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Más de 5.700 personas aficionadas al buceo contribuyen a la ciencia mediante sus observaciones

La alta temperatura del Mediterráneo afecta gravemente a las poblaciones de gorgonias de la Costa Brava

Centinelas del mar

por Glòria Ayuso

La mortalidad elevada de moluscos y nacras en la costa de Baleares y Catalunya hizo saltar las alarmas. Se inició una investigación para la que se necesitaban el máximo de observaciones bajo el mar. La solución fue pedir la participación desinteresada de aficionados al submarinismo. De eso hace siete años, y lo que fue una experiencia puntual se ha convertido a día de hoy en Observadores del Mar, una organización que agrupa a 490 entidades y 5.700 personas aficionadas y profesionales del submarinismo o del snorkel, que aportan de forma desinteresada sus observaciones bajo el mar a 17 proyectos científicos distintos que se desarrollan en las aguas de las costas españolas.

El CSIC coordina esta iniciativa de ciencia ciudadana marina focalizada en la preservación de la biodiversidad bajo el agua. Unos 50 investigadores de universidades y centros de investigación indican el objeto de sus estudios, y validan todas las aportaciones de las personas voluntarias. Se trata de tener muchos ojos en el mar. Las personas que viven en la costa o que salen a bucear generan conocimiento y nos ayudan a detectar fácilmente los cambios, explica la bióloga Gemma Agell, miembro del equipo de coordinación de Observadores del Mar.

En toda la costa

Además de aficionados al buceo a título particular, numerosos clubs de submarinismo se han comprometido a hacer seguimiento en su localidad de algunos proyectos determinados. Por ello reciben el nombre de Laboratorios Centinela. La red cuenta con centinelas en toda la costa española, en especial en la catalana, Levante, Gibraltar y el País Vasco.

Uno de ellos es SuperDive Tossa. Seguimos el avistamiento de caballitos de mar y de rayas y tiburones, explica la directora, Meri Alorda. La elección la realizó el propio centro debido a que en su zona hay más poblaciones que en otros espacios. Esta escuela de buceo también trabaja como centinela en un proyecto de medición del cambio climático, ya que algunas especies de peces sensibles a las temperaturas son indicadores de su evolución.

Contribución a la ciencia

Cada vez que un monitor o aficionado observa a un individuo debe tomar una fotografía. No es necesario sacar grandes fotos ni ser un experto en biología marina, incide Alorda. El propio autor sube la foto a la web de Observadores del Mar especificando a qué proyecto se inscribe, el día, la temperatura del agua y la localización. Puede indicar la especie exacta o, simplemente, decir que lo desconoce. Los científicos verificarán la información y en muchos casos se pondrán en contacto con el autor para realizar algunas preguntas, detalla la bióloga. Este es uno de los puntos más apreciados por los voluntarios, que reciben a cambio información sobre cómo identificar la riqueza del ecosistema.

Los responsables de SuperDive Tossa no dudan en animar a todos los aficionados a participar: vienen a practicar submarinismo y acaban aún más satisfechos porque, haciendo lo que les gusta están además contribuyendo a la ciencia. En su caso, los voluntarios llegan a subir entre cinco y diez fotos al día en verano. En invierno son menos, si bien la práctica del pádel surf ha permitido aumentar las contribuciones en épocas de más frío.

El conocimiento generado por los voluntarios no es exclusivo para los científicos: un mapa en la web de Observadores del Mar pone a disposición de cualquier persona interesada la información de las más de 22.600 observaciones realizadas hasta la fecha.

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La Conferencia de los Océanos de Barcelona, desbordada por las solicitudes: 5.000 para 1.500 plazas

por Glòria Ayuso

La Unesco deberá restringir el acceso ante el aluvión de solicitudes que se están registrando a nivel internacional para acudir del 10 al 12 de abril a la Conferencia del Decenio del Océano en Barcelona. Aún no se ha cerrado el plazo de inscripción y ya son más de 5.000, cuando las plazas serán un máximo de 1.500. La cita congregará en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona a personas expertas científicas y actores públicos y privados de la economía azul a nivel internacional, con el fin de elaborar la estrategia a seguir de aquí a 2030 para preservar el océano.

