el sur. La falta de capacidades científicas en muchos países del hemisferio sur se traduce en un déficit de datos clave. El océano es un sistema interconectado: lo que ocurre en el sur impacta en el norte. Las corrientes marinas transportan calor, nutrientes y especies a escala planetaria. Cambios en el clima o la biodiversidad del hemisferio sur alteran el equilibrio global. Por eso, también nos interesa que se invierta en ciencia oceánica en el sur. Beneficia a todo el planeta.

¿Cómo se sitúa España en este contexto?

España ha avanzado notablemente en planificación marina, siguiendo directrices europeas. Ya contamos con una zonificación del espacio marino para actividades humanas, similar a la ordenación del territorio terrestre. También hay una buena conexión entre ministerios, el CSIC y entidades como Intermares o la Fundación Biodiversidad, lo que no ocurre en muchos otros países.

¿Qué puede aportar España a la investigación global?

Una apuesta muy concreta: el nuevo buque oceanográfico ‘Odón de Buen’, de 84 metros, diseñado y preparado para misiones también en zonas polares. Atracará en Mónaco los días previos a la cumbre y zarpará el 9 de junio, simbolizando ese compromiso con la ciencia oceánica global.

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El Ocean Decade Collaborative Centre prevé crear un repositorio mundial de proyectos para el desarrollo económico de los océanos y unFondo de Inversión de Impacto

Collboni anuncia la creación de un grupo de trabajo que elaborará un plan estratégico para proteger el 30% del litoral barcelonés antes de 2030

Barcelona presenta candidatura para albergar un centro mundial dedicado a la economía azul

La Unesco elige Barcelona como sede del centro mundial para impulsar la economía azul

por Glòria Ayuso

Barcelona será la sede del único centro en el mundo colaborador de la Década del Océano de la Unesco para impulsar la economía azul. Coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente, el alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, ha anunciado que la Unesco la ha elegido «para situarla en el epicentro de la economía oceánica sostenible». El propio alcalde presentó la candidatura hace un año durante la celebración de la Conferencia del Decenio de los Océanos de la Unesco en la ciudad.

El llamado Ocean Decade Collaborative Centre (DCC) se articula como think tank vinculado a la economía azul, con el objetivo de crear redes público-privadas a nivel internacional para aportar conocimiento a la economía azul. El centro prevé constituir el mayor repositorio mundial de proyectos privados y públicos escalables y aplicables al desarrollo económico de los océanos. También contempla consolidar un Fondo de Inversión de Impacto en Economía Azul con sede en Barcelona.

Iniciativa conjunta

El centro también cogerá la batuta en el impulso de eventos internacionales sobre economía azul que se celebran en la ciudad, como el Tomorrow Blue Economy.

El Ayuntamiento lidera el proyecto del DCC en colaboración con el Port de Barcelona y la Generalitat, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas a través del Institut de Ciències del Mar, y BlueNetCat (que integra a más de 800 científicos de universidades y centros de investigación catalanes). La Fundación Barcelona Capital Nàutica, que integra a todas las instituciones, es la encargada de la gestión del centro, que desde este jueves ya se ubica en sus propias instalaciones.

Hub global

«Será un centro global con impacto local», ha afirmado el alcalde. Collboni ha anunciado asimismo la creación de un grupo de trabajo que elaborará un plan estratégico para conseguir el objetivo de proteger el 30% del litoral barcelonés antes de 2030. Por el momento, en el Dic de Recer del Port Olímpic ya se está actuando en la regeneración del fondo marino mediante la instalación de estructuras que fomentan la proliferación de especies.

La Unesco ha valorado en su elección el amplio ecosistema en torno a la economía azul que se ha erigido en la ciudad. Jugará un rol fundamental en el apoyo a los stackeholders que están trabajando en todo el mundo en aspectos como la polución, el clima o la gestión de los ecosistemas. Llenamos un hueco, muchos países de todo el mundo podrán venir para adquirir conocimiento y aplicarlo allí donde trabajan, ha afirmado el responsable de políticas marinas de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental, Julian Barbière.

