Los puertos españoles temen un desvío de tráfico hacia el norte de África mientras que diversas organizaciones prevén que las navieras repercutirán los precios y no modificarán sus rutas

Huelga de estibadores, hoy: España presiona para trasladar las exigencias ambientales a los puertos del norte de África

¿Cómo afecta la nueva obligación de derechos de emisión al transporte marítimo?

por Glòria Ayuso

El Sistema Europeo de Comercio de Derechos de Emisión busca acelerar la transición de las compañías marítimas hacia tecnologías limpias. La nueva obligacion para las navieras de compensar económicamente las emisiones de gases de efecto invernadero se estrenó el 1 de enero y es la principal razón que está detrás de la jornada de protestas en los puertos de una docena de países europeos a la que han sido convocados los estibadores.

1. ¿Por qué el sector marítimo se incorpora al mercado de derechos de emisión?

Desde el 1 de enero, el sector del transporte marítimo en Europa se enfrenta a la obligación de compensar económicamente sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del calentamiento global. El sector representa cerca del 4% de las emisiones en el continente. Anteriormente exento, la Unión Europea lo ha incorporado en el Sistema Europeo de Comercio de Derechos de Emisión (EU Emissions Trading System o EU ETS por sus siglas en inglés), su mecanismo principal para la reducción de emisiones en Europa. Esta medida se alinea con las ya implementadas en otros sectores como la aviación y en las actividades más contaminantes, como las refinerías, cementeras, la siderurgia y la producción de vidrio. Al igual que otros sectores, las empresas marítimas deben adquirir derechos de emisión que correspondan a la cantidad de GEI que liberan. Este sistema, que pone un precio a la acción de contaminar, busca acelerar la transición de las compañías marítimas hacia prácticas más sostenibles y tecnologías limpias.

La herramienta EU ETS representa el mayor comercio internacional de carbono en el mundo.

2. ¿Cómo se implementa el mercado de derechos de emisión en el transporte marítimo?

La normativa afecta a todos los barcos de más de 5.000 toneladas (buques de carga, cruceros, petroleros, militares y yates de gran tamaño) y se aplica en el 100% de las emisiones de CO emitidas en rutas entre puertos de la UE y al 50% en líneas con entrada o salida de la UE. La implementación se lleva a cabo de forma gradual. Desde enero, las compañías deben abonar los derechos por el 40% de las emisiones de CO; en 2025, por el 70% y, a partir de 2026, por el 100%. Ese año, se incluirán en el cómputo otros contaminantes, como el metano (CH4) y óxidos nitrosos (N2O). La legislación contempla unas exenciones hasta finales de 2030 para las conexiones con las islas de menos de 200.000 habitantes y regiones periféricas como Canarias. También incluye un régimen especial de incentivos para apoyar la adopción de combustibles renovables de origen no biológico. Los ingresos generados por el pago de emisiones se reinvierten en proyectos de apoyo a la descarbonización del sector marítimo.

3. ¿Cómo afecta la medida a los puertos?

La medida ha motivado las protestas del sector portuario y la cadena logística marítima, que asegura que su aplicación provocará que los buques procedentes de América y Asia hagan escala en puertos del norte de África, fuera de la UE, para evitar un aumento de costes. Un barco procedente de Asia que habitualmente pasaba por el Canal de Suez y paraba en un puerto de Italia o en Barcelona, para continuar hacia Rotterdam, con la conclusión en el sistema EU ETS pagará un 50% de las emisiones en Italia o Barcelona y por el 100% entre este puerto y su destino final. Por ello, optará por hacer escala en Port Said (Egipto) o Tanger Med (Marruecos), sin pagar por las emisiones, para luego dirigirse a Rotterdam y abonar solo las correspondientes a este último trayecto. Según los estibadores, este cambio en las rutas, además de acabar reflejándose en un aumento de las emisiones por trayectos más largos, puede motivar el traslado de las actividades portuarias a puertos fuera de la UE, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo.

4. ¿Qué impacto está teniendo la medida hasta la fecha?

Los datos hasta la fecha no reflejan la afectación de la entrada en vigor del pago por derechos de emisión debido a que la crisis en el Mar Rojo ha alterado las rutas en favor de los puertos españoles. El tráfico de mercancías creció en el Puerto de Barcelona un 5,7% en los dos primeros meses del año y en Algeciras cerca de un 10%. Las navieras que antes iban por en Canal de Suez bordean África y optan por puertos como Canarias, Valencia, Algeciras y Portugal, donde crece en tráfico, en detrimento de las zonas interiores del Mediterráneo, como los puertos de Italia, explican desde el Puerto de Algeciras. Es por ello que los puertos europeos han hecho un frente común y han reclamado en diversas ocasiones una moratoria para que el pago de emisiones se implante cuando la Organización Marítima Internacional (OMI) lo imponga a nivel global, algo que no sucederá, como muy pronto, hasta finales de 2025.

