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La Coalición de Transporte Limpio, una asociación internacional que vela por la descarbonización del sector marítimo, reclama a la Organización Marítima Internacional que apruebe medidas adicionales para una mayor eficiencia energética

El transporte marítimo afronta su inclusión en el mercado de derechos de emisión

Reclaman reducir velocidad y usar propulsión eólica para recortar emisiones en el mar

por Glòria Ayuso

El transporte marítimo deberá reducir entre un 20% y un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 2030 en comparación con los niveles de 2008, y un 80% en 2040, alcanzando las cero emisiones netas en 2050. No obstante, las emisiones del transporte marítimo continúan aumentando, mientras se espera el despliegue de nuevos combustibles como el metanol, el hidrógeno y el amoniaco, para los que es necesario disponer de gran cantidad de energía renovable para su producción y que actualmente tampoco está disponible.

Ante la dificultad de alcanzar los objetivos marcados para 2030, la Coalición de Transporte Limpio (CSC), una asociación internacional que vela por la descarbonización del sector marítimo, reclama a la Organización Marítima Internacional (OMI) que apruebe medidas adicionales para una mayor eficiencia energética en el transporte marítimo. Estas medidas permitirían, según la coalición, disminuir las emisiones más a corto plazo y servir de complemento a la sustitución de los combustibles fósiles, con el fin de poder limitar el calentamiento global en los 1,5C, según establece el Acuerdo de París.

Propulsión eólica

Concretamente, reclama una revisión del Indicador de Intensidad de Carbono (CII), que determina la reducción anual de emisiones de CO de un buque en sus operaciones. La CSC quiere que esta revisión incluya la aplicación de una norma sobre la disminución de la velocidad de los barcos, que implica menor consumo de combustibles, y la aplicación de nueva tecnología eólica para que usen el viento como sistema de ayuda a la propulsión.

Ahora mismo existen diversas tecnologías que proponen utilizar el viento como energía limpia en el transporte marítimo. Precisamente, la compañía de fletes Cargill ha hecho públicos los resultados tras testear durante seis meses un nuevo buque, el Pyxis Ocean, que funciona con propulsión asistida por viento. Equipado con dos grandes velas sólidas de viento desarrolladas por BAR Technologies, «ha logrado un rendimiento consistente que equivale a un promedio de tres toneladas de combustible por día», según la empresa.

Para la Coalición de Transporte Limpio, la industria del transporte marítimo tiene a su alcance la energía eólica y está en una posición única para explotar esta fuente de energía gratuita mediante la instalación de velas y otra nueva tecnología.

Velocidad más lenta

La coalición internacional remarca la necesidad «urgente» de mejorar la eficiencia operativa en los barcos y reducir la quema de combustible. «La OMI debe revisar su CII y acordar nuevos requisitos estrictos para asegurar que los buques mejoren su eficiencia energética año tras año», afirma el presidente de la Coalición de Transporte Limpio, John Maggs. «Esto es crucial para asegurar la transición energética más eficiente y de menor costo y para incentivar comportamientos de transporte, como velocidades más lentas que también proporcionarán importantes beneficios para la salud de los océanos, como la reducción de colisiones con ballenas y ruido submarino, y otras mejoras ambientales, como la reducción de la contaminación del aire», añade.

Una intensa agenda

Esta reivindicación llega coincidiendo con el 81 encuentro, esta semana, del Comité de protección del medio marino (MEPC81) de la OMI, que tiene sobre la mesa realizar de aquí a 2025 una revisión del CII, con el fin de actualizarlo para cumplir con la nueva estrategia de Gases de Efecto Invernadero que el este organismo internacional de la ONU responsable del transporte marítimo internacional aprobó el pasado mes de julio.

Asimismo, el comité de la OMI tratará otros aspectos clave, como el seguimiento de la nueva estrategia sobre emisiones del transporte marítimo, el mecanismo de fijación de precios de las emisiones, la contaminación marina y las nuevas recomendaciones sobre transporte de pellets, la aplicación del Convenio de Hong Kong sobre cómo llevar a cabo el reciclaje de buques sin causar contaminación, y la aprobación de un proyecto de plan de acción para reducir el ruido submarino debido al transporte marítimo comercial.