Las solicitudes han sorprendido a la organización. «Tenemos personas procedentes de Europa, distintos lugares de África, hasta las más remotas islas del Pacífico y del Ártico, en un maravilloso mix internacional», destaca el jefe de Política Marina y Coordinador Global del Decenio del Océano de la UNESCO, Julian Barbière, que ante las restricciones en el acceso indica que las sesiones se retransmitirán en streaming.

El acceso sí será libre en los más de 130 eventos satélite que complementarán el programa oficial y que tendrán lugar en los dos días previos y durante la Conferencia, de la que saldrán anuncios importantes, ha avanzado Barbière.

Elefante en la habitación

Estos anuncios se focalizarán en resolver la polución que aqueja el océano y en establecer partenariados y mecanismos de financiación para contribuir a la recuperación del mar, cuyo papel es clave en la lucha contra el cambio climático. Barbière ha lamentado el desconocimiento que existe acerca de las funciones del mar para mantener el equilibrio en el planeta: hemos ignorado durante demasiado tiempo al océano, que es el elefante en la habitación. También ha remarcado la urgente necesidad de destinar cuantiosas inversiones para proteger, restaurar y gestionar el océano que repercutirán en menores pérdidas ante los desastres climáticos, asegurarán la alimentación de millones de personas, y supondrán una oportunidad para la creación de una nueva economía y empleo.

El océano ha absorbido más del 90% del exceso del calor provocado por los gases de efecto invernadero y retienen cerca del 30% de las emisiones de CO provocadas por la humanidad, recuerda la directora del Instituto Español de Oceanografía, María del Carmen García, que indica que la degradación del mar no se puede solucionar por países, sino mediante la acción global, cuyo marco se dibujará en los diez libros blancos que la conferencia dará a conocer a su término e indicarán las prioridades para orientar las políticas en los próximos años.

Definición de soluciones

Durante la conferencia, la comunidad científica y los distintos actores apuntarán cuáles son las soluciones para combatir la polución, restaurar la biodiversidad, lograr una actividad económica sostenible y lograr una nueva relación sana de la humanidad con el mar.

Para el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, Barcelona quiere jugar un papel clave en la relación del océano con la investigación, innovación y el desarrollo de la economía azul. «Barcelona es referente científico de primer nivel en el ámbito europeo. Somos los cuartos en la elaboración de documentos científicos pero los onceavos en transferencia de conocimiento, y debemos traspasarlo en negocio y valor social y cultural».

Ante una Conferencia que por primera vez reúne a todos los agentes implicados para encontrar soluciones, el director general de Política Marítima y Pesca Sostenible, Sergi Tudela, destaca el modelo de gobernanza en Catalunya en relación con el océano, que a través del Consell Català de Cogestió Marítima, implica desde 2017 a la Generalitat, las administraciones locales, empresas de la economía azul, el tercer sector y el mundo científico.

Sin duda somos la capital del mar, con la celebración este año de la conferencia y la Copa América de vela, que reúne innovación, sostenibilidad, deporte y descarbonización del sector náutico, ha afirmado Ignasi Armengol, el director general de la Fundació Barcelona Capital Nàutica, que integra también a todas las administraciones y trabaja en la coordinación logística de la celebración de la Conferencia de los Océanos en Barcelona.

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<div>El Port de Tarragona utilizará «tecnología emergente» para recuperar su fondo marino</div>
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<p style=por Glòria Ayuso

El parque subacuático del Port de Tarragona, un espacio libre de pesca dedicado a la práctica submarina situado al lado del dique de Llevant y considerado de valor ecológico por su diverso ecosistema, será el lugar elegido por la Autoritat Portuària para aplicar tecnología emergente y pionera para la recuperación de las especies marinas.

El parque se creó en 1995 con la colaboración de la Sociedad de Exploraciones Submarinas de Tarragona (SES), hundiendo en él antiguas embarcaciones de madera y estructuras concebidas para actuar como biotopo, como el mercante Dragonera, que con sus 60 metros de eslora ha sido la pieza fundamental en la regeneración biológica de una zona que ahora cuenta con más de 150 especies de seres vivos que van recolonizando el rompeolas, según la SES.