La de Barcelona es una propuesta extraordinaria y ganadora, ha afirmado el secretario de Estado de Ciencia, Innovación y Universidades, Juan Cruz Cigudosa, que ha señalado que si el océano, clave para combatir el cambio climático, fuera un país sería la quinta economía del mundo.

El presidente del Port de Barcelona, Alberto Carbonell, ha indicado que la iniciativa se traducirá en acciones concretas contra la contaminación marina y una economía del océano sostenible. Se ha referido así a la iniciativa ya en marcha en el puerto de regeneración de la biodiversidad de sus aguas, así como al impulso a la innovación y creación de empresas del BlueTech Port y Barcelona Port Innovation.

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El Consejo de Expertos de EL PERIÓDICO detecta la necesidad de una agenda pública fuerte que agilice regulaciones y promueva espacios de innovación

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Llamada a una acción conjunta en el Mediterráneo para que España lidere la economía azul

por Glòria Ayuso

El Mediterráneo español reúne las condiciones necesarias para liderar la economía azul en Europa. Pero para lograrlo es preciso una acción coordinada, movida por una visión compartida y una apuesta por la innovación. Estas reflexiones forman parte del balance del último año de trabajo del Consejo de Expertos de la economía azul de EL PERIÓDICO, que ha avanzado sus conclusiones en un acto abierto celebrado el martes en el Palau Macaya de Barcelona, antes de elevarlas al Foro Económico y Social del Mediterráneo, que se celebrará los días 17 y 18 de junio en Málaga.

El consejo ha detectado que es necesaria una agenda pública fuerte que, alineada con los fondos europeos, agilice regulaciones y promueva espacios de innovación. También una narrativa clara y potente que conecte a ciudadanía, empresas e instituciones, y que ponga en evidencia el impacto real de la economía azul en la vida cotidiana, como generadora de prosperidad económica y como respuesta a la emergencia climática. Con ello, señala el consejo, se facilitará su reconocimiento como una industria tecnológica emergente, rentable y escalable.

Proyectos conjuntos

Los expertos indican que la inversión ya se está centrando en la economía azul, si bien remarcan que es preciso reforzar los fondos existentes, atraer capital riesgo y diseñar instrumentos financieros adecuados. La economía azul está avanzando hacia el mainstream de la sociedad, es lo que hemos podido constatar en los dos años que llevamos trabajando, señaló en el inicio en la jornada Albert Sáez, director de EL PERIÓDICO, que se ha posicionado como medio de referencia en la información sobre economía azul. Para seguir adelante, la colaboración entre las comunidades mediterráneas (Catalunya, Valencia, Baleares, Murcia, Andalucía) debe traducirse en una visión cohesionada del Mediterráneo, que impulse proyectos conjuntos y estrategias compartidas, según las conclusiones del consejo.

Barreras de entrada

Tras estas conclusiones dadas a conocer por la periodista Cristina Buesa, los miembros del consejo Pablo Bou (BlueNetCat), Aurora Catà (Banco Sabadell, Repsol, CIDOB), Ignasi Ferrer (Ocean Ecostructures) y Carlos Esteban (fondo de inversión Faber Blue Pioneers), han dado a conocer en una primera mesa redonda las principales barreras que frenan el desarrollo de la economía azul: y es que requiere de tecnologías con un alto requerimiento de capital, que implican riesgos técnicos y con una compleja carga regulatoria. Para el despegue de nueva tecnología están siendo fundamentales fondos como BlueInvest, B-Blue, Ports 4.0 o Faber Blue Pioneers. El capital riesgo se considera clave, especialmente en fases iniciales. La banca, por su parte, empieza a financiar proyectos azules en mejores condiciones, según se destacó, pero el capital aún exige iniciativas más maduras y visibles, con empresas tractoras.

Foco de la inversión

Por ahora, la energía marina y eólica offshore, especialmente combinada con hidrógeno verde, es el ámbito que atrae mayor inversión a gran escala. Le siguen la propulsión y los combustibles sostenibles en el transporte marítimo, la producción sostenible de alimentos marinos, como el cultivo de algas como proteína alternativa. «Ante la limitación de la tierra, podemos cultivar en el mar», se explicó. También la observación del océano, la robótica marina y la biotecnología azul están emergiendo, si bien requieren altos costes iniciales, permisos y pruebas en entornos hostiles.