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La Unesco lanzará en Barcelona la hoja de ruta para preservar el océano

Los expertos abogan por potenciar el secuestro marino de carbono contra el cambio climático

por Glòria Ayuso

La lucha contra el cambio climático debe incluir la aplicación de soluciones concretas para aumentar la capacidad del mar para secuestrar carbono. Así lo indica el quinto libro blanco de los diez que elaboran científicos expertos de la Unesco para marcar la hoja de ruta en la preservación del océano, que se presentarán en la Conferencia de la Década de los Océanos, en abril, en Barcelona.

El océano actúa como un gran sumidero de carbono, ya que absorbe el 25% de todas las emisiones de CO antropogénicas. Esta absorción de calor y dióxido de carbono ralentiza el cambio climático. No obstante, el proceso de absorción de CO del mar desencadena acidificación y desoxigenación, lo que plantea graves riesgos para la vida marina, los ecosistemas y las comunidades que dependen del océano para su subsistencia, así como en su rol para garantizar el equilibrio del planeta.

El libro blanco indica tres vías de mitigación aplicadas en el mar. Una de ellas es el desarrollo de bosques de manglares, praderas de pastos marinos y marismas intermareales, que cuentan con un poder desproporcionadamente alto de secuestro de carbono, por lo que estos ecosistemas reciben el nombre de carbono azul. Precisamente, y al margen de este documento, los expertos indican la necesidad de desarrollar una fórmula fiable de cálculo de captura de carbono por parte de estos ecosistemas con el fin de desarrollar un nuevo mercado de carbono centrado en el mar.

La segunda solución a la que apunta el libro blanco es eliminar el exceso de CO que acumulan las aguas mediante la creación de sistemas de almacenamiento duradero del carbono marino, aumentando así la capacidad del océano de secuestrar más CO2. Las vías de esta Captura y Almacenamiento de Carbono (CDR) son la mejora de la alcalinidad oceánica, formas de eliminación directa del carbono atmosférico con almacenamiento oceánico, y la fertilización de nutrientes, entre otras. No obstante, estas prácticas tienen baja preparación tecnológica y necesitan un desarrollo significativo adicional, advierte el libro blanco.

Reducir la polución

Al mismo tiempo, considera esencial la reducción de la contaminación marina, ante el aumento de desechos que está registrando el mar. Aliviar esta contaminación es una de las primeras actuaciones necesarias para reducir el estrés adicional que sufren los organismos marinos y todo el ecosistema responsable de capturar CO. En este sentido, el documento indica la conveniencia de reducir la producción de productos que acaban contaminando las aguas, que además de mejorar la resiliencia del océano también provocaría un descenso de las emisiones.

El grupo de expertos incide en que debe aumentarse la recolección de datos del mar y poner toda la información al alcance de toda la comunidad internacional para contar con modelos de predicción, basar las actuaciones en unas bases sólidas y poder desarrollar avances de alcance global. Todas las acciones están interconectadas y el trabajo debe ser conjunto y transversal, señala la coordinadora del equipo científico que ha elaborado el cuarto libro blanco Sophia Laarissa, en la discusión previa del borrador entre la comunidad de expertos a nivel internacional antes de su presentación definitiva en la Conferencia de Barcelona.

Transformación y nueva gestión

Laarissa subraya que debe aumentarse la alfabetización y conciencia oceánica para una cogobernanza llevada a cabo desde la cooperación, con políticas mejoradas de reducción de riesgos y capacidad predictiva mejorada de los pronósticos oceánicos, climáticos y meteorológicos.

Desde hace más de un año, más de 150 expertos trabajan en la elaboración de una estrategia para preservar el océano que se plasmará en los 10 libros blancos que quieren responder a los principales retos, que se interrelacionan entre ellos: la contaminación marina; la protección del ecosistema; el cambio climático; la economía oceánica sostenible; los alimentos azules sostenibles; la construcción de comunidades resilientes; observaciones, datos y Sistemas de Pronóstico y Alerta Temprana ante desastres; desarrollo de capacidades, alfabetización oceánica y conocimiento indígena y local; y patrimonio cultural.