5. ¿Qué impacto puede tener en las navieras y los consumidores?

Diversas organizaciones coinciden en que el impacto se limita a los puertos, ya que las navieras están cargando los sobrecostes a los clientes.

Un estudio de Transport & Enviroment (T&E), organización de ámbito global que trabaja en favor de la descarbonización del transporte, indica que las navieras se están beneficiando de esta medida porque están cargando unos sobrecostes elevados. Los gobiernos del sur de Europa advierten de que el ETS les costará negocio porque los buques evitarán sus puertos, pero ¿por qué lo harían si están ganando dinero con ello?, sostiene Carlos Rico,experto en políticas de transporte y medioambiente de T&E en España, para quien el peligro de desvío de ruta por parte de las navieras no debe utilizarse como excusa para reducir el ETS.

La investigación de T&E ha analizado 565 viajes de 20 buques diferentes de cada una de las cuatro mayores navieras europeas: Maersk, MSC, CMA CGM y Hapag-Lloyd. Se calcula que Maersk obtiene los mayores beneficios por recargo, con una media de 60.000 euros por viaje, seguido de MSC (25.000 euros), Hapag Lloyd (23.000 euros) y CMA CGM (14.000 euros).

T&E indica que los costes del ETS son mínimos en comparación con los recargos que se están aplicando en respuesta a la interrupción del comercio en el Mar Rojo. Pese a estos sobrecargos, el aumento de los gastos de envío tienen un impacto muy marginal en los costes finales de las mercancías. Coincide con ello Óscar Calvo, director ejecutivo de JCV Shipping, empresa dedicada a ofrecer transporte marítimo para las actividades exportadoras: El coste por contenedor es residual, no tiene que afectar a operaciones de compraventa internacional, afecta más a la pérdida de negocio a los puertos por pérdida de transbordo. Para Calvo, si las navieras repercuten los costes y cumplen con la normativa, no van a cambiar sus operaciones. Las experiencias previas, como ocurrió durante la pandemia, nos muestran que las navieras aprovechan estas ocasiones para incrementar los precios del transporte.

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¿Cómo afecta la nueva obligación de derechos de emisión al transporte marítimo?

por Glòria Ayuso

El Sistema Europeo de Comercio de Derechos de Emisión busca acelerar la transición de las compañías marítimas hacia tecnologías limpias. La nueva obligación para las navieras de compensar económicamente las emisiones de gases de efecto invernadero se estrenó el 1 de enero y es la principal razón que está detrás de la jornada de protestas en los puertos de una docena de países europeos a la que han sido convocados los estibadores.

1. ¿Por qué el sector marítimo se incorpora al mercado de derechos de emisión?

Desde el 1 de enero, el sector del transporte marítimo en Europa se enfrenta a la obligación de compensar económicamente sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del calentamiento global. El sector representa cerca del 4% de las emisiones en el continente. Anteriormente exento, la Unión Europea lo ha incorporado en el Sistema Europeo de Comercio de Derechos de Emisión (EU Emissions Trading System o EU ETS por sus siglas en inglés), su mecanismo principal para la reducción de emisiones en Europa. Esta medida se alinea con las ya implementadas en otros sectores como la aviación y en las actividades más contaminantes, como las refinerías, cementeras, la siderurgia y la producción de vidrio. Al igual que otros sectores, las empresas marítimas deben adquirir derechos de emisión que correspondan a la cantidad de GEI que liberan. Este sistema, que pone un precio a la acción de contaminar, busca acelerar la transición de las compañías marítimas hacia prácticas más sostenibles y tecnologías limpias.

La herramienta EU ETS representa el mayor comercio internacional de carbono en el mundo.

2. ¿Cómo se implementa el mercado de derechos de emisión en el transporte marítimo?

La normativa afecta a todos los barcos de más de 5.000 toneladas (buques de carga, cruceros, petroleros, militares y yates de gran tamaño) y se aplica en el 100% de las emisiones de CO en rutas entre puertos de la UE y al 50% en líneas con entrada o salida de la UE. La implementación se lleva a cabo de forma gradual. Desde enero, las compañías deben abonar los derechos por el 40% de las emisiones de CO; en 2025, por el 70% y, a partir de 2026, por el 100%. Ese año, se incluirán en el cómputo otros contaminantes, como el metano (CH4) y óxidos nitrosos (N2O). La legislación contempla un régimen especial de incentivos para apoyar la adopción de combustibles renovables de origen no biológico. Los ingresos generados por el pago de emisiones se reinvierten en proyectos de apoyo a la descarbonización del sector marítimo.

3. ¿Cómo afecta la medida a los puertos?