El desarrollo del sector depende además de nuevo talento que mezcle el conocimiento científico, técnico y de negocio, así como responder al relevo generacional de forma urgente. Instituciones y organizaciones trabajan para alinear la formación y la creación de nuevas empresas con las necesidades del sector, como han mostrado en la segunda mesa redonda del encuentro Anna Majó (Barcelona Activa), Emma Cobos (Port de Barcelona), Olga Cerezo (Port Olímpic) y Laureà Fanega (Fundació Barcelona Capital Nàutica). Con todo ello, la economía azul ya da sus frutos: en cinco años ha pasado del 4,3% al 5% del PIB en Barcelona.

Visión generosa y valiente

La inversión de 143 millones en la ciudad de Barcelona en tres nuevos espacios para acoger formación de nuevo talento, innovación, startups, pruebas tecnológicas, incubadoras y lugares de testeo muestran una apuesta de futuro para la que es fundamental, según se ha manifestado, mantener una «visión compartida, generosa y valiente, trabajando en red con otros agentes públicos y privados». Una muestra es la reciente asociación entre la UPC, el Port de Barcelona, Veolia y Esade, junto con una cincuentena de entidades y empresas europeas, destinada a impulsar la competitividad del sector del agua en Europa para que lleguen al mercado nuevas soluciones frente a las sequías, inundaciones, la descarbonización y la sostenibilidad del medio.

La jornada ha servido además para conocer iniciativas como la IEMA, asociación respaldada por la industria que aboga por políticas para permitir la transición del sector marítimo hacia cero emisiones; así como las startups Poseidona, que produce ingredientes alternativos a la proteína a partir de algas; y la biotecnológica Blue Ocean Nutrition.

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La segunda jornada del nuevo Port Olímpic Living Lab abordará cómo transformar los espacios portuarios en motores de regeneración ambiental y desarrollo sostenible

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El Port Olímpic pone a debate el nuevo modelo de puerto urbano

por Glòria Ayuso

Cuál debe ser el nuevo modelo de puerto deportivo urbano se pondrá a debate este próximo jueves 29 en la segunda sesión del Port Olímpic Living Lab, un nuevo espacio creado para fomentar el diálogo entre profesionales del sector de la economía azul y abierto también a los ciudadanos. La jornada abordará cómo transformar los puertos en motores de regeneración ambiental y desarrollo sostenible.

La regeneración de los puertos pasa por mejorar la biodiversidad marina, reducir el impacto de las infraestructuras y garantizar una relación más equilibrada entre la actividad humana y el entorno natural. En este sentido, la sesión abrirá el debate sobre un nuevo modelo de puerto regenerativo, basado en el triple impacto ambiental, económico y social. El objetivo, según el Port Olímpic Living Lab, es «fomentar una economía azul más innovadora y sostenible, que conecte la ciudad con el mar, y convierta los puertos deportivos en ecosistemas vivos de colaboración, innovación y desarrollo territorial».

Laboratorio vivo

El encuentro forma parte del ciclo impulsado por el Port Olímpic Living Lab, una iniciativa que se celebra el último jueves laborable de cada mes en el Espai Mestral del Port Olímpic. Cada sesión reúne a profesionales, investigadores, emprendedores, administraciones y empresas para compartir conocimientos y crear sinergias en torno a los retos y oportunidades de la economía azul. Como un «laboratorio vivo de co-creación», el objetivo es «ir mucho más allá», en palabras de la directora general del Port Olímpic, Olga Cerezo, y construir sinergias para dinamizar y transformar este espacio en un «lugar de referencia de la economía azul».

El Living Lab está organizado por A Bordo.Pro, una empresa dirigida a fomentar la innovación y transformación en empresas, instituciones y personas emprendedoras, como explica su responsable, Pat González. A Bordo.Pro impulsa programas de innovación abierta y formación en entornos reales, a través de proyectos como #ABordoLab, que promueve la sostenibilidad, la digitalización y la colaboración en los puertos de Catalunya. Asimismo, está desarrollando una plataforma tecnológica para conectar puertos y compartir recursos e innovación.

