Con una inversión de 7,3 millones de euros, se han restaurado los cuatro edificios, tres de los cuales se destinarán a ‘hospitality’ de la competición de vela hasta octubre y, después, a actividades ciudadanas

La reforma de los tinglados del Moll de Llevant incluirá una estación marítima con un barco hasta la Rambla

Los históricos tinglados del Moll de Llevant del Port de Barcelona renacen como espacio de cultura

por Cristina Buesa

«Hemos transformado unas ruinas en un espacio de cultura», ha proclamado el presidente del Port de Barcelona, Lluís Salvadó. Y es que los tinglados del Moll de Llevant se habían ido deteriorando con el paso de los años y estaban en un estado deplorable. Los responsables del puerto se habían fijado en su decadencia desde 2018, pero la celebración de la Copa América de vela este verano ha sido la excusa para afrontar la rehabilitación de los edificios, que datan de principios del siglo XX.

Tanto la directora de la obra, Gemma Peñalver, como el primer arquitecto que afrontó el proyecto, Pau Díez, han explicado que el abandono de las construcciones durante décadas había provocado que parte de la estructura estuviera en muy mal estado. Con un presupuesto de 7,3 millones de euros, las obras han durado 14 meses, pero durante la ejecución han tenido que tomar decisiones sobre cubiertas, paredes o adornos en las fachadas. Todas las personas que han participado este jueves en la presentación estaban visiblemente satisfechas.

Junto a la estación náutica

Los tinglados del Moll de Llevant (junto al Moll Oriental, al final del paseo Joan de Borbó) lucen ahora blanquísimos, al lado de una plaza también de nuevo cuño donde partirá el bus náutico que conectará con el Portal de la Pau y que está llamado a dinamizar la zona, ya que facilitará el acceso a este sector tan apartado de la ciudad. De hecho uno de los cuatro tinglados será la estación náutica, que se está acabando de reformar para que esté lista el 1 de julio.

Los otros tres edificios, ha detallado el gerente del Port Vell, David Pino, serán para actividades culturales, abiertas a la ciudadanía. Se llaman Carbonera, La Fusteria y El Taller. Son espacios diáfanos que permiten acoger exposiciones, presentaciones, conciertos y eventos de todo tipo. «Esperemos que pasen grandes cosas y que forme parte de la vida ciudadana, será un espacio para todo el mundo», ha deseado Pino.

Para los Tinglados, en mayúscula para Port Vell, se ha creado una marca comercial y un logo, con el que se comercializará también la actividad. Pero ese movimiento cultural deberá esperar a que pase el tsunami de la Copa América de vela porque, por lo menos hasta finales de octubre, estos flamantes edificios rehabilitados serán para el ‘hospitality’ del Port de Barcelona para el evento y también está reservado para equipos, como el vecino Luna Rossa Prada Pirelli.

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A 100 días de la Copa América

por Editorial

Ya solo faltan 100 días para que los veleros de los seis equipos que competirán por la Copa América empiecen a competir en aguas de Barcelona. Entre el 22 de agosto y el 27 de octubre serán 68 días en los que el paisaje de la ciudad estará permanentemente en las pantallas de todo el mundo, con una audiencia que se espera que supere los 1.000 millones de personas en un formato audiovisual u otro. Como nos explica hoy el máximo responsable del equipo defensor del título y por lo tanto organizador del evento, Grant Dalton, todos los preparativos están siguiendo el calendario previsto y nada debería impedir que la imagen que dé la capital catalana al mundo sea impecable. La confianza en que sería así, con el precedente de los Juegos de 1992, fue uno de los motivos que decidieron la elección de la ciudad como escenario de esta regata global.

Hasta el momento, las administraciones, instituciones y empresas que se han concertado para hacer de este evento deportivo un éxito tienen ya varios motivos para sacar pecho. Lejos de los fantasmas de errores cometidos en anteriores ediciones, la organización ha optado por integrar el despliegue que supone esta cita, con instalaciones centrales de la competición y para cada uno de los equipos, en el tejido portuario de la ciudad, sin inversiones disparatadas ni proyectos faraónicos. Al mismo tiempo, están poniendo todos los esfuerzos necesarios para intentar que el paso de la competición no sea flor de un día. Más allá de la posibilidad de repetir en próximas ediciones (algo que está sujeto a quién sea el ganador, al balance final que se haga y a la competencia que ya empieza a aparecer en el horizonte) y de la afluencia turística (con el plus para la economía de la ciudad de estar distribuida a lo largo de varios meses), lo realmente relevante es que se ha decidido aprovechar la oportunidad para potenciar las posibilidades que tiene una ciudad con uno de los principales puertos del Mediterráneo y con una intensa vinculación con la vela deportiva de desarrollar lo que se ha venido a denominar economía azul. Y en concreto, a desarrollarla con criterios de sostenibilidad, algo que abre nuevas posibilidades a proyectos incipientes.