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El Centro Tecnológico Naval y del Mar coordina el desarrollo, junto con organismos punteros en Europa, de tecnologías innovadoras para almacenar energía en los barcos

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El Proyecto Poseidón busca reducir el consumo de combustible en los buques

por Glòria Ayuso

La descarbonización de los buques implica la reducción de los consumos de energía, la sustitución de los combustibles fósiles mediante motores y generadores que utilizan energías verdes y también la optimización de los sistemas de suministro de energía. Este es precisamente el principal reto del proyecto Poseidón, que impulsa el Centro Tecnológico Naval y del Mar (CNT): desarrollar tecnologías innovadoras para almacenar energía que puedan proporcionar mucha potencia en poco tiempo y, de esta forma, poder hacer frente a los picos de energías de los buques.

El mar es un entorno muy hostil, por lo que una práctica habitual es el sobredimensionamiento de los sistemas de propulsión y auxiliares para que el buque cuente con la energía necesaria en los momentos más críticos, explica la experta en innovación y cooperación tecnológica y directora del CTN, Noelia Ortega. El proyecto se desarrolla desde hace un año y tiene como fin 2027, busca reducir un mínimo del 5% de combustible.

Presupuesto de cinco millones

Bajo la batuta del CNT, y con un presupuesto de 5 millones de euros financiados por la Comisión Europea dentro de su programa de transporte marítimo sin emisiones, trabajan una decena de referentes internacionales en el sector como son los centros de investigación del CERN (Suiza), Damen (Países Bajos) y la empresa de ingeniería Techno Pro Hispania. Estas tecnologías se van a testear intensivamente en laboratorio antes de instalarse a bordo, probablemente, en un ferry eléctrico de Balearia que opera en la ruta de Ibiza-Formentera, indica Ortega.

El objetivo principal es desarrollar y demostrar la aplicabilidad de tres innovadores sistemas de almacenamiento de energía que puedan dar respuesta rápida en el transporte marítimo (supercondensadores, volantes de inercia y SMES) abordando su integración a bordo, competitividad en costos, eficiencia y seguridad.

El estudio también analizará la integración de estas tecnologías con otras disruptivas como el hidrógeno, las velas rígidas y los generadores hidrocinámicos reversibles, para determinar problemas de seguridad, riesgos potenciales a largo plazo y proponer soluciones regulatorias para los tres nuevos sistemas de almacenamiento de energía.

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De acceso abierto, permitirá explorar recursos genéticos marinos para descubrir genes para su uso en medicina, energía, alimentación y otras industrias

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Científicos dan a conocer el mayor catálogo de la vida en el océano

por Glòria Ayuso

El océano, el mayor hábitat del mundo, está lleno de organismos microscópicos, muchos aún por descubrir, que son fundamentales para el ecosistema y el equilibrio climático global. Sin embargo, un estudio publicado en Frontiers in Science ha dado a conocer la base de datos más amplia y detallada de microorganismos marinos hasta la fecha, relacionando su función biológica, su localización y el tipo de ecosistema en el que habitan. El catálogo proporciona una herramienta para explorar recursos genéticos marinos para descubrir genes novedosos con usos potenciales en medicina, energía, alimentación y otras industrias.

«Las posibilidades son infinitas», destaca el profesor Carlos Duarte, autor principal del estudio y profesor del Centro de Investigación del Mar Rojo de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá (KAUST), que ha dirigido el trabajo. El estudio identifica más de 317 millones de grupos de genes en lo que presenta como el KMAP Global Ocean Gene Catalog 1.0, una base de datos de acceso abierto. «Los científicos pueden acceder al catálogo a distancia para investigar cómo funcionan los distintos ecosistemas oceánicos, rastrear el impacto de la contaminación y el calentamiento global, y buscar aplicaciones biotecnológicas como nuevos antibióticos o nuevas formas de descomponer los plásticos», indica Duarte.

Visión sin precedentes

Gracias a la aplicación de la última tecnología, el equipo de científicos ha podido analizar secuencias de ADN de 2.102 muestras oceánicas recogidas en todo el mundo, identificar los 317,5 millones de grupos de genes distintos y clasificar más de la mitad por tipo de organismo y función. Al integrar esta información con la ubicación de las muestras y el tipo de hábitat, el catálogo resultante ofrece una visión sin precedentes de la distribución y las actividades de los microbios oceánicos.