Captura de CO2

Será en este lugar donde el puerto prevé instalar nuevas estructuras que favorezcan la regeneración de los organismos marinos y la captura y la monitorización de emisiones de carbono, en una actuación que posteriormente servirá para replicar las mismas soluciones en otros puntos del litoral, como indica en un comunicado este martes el Port de Tarragona.

Con esta idea, el puerto ha licitado un proyecto de suministro e instalación de estructuras de regeneración, con un presupuesto total de 46.000 euros. La medida de promoción de la biodiversidad quiere ser la continuación de actuaciones como la inmersión de biotopos, que han contribuido significativamente a la recuperación y la protección de los hábitats marinos locales. La convocatoria, abierta hasta el 9 de febrero, prevé un plazo de ejecución de cuatro meses para la implementación completa del proyecto. Estas nuevas estructuras deberán tener un diseño específico con las características adecuadas para favorecer la regeneración de organismos marinos y la captura de CO2.

Seguimiento de los hábitats

Tras su ejecución, se prevé establecer un programa de investigación y monitorización para evaluar la eficacia de las nuevas estructuras de regeneración del fondo marino y monitorizar la evolución de la biodiversidad y la salud de los hábitats marinos a lo largo del tiempo.

Basado en la ciencia

Mediante la colaboración con personas expertas en el campo de la biología marina, el Port de Tarragona busca asegurar que las prácticas implementadas sean basadas en la ciencia y tengan un impacto positivo en el ecosistema marino.

Por otra parte, mediante el desarrollo del parque subacuático, se pretende promover el deporte sostenible y las actividades recreativas que permitan a las personas que visiten disfrutar de la belleza y la riqueza del medio marino sin causar daños en el entorno.

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España lidera una red para impulsar el transporte sostenible en el Mediterráneo

por Glòria Ayuso

Puertos, navieras, empresas financieras y el ecosistema emprendedor de seis países se han unido en el proyecto Green Marine Med para impulsar el desarrollo de soluciones tecnológicas para un transporte marítimo sostenible en el Mediterráneo. El World Ocean Council (WOC), con sede en Barcelona, y el Centro Tecnológico Naval y del Mar (CTN), en Murcia, lideran esta iniciativa, financiada por el Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y Acuicultura (FEMPA) de la Comisión Europea.

El transporte marítimo representa el 80% del comercio mundial. El sector debe afrontar la urgente necesidad de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, incide el Centro Tecnológico y Naval, que añade que las operaciones portuarias por sí solas son responsables de hasta el 67% de las emisiones. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) ha instado a una acción rápida mediante la colaboración de todo el sistema para descarbonizar el transporte marítimo, dado el aumento de las emisiones en este sector. Los últimos datos de Transport & Enviroment indican que se alcanzaron las 135 millones de toneladas de CO2 en Europa en 2002, superando los niveles prepandemia.

Hasta septiembre de 2025

El proceso de descarbonización debe incluir tanto a barcos mercantes como cruceros, barcos pesqueros y yates. Alcanzar un transporte marítimo sostenible implica a toda la cadena de suministro, infraestructura y logística marítima, lo que requiere la colaboración de múltiples actores.

La nueva red integra a 17 miembros de toda la cadena de valor de España, Francia, Italia, Países Bajos, Turquía e Israel y llevará a cabo diversas iniciativas hasta septiembre de 2025. No obstante, el conflicto en Gaza está dificultando que se unan a la red diversas entidades de países del norte de África, cuyos puertos juegan un importante papel en la descarbonización del transporte marítimo en el Mediterráneo.

Observatorio del Transporte

Este año celebrará diversos encuentros en España, Italia, Israel y Turquía, lanzará una convocatoria internacional para acelerar start-ups’, pymes y emprendedores que tengan proyectos que impulsen la innovación en los puertos y las industrias del transporte marítimo. El proyecto está elaborando un compendio de los principales actores del transporte marítimo verde en los países del Mediterráneo y eligiendo a sus representantes en cada área. Una de las acciones más destacadas será la creación del Observatorio del Transporte Marítimo Verde del Mediterráneo, explica la asesora en Asuntos Europeos de WOC y coordinadora de la iniciativa, Lisa Simone.