Hay un elemento en el que los responsables del evento tienen aún trabajo por hacer. La conexión de la Copa América con la ciudadanía. Con el trabajo hecho hasta ahora se han conjurado posibles reacciones críticas. Y el interés entre los aficionados a la vela está garantizado, como se demuestra con el hecho de que ya se hayan cubierto todas las necesidades de voluntarios con mucha anticipación. Pero serán necesarias acciones de promoción para que toda la ciudad viva un ambiente de implicación con el evento. Se trata del tercer acontecimiento deportivo más seguido en TV (tras los Juegos y el Mundial de fútbol) pero también ofrecerá oportunidades de espectáculo en vivo desde las playas de Barcelona. El despliegue de dos centenares de actividades culturales (la Regata Cultural, evocando la Olimpiada Cultural de 1992) y la puesta en funcionamiento del Race Village ya en el mes de junio serán las bazas para que el verano de 2024 acabe siendo también para el turista ocasional y para el vecino de Barcelona, no solo el ya introducido en el mundo de la vela, el verano de la Copa América.

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El festival de cine náutico Sail In llega a Barcelona

por Glòria Ayuso

El festival de cine náutico Sail In Tour llega a Barcelona coincidiendo con la celebración de la Copa América de vela. Con sede en Bilbao, el certamen de cine y cultura náutica Sail In recala por primera vez en la capital catalana con tres jornadas de proyecciones de documentales sobre el mundo de la navegación a vela en el CCCB, que tendrán lugar los meses de mayo, junio y julio, y en las que destaca la presencia de sus protagonistas, que compartirán sus experiencias con el público asistente.

Sir Robin Knox-Johnston, primer navegante en hacer la vuelta al mundo en solitario y sin escalas, protagonizará la primera sesión, el 24 de mayo, con una charla posterior a la proyección del documental sobre su vida, en una jornada en la que también se visionará el film Philosopher of the sea, sobre la vida del navegante sueco Sven Yrvind.

Valores de la vela

El Sail In Festival nació en 2014 en Bilbao para «transmitir la fortaleza y los valores de la navegación a vela y conectar la sociedad con el mar», explica el responsable del certamen, Urtzi Sagarribay.

Impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación de Barcelona y la Fundación Barcelona Capital Náutica, el festival forma parte de la Regata Cultural, que ofrece más de 200 actividades relacionadas con la cultura marítima, diseñadas para fortalecer el vínculo de la ciudad con la Copa América y promover el legado náutico.

Cultura de mar

«La Copa América de vela es una gran oportunidad para mostrar la cultura de mar y el gran bagaje que hay detrás. Desde la vertiente del ocio aprovechamos esta gran ocasión con la presencia en Barcelona de los referentes del sector tecnológico y competitivo, para acercarnos al público, mostrar toda la cultura detrás de la vela, la cultura del mar, de protección del medio ambiente, y que contribuye mediante el desarrollo tecnológico a buscar nuevas soluciones a la movilidad marítima», destaca Sagarribay.

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<div>«Con Barcelona aún no hemos hablado pero ya hay otras ciudades que quieren la Copa América de vela»</div>
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<p style=por Cristina Buesa

Grant Dalton aterrizó en Barcelona el martes y prácticamente no dejará la ciudad hasta que acabe la Copa América de vela. Director ejecutivo de America’s Cup Event (ACE), organizadora de la histórica competición, es también el máximo responsable del equipo defensor del título, el Emirates Team New Zealand. Ha estado en su país desde principios de abril, supervisando los últimos detalles del AC75. Faltan 100 días para el arranque de la Copa. Quien la gane en octubre, decidirá la ciudad que acoge la próxima edición, seguramente en 2027.

A poco más de tres meses para el inicio de la competición. ¿Cómo va todo?

