La colaboración entre el sector público y el privado ha dado lugar a numerosas iniciativas innovadoras que científicos, agentes del sector y responsables políticos han destacado esta semana en una jornada en el Palau Macaya de Barcelona organizada por El Periódico, en el marco del Foro Económico y Social del Mediterráneo

Aitor Moll: «Las comunidades del Foro son ya un gran polo de atracción económica, social y cultural»

Los expertos subrayan la urgencia de proteger el Mediterráneo y el liderazgo de Barcelona en el impulso de la economía azul

por Glòria Ayuso

La necesidad de garantizar que la actividad económica se desarrolle respetando el océano, junto con las nuevas oportunidades que están surgiendo desde distintos sectores fruto de un mayor conocimiento del mar, ha conducido al impulso de la economía azul, que está viviendo en el litoral catalán y en especial en Barcelona un importante apogeo. Diversos de los agentes involucrados han participado esta semana en una jornada para tratar los retos y el futuro de la economía azul en el Palau Macaya de Barcelona, organizada por El Periódico. Para el director, Albert Sáez, la economía azul es un gran cómplice en el objetivo de El Periódico de defender la preservación del planeta, el progreso y las personas.

Frente a un mar en estado crítico, debido al cambio climático, la contaminación y la sobreexplotación, la jornada sirvió para subrayar el papel esencial de las ciudades en lograr un aumento de la concienciación de la sociedad a través del cuidado de su litoral. Tras un desarrollo sin conciencia y responsabilidad hacia el entorno, el saneamiento de las aguas residuales y la recuperación del río Besòs ya en los 90 marcó un antes y después en Barcelona, recordó Pep Hurtado, de la Oficina Estratégica del Àmbit Litoral de Barcelona.

En un paso más para restaurar el ecosistema bajo el agua, la ciudad ha optado en las dos últimas décadas por fondear escollos artificiales -50 más este año en el Port Olímpic- que fomentan la colonización de la biodiversidad marina, explicó director del Zoo de Barcelona, Sito Alarcón, para quien el atractivo del litoral y su fondo marino es equiparable con el de Collserola.

La acción debe hacerse en colaboración público-privada, con la intervención de un ecosistema que reúne ciencia, innovación, tecnología, emprendimiento, empresas y administración que ya existe en Barcelona, resaltó la directora de Innovación de Barcelona Activa, Anna Majó, que además de reivindicar el papel de las ciudades, subrayó el liderazgo que está ejerciendo la capital catalana en el impulso de la economía azul.

Precisamente, que tanto la Generalitat, como el Ayuntamiento y el Port de Barcelona hayan coincidido en desarrollar en los últimos años estrategias en economía azul ha facilitado una colaboración que ha permitido atraer la celebración de la primera Conferencia del Decenio de los Océanos de la Unesco en Barcelona -que ha servido para marcar la hoja de ruta para su protección de aquí a 2030-, y de la Copa América de vela, en una edición, la de 2024, con pleno foco en la sostenibilidad y la descarbonización de la náutica.

Los ponentes dieron además a conocer las otras muchas iniciativas que se están materializando gracias a esta colaboración de todos los agentes. El mismo Port Olímpic ha destinado el espacio que antes ocupaban las discotecas a nuevos negocios dedicados a la descarbonización de la náutica, la divulgación del océano y a actividades de ocio que quieren acercar la ciudadanía al mar, explicó su directora, Olga Cerezo.

El Ayuntamiento, el Consorcio de Educació y el Port, todos se alinearon en una clara apuesta por la formación, destacó el director del Institut de Logística de Barcelona, José Antonio Vázquez, para quien su oferta educativa aumenta la concienciación de personas que luego formarán parte de las empresas y las administraciones.

Tenemos que crear instrumentos ágiles, imaginativos, para lograr una innovación que pueda implementarse, explicó la directora de Innovación del Port de Barcelona, Emma Cobos. Con unas 450 empresas en su comunidad portuaria que deben responder a los nuevos requerimientos de sostenibilidad, el puerto ha optado por una doble fórmula. Por una parte, el BlueTech Port es su nuevo gran hub de innovación en economía azul, que quiere aglutinar de aquí a 2027 tanto a innovadoras startups como a reconocidas multinacionales que buscan nuevas soluciones para lograr una actividad sostenible.