La medida ha motivado las protestas del sector portuario y la cadena logística marítima, que asegura que su aplicación provocará que los buques procedentes de América y Asia hagan escala en puertos del norte de África, fuera de la UE, para evitar un aumento de costes. Actualmente, un 80% de la actividad de Algeciras y el 40% de la de Barcelona son escalas o transbordos, en las que las mercancías se distribuyen y cambian de barco según su destino. Un buque procedente de Asia que habitualmente pasaba por el Canal de Suez y paraba en un puerto de Italia o en Barcelona, para continuar hacia Rotterdam, con la conclusión en el sistema EU ETS pagará un 50% de las emisiones hasta esta primera escala y por el 100% entre el primer puerto europeo y su destino final. Por ello, optará por hacer escala en Port Said (Egipto) o Tanger Med (Marruecos), para luego dirigirse a Rotterdam y abonar solo las correspondientes al 50% de este último trayecto. Según los puertos y los estibadores, este cambio en las rutas, además de acabar reflejándose en un aumento de las emisiones por trayectos más largos, puede motivar el traslado de las actividades portuarias a puertos fuera de la UE, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo.

4. ¿Qué impacto está teniendo la medida hasta la fecha?

Los datos hasta la fecha no reflejan la afectación de la entrada en vigor del pago por derechos de emisión debido a que la crisis en el Mar Rojo ha alterado las rutas en favor de los puertos españoles. El tráfico de mercancías creció en el Puerto de Barcelona un 5,7% en los dos primeros meses del año y en Algeciras cerca de un 10%. Las navieras que antes iban por en Canal de Suez bordean África y optan por puertos como Canarias, Valencia, Algeciras y Portugal, donde crece en tráfico, en detrimento de las zonas interiores del Mediterráneo, como los puertos de Italia, explican desde el Puerto de Algeciras. Es por ello que los puertos europeos han hecho un frente común y han reclamado en diversas ocasiones una moratoria para que el pago de emisiones se implante cuando la Organización Marítima Internacional (OMI) lo imponga a nivel global, algo que no sucederá, como muy pronto, hasta finales de 2025.

5. ¿Qué impacto puede tener en las navieras y los consumidores?

Diversas organizaciones coinciden en que el impacto se limita a los puertos, ya que las navieras están cargando los sobrecostes a los clientes.

Un estudio de Transport & Enviroment (T&E), organización de ámbito global que trabaja en favor de la descarbonización del transporte, indica que las navieras se están beneficiando de esta medida porque están cargando unos sobrecostes elevados. Los gobiernos del sur de Europa advierten de que el ETS les costará negocio porque los buques evitarán sus puertos, pero ¿por qué lo harían si están ganando dinero con ello?, sostiene Carlos Rico, experto en políticas de transporte y medioambiente de T&E en España, para quien el peligro de desvío de ruta por parte de las navieras no debe utilizarse como excusa para reducir el ETS.

La investigación de T&E ha analizado 565 viajes de 20 buques diferentes de cada una de las cuatro mayores navieras europeas: Maersk, MSC, CMA CGM y Hapag-Lloyd. Se calcula que Maersk obtiene los mayores beneficios por recargo, con una media de 60.000 euros por viaje, seguido de MSC (25.000 euros), Hapag Lloyd (23.000 euros) y CMA CGM (14.000 euros).

T&E indica que los costes del ETS son mínimos en comparación con los recargos que se están aplicando en respuesta a la interrupción del comercio en el Mar Rojo. Pese a estos sobrecargos, el aumento de los gastos de envío tienen un impacto muy marginal en los costes finales de las mercancías. Coincide con ello Óscar Calvo, director ejecutivo de JCV Shipping, empresa dedicada a ofrecer transporte marítimo para las actividades exportadoras: El coste por contenedor es residual, no tiene que afectar a operaciones de compraventa internacional, afecta más a la disminución de negocio a los puertos por pérdida de transbordo. Para Calvo, si las navieras repercuten los costes y cumplen con la normativa, no van a cambiar sus operaciones. Las experiencias previas, como ocurrió durante la pandemia, nos muestran que las navieras aprovechan estas ocasiones para incrementar los precios del transporte.

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por Glòria Ayuso

España está presionando para que el transporte marítimo que recale en los puertos del norte de África se incluya en la obligación del pago por emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global, tal y como ya hacen las navieras en los países europeos desde enero. La inclusión del transporte marítimo en Europa dentro del régimen de comercio de derechos de emisión (directiva ETS), que ya abonan sectores como la aviación, ha motivado la protesta de las estibadoras, que aseguran que la directiva, que busca acelerar su transición energética, puede comportar pérdida de puestos de trabajo. Bajo esta premisa han convocado para este miércoles en los puertos españoles un paro de dos horas, de 13:30 a 15:30 horas.

Los estibadores españoles secundan la protesta que ha convocado la organización europea de trabajadores portuarios European Dockworkers Council (EDC), que también seguirán entidades sindicales de otros 11 países: Francia, Eslovenia, Suecia, Dinamarca, Chipre, Malta, Grecia, Montenegro, Italia, Croacia y Portugal. La organización europea se manifestará asimismo en Bruselas.