Hay dos partes, la de la competición y la parte del evento en sí mismo. A estas alturas ya deberíamos saber si hay signos de debilidad en alguno de los equipos, pero no es así. Hemos modelado todos los barcos por ordenador y todos tienen muy buena pinta.

¿Los nuevos AC75, los que competirán?

Sí, no hay puntos débiles en ellos, tampoco en los cascos de los veleros. Aunque el casco no juega un papel muy importante, la verdad, porque lo significativo son las velas, las hidroalas y el sistema. Desde Emirates, que defendemos el título, nos tendremos que poner a punto porque todos tendrán las armas afiladas, serán competitivos.

Pero eso es bueno para Barcelona, será una competición emocionante y reñida.

Para Barcelona sí, para nosotros los neozelandeses no tanto (ríe).

¿Y los preparativos del evento?

Todo está encarrilado, acabo de llegar y aunque los contactos con la Generalitat ahora van a cambiar por las elecciones, con el Ayuntamiento y el Gobierno del Estado es muy estable. Pienso que de momento la Copa América se ha promocionado poco, pero a finales de mayo arrancará una campaña de difusión importante. En julio se construirá el Race Village y la presencia será mucho más obvia.

¿Nota diferencia respecto a meses atrás? ¿Se respira más Copa América en la ciudad?

Todavía no lo suficiente. A finales de junio haremos un tour por una decena de puertos de Catalunya con el trofeo para implicar a más gente y darla a conocer.

Aún se están acabando cosas en el puerto. ¿Llegarán a tiempo?

Todo va sobre el calendario: todas las administraciones trabajan para que así sea.

Tenemos cuatro equipos en Barcelona y dos a punto de llegar, también tres AC75 entrenando. ¿Cuándo estarán todos y qué podrá ver la gente?

Los franceses estarán dentro de un par de semanas. Emirates empezaremos a navegar en Barcelona el 28 de junio, el barco saldrá de Nueva Zelanda este fin de semana.

¿Y cuánto tardará?

Más de un mes porque lo traemos en barco: en avión es demasiado caro.

Cinco de los seis AC75 con los que se luchará por la Copa ya se han descubierto. ¿Cuál le gusta más?

Todos ellos son muy distintos y tienen pros y contras en función de las condiciones meteorológicas con las que nos encontremos.

¿Cuál cree que será más competitivo?

Tengo algunas sensaciones, pero todavía es pronto. Me gusta el barco italiano pero los británicos, con la conexión con Mercedes, saldrán con algo.

Los americanos han colocado a los cuatro ciclistas en una posición diferente a la habitual.

Es una apuesta. Han intentado aumentar la potencia y con esa colocación necesitas hacer 10% menos de fuerza, pero es que a lo mejor, en función del casco, no precisas tanta. El barco crea turbulencias Están probando diferentes cosas. Los orificios donde se sitúan los atletas son muy visuales, pero la competición es muy larga entre los cinco aspirantes y habrá que ver quien es más regular. La parte aerodinámica es un 20% y la hidrodinámica un 80%.

La otra parte de la gran cita es la primera competición de mujeres. Algunos, como los españoles, no tienen aún barco para entrenar.

Podrían haber comprado un AC40, nadie se lo impedía. Y en el simulador han podido ir entrenando. Si alguno de ellos no se siente lo suficientemente seguro, que se retire y así se lo he dicho. Han tenido tiempo suficiente. Los suecos se han comprado un barco. Los españoles finalmente han alquilado el barco francés.

¿El resultado de las elecciones del domingo cambia algo?

No, pienso que no. Tenemos una gran relación con el gobierno de la ciudad.

La decisión sobre si Barcelona acoge la siguiente edición de la Copa América depende del ganador.

Efectivamente. Pero a principios de junio de este año desde Emirates Team New Zealand empezaremos a buscar ofertas, candidaturas, por si finalmente revalidamos el título en octubre. De esta forma ganamos cinco meses de tiempo.

O sea, quieren empezar cuanto antes a buscar propuestas.

Sí, ya estamos creando el documento con las condiciones. Y ya hemos despertado la atención de algunas ciudades, que nos han manifestado su interés por acoger la competición. Barcelona ha sido increíble, pero todavía no sé si quieren volver a presentar una oferta o no, no tengo ni idea.