Mensaje para sumar

Por otra parte, para implicar a su comunidad portuaria en el diseño de nuevas iniciativas sostenibles con un cierto grado de riesgo, el puerto ha creado la Fundación Port Innovation. Si logramos modelos financieramente viables, estas soluciones podrán escalar, explicó el director de la fundación, Miquel de la Mano. Frente a las reticencias de algunas empresas, hay que construir un mensaje transversal, para sumar a quienes aún no se han sumado, incidió.

Para el científico del CIM-CSIC, Enrique Isla, la concienciación debe llegar explicando que el mar empieza en la alcantarilla situada en el punto más alto del Pirineo, en alusión a que el océano sufre la actividad que se produce no solo en el mar sino tierra adentro.

Necesidad de actuar

La situación actual obliga a las empresas a actuar, afirmó el CEO de Ocean Ecostructures, Ignasi Ferrer. Todo el mundo empresarial debe ver que hay oportunidades, consideró, subrayando la importancia de la unión entre ciencia y tecnología que permite afrontar la tarea de regeneración del fondo marino. Las empresas que buscan competitividad, entienden que la innovación es la vía, coincidió el director gerente de BlueNet Cat, Pablo Bou, una red que reúne a más de 700 científicos que investigan en sectores relacionados con la economía azul para la transferencia de conocimiento. Se necesita acompañamiento, interlocución, crear foros y programas de innovación. Todo ello genera la asunción de retos, explicó.

El valor de la naturaleza

Para solucionar la falta de financiación, agregar un valor económico a la naturaleza promovería dar los pasos siguientes, instó Isla, para quien invertir en el ecosistema marino solo traerá bienestar.

Los expertos coincidieron con que aligerar la burocracia y disminuir la rigidez de la legislación son los otros dos aspectos necesarios para agilizar la acción. En todo caso, las soluciones que se apliquen deben tener en cuenta, advirtió el director científico de Underwater Gardens, Sergio Rossi, que la temperatura del mar seguirá aumentando, de modo que hay que asegurarse de que sean válidas a largo plazo, dijo.

Reflejo internacional

Captar la atención de la comunidad internacional sobre todas las iniciativas que se impulsan desde Barcelona se marcó como uno de los objetivos para afianzar y marcar el liderazgo de la economía azul. El Mediterráneo se consideró el mejor banco de pruebas por la gran actividad que concentra y por sufrir un mayor deterioro debido a su reducido tamaño, que provoca un aumento de los efectos del calentamiento y la degradación. Pero, a la vez, puede convertirse en la principal fuente de soluciones escalables a nivel mundial, gracias a la colaboración entre el mundo científico, la iniciativa privada y la pública que se ha configurado en Barcelona, en una alineación de los astros, resaltó Anna Majó.

Unas conclusiones que se reflejarán, explicó el responsable de información económica de Prensa Ibérica, Martí Saballs, en el Foro Económico y Social del Mediterráneo, que tendrá lugar el 26 y 27 de junio en Valencia.

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por Europa Press

El Consejo de Administración del Port de Barcelona ha sido informado de la puesta en marcha de la Ordenanza para la prevención de la contaminación en la zona de servicio de la infraestructura por parte de los barcos, ha informado en un comunicado este miércoles.

La Ordenanza, elaborada por el Puerto, permitirá al enclave ejercer un control más eficiente de los derrames en el mar y las emisiones de humos negros de los buques durante el fondeo, la entrada y salida del puerto y cuando están atracados.

Además, establece condicionantes sobre los que los barcos pueden hacer determinadas operativas «con el objetivo de reducir su impacto ambiental».

El presidente del Puerto, Lluís Salvadó, ha explicado que la Ordenanza «es mucho más exigente que la normativa ambiental vigente» y ha asegurado que sitúa al enclave barcelonés a la vanguardia de los puertos en el mundo.

La norma establece un control de humos negros que generan los barcos a través de la Escala de Ringelmann, que determina el nivel de opacidad del humo en una clasificación del 0 al 5. En el caso de que se supere el nivel 2, se levantará un acta administrativa que comportará un expediente y, en su caso, una sanción.

Gasoil marítimo

Además, incluye la obligatoriedad de que los barcos que no usen combustibles de bajas emisiones funcionen con gasoil marítimo, y prohíbe el mantenimiento de motores cuando la Generalitat haya declarado el aviso preventivo de contaminación atmosférica o un episodio de contaminación.