Propuesta de medidas

El ministro de Transportes, Óscar Puente, liderará este jueves una reunión convocada a propuesta de España para debatir con algunos de sus homólogos sobre el impacto de la directiva sobre el transporte marítimo y compartir posibles fórmulas para mitigarlo. Entre estas medidas, Puente defiende la creación de la figura de ‘Puerto Transparente’, según la cual las escalas o transbordos en un puerto no europeo situado a menos de 300 millas de uno de la UE y cuya actividad de descarga de contenedores supere el 65% estén también sometidos al régimen de comercio de emisiones. Con ello se desea evitar que las navieras, en una maniobra para esquivar mayores costos europeos, opten por cambiar sus rutas y hagan escala en puertos como Tánger Med o Port Said (junto al canal de Suez), en lugar de seguir haciéndolo en Algeciras, Barcelona, Valencia o Cartagena. Según ejemplifican los puertos afectados, una ruta procedente de Estados Unidos que normalmente hace escala en Algeciras o Barcelona antes de dirigirse al canal de Suez, puede optar ahora por parar en Tánger Med.

Capacidad de reacción

En sus alegaciones España logró introducir un mecanismo de revisión de la directiva europea para monitorizar y establecer medidas preventivas que puedan implantarse rápidamente cuando se detecte una amenaza inminente. Es imprescindible hacer uso de este mecanismo de revisión tan pronto como se detecte una amenaza, alertó una delegación del ministerio en un contacto previo con los departamentos responsables de la Comisión Europea. Es por ello que Puente también incidirá el jueves frente a sus homólogos en establecer un sistema de monitoreo de las amenazas que implica el nuevo mercado de emisiones del transporte marítimo a los puertos de la UE.

Frente común

Los principales puertos de España y de otros países del sur de Europa se han unido para hacer frente a la implementación de la directiva del Sistema de Comercio de Emisiones (ETS) de la Unión Europea, solicitando el respaldo de la Organización Marítima Internacional (OMI) para extender estas medidas a todos los puertos mediterráneos, independientemente de si pertenecen o no a la UE. El propósito de esta acción conjunta es prevenir cualquier desventaja competitiva que pudiera surgir entre los puertos europeos y aquellos situados en países no miembros de la Unión Europea.

El 90% del comercio mundial se desarrolla por vía marítima, cuyo transporte representa entre el 3% y el 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. En el último encuentro del Comité de Protección del Medio Marino de la OMI, celebrado a finales de marzo, aumentaron los apoyos al establecimiento de un impuesto global a las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte marítimo. La OMI ya señaló la necesidad de establecer algún tipo de precio a las emisiones a nivel mundial, que debería entrar en vigor a finales de 2025, tras la adopción en julio del año pasado de la nueva estrategia global para reducir las emisiones. Según el plan establecido, deberían caer hasta un 30% en 2030 para alcanzar las cero emisiones netas en 2050. No obstante, aún es necesario sumar el apoyo a este impuesto global de países tan importantes como China, el mayor exportador del mundo.

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Los estibadores españoles secundan la protesta que ha convocado la organización europea de trabajadores portuarios European Dockworkers Council (EDC), que también seguirán entidades sindicales de otros 11 países: Francia, Eslovenia, Suecia, Dinamarca, Chipre, Malta, Grecia, Montenegro, Italia, Croacia y Portugal. La organización europea se manifestará asimismo en Bruselas.

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Frente común

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El 90% del comercio mundial se desarrolla por vía marítima, cuyo transporte representa entre el 3% y el 4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. En el último encuentro del Comité de Protección del Medio Marino de la OMI, celebrado a finales de marzo, aumentaron los apoyos al establecimiento de un impuesto global a las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte marítimo. La OMI ya señaló la necesidad de establecer algún tipo de precio a las emisiones a nivel mundial, que debería entrar en vigor a finales de 2025, tras la adopción en julio del año pasado de la nueva estrategia global para reducir las emisiones. Según el plan establecido, deberían caer hasta un 30% en 2030 para alcanzar las cero emisiones netas en 2050. No obstante, aún es necesario sumar el apoyo a este impuesto global de países tan importantes como China, el mayor exportador del mundo.

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No os habéis equivocado de estudios, no os van a faltar las salidas profesionales, asegura el profesor y ex decano de la Facultad de Nàutica de Barcelona (FNB-UPC), Santiago Ordás, a sus estudiantes. Los datos lo corroboran: ocho de cada diez graduados en ingeniería naval ya trabaja a los tres meses de terminar los estudios y prácticamente la totalidad al cabo de un año, en puestos con retribuciones por encima de la media para los recién titulados.

La expresión mota y madera remonta al sistema de financiación del comercio marítimo en el siglo XIX: los accionistas o bien invertían en madera, es decir, en el barco; o en la mota, los productos que transportaba. Dado que captar talento resulta ahora una inversión esencial, la Facultad de Nàutica ha bautizado con el nombre Mota y Madera a la jornada anual que reúne a los estudiantes con empresas del sector marítimo interesadas en contratar a los futuros ingenieros.