Tanto Duarte como el Insitut de Ciències del Mar destacan que los esfuerzos de colaboración de toda la comunidad científica internacional y la puesta en común del ADN de las muestras, entre ellas las aportadas por investigadores del ICM-CSIC, han sido cruciales para construir el catálogo.

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Enero de 2027 es la fecha límite para integrar la estrategia de biodiversidad del mar que establece el segundo libro blanco que se presentará en la Conferencia de los Océanos de Barcelona

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por Glòria Ayuso

Todos los países costeros deben incluir una estrategia de biodiversidad marina en sus planes de acción nacional. Así lo indica el segundo libro blanco que, centrado en la protección de los ecosistemas marinos, verá la luz durante la Conferencia del Decenio de los Océanos que tendrá lugar en abril en Barcelona, coordinada por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO.

Según el documento, el 1 de enero de 2027 todos los países costeros deberían haber iniciado el proceso de redacción para integrar la estrategia de biodiversidad marina en su Estrategia y Plan de Acción Nacional sobre Biodiversidad (NBSAP).

Concretar medidas

El documento indica que para asegurar un desarrollo sostenible, el uso del océano y sus recursos debe ser ecológicamente equilibrado. Apunta además a la necesidad de concretar e implementar medidas específicas para cumplir con el objetivo proteger el 30% de los ecosistemas y restaurar los degradados, como se estableció en la cumbre de biodiversidad de Montreal (Canadá), lo que se traslada también al océano, cuyo papel es vital para el equilibrio del planeta.

Un aspecto esencial es contar con datos que muestren y permitan entender la situación del océano, que es muy grande y profundo, remarca el coordinador del equipo de expertos que ha trabajado en el documento, Fran Muller-Karger. Encargado de presentar el borrador para su discusión entre todos los agentes interesados, Muller-Karger explica que hay que contar con las comunidades locales de los distintos puntos del planeta, para recopilar la información recogida y volcarla en bases de datos accesibles, así como métodos de monitoreo y gestión comunes, en un esfuerzo de coordinación a nivel local, regional y de todos los países para lograr un impacto global.

Marco común en 2026

Es necesario publicar los datos para que estén al alcance y tomar decisiones, remarca el coordinador, para quien uno de los retos es lograr un trabajo científico más conectado y en dirección a los objetivos que se establezcan.

El documento indica que en julio de 2025 la Década de la ONU debe haber identificado cuáles son las variables de vida marina y ecosistemas claves para el desarrollo sostenible; y en enero de 2026 debe establecerse el marco común para llevar a cabo la observación de datos de prioridad global de forma coordinada, para que en 2027 cada país lo integre en sus planes sobre biodiversidad y aplique las medidas necesarias.

150 expertos

Desde hace más de un año, más de 150 expertos trabajan en la elaboración de una estrategia para preservar el océano que se plasmará en los diez libros blancos que quieren responder a los principales retos, que se interrelacionan entre ellos: la contaminación marina; la protección del ecosistema; el cambio climático; la economía oceánica sostenible; los alimentos azules sostenibles; la construcción de comunidades resilientes; observaciones, datos y Sistemas de Pronóstico y Alerta Temprana ante desastres; desarrollo de capacidades, alfabetización oceánica y conocimiento indígena y local; y patrimonio cultural.

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Los vertidos afectan al ecosistema marino y su función de regulador del clima, y de ofrecer alimentación, protección costera, empleo, turismo y bienestar

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por Glòria Ayuso

A cada momento se están produciendo vertidos al mar en distintos lugares del mundo, algunos mucho más agresivos que otros. Cómo combatir el grave problema de la contaminación del mar es el aspecto que aborda el primer de los diez libros blancos que la comunidad científica está elaborando para marcar la estrategia a seguir a escala global para proteger el océano, y que se presentarán en abril en la Conferencia de la Década de los Océanos en Barcelona.

La polución en el mar se produce principalmente por productos químicos, petróleo, vertidos y contaminantes biológicos. Afecta al ecosistema marino y a sus funciones, esenciales para la regulación del clima, la alimentación, la protección costera, el empleo, el turismo y el ocio, y el bienestar de la humanidad. La contaminación también afecta a la propia capacidad del ecosistema marino de resistir frente a otros dos grandes problemas que sufre, como son la sobreexplotación y el cambio climático.