En el caso del agua, establece las condiciones en las que se pueden descargar aguas de lastre, aguas grises, limpieza de tanques y bodegas, limpieza de zonas sumergidas o por encima de la línea de flotación o el pintado, entre otros.

Se prohíben la mayoría de operaciones de riesgo, «salvo en los casos que se garantice que no se producirá un episodio de contaminación» de las aguas portuarias.

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por Glòria Ayuso

Extraer indicadores ecológicos clave bajo el mar, que permitan considerar los efectos de la presión humana y el cambio climático para la implementación de políticas dirigidas a mejorar la restauración y conservación de hábitats marinos es el objetivo del proyecto DIGI4ECO, que acaba de iniciarse bajo la coordinación el Institut de Ciències del Mar- CSIC de Barcelona.

Las siglas del proyecto responden a lo que se quiere obtener: un gemelo digital-sostenible 4D de monitoreo ecológico de la restauración en áreas donde existe un agotamiento pesquero. Por una parte, se propone digitalizar datos antiguos y crear un entorno digital óptimo que también se alimentará de nueva información obtenida de estaciones submarinas y plataformas robóticas de última generación.

«Oportunidad única»

El equipo científico considera una «oportunidad única» combinar datos históricos que estaban inutilizados con datos más recientes, lo que permitirá comparaciones espacio-temporales y una evaluación del estado actual de los mares y océanos de Europa, información valiosa para los tomadores de decisiones en el ámbito de la gestión ambiental. Junto con otros seis centros tecnológicos y de investigación europeos, participa la UPC, que destaca la importancia del trabajo de armonización de los datos y de facilitarlos para su uso en código abierto.

Datos abiertos

En esta línea, para el ICM una de las prioridades de la iniciativa es recopilar datos, ordenarlos y ponerlos a disposición de la comunidad científica y las agencias para utilizarlos a través de nuevas herramientas como la inteligencia artificial.

«Esto nos permitirá extraer información numérica de imágenes y videos, así como estandarizar y armonizar información de diferente naturaleza y formato en bancos de datos centralizados por los socios participantes», explica el investigador del ICM-CSIC Joan B. Company, quien añade que «la estandarización de procesos y la recopilación de datos biológicos y ambientales mediante cámaras y sensores oceanográficos y geoquímicos permitirá ampliar el alcance del monitoreo ecológico desde metros hasta hectáreas, así como aumentar la frecuencia y continuidad de la recopilación de datos».

El proyecto se desarrollará durante cuatro años, con la intervención de un total de 18 entidades de 10 países europeos, que «trabajarán juntos para mejorar el estado de conservación de los hábitats marinos europeos en el Mediterráneo y el Atlántico», según Jacopo Aguzzi (ICM-CSIC), el coordinador del proyecto.

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<p style=por Guillem Costa

El proceso de inmersión en el barrio de la Barceloneta para algunos de los más de Por favor, ponte en contacto con Renr lo antes posible para intentar solucionar el problema. Error pubfrontal backend response» target=»_blank»>dos mil voluntarios de la Copa América ha culminado este sábado con una sesión instructiva de snorkel en la playa. Quienes participarán en el gran evento deportivo lo harán después de haber conocido a especies como el pez verde, la doncella, la moma nariguda y el erizo, entre otras.

«Se han sorprendido, porque muchos de ellos no se esperaban que en la misma Barcelona hubiese tanta biodiversidad», cuenta Andrea Comaposada, directora de la entidad ambiental Anèl·lides. Algunos salían tiritando del agua porque la temperatura no era del todo veraniega, pero con la satisfacción de haber comprobado que en el mar se podía observar lo aprendido en la sesión teórica.

«No me lo imaginaba para nada», admite Antonella Dimassa, una italiana que vive en Barcelona desde hace tiempo. «Yo vivo en la playa, estoy todo el día aquí, pero no era consciente de que se podían avistar estos animales submarinos», añade.