En cambio otros destinos sí se lo han planteado.

Para esta edición hubo otras aspirantes, pero tomamos la decisión correcta. Una de ellas ha expresado interés en volver a presentar candidatura.

¿Cuál? ¿Yeda, en Arabia Saudí?

No se lo puedo decir.

¿Qué debe hacer Barcelona para mantenerla?

Lo primero, empezar a hablar. Se ha hecho un gran trabajo en estos tres años, con lo que el diálogo será mucho más fácil.

¿Habrá espacio suficiente en el puerto para más de seis equipos, si es el caso?

Lo tendremos.

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Homenaje de la vela catalana a Joan Vila tras entrar en el Salón de la Fama de la Copa América

por Glòria Ayuso

Joan Vila es uno de los navegantes más destacados de la historia de la vela catalana y española, así como el primero en entrar en el Hall of Fame de la Copa América de vela, como ha remarcado la Federació Catalana de Vela, que le ha dedicado un acto de reconocimiento en su congreso bianual, este miércoles, aprovechando su presencia en la capital catalana.

Y es que Vila, pese a ser barcelonés, pasa habitualmente muy poco tiempo en estas tierras. Nacido en Barcelona en 1961, ha acumulado un largo palmarés a lo largo de su carrera. En sus nueve participaciones en la Copa América, en tres ocasiones como parte del equipo español, ganó en las ediciones de 2003 y 2007 con el suizo Alinghi y en 2013 con el estadounidense Oracle. Los amantes de este deporte recuerdan, entre otras muchas gestas, sus actuaciones en las distintas Vuelta al Mundo a Vela, y su triunfo en la edición 200102.

Navegar por el mundo

Vila cuenta a EL PERIÓDICO que recibir este reconocimiento en Barcelona lo transporta a sus vivencias de pequeño, cuando empezó a navegar por afición. Mientras estudiaba ingeniería de caminos competía en regatas de fin de semana, explica. Dedicarse profesionalmente a la vela no fue algo premeditado, sino que llegó por sí solo. Las competiciones le han llevado a navegar por el mundo entero, sin poder casi fijar residencia: Tengo una casa en Denia con algunas cosas, intento ir cuando puedo, asume.

Sus colegas consideran a Vila, persona que se muestra humilde, un ejemplo de determinación, habilidad y pasión por la vela. Su conocimiento por la técnica y la navegación lo llevó a ser muy valorado a bordo como navegante. Cuando no había GPS era importante encontrar la posición, saber dónde estábamos, recuerda. Actualmente, esta información se envía al navío desde tierra, y su papel de apoyo desde la base del equipo se centra en la preparación de todos los sistemas de navegación, como si fuera igualmente a bordo, así como en la interpretación de la predicción meteorológica, elemento esencial para la elaboración de la estrategia. Así lo hace de nuevo como miembro del equipo de Alinghi Red Bull Racing en la Copa América.

Ventajas del Alinghi

Vila valora que el equipo decidiera instalarse en Barcelona desde el primer momento en que se conoció que la ciudad sería la sede de la 37 edición. Estar aquí desde el inicio nos ha dado la oportunidad de ver las condiciones del mar, porque es la primera vez desde que los barcos van con foils que la competición tiene lugar en mar abierto, y no en bahías más cerradas, destaca. Las estadísticas, los estudios de vientos y oleajes y una mayor práctica de navegación sobre el campo de regatas puede marcar ventaja frente al hecho que el equipo es nuevo y no ha participado en anteriores ediciones. Podemos tener buena brisa, poco o mucho viento, debemos estar preparados para cualquier tipo de condiciones variables, considera.

Competición más reñida

Esta edición de Barcelona, en la que repiten los monocascos voladores AC75 como modelo de embarcación tras su introducción en la última edición en Auckland, dará lugar a una de las competiciones más reñidas y vistosas, en la que, al final, serán pequeños aspectos y detalles, lo que marcará la diferencia, augura Vila.

El veterano navegante, ahora, no tiene nada más en mente que no sea la competición. Todo el equipo estamos enfocados en ganar la Copa América, ese es nuestro objetivo. Cuando se le pregunta y se permite a sí mismo pensar en el futuro, afirma que, ante la gran intensidad de la Copa América, cuando termine, intentará «descansar un poco, si bien añade en seguida que al cabo de dos o tres semanas ya vuelves a pensar dónde es la siguiente. Una respuesta que confirma, como ha destacado el vicepresidente de la Federación Catalana, Joaquim Barenys, durante el acto de homenaje de este miércoles, su dedicación y pasión por el deporte de vela.