Economía con impacto

El transporte marítimo sostenible es un área con grandísimo potencial, destaca Anna Majó, directora de innovación de Barcelona Activa, integrante de Green Marine Med, a la que aportará su experiencia en el apoyo a nuevas ‘start-ups’, siguiendo con el trabajo que desarrolla en programas de emprendimiento como el B-Blue. Majó remarca la relevancia de los miembros de la red.

Concretamente, en España también forman ya parte de ella el Port de Barcelona; la Escola Europea Intermodal Transport (EEIT), dedicada a la formación en transporte intermodal y logística sostenible; la inversora Seastainable Ventures; el Clúster Marítimo y Logístico de las Illes Balears (CMIB); Barcelona Activa; EUT, alianza de nueve universidades tecnológicas europeas entre la que se encuentra la Universidad Politécnica de Cartagena; el Centro Internacional de Métodos Numéricos en la Ingeniería (CIMNE) ubicado en la UPC en Barcelona; y la Fundación SHIP2B, dedicada a impulsar la economía con impacto social y medioambiental.

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Plan de acción para reducir el impacto del ruido de los barcos bajo el agua

por Glòria Ayuso

La reducción del ruido subacuático generado por actividades humanas, como la navegación de buques y la explotación de recursos marinos, se ha convertido en una prioridad creciente en la agenda de la protección ambiental marina. El ruido submarino afecta a la distribución de especies y los procesos de crecimiento y reproducción de estas. Ante su impacto negativo sobre la vida marina y las comunidades locales que viven de la pesca, el Subcomité de Diseño y Construcción de Buques (SDC) de la Organización Marítima Internacional (OMI) ha acordado un plan de acción para mitigar este problema.

El plan incluye compartir las mejores experiencias entre países y organizaciones internacionales en la construcción de buques que minimicen el ruido subacuático tras la adopción hace justo un año de nuevas directrices que emplazan a proyectistas, constructores y armadores de buques a aplicar nuevos enfoques para reducir el ruido submarino radiado.

Mejora de la construcción

Según la OMI, la nuevas directrices reconocen que el transporte marítimo comercial es uno de los principales causantes del ruido submarino radiado, el cual tiene efectos adversos en las funciones vitales críticas para una amplia gama de fauna y flora marinas, incluidos los mamíferos marinos, peces y especies de invertebrados.

Más investigación

El SDC propone desarrollar objetivos y nuevas políticas que se adopten a escala internacional para la reducción del ruido subacuático. También ve necesario «fomentar más investigación sobre el ruido subacuático y su impacto en el medio ambiente marino», así como desarrollar herramientas para recopilar datos y compartir información. Ante el desconocimiento que existe sobre el impacto del ruido en el ecosistema marino, la Organización Marítima Internacional también propone actuar para mejorar la educación y la concienciación pública.

El Plan de Acción deberá aprobarse en el próximo encuentro del Comité de Protección del Medio Marino (MEPC 81) que tendrá lugar del 18 al 22 de marzo.

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por Glòria Ayuso

La Conferencia sobre la Década de los Océanos de Barcelona, que tendrá lugar del 8 al 12 de abril en Barcelona, marcará la estrategia a seguir a escala global en torno a los océanos, su preservación, el desarrollo de una actividad económica sostenible y la emergencia climática de aquí a 2030.

Dado su papel fundamental en el equilibrio del planeta, 10 grupos de expertos están liderando desde hace un año la elaboración de hasta 10 libros blancos, que suponen la concreción de la Visión 2030 del Decenio de los Océanos, sobre todos los aspectos en torno al mar en colaboración con los distintos agentes implicados. Los documentos verán la luz al término de la conferencia de Barcelona.