Tradición de barrio

El objetivo del proyecto es muy claro: los voluntarios de la Copa América deben entender mejor los entresijos del barrio de la Barceloneta para luego transmitirlo a los visitantes. Y la mejor forma de lograrlo, consideran desde Barcelona Activa, es con una inmersión, literal en el caso de esta actividad concreta. «Se trata de una formación vivencial, y Por favor, ponte en contacto con Renr lo antes posible para intentar solucionar el problema. Error pubfrontal backend response» target=»_blank»>no solo sobre biodiversidad. Otros días se han organizado paseos por el barrio con entidades locales para que se empapen de la tradición cultural y marítima de la zona», detalla María Ángeles González, de Barcelona Activa.

«Podrán ser prescriptores de la Barceloneta, con informaciones correctas, no solo durante la Copa América, sino también en sus entornos familiares y de amistad», sugiere González. A los restauradores de la zona, también se les han ofrecido cursos acelerados de inglés.

A Álex se le ocurrió apuntarse como voluntario para «sacarse la espinita» de los Juegos Olímpicos: «Durante la inauguración, estaba de vacaciones en Menorca y me lo perdí. Como me gustan el mar y las regatas, esta vez he decidió ser voluntario». Muchos de los contenidos de la sesión no eran nuevos para él, pero reconoce que nunca había buceado en la playa de Barcelona.

Priscila y Ricardo, dos vecinos del Eixample que también se sumaron a este ejército de voluntarios y que han pasado frío tras salir del agua, creen que es bueno realizar este tipo de actividades. «Es una oportunidad para ser inclusivos con el barrio, puesto que vendrá mucha gente», opina ella. Él, que considera que la acumulación de visitantes también tiene consecuencias negativas, asegura que es mejor que la gente que visite Barcelona descubra cómo es cada rincón de la ciudad.

Suciedad y microplásticos

La parte negativa del aprendizaje es la suciedad que se acumula en el agua. Comaposada explica que esta realidad también era necesario exponerla. «La biodiversidad en Barcelona es interesante, pero también es cierto que se ven muchos plásticos flotantes. Pretendíamos concienciar sobre este problema y sus consecuencias para los ecosistemas», expone.

Ramón Posada, de Esplugues de Llobregat, para quien la experiencia ha sido «muy divertida», pero también ha quedado decepcionado con la suciedad: «Deberíamos colaborar para que el agua estuviera más limpia. Pese a la masificación, todavía hay vida marina. Pero a la porquería se suman los microplásticos, que no los vemos, y hay que solucionarlo».

Todos los participantes coincidían en tener una sensación de formar parte de algo «grande» y «muy especial». Cuando a finales de verano la Barceloneta se llene de turistas y aficionados a las regatas, los voluntarios, además de poder contar cuatro pinceladas de la idiosincrasia del barrio, también serán capaces de enseñar cómo diferenciar una doncella de un pez verde y de concienciar sobre la necesidad de no contaminar el mar.

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por Cristina Buesa

Los llaman barcos voladores, veleros voladores. La vela ha vivido una revolución en los últimos años por los ‘foils’, unas alas como las de los aviones que los propulsan por encima de la superficie del mar hasta alcanzar velocidades nunca vistas. Las embarcaciones van cuatro veces más rápido de lo que lo hacían. La segunda generación de los AC75 que competirán este verano en la Copa América de vela de Barcelona puede alcanzar los 54 nudos (unos 100 kilómetros por hora).

«Los ‘foils’ son alas, igual que de un avión, que levantan el barco por encima del agua. Hay dos alas principales que lo levantan y un timón en la parte posterior que estabiliza el casco para que no cabecee», describe el ingeniero aeronáutico y diseñador de ‘foils’ de Alinghi Red Bull Racing, Nicolás Bailey. «Lo que queremos es ir lo más rápido posible navegando y lo que más frena al barco es toda la parte que toca con el agua. Lo primero que intentamos es levantar el casco del agua y quitar un montón de superficie mojada para ir mucho más veloces», continúa.

Lo más pegado al agua

¿A qué altura se levanta el casco del agua? «Intentamos siempre tener todo el casco fuera del agua, pero es muy importante sellar toda la fuerza de la vela con el plano del agua. Queremos que esté lo más pegadito al agua sin tocarla, es una línea muy fina», responde el ingeniero.

Y, prosigue, lo más importante es no perder el control del timón, porque en caso contrario «se pierde la estabilidad del barco». Así, «cuanto más grandes sean los ‘foils’ más fácil va a ser despegar a pequeñas velocidades. Y cuanto más pequeños, más nos costará», descubre Bailey.