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<p style=por Sergi Mas

Cuenta atrás para el inicio de la Copa América de Vela de Barcelona. En cien días, el próximo 22 de agosto, comienza la competición deportiva más antigua del mundo. En el Port de Barcelona ya se notan los primeros movimientos.

Hablar de Copa América en El Periódico es sinónimo de hacerlo con Cristina Buesa.

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‘El pódcast de El Periódico’ se publica de lunes a viernes y se puede escuchar en las plataformas iVoox, Spotify, Podimo, Google Pódcast, Amazon Podcasts o Apple Podcasts.

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El pódcast de El Periódico  Faltan 100 días para la America’s Cup de Barcelona

por Cristina Buesa

Solo faltan 100 días para que los barcos de la Copa América de vela salten al agua en Barcelona. El 22 de agosto arranca la tercera y última regata preliminar (tras Vilanova i la Geltrú y Jeddah) que dará inicio a 68 días de competición en la que seis equipos lucharán por hacerse con la jarra de las 100 guineas. El defensor del título, Emirates Team New Zealand, es también el organizador del evento en la capital catalana a través de America’s Cup Event (ACE).

En las últimas semanas, se han ido presentando los AC75 con los que los seis países (Gran Bretaña, Estados Unidos, Italia, Suiza, Francia, además de Nueva Zelanda) competirán frente al litoral de Barcelona. Algunos equipos han bautizado los veleros tecnológicos en la capital catalana (como Alinghi Red Bull Racing o American Magic), otros lo harán en breve (Ineos Britannia este sábado y los franceses de Orient Express Racing Team a finales de mayo) y los otros dos prefirieron hacerlo en sus respectivos países, Nueva Zelanda y los italianos de Luna Rossa Prada Pirelli.

Seguirlo desde las playas

ACE ha publicado este martes un vídeo promocional en el que alterna imágenes de la ciudad de Barcelona y de los seis equipos. Además de los deportistas a bordo de los barcos o preparándose para navegar, se pueden ver instantáneas de personas en las playas, desde donde se podrá seguir gratuitamente la histórica competición, que tiene 173 años de historia y que aspira a atraer a más de 1.500 millones de telespectadores.

Los AC75 son capaces de alcanzar velocidades superiores a los 54 nudos (100 km/h). Con una tripulación de ocho personas (dos timoneles, dos controladores de vuelo/’trimmers’ y cuatro ciclistas), estos veleros voladores están diseñados para competir en una gran variedad de condiciones, de 6 a 21 nudos de viento.

Además de la competición ‘absoluta’, esta 37 edición es la primera en la que se celebra una competición de mujeres, la Puig Women America’s Cup, y se recupera la de jóvenes, que se realizará intercalada en los meses de septiembre y octubre. En ambos casos irán a bordo de un AC40 (más pequeño que el AC75, con solo cuatro tripulantes) y participarán 12 países en total, entre ellos un equipo español, el Sail Team BCN.

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por Glòria Ayuso

La Copa América de vela podrá seguirse tanto desde tierra, en las FanZones habilitadas o con entrada de pago, como desde el mar. Para esta segunda opción, es posible acudir con el propio barco, alquilar uno o bien comprar entradas para subirse a Las Golondrinas, cuya flota de paseo cambiará su tradicional ruta para dedicarse de lleno a la Copa América y ofrecer una visión desde el agua de las regatas. Por el momento, ya hay 800 barcos registrados en el formulario habilitado para acudir con embarcación, mientras que las entradas para subirse a Las Golondrinas, coordinadas desde America’s Cup Event (ACE), ya están también a la venta.

Un rectángulo de dos millas de largo por una milla de ancho marcado con boyas cada 200 metros equipadas con GPS y controladas a distancia indicará los límites del campo de regata, alrededor del cual se ubicarán las embarcaciones que sigan la competición, como explica la ex regatista ganadora de dos medallas olímpicas Natàlia Via-Dufresne, que trabaja como responsable de operaciones de ACE para la 37 Copa América en Barcelona. Personal de vigilancia en lanchas motoras, al que se sumarán otras de la Guardia Civil, se encargarán de controlar el perímetro.