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La Comisión Europea ha publicado su Informe sobre la Economía Azul de la UE 2025, que destaca que España concentra el 20% del empleo total en este sector, el cual supera los 4,8 millones de trabajadores

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por Glòria Ayuso

Unas 4,8 millones de personas trabajan en la economía azul en la Unión Europea y España es el país que contribuye con mayor número de personas, concretamente el 20% del total. Así lo indica el Informe sobre la Economía Azul de la UE 2025 que la Comisión Europea ha publicado este jueves.

El documento revela que la economía azul volvió a crecer después de un parón durante la crisis de la Covid-19. En 2022, generó cerca de 890.000 millones de euros en facturación y aportó 250.700 millones de euros al valor añadido bruto (VAB) de la UE. Las estimaciones indican que los sectores de la economía azul continuaron creciendo en 2023, contribuyendo con 263.000 millones de euros al VAB y dando empleo a 4,88 millones de personas, un 1,24% más que el año anterior.

Sectores al frente

Sectores como el transporte marítimo y la energía renovable registraron importantes aumentos tanto en valor añadido como en empleo. El informe considera asimismo el turismo costero como parte de la economía azul. Precisamente, se trata del mayor segmento, ya que generó el 33% del VAB en la economía azul y representó el 53% del empleo total durante 2022. Por su parte, sectores emergentes como la energía marina, la biotecnología azul y la desalinización generaron nuevas oportunidades de negocio e impulsaron el crecimiento económico. El sector de la energía eólica marina fue uno de los de más rápido crecimiento en la economía de la UE, con un incremento del 42% respecto a 2021. Este crecimiento impulsó los beneficios del sector, que alcanzaron los 4.100 millones de euros. La biotecnología azul generó 327 millones de euros, un incremento del 19% respecto a 2021, y empleó directamente a unas 2.400 personas, lo que representa un 13% más que el año anterior.

Dentro de la UE-27, los cuatro Estados miembros más grandes (Alemania, Francia, Italia y España) fueron también los principales contribuyentes al rendimiento socioeconómico de la Economía Azul de la Unión. En conjunto, representaron el 60% del valor añadido bruto (VAB) de toda la Economía Azul de la UE y el 52% del empleo en este sector.

Actividades en transición

La edición 2025 del informe dedica especial atención a la transición energética del transporte marítimo de la UE y de la flota pesquera, así como al potencial de las soluciones basadas en la naturaleza para hacer frente a los impactos del cambio climático en las zonas costeras de la UE. «Estas soluciones naturales ofrecen oportunidades para reforzar la protección costera y reducir los riesgos de inundaciones y erosión», según detalla la Comisión Europea, que estima que sus beneficios superan sus costes en una proporción superior a 3,5 veces.

El informe integra dentro de la economía azul todas las actividades económicas basadas en el océano, los mares y las zonas costeras, o relacionadas con ellos. Esto incluye la pesca, la acuicultura, el turismo costero, el transporte marítimo, los puertos y las energías renovables. La Comisión se propone alinear todas las actividades con los objetivos del Pacto Verde Europeo, fomentando la investigación, las competencias, la innovación y la cooperación entre países y actores marítimos. En este marco está desarrollando el Pacto Europeo por los Océanos, que prevé tener lista en junio, para agrupar bajo una misma visión las diversas iniciativas marítimas de la UE, abordando aspectos clave como la gestión del espacio marítimo, la pesca y la competitividad económica.

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Este sábado se celebrará la final de la segunda edición de la regata universitaria RC Sailing Barcelona, en la que los estudiantes pondrán a prueba las embarcaciones a escala que han diseñado y construido

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por Glòria Ayuso

Diseñar y construir un minivelero por radiocontrol, sin tener experiencia previa, y competir. Este ha sido el reto al que se han enfrentado durante tres intensos meses estudiantes de ingeniería que este sábado tendrán la oportunidad de poner a prueba sus embarcaciones en aguas del Port Vell de Barcelona. En este lugar se celebrará la final de la segunda edición de la regata universitaria RC Sailing Barcelona, una iniciativa impulsada por la Fundació Barcelona Capital Nàutica (FBCN) que busca acercar la náutica a las nuevas generaciones de ingenieros e ingenieras.