Difícil escoger

Van saliendo muchas ofertas, es difícil escoger, constata Joan Alonso, estudiante de 23 años que terminará en junio la doble titulación de Ingeniería en Sistemas y Tecnología Naval. Acaba de realizar una entrevista con una empresa holandesa que busca a un mecánico naval, oferta que le atrae más que otras recibidas en el mercado local. Creo que prefiero trabajar fuera una temporada, para después volver a Barcelona, comenta.

La gran demanda, procedente también de otros países, dificulta aún más cubrir determinados puestos. No obstante, este año la facultad ha registrado una mayor solicitud para cursar estos estudios. ¿El motivo? La apuesta de Barcelona y Catalunya por la economía azul y la celebración de la Copa América de vela, que más que un enfrentamiento deportivo se trata de una competición tecnológica entre los mejores ingenieros del mundo, responde Ordás. El profesor también lo atribuye a la enorme actividad que lleva a cabo el Port de Barcelona, motor económico que está dinamizando el sector, y a la tarea intensa de promoción de estos estudios que ha realizado la facultad. Como consecuencia, la nota de corte ha subido por encima del 6,5 en los grados de Tecnologías Marinas y Náutica y Transporte Marítimo; y hasta el 8 en el Grado en Ingeniería en Sistemas y Tecnología Naval.

Absorción externa

Estos títulos permiten acceder a profesiones reguladas, como capitán o jefe de máquinas de marina mercante; así como al diseño y construcción o mantenimiento naval. Otras figuras son las de controlador de tráfico marítimo, capitán, consignatario, y las de responsabilidad en puertos deportivos o en Puertos del Estado. Es el caso de Núria Obiols, capitana de la marina mercante y actualmente directora de operaciones del Port de Tarragona.

Sin embargo, un 20% de los nuevos ingenieros, muy buscados por la industria, también acaban ocupando otros puestos ajenos al sector, en ámbitos como las energías renovables, que por su momento de gran expansión está absorbiendo a muchos de los graduados. Estoy viendo que tengo muchas opciones también fuera del sector naval, valora Yael Abat, de 24 años.

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Todo nuestro personal directivo y responsables de cada uno de los departamentos se ha graduado en esta Facultad, remarca Carmen Sánchez, directora de Recursos Humanos de MB92, dedicada al mantenimiento y reparación de grandes yates. Con 400 empleados y sedes en Barcelona y Marsella, Sánchez no duda en explicar a los estudiantes que también ofrece puestos de trabajo fuera de España: recientemente, ha desplazado a un equipo a Araba Saudí, donde se encargarán de los nuevos astilleros de la ciudad de The Line.

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El investigador sobre el océano del CSIC da clases a futuros ejecutivos, a quienes ve clave para lograr un cambio de paradigma en el que los negocios integren a la naturaleza

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<div>«Dependemos de los océanos no solo para comer, también para controlar la temperatura y absorber emisiones»</div>
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<p style=por Glòria Ayuso

Científico sénior del CSIC, Rafael Sardá imparte además clases a los futuros ejecutivos en Esade. Investigador sobre Sistemas Socio-ecológicos Marinos y Costeros, ‘Financial Times’ ha premiado un estudio que ha dirigido acerca de la presión que las empresas ejercen sobre el océano, pese a estar lejos del mar. La factura de los excesos es más cara, y por ello propugna una nueva forma de hacer negocios a favor de la naturaleza.

Reivindica el papel del océano y, por lo tanto, la necesidad de protegerlo. ¿Somos conocedores de ese papel?

Estamos descubriendo la enorme dependencia que tenemos la humanidad del océano, que nos ofrece comida, materiales, absorbe el CO de la atmósfera, controla la temperatura del planeta y se encarga de equilibrar el medio. En 2004 la ONU ya dejó clara esta dependencia. Si algunos de sus equilibrios se resquebrajan, como estamos viendo que puede suceder con la corriente marina del Atlántico, la AMOC, pueden desencadenarse cambios rápidamente. El cambio climático está impactando en la vida marina, el exceso de CO acumulado conlleva la acidificación oceánica, que a su vez afecta la cadena trófica. Todo ello nos lleva a que el crecimiento económico no será posible si no es sostenible, el business as usual ya no es una opción posible.

El estudio Negocios para la sostenibilidad del océano’ ha sido galardonado por Financial Times como investigación con impacto real para la mejora de empresas y entidades. ¿Supone un avance?

El estudio, realizado con la Universidad de Bocconi de Milán, McKinsey Global Institute y One Ocean Foundation, refleja, basándose en una muestra de 1.700 empresas de 19 sectores, que la mitad de ellas no son conscientes del impacto que sus actividades en tierra firme están provocando en el océano. También indica las enormes presiones que ejerce cada sector: como la industria agroalimentaria, la textil, la construcción, etc. tienen en cada caso una repercusión brutal en nutrientes, acidificación, residuos, anoxias, pérdida de biodiversidad… La web One Ocean Foundation muestra la información muy detallada. El objetivo es concienciar y empezar a actuar, desarrollando un nuevo modelo de gobernanza.