Cambio de ala al virar

Además de eso, prosigue el experto, esos ‘foils’ «tienen que hacer la reacción de toda la fuerza de las velas». Su función es «doble»: levantar el barco por encima del agua y, a la vez, hacer de reacción a la fuerza de las velas. Esa es la razón por la que solo tienen una hidroala dentro del agua. «Cuando viramos metemos el segundo ‘foil’ dentro del agua, viramos y cuando el viento nos cambia de lado levantamos el ‘foil’ del otro lado», relata el experto de origen madrileño.

Las normas de la Copa América de esta edición permite que los equipos tengan un solo diseño de ‘foils’, según Nicolás Bailey. «Podemos llevar al agua hasta tres -babor, estribor y uno que nos quedemos-, pero tienen que ser la misma versión, que solo tenga pequeñas modificaciones», enumera.

Nunca por debajo de 6,5 nudos

Para que puedan ‘despegar’ del agua, es decir, para que los ‘foils’ hagan su trabajo, se necesitan entre 15 y 20 nudos de velocidad, en función del tipo de barco, si es un AC40, más pequeño, o un AC75. No obstante, como las reglas de la competición pautan que por debajo de 6,5 nudos de viento no se celebrarán las regatas, todos los equipos de ‘foils’ los han diseñado para que se levanten del agua a partir de esa velocidad.

A la dinámica de los ‘foils’ se suma también el alto componente tecnológico que tienen estos monocascos voladores. «Todas las funciones de las velas se deben mover por energía humana, ya no tenemos cabos, sino los denominados actuadores, aunque toda la energía que está dentro deestee debe haber sido generada por el ser humano. Hay ocho personas a bordo y cuatro de ellas son las que se encargan de generar toda esa energía para que el driving group’, que son los que manejan el barco, puedan mover las velas como necesitan», resume el ingeniero.

Un «acumulador» pequeño

El «acumulador» es un volumen donde se genera la presión de aceite, el mismo para todos los equipos. «Es un volumen relativamente pequeño porque lo que no se quiere es que estés media hora antes generando energía y te sirva para toda la regata. Con esa dimensión de acumulador tienes para hacer una o dos maniobras y tienes que ir recargando constantemente», concluye el diseñador.

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<div>«La necesidad de descarbonizar hace obligatorio lo que antes era optativo»</div>
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<p style=por Glòria Ayuso

Empiezan las Jornadas de Puertas Abiertas y el presidente del Port de Barcelona, Lluís Salvadó, abre también las de su despacho a El Periódico.

Han agotado las 16.000 plazas de las visitas guiadas en seguida. ¿Esperaban tanta demanda?

En futuras ediciones se tendrá que redimensionar la oferta de visitas. El éxito de Nadal al Port ya nos ha mostrado que el puerto es un espacio que atrae a la ciudadanía. Además, en el puerto trabajan 40.000 personas, algunas desde hace 30 años, que no habían tenido la oportunidad de mostrar a sus familias el lugar donde trabajan.

El puerto está en obras para celebrar la Copa América de vela. ¿Veremos pronto muchas inauguraciones?

La Copa América ha impulsado la transformación de espacios en ruinas, como los tres Tinglados del Moll Oriental que se abrirán a exposiciones temporales de arte. Ya tenemos muchas peticiones porque faltaban espacios en la ciudad. El bus náutico que empezará a operar el 3 de julio conectará el final de la Rambla con el lugar, convirtiéndolo en un nuevo espacio ciudadano. Más adelante, prevé incluir nuevos recorridos. El edificio del Portal de la Pau, en rehabilitación, será otra joya a pie de la Rambla. En junio abriremos también el Moll Barcelona Sud, tras el traslado de Balearia. Pero después de la Copa América viene una segunda ola mayor de aperturas: el Moll de Pescadors y la transformación del Moll d’Espanya donde está el Maremagnum.

El puerto prevé transformar su modelo a cruceros más pequeños. ¿Implicará menos afluencia de cruceristas?