Nueve equipos procedentes de universidades catalanas, de Madrid y, como novedad, también de Escocia, competirán con veleros teledirigidos que ellos mismos han ideado y construido desde cero. Con esta iniciativa, se propone que los estudiantes vivan el proceso completo: del concepto a la navegación, en una experiencia muy próxima a la ingeniería que rodea las grandes regatas. Durante el tiempo de preparación, los equipos han recibido formación por parte de expertos del sector náutico, que su universidad convalida mediante 3 créditos ECTS.

Técnica y creatividad

Como ya se vio en la primera edición, la competición demanda técnica, estrategia, trabajo en equipo y también improvisación el día de la navegación, en la que los estudiantes se enfrentarán a unas condiciones de brisa y mar que aún desconocen. La cita está abierta al público, que podrá seguir las regatas desde la Rambla del Mar a partir de las 11.30 horas. Aunque los veleros, de cerca de un metro de eslora, deben seguir unos requisitos técnicos comunes, las propuestas que se verán el sábado en Barcelona serán variadas, dado que se permite a los estudiantes elegir el diseño que consideren más competitivo, desde los clásicos monocasco optimizados al máximo a estructuras más innovadoras como trimaranes.

Estudiantes de Glasgow

La edición de este año cuenta con la participación especial del equipo de la University of Strathclyde, de Glasgow, junto a universidades locales como la UPC, la UB, UVic-Elisava, Tecnocampus, la Politécnica de Madrid y el Institut de Nàutica de Barcelona, que juega en casa. Para muchos de los participantes, esta regata será su primer contacto real con el mar como espacio de innovación tecnológica.

La iniciativa no solo quiere poner a prueba las capacidades técnicas de los futuros ingenieros, sino también abrirles las puertas a un sector que necesita talento. Cada año solo se gradúan en España un 48% de los estudiantes correspondientes a las plazas ofertadas en Ingeniería Naval, según datos de la Asociación de Ingenieros Navales y Oceánicos (AINE).

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En plena emergencia, esta actividad busca proyectar una visión conjunta ante Europa y a escala global para asegurar los mecanismos de inversión, la colaboración público-privada y el reconocimiento internacional

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por Glòria Ayuso

El sector BlueTech o de la tecnología azul se encuentra en plena emergencia en el Mediterráneo y, además de canalizar nueva inversión, debe contar con mayor visibilidad. Para ello es necesario reforzar la cooperación entre las ciudades y las comunidades del arco mediterráneo español Catalunya, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Murcia y Andalucía, creando sinergias entre sus respectivos ecosistemas, y proyectar una visión conjunta ante Europa y a escala global.

Así lo ha indicado el Consejo de Expertos de Economía Azul, que se ha reunido este viernes en la sede de El Periódico. Los expertos de este foro insisten en que, para consolidar esta transición, es crucial asegurar los mecanismos de inversión, la colaboración público-privada y el reconocimiento internacional de la economía azul. El sector se encuentra en pleno desarrollo por su papel en dar respuesta a la descarbonización, la digitalización de industria marítima y de la cadena logística, la sostenibilidad alimentaria a través de nuevas fuentes de proteína, el impulso del deporte y el turismo sostenibles y la biotecnología y la salud.

El Mediterráneo, laboratorio vivo

El Mediterráneo, a pesar de ser un mar pequeño, concentra un 30% del tráfico marítimo mundial y del turismo náutico. Bajo esta presión, unida a la contaminación y los efectos del cambio climático, los expertos consideran que se convierte en el espacio idóneo para desarrollar, testar y escalar soluciones innovadoras en un contexto real.