Falta de datos

Tenemos acceso a datos limitados sobre contaminación y sobre todo sobre el impacto que produce, ha explicado esta semana Rosemary Rayfuse, coordinadora junto a Vanessa Hatje del equipo de 50 expertos que elaboran el libro blanco, durante la presentación del borrador en un acto abierto a la discusión de toda la comunidad, previo a su aprobación en Barcelona.

Límites más bajos

Frente al gran desconocimiento sobre la contaminación marina, sus fuentes e impactos, el informe indica que hay que crear una red de lugares dedicados de forma permanente al monitoreo; establecer protocolos estrictos y límites de detección más bajos; aumentar la vigilancia especialmente en el sur global; y armonizar y compartir los datos.

También señala la urgente necesidad de considerar la relación entre la actividad en tierra y sus efectos sobre el mar. Uno de los retos marcados es implementar políticas de gestión de residuos en todas las áreas, algo crucial para prevenir la entrada de contaminantes en los océanos. El documento detecta además que hay que desarrollar tecnologías para rastrear fuentes de contaminantes, su distribución y transferencia a través de los ecosistemas.

Para el equipo de expertos, es fundamental abordar la contaminación marina en un marco estratégico global que incluya objetivos y un control de la aplicación de las medidas, incluyendo la implementación de políticas y la financiación necesaria.

Pasar a la acción

Desde hace más de un año, más de 150 expertos trabajan en la elaboración de una estrategia para preservar el océano que se plasmará en los diez libros blancos que quieren responder a los principales retos, que se interrelacionan entre ellos: la contaminación marina; la protección del ecosistema; el cambio climático; la economía oceánica sostenible; los alimentos azules sostenibles; la construcción de comunidades resilientes; observaciones, satos y Sistemas de Pronóstico y Alerta Temprana ante desastres; desarrollo de capacidades, alfabetización oceánica y conocimiento indígena y local; y patrimonio cultural.

Queremos realmente implementar el contenido de estos libros blancos, afirma la coordinadora adjunta de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO, Alison Clausen, que lidera este trabajo para la Conferencia del Decenio de los Océanos. Esta cita, que tendrá lugar del 8 al 12 de abril en Barcelona, servirá para marcar esta estrategia a seguir a escala global en torno a los océanos, su preservación, el desarrollo de una actividad económica sostenible y la emergencia climática de aquí a 2030.

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Los residuos pueden ser tan perjudiciales para la biodiversidad marina como los hidrocarburos o productos químicos

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Casi el 10% de inspecciones a barcos por basuras deriva en expediente sancionador

por Glòria Ayuso

Las basuras que los barcos arrojan al mar pueden ser tan perjudiciales para la flora y fauna marinas como los hidrocarburos y los productos químicos, según indica la Organización Marítima Internacional (OMI). Es por ello que se han incorporado nuevas inspecciones para el control de las entregas de desechos de los buques en los puertos. Los resultados arrojan a la luz que hay mucho trabajo por hacer: de las 729 inspecciones de este tipo realizadas en los puertos españoles en 2023, 67 (el 9,2%) derivaron en la apertura de un expediente sancionador, según revelan los datos del Ministerio de Transportes.

Las Capitanías Marítimas se encargan de estas nuevas inspecciones, reguladas por la Directiva Europea sobre entrega de desechos de buques que entró en vigor en 2022 con el fin de proteger el medio ambiente marino de los efectos negativos de las descargas de desechos.

El mayor peligro, el plástico

Según la OMI, el mayor peligro lo constituye el plástico, que puede flotar durante años. «Los peces y mamíferos marinos a veces confunden los plásticos con alimentos y pueden quedar atrapados en cuerdas, redes, bolsas y otros artículos». Además de los plásticos, se prohíbe verter al mar cualquier tipo de residuo, como son las aguas sucias (procedentes de desagües, WC, lavabos y cocinas), basuras sólidas, sobras de alimentos (excepto pescado fresco), residuos de tareas domésticas, papel, cables de amarre, los restos de embalajes y maderas, las aguas con hidrocarburos procedentes de la sentina, lodos del depurador, aceites, aguas de lavado de tanques que han contenido sustancias nocivas, etc.