Hallazgos preliminares

La ONU lanzó en 2021 el Decenio de los Océanos para restaurar la capacidad del océano para nutrir a la humanidad y regular el clima en un tiempo que establece como límite el año 2030. La Unesco ha asumido el papel de promover durante esta década la acción para salvar a los océanos, si bien ha decidido abrir la participación a todos los agentes implicados en esta ardua tarea: no solo a científicos e investigadores, sino también a empresas, ONG, asociaciones, centros educativos y a toda la ciudadanía.

Por el momento, existen 10 borradores que desde ahora hasta el mes de abril deben acabar de perfilarse. Del 12 al 15 de febrero tendrán lugar cuatro seminarios abiertos a la participación en los que los expertos mostrarán los hallazgos preliminares que presentan los libros blancos, y en los que están previstos la interacción y el debate.

Plantear soluciones

Estos documentos abarcan desde la preservación del medio (plantean cómo combatir la contaminación marina; y cómo proteger y restaurar la biodiversidad); hasta el gran reto de lograr una actividad económica sostenible (cómo actuar sobre el sector pesquero para alimentar a la población mundial; y cómo desarrollar una sana y equitativa economía oceánica).

Asimismo, otros tres libros blancos afrontan el papel del mar frente a la emergencia climática, planteando cómo desbloquear soluciones basadas en el océano; cómo aumentar la resiliencia de las zonas costeras; y la necesidad de mejorar el Sistema de Observación Global del Océano para poder pronosticar sus condiciones cambiantes y predecir sus efectos sobre el cambio climático.

Conocer el mar

Finalmente, los tres últimos documentos que se están ultimando tratan sobre la necesidad de aumentar el conocimiento sobre el océano y de las oportunidades que brinda a todas las comunidades. Una de las propuestas plantea crear una representación digital, ya que más del 80% del océano no está cartografiado ni explorado, cuando es necesaria una revolución de las ciencias oceánicas para poder restaurar el medio marino, según indica la Unesco.

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por Glòria Ayuso

Una investigación sobre los efectos de la actividad de las empresas en los océanos que ha liderado el Centre d’Estudis Avançats de Blanes (CEAB) ha recibido el reconocimiento de los premios Educación Empresarial Responsable de la revista Financial Times.

El CEAB, centro de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), centra su actividad en el ámbito de la ecología y biología de organismos de sistemas marinos y de aguas continentales. El estudio Business for Ocean Sustainability’, dirigido por el investigador Rafael Sardá, ha sido galardonado en la categoría de Investigación Académica en unos premios que reconocen desde hace tres años las mejores investigaciones con un impacto real para la mejora de empresas y entidades, así como el papel crucial de instituciones, investigadores y docentes en la redefinición del mundo empresarial.

Sectores que ejercen presión

La investigación, publicada en la revista Ambio, analiza una muestra de 1.664 empresas de 19 sectores industriales, 69 de las cuales su actividad está directamente relacionada con el mar. El documento destaca entre sus conclusiones que cerca del 90% de la presión sobre el océano procede de actividades realizadas tierra adentro, concretamente de la agricultura, la alimentación, los productos químicos, la energía y la moda.

En el trabajo han participado investigadores de la Universidad de Bocconi, del McKinsey Global Institute y de One Ocean Foundation, que han analizado la actuación de las empresas y las presiones directas e indirectas generadas por la industria y el consumo sobre el océano, y que conducen a su calentamiento, acidificación, pérdida de biodiversidad por sobrepesca, contaminación y eutrofización.

Para ello los autores han solicitado la opinión de 56 científicos expertos de las principales instituciones de investigación a nivel global sobre la relación de estas presiones con 17 sectores industriales diferentes.

Baja concienciación

El estudio analiza la respuesta de las empresas a los retos oceánicos, enfocándose en su rendición de cuentas. Revela así que, pese a que solo un 7% de las empresas reportó sobre el ODS 14 acerca de Vida Submarina en 2019, un 51% muestra cierta conciencia de su impacto en el océano.

No obstante, menos de la mitad realiza acciones de mitigación y solo un 26% lidera activamente una respuesta a estos desafíos. La investigación ha dado lugar a la Ocean Disclosure Initiative, una nueva iniciativa que trabaja para concienciar sobre las presiones que las empresas ejercen sobre el océano, exigir la publicación de datos clave y proporcionar una metodología de clasificación de los riesgos empresariales relacionados con los ecosistemas marinos.