La clausura del canal de Suez ha establecido muchas anomalías: al incremento del 25% del tráfico de contenedores de los barcos que ahora deben pasar por Buena Esperanza se suma el cierre de mercados tradicionales de cruceros en el Mediterráneo oriental que ha provocado un aumento que es temporal. El acuerdo con el Ayuntamiento de 2018, que implica el cierre del Moll Barcelona en 2026, conlleva llevar al sur las terminales de cruceros y su evolución a un segmento de crucerista de mayor valor añadido que implicará menor cantidad. En 2027 pasaremos de nueve a siete terminales con la apertura de Royal Caribbean en la G, la que será la más prime y completamente descarbonizada.

¿Y el resto?

Pese a ser el transporte marítimo el más eficiente, cuando ubicas 900 escalas en un punto existe una concentración de emisiones. El puerto representa el 7% de las emisiones de Barcelona. Estamos haciendo una inversión brutal de 180 millones para electrificar en cinco años todos los muelles y el 12 de julio ya inauguraremos en la terminal de Hutchison el primer OPS, un gran enchufe y estación que transformará la potencia para que los barcos puedan apagar los motores a su llegada.

El puerto requiere energía como una ciudad de 200.000 habitantes. ¿Con la electrificación abren un nuevo modelo de negocio?

Estamos desarrollando un modelo muy singular que no existe en ningún otro puerto: nos estamos dotando de una subestación eléctrica, compramos energía en alta tensión, la transformamos y ofreceremos un servicio de distribución y comercialización público-privado. También estamos desplegando el primer o segundo mayor techo de fotovoltaica de Europa, con 100 MW sobre las naves logísticas. Este año también queremos cerrar la sociedad para elevar una planta de biogás que se nutrirá de los residuos orgánicos de los propios cruceros y la restauración, y que ofrecerá combustible compatible a las embarcaciones que utilizan GNL.

¿Se busca abrirse a nuevas actividades?

Contamos con 18 sociedades y ejercemos un modelo de colaboración público-privada que aporta conocimiento y exigencia en la gestión. El Port Vell, sociedad con un modelo más flexible que la Autoritat Portuaria, será quien gestionará los tinglados del Moll Oriental como espacio cultural, y el World Trade Center se encargará del BlueTech Port.

Son 25.000 m dedicados a la economía azul, ¿se llenarán?

En septiembre el primer edificio de los seis acogerá a las 17 empresas que ahora están provisionalmente en el Pier 01 de Tech Barcelona. En este proyecto queremos ser los primeros en Europa en captar a las grandes empresas del sector emergente que es la economía azul y convertirnos en un hub de referencia. Además de start-ups y centros de investigación, estamos en contacto con compañías a nivel mundial para generar de aquí a 2027, cuando termine la remodelación completa de este espacio, que será excepcional, un ecosistema también excepcional en el ámbito de la oceanografía, ambiental y de nuevos combustibles, con empresas del sector del transporte marítimo que están desarrollando nuevas divisiones dentro de sus compañías para dar respuesta a este cambio global de la descarbonización.

El puerto sigue queriendo expandirse hacia el sur, donde coincide con el aeropuerto.

Las embarcaciones cada vez más grandes y acumulan contenedores cada vez más en lo alto. Necesitamos muelles más largos, grúas más altas y más calado. El futuro del puerto se encuentra en el Prat, donde trasladaremos la terminal de contenedores al futuro muelle de Catalunya en los próximos 10 años. Allí estará el centro neurálgico del puerto. No queremos decir cómo solucionar el futuro del aeropuerto, pero reivindicamos que no se puede vestir un santo y desvestir otro. Hay que buscar soluciones compatibles. Tenemos que adaptarnos, y también en los accesos ferroviarios que deben dar respuesta a esta terminal y la de Hutchison. Ahora las costuras de los accesos al puerto están reventadas.

En 2006 hubo acuerdo para llevarlos a cabo. ¿Ahora va en serio?

Cada vez que cambia el gobierno de Madrid el proyecto vuelve a la casilla de salida. Llevamos 25 años esperando, pero debido a la necesidad de descarbonizar, lo que antes era optativo ahora ya es obligatorio. Confiamos en que ahora hay una situación irreversible: desde 2018 existe una coordinación entre Estado, la Generalitat y el puerto. Tenemos el proyecto básico redactado, el ejecutivo adjudicado con dos años de plazo para su redacción y un convenio que compromete la aportación de 800 millones de euros, de los que el puerto aporta 200, hasta 2032.