Además de los residuos de los combustibles, también figuran los gases contaminantes y partículas procedentes de los motores. La normativa se recoge de forma específica en el Anexo V del Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación por los Buques (MARPOL) de la OMI.

Educación necesaria

En algunas zonas del mar, se ha detectado que «la mayor parte de la basura proviene de los buques que pasan por las cercanías para los que es más conveniente tirar la basura por la borda en lugar de eliminarla en los puertos», indica la OMI, que considera necesario «educar» para persuadir de la utilización del océano «como basurero».

La norma sobre desechos afecta a cualquier tipo de embarcación, desde la recreativa a los grandes pesqueros y barcos mercantes. La regulación también indica que los puertos deben garantizar la habilitación de instalaciones adecuadas para la recepción de basuras que respondan a las necesidades de los buques que las utilicen y sin que la descarga de desechos les implique sufrir demoras innecesarias.

Cumplimiento del azufre

Por otra parte, las Capitanías Marítimas también realizaron un total de 1.164 inspecciones el año pasado para comprobar que se cumplen los límites de contenido de azufre en el combustible consumido por los buques, tanto en puerto como en navegación, establecidos por el Convenio MARPOL. En este caso, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible indica que solo se detectaron diez incumplimientos en todo el año 2023, lo que demuestra la efectividad de las medidas puestas en marcha para la lucha contra las emisiones contaminantes.

La variación del contenido de azufre en el combustible utilizado por los buques ha sido un tema de creciente importancia en el ámbito de la regulación marítima internacional, principalmente debido a las preocupaciones ambientales relacionadas con la contaminación atmosférica y sus efectos adversos tanto en la salud humana como en el medio ambiente. La quema de combustibles con alto contenido de azufre produce óxidos de azufre (SOx), que son contaminantes perjudiciales que pueden causar problemas respiratorios en las personas, lluvia ácida y contribuir a la formación de niebla tóxica, afectando negativamente la agricultura, los ecosistemas acuáticos y terrestres, y la infraestructura.

Contenido a la baja

El contenido de azufre en el combustible marino ha disminuido significativamente en los últimos años, especialmente después de la implementación de las últimas enmiendas al Anexo VI del Convenio MARPOL, que entraron en vigor en enero de 2020. Estas enmiendas redujeron el límite máximo de contenido de azufre en el combustible utilizado por los buques fuera de las Áreas de Control de Emisiones designadas (ECA) del 3,50% en masa a un 0,50% en masa. En las ECA, el límite se había establecido previamente en 0,10% en masa, en vigor desde 2015.

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Más de 5.700 personas aficionadas al buceo contribuyen a la ciencia mediante sus observaciones

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Centinelas del mar

por Glòria Ayuso

La mortalidad elevada de moluscos y nacras en la costa de Baleares y Catalunya hizo saltar las alarmas. Se inició una investigación para la que se necesitaban el máximo de observaciones bajo el mar. La solución fue pedir la participación desinteresada de aficionados al submarinismo. De eso hace siete años, y lo que fue una experiencia puntual se ha convertido a día de hoy en Observadores del Mar, una organización que agrupa a 490 entidades y 5.700 personas aficionadas y profesionales del submarinismo o del snorkel, que aportan de forma desinteresada sus observaciones bajo el mar a 17 proyectos científicos distintos que se desarrollan en las aguas de las costas españolas.

El CSIC coordina esta iniciativa de ciencia ciudadana marina focalizada en la preservación de la biodiversidad bajo el agua. Unos 50 investigadores de universidades y centros de investigación indican el objeto de sus estudios, y validan todas las aportaciones de las personas voluntarias. Se trata de tener muchos ojos en el mar. Las personas que viven en la costa o que salen a bucear generan conocimiento y nos ayudan a detectar fácilmente los cambios, explica la bióloga Gemma Agell, miembro del equipo de coordinación de Observadores del Mar.

En toda la costa

Además de aficionados al buceo a título particular, numerosos clubs de submarinismo se han comprometido a hacer seguimiento en su localidad de algunos proyectos determinados. Por ello reciben el nombre de Laboratorios Centinela. La red cuenta con centinelas en toda la costa española, en especial en la catalana, Levante, Gibraltar y el País Vasco.