El estudio ha dado lugar a un mayor proyecto para calificar la actuación de las empresas. ¿En qué consiste?

La Ocean Disclosure Initiative, que se propone concienciar sobre el papel de las empresas sobre el océano y facilitarles una metodología con base científica para apoyarlas con el fin de que tomen medidas. Prevé desarrollar el Ocean Disclosure Index para la calificación de la actuación de la empresa, basándose en los 11 descriptores de la Directiva marco sobre estrategia marina de la UE que evalúan el estado ambiental del medio marino. Sobre cada uno de ellos, buscamos indicadores por sectores que puedan describir la actuación de la empresa para asegurar el buen estado medioambiental del mar.

¿Cómo se mediría?

Como las agencias que califican el riesgo, una posibilidad es desarrollar un rating ambiental, clasificando las empresas y sus riesgos como A, B, C

¿Cómo debería actuar la empresa para obtener un buen rating?

Hay que afrontar un cambio de paradigma, dejar de entender la naturaleza como un lugar de barra libre para darnos cuenta de que formamos parte de ella. El medio ambiente debe estar en el centro del desarrollo. Las empresas deben tener en el radar las cuestiones en las que tienen un impacto negativo, y enfocarse en la sostenibilidad corporativa de tercera generación para lograr un impacto positivo significativo.

¿Hay que ayudarlas?

Las soluciones deben venir tanto del sector público como del privado, es necesario un enfoque integral y colaborativo. Sin olvidar algo importante

¿El qué?

No vale confundir: a menudo se define como economía azul a cualquier actividad que se desarrolla en el océano, cuando la economía azul solo hace referencia a las actividades que son sostenibles.

¿Cómo se encuentra como científico dando clases en una escuela de negocios?

Es muy necesario. El mundo económico y el socioambiental aún no están suficientemente unidos. La integración y los grupos interdisciplinares son clave para solucionar problemas sin crear otros nuevos. Como ocurre con la central eléctrica proyectada en el Empordà, que debería elevarse en otro lugar menos sensible. Es un problema porque ya no nos queda mucho tiempo para crear estos vínculos.

¿Qué contribución tendrá la Conferencia del Decenio de los Océanos en Barcelona en abril?

Tratará de responder a los grandes retos que afronta el océano. El trabajo pone las bases a la estrategia a seguir, los científicos de la UNESCO ven las cosas claras. No obstante, sigue siendo un trabajo muy científico, falta la presencia y la implicación de las empresas, cuyo papel es esencial para avanzar.

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Habrá mesas de debate, talleres interactivos, diálogos, exposiciones, proyecciones de películas y experiencias inmersivas en 18 ubicaciones distintas de la ciudad

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Una semana con más de 200 actos en torno al mar en Barcelona

por Glòria Ayuso

El mar será centro de atención durante la semana del 8 al 12 de abril en Barcelona. Más de 200 actos, muchos de ellos abiertos a la ciudadanía, conforman el programa de actividades paralelas a la Conferencia del Decenio de los Océanos de la UNESCO, congreso científico que marcará las bases de la estrategia a seguir a escala global para preservar el océano y llevar a cabo una actividad económica sostenible.

Se trata de actividades distribuidas por 18 ubicaciones diferentes de la ciudad, y entre las que habrá reuniones divulgativas, mesas de debate, talleres interactivos, diálogos, exposiciones, proyecciones de películas y experiencias inmersivas, como destaca la Fundació Barcelona Capital Nàutica (FBCN), encargada de la organización logística de la conferencia.

Por toda la ciudad

Algunos de los espacios que figuran en la agenda de actos satélite de la conferencia serán el Museu de Ciències Naturals, la Casa Batlló, el CCIB, el Museu Marítim, el Port Olímpic, el Museu d’Arqueologia, el Port Vell, Institut de Ciències del Mar, el World Trade Center, la Universitat de Barcelona y el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona.

Uno de los actos satélites será, el 9 de abril, una jornada que reunirá empresarios, científicos, representantes del Govern, el Port de Barcelona y el Port Olímpic para tratar los retos que afronta el océano, su conservación y protección, y que organizan la FBCN y Barcelona Global.

Exposición fotográfica

Coincidiendo con la Conferencia del Decenio de los Océanos, se exhibirán las 25 fotografías finalistas del certamen Un mar obert a tothom, al que se han presentado 2.500 obras procedentes de todo el mundo, que muestra la relación entre las personas y el mar. La exposición estará abierta del 5 al 25 de abril en Can Serra, sede de la Diputación de Barcelona.

