La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Barcelona marcó un antes y un después en la apertura de las olimpiadas. Ahora, la ciudad se ha marcado el reto de volver a dejar huella y ser la primera en abrir la competición de la Copa América de Vela en su momento de máximo seguimiento internacional, en octubre de 2024, con un gran espectáculo en un escenario sobre el mar.
‘Barcelona, Far al Món’ es el nombre del espectáculo que se propone volver a hacer historia y que ha ganado el concurso internacional de ideas que ha convocado la Fundació Barcelona Capital Náutica. Al frente del proyecto se encuentra la compañía de producciones Focus, que lidera una unión temporal de empresas que integra además a la empresa audiovisual Lavinia, el estudio creativo experto en música y vídeo Igor; y Flock Drone Art.
Con Sílvia Pérez Cruz
Se trata de una combinación que permite aportar teatralización, música, imágenes visuales y todo tipo de efectos con la intervención de drones y la última tecnología digital. La propuesta incluye la participación de Silvia Pérez Cruz y Bad Gyal, a la espera de que encajen sus respectivas agendas, y la colaboración del compositor Albert Guinovart.
La idea ganadora, que a partir de ahora debe configurarse, plantea un espectáculo de 35 minutos en un gran escenario sobre el espigón de la Mar Bella que el público podrá seguir a las 21.00 horas desde la playa del Bogatell, para así apreciarlo con todo su esplendor lumínico. Dos pantallas gigantes en la misma playa acercarán más todos los detalles a los asistentes.
Emotivo y universal
Los promotores buscan crear «un espectáculo vibrante, con elementos disruptivos en su planteamiento, emotivo y universal», según indica la memoria ganadora, y que sigan presencialmente unas 30.000 personas, más las que lo visualicen a través de su retransmisión televisiva y por redes sociales. El espectáculo se concebirá de forma que transmita un relato, al que se le quiere dar gran importancia, que discurrirá en seis escenas y en torno a tres elementos que marcan la competición de la Copa América: el mar, el viento y la vela.
En la primera escena, unos bailarines interpretarán a los primeros navegantes, tal y como describe la propuesta, que gracias a la lectura del cielo nocturno pudieron descubrir nuevos mundos. En el cielo podrán verse «constelaciones mágicas que luego despertarán al mar»: a través de láseres geolocalizados conectados a drones se podrán contemplar escenas dibujadas en el cielo. Los láseres también crearán un mar que sumergirá al público en una escena inmersiva, y en el que aparecerán elementos marinos y un velero.
Diferentes civilizaciones
La segunda escena, de forma sincronizada con los elementos visuales del cielo y la música, bailarines dispuestos en cuatro grandes plataformas que simbolizan las diferentes culturas y civilizaciones interpretarán diferentes coreografías y se unirán atravesando el mar en un juego musical y simbólico.
Acompañará esta unión la interpretación de Silvia Pérez-Cruz, dando paso a la tercera escena, en la que se podrá ver sobre el mar la interconexión de culturas de todo el mundo. El espectáculo mostrará como la humanidad alcanza con esta interrelación un mar de conocimiento: se proyectarán datos y bytes, en un entorno inmersivo acompañado por el sonido de voces y lenguas de personas de diferentes partes del mundo.
Mensaje al mundo
En la cuarta escena, un avatar gigante mostrará que en el fondo su imagen no es más que la apariencia de una «persona real y vulnerable». Con la vela como protagonista por tratarse de un símbolo de la sostenibilidad de los recursos, se representará la importancia de la conexión también con el planeta.
Un grupo musical representará el equipo de una regata, que debe ir perfectamente sincronizado, y acompañará la interpretación culminante de una solista junto a una danza de veleros, que si las agendas lo permiten se intenta que sea Bad Gyal por su proyección internacional. Será el momento clímax del espectáculo.
La escena evolucionará hasta aparecer un faro, que pese a estar sobre el espigón, parecerá encontrarse sobre el mar, y desde el que se proyectará un potente rayo de luz hacia al cielo, que «simbolizará el mensaje que Barcelona lanza al mundo», que rebotará gracias a un efecto óptico hacia el centro de la ciudad y lo conectará con uno de los símbolos más internacionales de la ciudad, la Sagrada Família. Para este final épico se está pensando en una colaboración con el reconocido compositor y pianista Albert Guinovart.
El espectáculo tendrá lugar el 10 de octubre, y dará paso a la disputa de las finales de la Copa América de vela, tanto de la competición femenina y la juvenil, con los veleros AC40, como de la masculina, que enfrentará al defensor de la jarra de las cien guineas, el Emirates Team New Zealand, con el ganador de las series preliminares.
Edición más popular
La ciudad se ha preparado, no obstante, para que toda la competición sea bien visible para el público a partir del 22 de agosto. Los promotores indican que esta es también la primera vez que la competición de la Copa América permite una perfecta visibilidad desde el litoral, convirtiéndola en la más accesible a todos los ciudadanos.
Es así como la Fundació Barcelona Capital Náutica, que aglutina a todos los impulsores de esta cita internacional -Ayuntamiento de Barcelona, Generalitat, Diputació de Barcelona, el Puerto de Barcelona, el Estado, la Cambra de Barcelona y el Consorcio de Turismo de Barcelona- se propone convertirla en la edición más popular, bajo la motivación de acercar a la población el mundo de la vela, el deporte náutico y la pasión por el mar.
Inicio en agosto
El 23 de agosto tendrá lugar la última regata preliminar de la competición masculina, con los seis equipos compitiendo por primera vez a bordo de los AC75. Hasta principios de octubre, tendrán lugar las series que determinarán el equipo que se enfrentará al actual defensor de la Copa, el Emirates Team New Zealand. Asimismo, del 26 de septiembre al 16 de octubre tendrán lugar las competiciones femenina y juvenil.