Nuevo enfoque

La investigación recomienda prácticas para el avance de la economía hacia una economía azul, lo que aún no tenemos, mediante la introducción de sistemas de sostenibilidad corporativa de tercera generación, indica Sardá, refiriéndose a un nuevo enfoque en la gestión empresarial que integre de manera profunda la sostenibilidad en el núcleo de las operaciones y la estrategia de las empresas. En este trabajo, que debe unir innovación y sostenibilidad, Sardá resalta la importancia de un trabajo en colaboración entre las industrias y los agentes sociales.

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por Glòria Ayuso

Unos 70 voluntarios de distintos clubs de buceo han participado en el último año en un seguimiento en la Costa Brava sobre la afectación de las olas de calor en las poblaciones de gorgonias, notables por su aspecto único y a menudo colorido, que recuerda a un abanico o arbusto ondulante bajo el agua.

Pese a tener una estructura flexible y ramificada, que les permite resistir las corrientes fuertes, esta especie ha sufrido los efectos del notable aumento de temperaturas en el Mediterráneo. Esta es la conclusión a la que se ha llegado tras la recogida de información bajo el agua de Observadores del Mar, una iniciativa de ciencia ciudadana que reúne a personas voluntarias o asociadas a centros de buceo que participan en acciones en colaboración con más de 50 investigadores e investigadoras de diferentes centros de investigación y universidades, que marcan los objetivos y validan las observaciones, de acuerdo con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Estrés térmico

El equipo de investigación del proyecto ‘Alerta Corales’ ha seguido el estado de más de 10.000 gorgonias de las especies roja y blanca en la Costa Brava mediante 95 censos en 17 localidades. Según los datos recogidos, todas las poblaciones muestran mortalidad por las altas temperaturas, con tejido muerto por el estrés térmico, tal y como explica la cuenta de X de Observadores del Mar bajo la etiqueta #CorallWeekends.

Las observaciones indican que el 50% de las poblaciones de gorgonias experimentan una afectación grave, siendo la gorgonia blanca la más perjudicada, con un 80% de sus colonias seriamente dañadas. La mortalidad aumenta en zonas de menor profundidad. En los primeros 20 metros de profundidad predomina la afectación severa, entre los 20 y 30 metros hay una afectación moderada, y no es hasta debajo de los 30 metros donde encontramos poblaciones con baja afectación, indican las conclusiones publicadas.

Los datos alertan de una alta afectación de la gorgonia roja en el litoral del Baix Empordà y en el Cap de Creus. Los programas de observación de gorgonias y corales parten de su papel clave en el mantenimiento de la biodiversidad marina, ya que dan refugio a numerosas especies.

Las personas voluntarias recibieron una formación teórica previa fuera del agua para conocer cómo llevar a cabo los censos y el registro de los datos. Los centros de buceo involucrados forman parte del proyecto Corfun, una iniciativa del Institut de Ciències del Mar y la Universitat de Barcelona dedicada a la investigación del impacto que el incremento de las temperaturas tiene en los hábitats marinos. Este proyecto se enfoca en explorar y desarrollar soluciones basadas en la naturaleza para mitigar y adaptarse a estas alteraciones ambientales.

Los datos recogidos se publican en la plataforma Observadores del mar, el portal de ciencia ciudadana para la investigación marina, que ofrece datos que aportan voluntarios y que están disponibles para toda la comunidad científica, empresas y sector marino interesado en conocer el estado de conservación de la biodiversidad. La iniciativa suma 483 entidades adheridas, 5.600 personas observadoras y ha realizado más de 22.600 observaciones, todas ellas registradas en su plataforma web.