Uno de ellos es SuperDive Tossa. Seguimos el avistamiento de caballitos de mar y de rayas y tiburones, explica la directora, Meri Alorda. La elección la realizó el propio centro debido a que en su zona hay más poblaciones que en otros espacios. Esta escuela de buceo también trabaja como centinela en un proyecto de medición del cambio climático, ya que algunas especies de peces sensibles a las temperaturas son indicadores de su evolución.

Contribución a la ciencia

Cada vez que un monitor o aficionado observa a un individuo debe tomar una fotografía. No es necesario sacar grandes fotos ni ser un experto en biología marina, incide Alorda. El propio autor sube la foto a la web de Observadores del Mar especificando a qué proyecto se inscribe, el día, la temperatura del agua y la localización. Puede indicar la especie exacta o, simplemente, decir que lo desconoce. Los científicos verificarán la información y en muchos casos se pondrán en contacto con el autor para realizar algunas preguntas, detalla la bióloga. Este es uno de los puntos más apreciados por los voluntarios, que reciben a cambio información sobre cómo identificar la riqueza del ecosistema.

Los responsables de SuperDive Tossa no dudan en animar a todos los aficionados a participar: vienen a practicar submarinismo y acaban aún más satisfechos porque, haciendo lo que les gusta están además contribuyendo a la ciencia. En su caso, los voluntarios llegan a subir entre cinco y diez fotos al día en verano. En invierno son menos, si bien la práctica del pádel surf ha permitido aumentar las contribuciones en épocas de más frío.

El conocimiento generado por los voluntarios no es exclusivo para los científicos: un mapa en la web de Observadores del Mar pone a disposición de cualquier persona interesada la información de las más de 22.600 observaciones realizadas hasta la fecha.

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La Conferencia de los Océanos de Barcelona, desbordada por las solicitudes: 5.000 para 1.500 plazas

por Glòria Ayuso

La Unesco deberá restringir el acceso ante el aluvión de solicitudes que se están registrando a nivel internacional para acudir del 10 al 12 de abril a la Conferencia del Decenio del Océano en Barcelona. Aún no se ha cerrado el plazo de inscripción y ya son más de 5.000, cuando las plazas serán un máximo de 1.500. La cita congregará en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona a personas expertas científicas y actores públicos y privados de la economía azul a nivel internacional, con el fin de elaborar la estrategia a seguir de aquí a 2030 para preservar el océano.

Las solicitudes han sorprendido a la organización. «Tenemos personas procedentes de Europa, distintos lugares de África, hasta las más remotas islas del Pacífico y del Ártico, en un maravilloso mix internacional», destaca el jefe de Política Marina y Coordinador Global del Decenio del Océano de la UNESCO, Julian Barbière, que ante las restricciones en el acceso indica que las sesiones se retransmitirán en streaming.

El acceso sí será libre en los más de 130 eventos satélite que complementarán el programa oficial y que tendrán lugar en los dos días previos y durante la Conferencia, de la que saldrán anuncios importantes, ha avanzado Barbière.

Elefante en la habitación

Estos anuncios se focalizarán en resolver la polución que aqueja el océano y en establecer partenariados y mecanismos de financiación para contribuir a la recuperación del mar, cuyo papel es clave en la lucha contra el cambio climático. Barbière ha lamentado el desconocimiento que existe acerca de las funciones del mar para mantener el equilibrio en el planeta: hemos ignorado durante demasiado tiempo al océano, que es el elefante en la habitación. También ha remarcado la urgente necesidad de destinar cuantiosas inversiones para proteger, restaurar y gestionar el océano que repercutirán en menores pérdidas ante los desastres climáticos, asegurarán la alimentación de millones de personas, y supondrán una oportunidad para la creación de una nueva economía y empleo.

El océano ha absorbido más del 90% del exceso del calor provocado por los gases de efecto invernadero y retienen cerca del 30% de las emisiones de CO provocadas por la humanidad, recuerda la directora del Instituto Español de Oceanografía, María del Carmen García, que indica que la degradación del mar no se puede solucionar por países, sino mediante la acción global, cuyo marco se dibujará en los diez libros blancos que la conferencia dará a conocer a su término e indicarán las prioridades para orientar las políticas en los próximos años.