Cerca de la playa

El campo de regatas, entre el Hotel Vela y pasado el Port Olímpic, variará según el viento y el oleaje, por lo que ese rectángulo y la distribución de los barcos puede ser distinto en las diversas jornadas. Será la primera vez que el espacio de competición esté tan cerca de la playa en la historia de la Copa América, destaca Via-Dufresne, ya que se persigue que esta sea la más popular, haciéndola visible desde la costa para todo el que quiera acercarse y apreciar el embate.

Desde el mar, los precios para seguir la competición en Las Golondrinas van desde los 176 euros en las preliminares, semifinales y finales entre equipos y en las competiciones de mujeres y jóvenes, a los 220 euros que costará como mínimo seguir la Match Race de la que saldrá el equipo vencedor, a finales de octubre, de la 37 Copa América de vela. En la web de venta se indica que el precio incluye una buena visión, servicio de bar y retransmisión en inglés.

Por el momento, ya es posible desde este mes de mayo hacer un tour de una hora en Las Golondrinas alrededor de las bases de los seis equipos, por un precio más accesible, de 13,20 euros, que incluye una audioguía que explica a través del propio dispositivo móvil los entresijos de la Copa América y sus competidores.

El que llegue primero

En los días de competición, las embarcaciones se distribuirán por tamaño: las de menos 12 metros de eslora en una zona, entre los 15 y 18 metros en otra y las más grandes detrás para que no tapen la vista a las pequeñas. Los superyates estarán en sotavento para que no interfieran en el viento, que juega un papel protagonista en la competición, explica Via-Dufresne, que asegura que habrá espacio para todos, ya que la competición, que tendrá lugar entre agosto y octubre, es larga.

Sin embargo, anima a que las personas interesadas inscriban sus embarcaciones o las alquilen, sobre todo porque el pico de visitantes previsiblemente se registrará en el inicio de la competición, a finales de agosto y, después, en la final de octubre o Match Race. En los momentos de mayor afluencia, la mejor posición la ocupará quien llegue primero al espacio que le corresponda por tamaño, indica la organizadora.

Asimismo, ACE ha cerrado un acuerdo con empresas de alquiler que tendrán una zona reservada con visión preferente. Son las que recomendamos porque ofrecerán un servicio con garantías: contarán con pantallas a bordo y comentarios de expertos que explicarán el desarrollo de las regatas, algo muy necesario para seguir la competición, explica Via-Dufresne.

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<div>La ‘startup’ Spascat explota datos de satélites para soluciones en economía azul</div>
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<p style=por Glòria Ayuso

El acceso a los datos que ofrecen los satélites estaba reservado hasta hace poco a usos militares o de grandes agencias como la NASA. Sin embargo, con la democratización del acceso a la información, las posibilidades de grandes avances son infinitas. Solo es necesario tener el conocimiento para saber aprovecharlo.

Este es el caso de Roger Huerta y Bernat Gené, dos excompañeros de bachillerato de El Masnou que han lanzado Spascat, una ‘startup’ que explota los datos y las imágenes procedentes de los satélites para que sirvan de apoyo a la planificación urbana, las herramientas de control para monitorear las costas y el correcto desarrollo de la vida marina que se encuentra bajo el agua.

Colorado y Niza

Tras el instituto, ambos separaron sus caminos. Huerta estudió ingeniería biomecánica y, gracias a una beca Balsells, realizó un máster en ingeniería aeroespacial en la Universidad de Colorado. Tras pasar por la NASA como especialista en investigación de trajes espaciales, trabajó en la Agencia Espacial de Colonia como parte del equipo médico de los astronautas, hasta que volvió para incorporarse en la española Indra como parte del programa Galileo de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Por su parte, Gené, máster en inteligencia artificial en la Université Côte d’Azur de Niza, ha trabajado como ingeniero informático especializado en aprendizaje automático en Mónaco. Su intención de volver a Catalunya lo llevó a emprender y dedicarse por completo a este proyecto.

Concurso de ideas

El detonante fue el reto lanzado por I2Cat y el Institut Cartogràfic de un concurso de ideas dirigido a empresas sobre casos de uso de observación de la tierra, por lo cual se pusieron a monitorizar la costa catalana utilizando satélites, lo que representó en la práctica el lanzamiento de Spascat. Entonces logró ser la finalista, y en estos momentos la ‘startup’ compite en un nuevo proyecto de la ESA relacionado con la economía azul.