Ya hemos obtenido los primeros resultados del #CorallWeekends! Con la ayuda de 70 voluntarios/as hemos avaluado el impacto de las olas de calor en +10.000 gorgonias. ¿Cuál es el estado de conservación de la gorgonia roja y blanca en la Costa Brava después del verano 2023? pic.twitter.com/piMbPE0LyN Observadores del Mar (@obsdelmar) 23 de enero de 2024

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Pese a tener una estructura flexible y ramificada, que les permite resistir las corrientes fuertes, esta especie ha sufrido los efectos del notable aumento de temperaturas en el Mediterráneo, a tenor de las conclusiones recogidas por Observadores del Mar, una iniciativa de ciencia ciudadana que reúne a personas voluntarias, asociadas a centros de buceo, en acciones coordinadas por más de 50 investigadores e investigadoras del Institut de Ciències del Mar, que marcan los objetivos y validan las observaciones.

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El grupo ha seguido el estado de más de 10.000 gorgonias de las especies roja y blanca en la Costa Brava mediante 95 censos en 17 localidades. Según los datos recogidos, todas las poblaciones muestran mortalidad por las altas temperaturas, con tejido muerto por el estrés térmico, tal y como explica la cuenta de X de Observadores del Mar bajo la etiqueta #CorallWeekends.

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Los datos alertan de una alta afectación de la gorgonia roja en el litoral del Baix Empordà y en el Cap de Creus. Los programas de observación de gorgonias y corales parten de su papel clave en el mantenimiento de la biodiversidad marina, ya que dan refugio a numerosas especies.

Las personas voluntarias recibieron una formación teórica previa fuera del agua para conocer cómo llevar a cabo los censos y el registro de los datos. Los centros de buceo involucrados forman parte del proyecto Corfun, una iniciativa dedicada a la investigación del impacto que el incremento de las temperaturas tiene en los hábitats marinos. Este proyecto se enfoca en explorar y desarrollar soluciones basadas en la naturaleza para mitigar y adaptarse a estas alteraciones ambientales.

Los datos recogidos se publican en la plataforma Observadores del mar, el portal de ciencia ciudadana para la investigación marina, que ofrece datos que aportan voluntarios y que están disponibles para toda la comunidad científica, empresas y sector marino interesado en conocer el estado de conservación de la biodiversidad. La iniciativa suma 483 entidades adheridas, 5.600 personas observadoras y ha realizado más de 22.600 observaciones, todas ellas registradas en su plataforma web.

Ya hemos obtenido los primeros resultados del #CorallWeekends! Con la ayuda de 70 voluntarios/as hemos avaluado el impacto de las olas de calor en +10.000 gorgonias. ¿Cuál es el estado de conservación de la gorgonia roja y blanca en la Costa Brava después del verano 2023? pic.twitter.com/piMbPE0LyN Observadores del Mar (@obsdelmar) 23 de enero de 2024

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Crece el interés por las piscinas de agua de mar ante la sequía

por Glòria Ayuso

La prohibición de llenar piscinas con agua potable que puede aprobarse en dos semanas por la declaración de emergencia por sequía y el aumento de la concienciación por mantener hábitos más sostenibles están conduciendo a un creciente interés por las piscinas de agua de mar.

El agua de mar impide el crecimiento de patógenos porque la sal es un desinfectante natural. Es por ello que las piscinas de agua de mar no requieren del mismo grado de mantenimiento ni de los tratamientos habituales con cloro como las convencionales.

Primera piscina, en 1922

Las piscinas de agua salada eran más comunes cuando hace más de 50 años empezaron a popularizarse este tipo de instalaciones lúdico-deportivas. El Club Natació Barcelona (CNB) fue el primero en España en instalar en 1922 una piscina cubierta, que llenaba con agua de mar templada. Las piscinas interiores se adaptaron después a la reglamentación de la competición deportiva, pero la gran atracción del CNB sigue siendo a día de hoy su piscina exterior de agua de mar ubicada frente a la playa de Sant Sebastià, construida en 1955, un referente en la ciudad. «Muchos socios del club tienen el ritual de bañarse en ella cada día del año, explican desde las instalaciones.

La captación del agua se realiza en la parte más profunda del mar, donde el agua está algo más fría, lo que va bien para la circulación, añaden. Debido a su antigüedad, la piscina está reformando sus pozos y reabrirá el próximo mes, tras tres de obras, en el marco de una renovación más amplia para estar a punto de cara a la Copa América de vela.