Durante los encuentros del consejo de expertos de El Periódico se ha puesto de manifiesto cómo los fondos de inversión ya se están interesando por el sector BlueTech. La economía azul ha registrado un crecimiento sostenido y, en el caso de Barcelona, ha pasado del 4,3% al 5% del PIB en los últimos cinco años. La ciudad se posiciona como un nodo para atraer inversión, generar conocimiento y nueva actividad en torno al sector.

Convocatoria abierta

El trabajo y las conclusiones del Consejo de Expertos se darán a conocer en un acto abierto al público el 27 de mayo en el Palau Macaya de Barcelona. Los principales agentes del ecosistema – empresas, centros de investigación, inversores, universidades, administraciones públicas y plataformas de innovación- compartirán propuestas y casos de éxito para mostrar el momento de oportunidad que vive el sector.

Será la antesala del Foro Económico y Social del Mediterráneo, organizado por Prensa Ibérica y cuya segunda edición tendrá lugar en junio en Málaga. El encuentro servirá como plataforma clave para coordinar y visibilizar el papel del sector, tal y como ha explicado el director de Información Económica de Prensa Ibérica, Martí Saballs, para activar el ecosistema de inversión y colaboración en el Mediterráneo español.

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Lamentan que la escasez de merluza repercute en restricciones en el conjunto de las capturas y piden cambios en vista al nuevo reglamento que la CE debe aprobar en diciembre

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<div>Las comunidades del Mediterráneo reclaman en bloque una política pesquera «realista»</div>
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<p style=por Glòria Ayuso

Los directores generales de pesca de Catalunya, Comunidad Valenciana, Baleares, Región de Murcia y Andalucía han alzado la voz de forma conjunta este miércoles para reclamar una «gestión pesquera más adaptada a la realidad del Mediterráneo». Lo han hecho ante el enviado del comisario europeo de Pesca y Océanos, Costas Kadis, el español Antonio Basanta, a quien han trasladado sus preocupaciones sobre el futuro del sector.

La Comisión Europea debe aprobar en diciembre el reglamento anual de pesca para el Mediterráneo occidental indicando el número de días de pesca permitidos para las flotas de arrastre y las cuotas para ciertas especies, con la posibilidad de establecer vedas temporales y áreas de restricción.

Revisión de restricciones

Durante el encuentro, en el marco del salón Seafood, los representantes autonómicos han insistido en la necesidad de revisar las restricciones de días de pesca, que consideran injustificadas y perjudiciales. «No es lógico que una sola especie -en relación a la escasez de merluza en el Mediterráneo- condicione al resto. En Baleares, la captura ha aumentado un 25% y la norma va en contra de esta evolución positiva, ha subrayado el consejero de Pesca del gobierno balear, Antoni Grau.

Grau ha defendido que no es la Comisión Europea la responsable de las normas actuales, sino el Parlamento Europeo, que aprobó el reglamento del Mediterráneo occidental (Uesmed).

Desilusión creciente

El director general de la consejería en Murcia, Juan Pedro Vera, ha denunciado la «creciente desilusión» de los pescadores ante la amenaza de una mayor pérdida de días de faena, a pesar de que ya en 2024 con menos días, se pescó más.

Desde la Comunidad Valenciana, Miguel Francisco Castell, ha señalado que el sector no quiere ayudas, quiere trabajar del mar, mientras que el director general de Andalucía, José Manuel Martínez, ha advertido sobre la urgencia de proteger la figura del pescador y de recibir compensaciones por el 100% de la reducción de días de trabajo al sector en 2024.

Incertidumbre

«No sabemos qué pasará en diciembre. Aportaremos datos científicos que muestran la realidad de la pesca en el Mediterráneo para que la política pesquera se adapte a la realidad», ha afirmado el director general de Pesca en Catalunya, Antoni Espanya.

Las cinco comunidades autónomas ya remitieron en diciembre una misiva conjunta al comisario europeo de Pesca reclamando cambios en la reglamentación. Su enviado, Antonio Basanta, ha querido mostrar la cercanía del gabinete del comisario europeo y ha reconocido la necesidad de políticas positivas, al tiempo que ha considerado «fundamental» no comprometer la competitividad del sector. En este sentido, ha defendido que las normas de sostenibilidad deben aplicarse también a los productos importados.

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