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Las regiones costeras en todo el mundo afrontan distintas amenazas, interconectadas entre sí y relacionadas con el cambio climático, que ponen en riesgo tanto la vida como los medios de subsistencia. Los expertos advierten que no se cuenta con ningún objetivo a nivel global para asegurar la resiliencia de las regiones costeras e instan a su integración en la agenda de desarrollo sostenible.

Así lo indica el sexto de los diez libros blancos que se presentarán durante la Conferencia de la Década del Océano de la UNESCO que tendrá lugar del 10 al 12 de abril en Barcelona, y que marcarán el camino a seguir para preservar el océano y el equilibrio que aporta al planeta.

Peligros

El documento, elaborado por una cincuentena de expertos, enumera los distintos riesgos que amenazan las costas. Aumento del nivel del mar, tsunamis, lluvias intensas, deslizamientos de tierras, ciclones, inundaciones costeras, erosión, deshielo glaciar, intrusiones de agua salada, sequías, degradación de humedales, acidificación y desoxigenación, son algunos de los factores que muchas zonas ya están sufriendo.

A las amenazas exacerbadas por el cambio climático, se suman otras que tensionan aún más el ecosistema, como las aguas residuales y derrames, la sobrepesca y las presiones del turismo costero. Todas ellas inciden en otros peligros, como la pérdida de biodiversidad, floraciones nocivas y especies invasoras.

Analizar detalladamente los múltiples peligros que amenazan el océano y la costa es el primer paso, para después evaluar y mitigar los riesgos, en un enfoque holístico que incorpora factores ambientales, humanos y socioeconómicos, teniendo en cuenta el papel fundamental de las regiones costeras.

Planes innovadores

Para asegurar la resiliencia de las áreas costeras, y preservar sus funciones bajo condiciones cambiantes, los expertos indican que hay que trabajar en dos factores esenciales: la elaboración de innovadores planes estratégicos de adaptación y la implementación de sistemas de alerta temprana basados en múltiples amenazas.

Los expertos inciden en que muchos de los peligros pueden presentar efectos en cascada que aún se desconocen y que, por lo tanto, los planes de adaptación deben tener en cuenta múltiples escenarios. Además de evitar poner en riesgo la vida de más personas y de mayores pérdidas económicas, crear la infraestructura necesaria para la adaptación incentiva un mayor desarrollo e inversión de capital en áreas vulnerables, subrayan los científicos.

Empezar a tomar conciencia

Los países están comenzando a darse cuenta de la importancia de una visión a largo plazo para convertirse en una sociedad resistente al clima, completamente adaptada a los impactos inevitables del cambio climático. Es necesaria una estrecha colaboración entre investigación y gestión, indica el libro blanco, elaborado bajo la coordinación de Nadia Pinardi, profesora de Oceanografía de la Universidad de Bolonia, y Srinivasa Kumar, director del Centro Nacional de Servicios de Información Oceánicos de la India.

La cooperación internacional se observa como fundamental, dado que activar sofisticados sistemas de alerta temprana requiere de un intercambio mundial de datos de observación in situ y basados en el espacio y procesados en centros de modelado de supercomputación avanzada.

Los expertos también advierten de que esta cooperación debe ser inclusiva con todas las regiones. El libro blanco, además de incidir en la identificación de las áreas de actuación, propone indicadores para medir el progreso para un enfoque integral y adaptativo en la planificación de la resiliencia costera.

Hoja de ruta

Desde hace más de un año, más de 150 expertos trabajan en la elaboración de una estrategia para preservar el océano que se plasmará en los 10 libros blancos que quieren responder a los principales retos, que se interrelacionan entre ellos: la contaminación marina; la protección del ecosistema; el cambio climático; la economía oceánica sostenible; los alimentos azules sostenibles; la construcción de comunidades resilientes; observaciones, datos y Sistemas de Pronóstico y Alerta Temprana ante desastres; desarrollo de capacidades, alfabetización oceánica y conocimiento indígena y local; y patrimonio cultural.

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por Cristina Buesa

La Copa América de vela ya tiene mona de chocolate. El pastelero Christian Escribà, siempre pendiente de lo que ocurre en Barcelona, ha presentado este sábado en el America’s Cup Experience una réplica del trofeo de la competición deportiva y tecnológica que arranca este agosto en la capital catalana.

Se trata de una imponente escultura de 110 centímetros y 30 kilos que se ‘salvará’ de ser degustada en los próximos días y quedará expuesta en la tienda de la Gran Via hasta que finalice la Copa América, en octubre. La mona ha supuesto todo un reto, ya que la jarra de las 100 guineas está repleta de detalles que querían reproducir, ha explicado el maestro artesano en una conversación con EL PERIÓDICO.

70% de chocolate negro

«Son soluciones que nos permiten aprender mucho, ya que a pesar de que nos facilitaron el escaneado del trofeo desde la organización, hemos tenido que fabricar más de 10 piezas en resina, otras con termoformatos y hasta con resinas y gelatinas alimentarias», describe Escribà, entusiasmado. La mona de la Copa América tiene un 70% de chocolate negro de la marca de Vic Chocovic, con quienes trabajan habitualmente.

