La nadadora Ona Carbonell y la regatista Mónica Azón comparten las dificultades de las mujeres en el deporte profesional y la importancia de transmitir sus valores a los jóvenes
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por Glòria Ayuso
Una charla abierta al público sin filtros entre dos campeonas puso de manifiesto este viernes las dificultades con las que se encuentran las mujeres para estar en la élite deportiva. La nadadora de natación sincronizada, Ona Carbonell, y la regatista y entrenadora del Sail Team BCN, Mónica Azón, fueron citadas en la base del equipo -unas pocas horas antes de que éste realizara una espléndida actuación en la semifinal femenina de la Copa América- en un acto organizado por Caixabank, su patrocinador oficial.
Junto al sacrificio que ha comportado su carrera profesional, las dos destacaron además los valores que aporta el deporte, algo que les ha ayudado en su trayectoria también a nivel personal, y que consideran que debe potenciarse en la educación de las nuevas generaciones ante el peligro del individualismo y el abuso de las pantallas.
Vida entregada
Me obsesionaba por si tenía 23 medallas, porque quería la 24, se sinceró la que es la nadadora que ha logrado un mayor número en la historia de los mundiales. Luego ves cómo el palmarés queda detrás y las experiencias son con lo que te quedas. Ha pasado algo más de un año desde que colgó el bañador, lo que le permite hacer una reflexión con mayor distancia.
60 horas por tres minutos
Contenta por haber entregado su vida a la natación sincronizada, con 60 horas de entrenamientos semanales durante años por tres minutos de demostración en competición, respondiendo a la presión con una gran disciplina, Carbonell valoró lo aprendido: no gana siempre el mejor, sino el que sabe adaptarse a las circunstancias. Una capacidad que ejemplificó con el frío en la piscina: En vez de pasarlo mal decidí adaptarme y empecé a sentirlo mucho menos, descubrió.
Adaptación
En el mar también debes adaptarte al frío, siguió Azón, que ha ocupado la primera posición del ránquing mundial de la Federación Internacional de Vela. No se lo pensó dos veces cuando le propusieron crear el primer equipo femenino en la Copa América. Formó un grupo de verdaderas fieras de la competición, con Neus Ballester y Silvia Mas al timón, y Paula Barceló y María Cantero como trimadoras. Con la humildad y sencillez que le caracteriza, Azón se mostró muy satisfecha del gran nivel que ha demostrado el equipo.
La falta de acceso a la formación limita las oportunidades a las mujeres regatistas, afirmó, de modo que el siguiente paso es lograr las mismas oportunidades y meterse en la categoría absoluta. Pese a que en los últimos juegos olímpicos se logró la paridad, en deportes como rítmica y sincronizada tenemos que luchar para la igualdad pero al revés, para que la tengan ellos, facilitándoles también la formación necesaria, convino Carbonell.
Ser madre y deportista
Ser madre y deportista es un verdadero reto, destacó la nadadora explicando su experiencia. Sin baja de maternidad, pasas del 1 al 200 en el ranking porque no se congela tu posición, cuando «tampoco puedes entrenar». Su dura experiencia, que le llevó a renunciar a los juegos olímpicos, la ha animado a trabajar por la conciliación en el deporte con el Comité Olímpico Español. Los juegos de París han incorporado salas para la lactancia, en los primeros pasos.
Azón también mencionó los sacrificios familiares que implica ser regatista, con mucho tiempo fuera de casa. Pero valorando todo lo bueno que le ha aportado el mar, destacó cómo la Copa América en Barcelona y las federaciones están actuando para quitar la etiqueta de elitista al a vela, para que su práctica sea popular.
Ser Rafa Nadal
Constancia, compromiso, adaptación, entender el fracaso y levantarse más fuerte, el respeto al rival, el compañerismo son los valores que les ha transmitido el deporte, y que ambas coincidieron en la necesidad de fomentar entre los jóvenes. Sin embargo, hay que dejar que lo disfruten, incidió Mónica Azón, que coincidió con Carbonell en que los padres a menudo piden a sus hijos que sean el próximo Rafa Nadal con tan solo ocho años.
Altavoz
CaixaBank, que se propone servir de altavoz del deporte femenino patrocinando Sail Team BCN, cuenta con un centenar de acuerdos estratégicos centrados en promover la igualdad y visibilizar a las mujeres en el deporte. Entre sus objetivos se encuentra «reivindicar el deporte de élite femenino y los valores de liderazgo, esfuerzo, superación y trabajo en equipo».