Volviendo a la apertura este fin de semana del puerto: actualmente, solo están abiertas 80 de 1.140 hectáreas, las del Port Vell. ¿Qué sorprenderá más en estos tres días de puertas abiertas al visitante?

Desde el World Trade Center hacia el sur quedan 10 kilómetros de acceso limitado por seguridad. Se podrán conocer estos rincones y su evolución. El puerto ha hecho una evolución paralela la ciudad. Hace 500 años, daba respuesta al comercio del Mediterráneo y permitió el florecer la ciudad. En la Revolución Industrial se adaptó para poder importar las materias primas necesarias -carbón, hierro, algodón- para impulsar la industrialización: de aquí los nombres de La Carbonera, el Moll de la Fusta y otros espacios.

En las últimas décadas, ha desarrollado el Moll de la Energía donde llegan los combustibles y productos químicos que necesita el hinterland, así como el espacio de importación y exportación de vehículos con aparcamientos en vertical con miles de vehículos para ser exportados o importados a Europa. Pero la joya de la corona es la terminal de Hutchinson, con grúas de 80 metros de altura, y en la que llegan embarcaciones de 400 metros de eslora. También es impactante ver como hasta 500 camiones suben a un ferry para Civitavecchia para ahorrarse miles de kilómetros de autopista.

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<div>La economía azul contará con 25.000 metros cuadrados en los ‘tinglados’ de Sant Bertran del Port de Barcelona en 2027</div>
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<p style=por Cristina Buesa

La economía azul sigue haciendo mella en Barcelona. La apuesta por este sector, vinculado a la actividad de los océanos, se multiplicará en el Port de Barcelona con el traslado del BlueTechPort a los ‘tinglados’ de Sant Bertran que progresivamente acogerán empresas, ‘startups’ y organismos en seis naves que se reformarán hasta 2027. En total, habrá 25.000 metros cuadrados disponibles, han explicado este miércoles los responsables del puerto.

Ahora mismo, ha relacionado la directora de Innovación y Estrategia de Negocio, Emma Cobos, hay 17 compañías instaladas en el Tech Barcelona, en el Pier 01 del Palau de Mar y se ha agotado la capacidad disponible. Esas serán las primeras en trasladarse a una de las naves de Sant Bertran en septiembre, la más cercana a la ciudad. Durante este año se acabará de «conceptualizar» el BlueTechPort y, en los siguientes tres años y de forma progresiva, se irán llenando las naves, aunque habrá espacio suficiente, ha opinado el presidente del Port, Lluís Salvadó.

Construidas en los años 60

Actualmente estos ‘tinglados’ estaban en desuso. Se trata de naves industriales construidas en los años 60 «que queremos transformar para el 2030 creando una comunidad que estreche más el vínculo entre ciudad y puerto», ha proseguido el directivo de la autoridad portuaria. Precisamente, en la presentación había numerosos representantes de empresas, centros tecnológicos, administraciones públicas e investigadores que trabajan en economía azul, que engloba tanto actividad portuaria como pesca, náutica, investigación, bioeconomía marina y desarrollo de nuevas soluciones relacionadas con el mar.

El BlueTechPort dará el gran salto con este traslado, ya que multiplicará por ocho su capacidad para acoger empresas y entidades del sector. La inversión prevista asciende a 50 millones de euros y se prevé que trabajen entre 2.500 y 3.000 personas cuando funcione a pleno rendimiento.

Comercialización en el SIL

Desde el puerto son optimistas sobre la acogida de este hub de innovación entre el tejido empresarial. De hecho, ya han tenido conversaciones con algunas compañías y está previsto que durante la celebración del Saló de la Logística (SIL) se empezarán a comercializar las naves. «Queremos seguir siendo un faro en economía azul a través de la sostenibilidad y la eficiencia», ha proclamado Lluís Salvadó.

En el acto también ha participado el director general de World Trade Center (WTC), Carles Anglada, que colaborará en esta segunda fase del BlueTechPort ejecutando la reforma de los primeros espacios disponibles. «Ya no somos solo un edificio, somos un actor más en el ecosistema de innovación del Port Vell», ha asegurado. WTC es una empresa participada por el puerto que gestiona el edificio donde está su sede corporativa.