La empresa, que emplea a dos personas más, procesa y ordena datos para facilitar su uso para numerosas aplicaciones, entre ellas el monitoreo de la línea de costa, que gana relevancia ante la necesidad de entender y prevenir los efectos del cambio climático, como la erosión y la sedimentación, para asegurar la sostenibilidad y la resiliencia de las comunidades costeras. También desarrolla modelos predictivos que pueden indicar cambios en las costas y mapean acumulaciones de algas y posidonia, esenciales para estudios de biología marina.

Imágenes cada cinco días

Si anteriormente era necesario realizar vuelos de avioneta o campañas en barco durante meses y procesar las imágenes para observar la evolución de las playas y costas, actualmente los satélites ofrecen imágenes de toda Catalunya cada cinco días, con datos públicos y abiertos a todos los usuarios, con cada vez una mayor precisión, como los procedentes del Sentinel II del sistema Copernicus de la ESA.

Los datos están muy bien sobre papel, pero si no los sabemos utilizar no sirven. Nuestro día a día es desarrollar software con estos datos para que el usuario final pueda acceder de forma sencilla», explica Huerta. «De esta forma, es posible conocer, por ejemplo, cómo están las playas del Maresme en cuatro clics o cuántos metros cúbicos de arena se han perdido exactamente, añade Gené.

Colaboración con el Cartogràfic

En los últimos meses, Spascat ha trabajado estrechamente con el Institut Cartogràfic de Catalunya y la Generalitat, proporcionando datos para la Direcció de Costes. Además de obtener una imagen del contorno de las costas, sus soluciones permiten calcular la profundidad del agua, que puede obtenerse a partir de su color por la absorción de luz.

La empresa contempla gran cantidad de usos y soluciones, como la monitorización de vertidos de petróleo, la superficie afectada y cómo se mueven y se dispersan debido a las corrientes, aplicación esencial para mitigar rápidamente impactos ambientales negativos; o la identificación automática de barcos en zonas clave como el canal de Suez, lo que es vital para la seguridad y la planificación logística.

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La edición número 37 de la Copa América de vela se celebrará en la playa de Barcelona entre el 22 de agosto y el 27 de octubre de este año. Se trata de una de competición con el suficiente prestigio como para lanzar un videojuego que simula el torneo.

Una de las mejores opciones para disfrutar del espectáculo real son los hoteles a pie de playa, que ofrecen una vista panorámica de la costa de Barcelona. Las habitaciones más altas de hoteles como el W Barcelona o el Arts suponen una ubicación privilegiada para ver competir a los mejores regatistas del mundo.

El hospedaje en ambos hoteles se ha encarecido notablemente de cara a las fechas finales de la competición. Aunque todavía quedan habitaciones, hospedarse en el Hotel W Barcelona o en el Hotel Arts Barcelona durante las finales de la competición tan solo es posible para grandes bolsillos.

Precios por las nubes

En cualquiera de los dos hoteles resulta más económico reservar una habitación en pleno agosto que durante las etapas finales de la competición de vela, que se celebrará durante la semana del 13 al 20 de octubre.

Por ejemplo: una reserva de una semana, para una persona, en la habitación más económica del Arts es 900 euros más barata en agosto que durante la competición de vela. Alojarse en la habitación ‘deluxe’ del Hotel Arts del 11 al 18 de agosto cuesta 3.499 euros (499 euros/noche), mientras que hacerlo, también una semana, durante las finales de la Copa América cuesta 4.400 euros (628 euros/noche).

Aunque es más sutil, la subida de precios también es evidente en el caso del Hotel W. La diferencia de precio por la misma habitación, la más asequible, es superior a los 420 euros de diferencia.

Solo para privilegiados

La visita de personas adineradas a la ciudad y la alta demanda hotelera prevista para las fechas finales de la Copa América de Vela provoca una subida de costes que reserva el acceso a estos lujosos hospedajes a tan solo unos cuantos bolsillos.

Durante octubre, la habitación más cara del Arts tiene un coste de 15.000 euros por noche, equivalente a 105.000 euros por una semana, mientras que el hotel W valora la noche en su habitación más lujosa por 2.797 euros la noche, más de 19.500 euros por semana.

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