Su implementación puede evitar unas 6.000 muertes prematuras al año, según un estudio encargado por el Gobierno francés
Las navieras han anunciado recargos en las tarifas a partir del mismo día de entrada en vigor de la nueva normativa
La Organización Marítima Internacional aprueba el marco para gravar las emisiones al transporte marítimo global
por Glòria Ayuso
Las zonas de bajas emisiones van más allá de las carreteras: a partir de este jueves, el mar Mediterráneo ha sido oficialmente designado como Área de Control de Emisiones, con el objetivo de reducir la contaminación atmosférica en la mayor parte de su extensión.
El fueloil que utilizan los barcos contiene hasta 3.500 veces más azufre que el diésel de los vehículos. La quema de este combustible emite contaminantes a la atmósfera como los óxidos de azufre y de nitrógeno, y partículas finas (PM2.5) que tienen unos efectos nocivos sobre la salud. El Mediterráneo es una zona especialmente sensible: pese a ocupar solo el 7% de la superficie marina mundial, concentra casi el 30% del tráfico mundial de mercancías y el 17% de los cruceros. Una situación que va a más: la actividad ha experimentado un crecimiento de casi el 5% anual en la última década.
6.000 muertes al año
A petición de los estados, la Organización Marítima Internacional (OMI) ha creado las Áreas de Control de Emisiones (ECA, por sus siglas en inglés) para limitar la contaminación atmosférica de los barcos y sus efectos negativos. Su implementación en el Mediterráneo puede evitar unas 6.000 muertes prematuras al año, según un estudio de impacto ambiental encargado por el Gobierno francés.
Su cumplimiento debe ser inmediato. Los buques, durante su navegación, deben usar combustible con contenido de azufre igual o inferior a 0,10% o combustibles alternativos como el Gas Natural Licuado (GNL), el metanol o biofuel; o bien instalar sistemas de limpieza de gases de escape. Esta norma ya está en vigor desde 2015 en el Mar Báltico, el Mar del Norte, algunas zonas sensibles de EEUU y Canadá y el Mar Caribe. La OMI decidió en 2022 su aplicación en el Mediterráneo, en un acuerdo que ha incluido diversas enmiendas de países y operadores. Con ello, la calidad del aire debe mejorar con una reducción de emisiones de 8,5 millones de toneladas al año, según el estudio técnico del Centro regional de emergencia para la lucha contra la contaminación en el mar Mediterráneo (REMPEC). Fuera de las zonas ECA, el contenido máximo de azufre en el combustible puede alcanzar el 0,5%.
Anuncio de recargos
«Los puertos españoles están preparados para suministrar todos los distintos tipos de combustibles que necesitan los barcos en sus diferentes rutas de navegación, y por lo tanto también el combustible muy bajo en azufre», afirman fuentes de Puertos del Estado. Desde 2010, la Comisión Europea ya obliga a los buques a usar este combustible a una alternativa menos contaminante mientras están atracados en los puertos europeos.
Navieras como Maersk, MSC y ONE han anunciado que aplicarán recargos a sus tarifas a partir del mismo día de entrada en vigor de la ECA aduciendo unos mayores costes de explotación por la obligación de adquirir estos combustibles también para su navegación por el Mediterráneo. ONE especifica que variarán entre los 17 y 48 dólares por contenedor, dependiendo de la ruta.
Inspecciones a bordo
Las Capitanías Marítimas, dependientes del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, abrieron 11 expedientes sancionadores a las navieras en 2024 por no usar combustible bajo en azufre. Fue el resultado de más de 1.100 inspecciones en los puertos y en alta mar, en las que se observa si se expulsan humos negros, se verifica la documentación relacionada con el combustible y se toman muestras a bordo.
Resultados tangibles
Los óxidos de azufre han disminuido un 70% desde 2014 dentro de las zonas ECA ya en vigor, según el Informe Ambiental del Transporte Marítimo Europeo 2025. En los países del Mediterráneo, la reducción de las emisiones está supeditada a que cada Estado aplique esta decisión. Este camino debe continuar, empezando por las islas Canarias y las portuguesas», actualmente fuera de cualquier zona de control, afirma la responsable de transporte marítimo de Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), Lola Berna. Por el momento, la OMI sí ha acordado este mes de abril establecer una nueva zona ECA en el Noreste Atlántico.
La posibilidad de seguir utilizando fueloil incluso con sistemas de depuración de gases de escape, es igualmente «perjudicial», según Berna, ya que limpian las emisiones de azufre para luego verterlas al océano, trasladando así el problema del aire al agua. Por ello, ve necesaria una «prohibición de la descarga de agua de lavado de los depuradores, como ya han hecho varios países como Dinamarca, Finlandia y Suecia.
Turismo náutico
Además del tráfico de mercancías y sus grandes buques, el Mediterráneo concentra más del 30% del turismo náutico global y recibe a más de 200 millones de turistas anuales, destaca la Asociación Nacional de Barcos Eléctricos (ANBE). Pese a que algunos puertos se están modernizando, la organización indica que el sector del turismo náutico en España, que incluye el alquiler de embarcaciones, excursiones marítimas y buceo y el transporte de pasaje turístico, no está adaptado a la descarbonización marina. «La mayoría de estas embarcaciones siguen funcionando con motores diésel antiguos, sin control de emisiones, y, para más inri, muchos gozan de bonificaciones fiscales al combustible fósil que hay que eliminar o como mínimo minimizar», señala.
Flotas sostenibles
La asociación indica que España tiene «la oportunidad de convertise en líder del turismo náutico sostenible en Europa, apostando por flotas de alquiler 100% eléctricas, híbridas o a hidrógeno», y pone como ejemplo Italia, donde ya está en marcha el plan de descarbonización con un corredor de hidrolineras de más de 25 marinas por la costa. Además de la modernización de los puertos, ANBE aboga por sustituir las subvenciones al diésel marino para uso turístico por incentivos reales para la conversión energética del sector.
Según datos de European Boating Industry, la demanda de embarcaciones eléctricas e híbridas ha crecido más de un 20% anual desde 2020. Solo en España, se estima que el parque de embarcaciones eléctricas e híbridas crezca un 65% en los próximos cinco años, según ANBE, impulsado por el auge del turismo responsable y el desarrollo de soluciones tecnológicas cada vez más eficientes y asequibles.