Definición de soluciones

Durante la conferencia, la comunidad científica y los distintos actores apuntarán cuáles son las soluciones para combatir la polución, restaurar la biodiversidad, lograr una actividad económica sostenible y lograr una nueva relación sana de la humanidad con el mar.

Para el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, Barcelona quiere jugar un papel clave en la relación del océano con la investigación, innovación y el desarrollo de la economía azul. «Barcelona es referente científico de primer nivel en el ámbito europeo. Somos los cuartos en la elaboración de documentos científicos pero los onceavos en transferencia de conocimiento, y debemos traspasarlo en negocio y valor social y cultural».

Ante una Conferencia que por primera vez reúne a todos los agentes implicados para encontrar soluciones, el director general de Política Marítima y Pesca Sostenible, Sergi Tudela, destaca el modelo de gobernanza en Catalunya en relación con el océano, que a través del Consell Català de Cogestió Marítima, implica desde 2017 a la Generalitat, las administraciones locales, empresas de la economía azul, el tercer sector y el mundo científico.

Sin duda somos la capital del mar, con la celebración este año de la conferencia y la Copa América de vela, que reúne innovación, sostenibilidad, deporte y descarbonización del sector náutico, ha afirmado Ignasi Armengol, el director general de la Fundació Barcelona Capital Nàutica, que integra también a todas las administraciones y trabaja en la coordinación logística de la celebración de la Conferencia de los Océanos en Barcelona.

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<div>El Port de Tarragona utilizará «tecnología emergente» para recuperar su fondo marino</div>
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<p style=por Glòria Ayuso

El parque subacuático del Port de Tarragona, un espacio libre de pesca dedicado a la práctica submarina situado al lado del dique de Llevant y considerado de valor ecológico por su diverso ecosistema, será el lugar elegido por la Autoritat Portuària para aplicar tecnología emergente y pionera para la recuperación de las especies marinas.

El parque se creó en 1995 con la colaboración de la Sociedad de Exploraciones Submarinas de Tarragona (SES), hundiendo en él antiguas embarcaciones de madera y estructuras concebidas para actuar como biotopo, como el mercante Dragonera, que con sus 60 metros de eslora ha sido la pieza fundamental en la regeneración biológica de una zona que ahora cuenta con más de 150 especies de seres vivos que van recolonizando el rompeolas, según la SES.

Captura de CO2

Será en este lugar donde el puerto prevé instalar nuevas estructuras que favorezcan la regeneración de los organismos marinos y la captura y la monitorización de emisiones de carbono, en una actuación que posteriormente servirá para replicar las mismas soluciones en otros puntos del litoral, como indica en un comunicado este martes el Port de Tarragona.

Con esta idea, el puerto ha licitado un proyecto de suministro e instalación de estructuras de regeneración, con un presupuesto total de 46.000 euros. La medida de promoción de la biodiversidad quiere ser la continuación de actuaciones como la inmersión de biotopos, que han contribuido significativamente a la recuperación y la protección de los hábitats marinos locales. La convocatoria, abierta hasta el 9 de febrero, prevé un plazo de ejecución de cuatro meses para la implementación completa del proyecto. Estas nuevas estructuras deberán tener un diseño específico con las características adecuadas para favorecer la regeneración de organismos marinos y la captura de CO2.

Seguimiento de los hábitats

Tras su ejecución, se prevé establecer un programa de investigación y monitorización para evaluar la eficacia de las nuevas estructuras de regeneración del fondo marino y monitorizar la evolución de la biodiversidad y la salud de los hábitats marinos a lo largo del tiempo.

Basado en la ciencia

Mediante la colaboración con personas expertas en el campo de la biología marina, el Port de Tarragona busca asegurar que las prácticas implementadas sean basadas en la ciencia y tengan un impacto positivo en el ecosistema marino.

Por otra parte, mediante el desarrollo del parque subacuático, se pretende promover el deporte sostenible y las actividades recreativas que permitan a las personas que visiten disfrutar de la belleza y la riqueza del medio marino sin causar daños en el entorno.

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