El aguamanil de plata original data de 1851. Solo hay uno y está celosamente custodiado por el equipo vencedor de la última edición, que actualmente es Emirates Team New Zealand. De hecho, hay una persona que lo vigila siempre. Cuando viaja, lo hace en un baúl diseñado por Louis Vuitton (que patrocina la Copa) y ocupa dos asientos de avión.

18 horas de elaboración

Escribà y su equipo han dedicado 18 horas a elaborar la escultura dulce, con la ayuda también de IAM3DHUB (International Advanced Manufactoring 3D Hub) del Consorci de la Zona Franca, para los moldes en 3D. La han acabado de ensamblar ya en el recinto del America’s Cup Experience para el acto presidido por el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y la vicepresidenta de America’s Cup Events (ACE), Aurora Catà.

«He dudado si pintar el chocolate de color plata, como la jarra, pero creo que el marrón mantiene el espíritu de la tradición catalana de la mona», prosigue el pastelero, satisfecho por colaborar con un acontecimiento multitudinario e internacional como la Copa América de vela.

Una proyección para Barcelona

«A Barcelona le hacen falta muchas citas como esta. Es bueno que nos unamos la gente que hacemos cosas diferentes y proyectamos la ciudad. Queremos que cuando vengan sepan qué hacemos, como con la mona, y que cuando se vayan queden muy contentos, hay que aprovechar el escaparate», defiende.

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La aplicación del primer impuesto global a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del transporte marítimo va ganando apoyos. Una mayoría creciente de países que integran la Organización Marítima Internacional (OMI) se han mostrado partidarios de esta opción tras dos semanas de negociaciones de los integrantes de este organismo de la ONU dedicado al transporte marítimo, responsable de entre un 3% y un 4% de las emisiones que provoca la acción humana en el planeta.

Concretamente, 34 países de la UE, el Caribe, el Pacífico, África y Canadá se muestran favorables a establecer un precio a las emisiones del transporte marítimo. Más allá de la OMI, integrada por los estados que con un papel destacado en la industria marítima, más de 100 países apoyan este mecanismo en otros foros. Otros catorce países miembros de la OMI se han mostrado a favor de otros mecanismos y contrarios a un impuesto universal sobre los GEI.

Agilizar la descarbonización

El debate ha tenido lugar en la primera convocatoria de la OMI -en el seno del Comité de Protección del Medio Marino- tras la adopción en julio del año pasado de su nueva estrategia para reducir las emisiones en el transporte marítimo, que indica que estas deben caer hasta un 30% en 2030 para alcanzar las cero emisiones netas en 2050. Entonces, la OMI ya señaló la necesidad de establecer algún tipo de precio a las emisiones a nivel global, que debería entrar en vigor a finales de 2025. La medida busca agilizar el proceso de las navieras hacia la descarbonización, así como el aumento de la demanda de combustibles verdes. El trabajo se centra ahora en concretar la fórmula para hacer efectivos los nuevos mecanismos.

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Vigente en Europa

En Europa, el gravamen sobre las emisiones del transporte marítimo ha entrado en vigor en enero de este año. Con un despliegue gradual, establece el pago por la mitad de las emisiones generadas en las rutas que conectan puertos europeos con destinos fuera de la UE, mientras que en las conexiones entre los países de la Comunidad Europea computan el 100%. Los principales puertos europeos se han mostrado contrarios a que Europa sea la primera en adoptar esta reglamentación, ya que consideran que debe ser una medida que debe llevarse a cabo a nivel global.

«La ONU está cerca de adoptar el primer precio global de emisiones, pero la política solo será tan exitosa como los países lo permitan», ha afirmado la directora general de la organización Ocean Conservancy, Sandra Chiri, que ha reclamado ambición para proteger a los océanos, el medio de vida de las personas y la salud del planeta.

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La Coalición para un Transporte Marítimo Limpio (CSC) ha acogido con satisfacción el creciente apoyo a un impuesto sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que «garantizará que los contaminadores paguen», si bien ha advertido que los estados miembros de la OMI también deben contemplar medidas adicionales, como la mejora de la eficiencia energética en los barcos a través del indicador de intensidad de carbono (CII), para «asegurar que los barcos comiencen a ser más limpios hoy», sin esperar a la puesta en marcha de futuras normas.

También ha puesto el foco en la necesidad de un cálculo adecuado del estándar de combustible global (GFS), que contabilice las emisiones a lo largo de la cadena de suministro. «Los negociadores deben tener en cuenta las emisiones de ciclo de vida para que opciones como el hidrógeno gris, el GNL y los biocombustibles no terminen simplemente reemplazando un mal combustible por otro», ha alertado el director de Transporte de la coalición, y miembro de la organización Transporte y Medio Ambiente, Faig Abbasov.

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