Recolectar agua marina

También reducirá su profundidad, con lo que requerirá de menor cantidad de agua. El club ha iniciado los trámites para que la instalación sea catalogada como piscina natural: Es la joya de la corona», indican desde el CNB, que remarcan que además de su excepcional ubicación, sus usuarios aprecian que «el agua de mar es más saludable para la piel, y está además indicada para las personas con alergias al cloro.

Precisamente, la empresa Más Que Iniciativas propone volver a los orígenes y ofrece el servicio de llenado de piscinas con agua de mar tanto a particulares y comunidades de vecinos como a piscinas de uso público de municipios, complejos deportivos o turísticos.

Sin dañar el medio ambiente

La empresa, que emplea a personas con discapacidad, dispone de todos los permisos necesarios para recolectar agua marina sin dañar el medio ambiente ni interferir con otras actividades marítimas, tal y como destacan. En el lugar de extracción, una planta móvil de filtrado y tratamiento elimina las impurezas y mejora la concentración de oligoelementos, sales minerales y otros nutrientes del agua.

Esta agua se transporta en camiones cisterna hasta la instalación de destino, donde, asegura la empresa, puede llegar a tener una vida útil de 6 años. Por su salinidad natural, esta agua, destaca la iniciativa, reduce considerablemente el consumo de productos químicos ligados al mantenimiento de la piscina, lo que considera que es un beneficio para el medioambiente y el bolsillo del cliente.

En lo que respecta a la salud, mantiene que el agua de mar, «por su efecto antiséptico, ayuda a prevenir infecciones, alivia los síntomas de problemas respiratorios y aligera el peso corporal favoreciendo cualquier proceso de rehabilitación».

Cambio en su casa

Hace ya 10 años que Félix Badorrey optó por cambiar de agua clorada a agua salada la instalación de la piscina de la casa que él mismo, arquitecto de profesión, proyectó en una urbanización de Sant Celoni (Vallès Oriental, Barcelona). Tras mucho tiempo de disfrute de la nueva instalación, sigue considerando que el agua salada afecta menos a los ojos y es mejor para la salud. El coste de transformar la piscina de 30 metros cúbicos, que comportó, entre otras cosas, la instalación de unas placas de titanio, fue de entre 2.000 y 2.500 euros.

Badorrey defiende que el sistema se amortiza con el tiempo por el ahorro en el tratamiento tradicional con cloro. Cuando construyó la casa ya habilitó, con previsión, un depósito subterráneo anexo de 30 metros cúbicos, que se llena con agua de lluvia, que recoge mediante canalizaciones. Todo lo que cae en el tejado se recoge, señala.

Recomendaciones

La Asociación de Profesionales del Sector Piscinas (Asofap) constata, fruto de las restricciones por sequía, que muchas personas se están planteando la opción de recurrir al agua de mar. Ante el aumento de las consultas, la patronal está trabajando en la elaboración de un compendio de medidas recomendables para llevar a cabo esta transformación.

Quien tiene piscina tiene el interés en poder llenarla y por eso está buscando alternativas posibles, afirma el director general, Agustí Ferrer, que coincide en que el agua de mar incorpora un ahorro en el tratamiento. Aun así, advierte que antes de realizar el cambio, es necesario comprobar si el sistema hidráulico de la piscina es compatible, dado que la sal podría acortar la vida útil de la instalación.

Pérdidas por evaporación

Las nuevas piscinas ya contemplan esta compatibilidad, y las antiguas deben incluir modificaciones. Asimismo, se puede optar por el agua de mar tratada, que con una salinidad menor permite que algunas las instalaciones convencionales sí puedan funcionar.

No obstante, cualquier piscina tiene importantes pérdidas tanto por evaporación del agua, como por filtrado y el inevitable chapoteo. Para combatir la evaporación los profesionales recomiendan cubrir la piscina, y ante las pérdidas de agua, la Asofap señala la instalación de depósitos de agua anexos a la piscina, y en el momento que llenas la piscina con agua de mar, también cargas el depósito.

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