El responsable del proyecto de rehabilitación de los ‘tinglados’ será el despacho de arquitectos b720 Fermín Vázquez Arquitectes, que se ha encargado de otros proyectos emblemáticos en Barcelona como el nuevo mercado de los Encants o la futura estación de La Sagrera, han explicado desde el Port de Barcelona.

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Muchas de ellas se conocen de mundiales, juegos olímpicos y competiciones por medio mundo. Pero será la primera vez que la Copa América de vela enfrente a las mejores regatistas del mundo, solo a ellas. Barcelona estrenará la primera competición de mujeres este octubre, del 5 al 13, justo los días en los que se decidirá el equipo ganador de la 37 Louis Vuitton America’s Cup.

Este martes han presentado el trofeo que levantará (o «abrazará», como ha invitado su creadora, la arquitecta Patricia Urquiola) el país que venza entre los 12 participantes. Están los seis equipos que forman parte de la categoría histórica, la masculina (Nueva Zelanda, Gran Bretaña, Francia, Italia, Suiza y Estados Unidos), y otros seis (España, Países Bajos, Canadá, Alemania, Suecia y Australia).

Iniciativa emocionante

«La Puig Women’s America’s Cup es la iniciativa más emocionante de mi carrera, deberán guiar máquinas furiosas y rápidas con gran precisión», ha proclamado la regatista oceánica y coordinadora del evento, Abby Ehler. Junto a ella estaba tanto el director ejecutivo de America’s Cup Event (ACE), Grant Dalton, como el director ejecutivo de Puig, Marc Puig, que ha recordado el vínculo de la marca de cosmética femenina con este deporte.

Competirán con un AC40, el barco más pequeño con el que han celebrado hasta ahora las regatas preliminares, pero tanto Dalton como Ehler han insistido en que el talento de las deportistas es extraordinario. Una representación de 10 de los 12 equipos (solo faltaban las alemanas y australianas) se han fotografiado con el trofeo creado por Urquiola en la azotea de la Fundació Miró.

Sin asas ni base

La pieza es de plata, mide 58 centímetros y pesa unos cinco kilos. No tiene asas ni base y es muy diferente de la ‘Auld Mug’, la jarra de las cien guineas que data de 1858 y que se guarda con extremas medidas de seguridad por parte del equipo ganador. En el caso del trofeo de la Puig Women’s America’s Cup no se ha decidido su futuro más allá de la histórica edición de Barcelona. Quien la gane esta vez, se la quedará y, más adelante, está por ver.

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por Glòria Ayuso

El Port Olímpic acogerá el 25 y 26 de mayo la Electric Boat Experience, la primera feria de embarcaciones sostenibles de Barcelona, que reunirá a una treintena de empresas nacionales e internacionales que están inmersas, mediante nuevas propuestas, en la transición energética en la náutica y la movilidad marítima.

Además del Port Olímpic, la Asociación Nacional de Barcos Eléctricos (ANBE) coorganiza esta nueva feria, que tendrá lugar en la explanada del Moll de Mestral, con un espacio de exposición de más de 2.400 m. Los fabricantes mostrarán las últimas innovaciones en embarcaciones eléctricas, híbridas y de hidrógeno, y propuestas de soluciones sostenibles para el sector náutico y portuario, como baterías marinas, motores eléctricos, torretas de carga rápida o desaladoras.

Ponencias de expertos

Además del espacio de exposición, durante la primera jornada, el Espai Mestral la sala de actos del Port Olímpic acogerá el programa de ponencias y mesas redondas dirigidas a empresas, instituciones y al ecosistema innovador del sector náutico.

El programa profesional contará con actores relevantes del ámbito económico y marítimo, como la propia ANBE, Barcelona Activa, Acció, Fundació Barcelona Capital Nàutica y Barcelona Clúster Náutico, además de empresarios, para tratar cuestiones relevantes para el sector como el papel de los fondos Next Generation en el crecimiento del sector de la náutica sostenible, el impulso de la gestión portuaria responsable con los ecosistemas marinos o la innovación aplicada a la electromovilidad marítima.

Talleres y secretos del mar

Durante la segunda jornada, los visitantes podrán participar en los talleres de posidonia y gorgonias, una actividad educativa y lúdica dirigida a familias que muestra los secretos del mar y la vida de estas especies marinas. En paralelo, durante todo el día se podrá visitar la exposición del proyecto Good Karma, que da voz a las personas que luchan por la conservación del mar.

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