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Un joven astillero de Vulpellac es uno de los cuatro que miran a la Copa América de vela como palanca para modernizar el sector de la náutica en Catalunya

Catalunya se conjura para descarbonizar la náutica con la complicidad del sector

Presentada la Zephir Eco, la primera lancha de un proyecto de seis embarcaciones eléctricas catalanas

por Glòria Ayuso

La primera lancha eléctrica fabricada en el marco del proyecto de descarbonización de la náutica catalana, que impulsa la Fundación Barcelona Capital Náutica (BFCN), ha visto hoy la luz en el Puerto de Palamós. Se trata de la Zephyr 800 Eco, embarcación eléctrica de ocho metros de eslora y capacidad para 12 personas, que ha diseñado el joven astillero Zephyr Boats.

Con una velocidad máxima de 25 nudos (46 km/h) y una autonomía de 110 kilómetros, esta lancha ha sido concebida para sacar el máximo rendimiento a su sistema de propulsión eléctrica, ha destacado Gemma Pagès, que creó el astillero hace tan solo tres años junto a Romà Pueyo en Vulpellac (Girona), con la idea de modernizar el sector náutico.

En la Copa América

Este astillero es uno de los cuatro que participan en el proyecto de descarbonización de la náutica, y que están construyendo un total de seis embarcaciones que se mostrarán y navegarán durante la celebración de la Copa América de vela, con el fin de atraer inversiones hacia la industria local. Electric Inside, Magonis Electric Boats y Marcelo Penna Yachts son los otros que integra el proyecto, que cuenta con un presupuesto de 3 millones de euros y está impulsado por la FBCN, el Govern a través de ACCIÓ, el Ayuntamiento de Barcelona y cuenta con la colaboración del Barcelona Clúster Náutico.

Proyectos innovadores

El conseller de Empresa i Treball y presidente de BFCN, Roger Torrent, ha explicado que el objetivo es que la Copa América de vela tenga un impacto socioeconómico en Catalunya que vaya mucho más allá de la competición. Hemos vehiculado esta vocación de legado mediante tres ejes: impulsar proyectos innovadores con trayectoria industrial, generar oportunidades para las pymes del país y alimentar el crecimiento del sector náutico y la economía azul», ha remarcado en Palamós, en un acto en el que también han participado el secretario de Empresa y consejero delegado de ACCIÓ, Albert Castellanos; y el alcalde de Palamós, Lluís Puig.

Unión del ecosistema

Este trabajo ha motivado la constitución, hace una semana, de la Mesa del Sector Estratégico de la Descarbonización de la Náutica, la primera iniciativa público-privada que reúne a un centenar de miembros de todo el ecosistema del sector, y que tiene por objetivo fomentar la reconversión de esta industria hacia el uso de nuevos combustibles renovables.

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Con una velocidad máxima de 25 nudos (46 km/h) y una autonomía de 110 kilómetros, esta lancha ha sido concebida para sacar el máximo rendimiento a su sistema de propulsión eléctrica, ha destacado Gemma Pagès, que creó el astillero hace tan solo tres años junto a Romà Pueyo en Vulpellac (Girona), con la idea de modernizar el sector náutico.

En la Copa América

Este astillero es uno de los cuatro que participan en el proyecto de descarbonización de la náutica, y que están construyendo un total de seis embarcaciones que se mostrarán y navegarán durante la celebración de la Copa América de vela, con el fin de atraer inversiones hacia la industria local. Electric Inside, Magonis Electric Boats y Marcelo Penna Yachts son los otros que integra el proyecto, que cuenta con un presupuesto de 3 millones de euros y está impulsado por la FBCN, el Govern a través de ACCIÓ, el Ayuntamiento de Barcelona y cuenta con la colaboración del Barcelona Clúster Náutico.

Proyectos innovadores

El conseller de Empresa i Treball en funciones y presidente de BFCN, Roger Torrent, ha explicado que el objetivo es que la Copa América de vela tenga un impacto socioeconómico en Catalunya que vaya mucho más allá de la competición. Hemos vehiculado esta vocación de legado mediante tres ejes: impulsar proyectos innovadores con trayectoria industrial, generar oportunidades para las pymes del país y alimentar el crecimiento del sector náutico y la economía azul», ha remarcado en Palamós, en un acto en el que también han participado el secretario de Empresa y consejero delegado de ACCIÓ, Albert Castellanos; y el alcalde de Palamós, Lluís Puig.

Unión del ecosistema

Este trabajo ha motivado la constitución, hace una semana, de la Mesa del Sector Estratégico de la Descarbonización de la Náutica, la primera iniciativa público-privada que reúne a un centenar de miembros de todo el ecosistema del sector, y que tiene por objetivo fomentar la reconversión de esta industria hacia el uso de nuevos combustibles renovables.

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<div>La ‘startup’ Spascat explota datos de satélites para soluciones en economía azul</div>
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<p style=por Glòria Ayuso

El acceso a los datos que ofrecen los satélites estaba reservado hasta hace poco a usos militares o de grandes agencias como la NASA. Sin embargo, con la democratización del acceso a la información, las posibilidades de grandes avances son infinitas. Solo es necesario tener el conocimiento para saber aprovecharlo.

Este es el caso de Roger Huerta y Bernat Gené, dos excompañeros de bachillerato de El Masnou que han lanzado Spascat, una ‘startup’ que explota los datos y las imágenes procedentes de los satélites para que sirvan de apoyo a la planificación urbana, las herramientas de control para monitorear las costas y el correcto desarrollo de la vida marina que se encuentra bajo el agua.

Colorado y Niza

Tras el instituto, ambos separaron sus caminos. Huerta estudió ingeniería biomecánica y, gracias a una beca Balsells, realizó un máster en ingeniería aeroespacial en la Universidad de Colorado. Tras pasar por la NASA como especialista en investigación de trajes espaciales, trabajó en la Agencia Espacial de Colonia como parte del equipo médico de los astronautas, hasta que volvió para incorporarse en la española Indra como parte del programa Galileo de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Por su parte, Gené, máster en inteligencia artificial en la Université Côte d’Azur de Niza, ha trabajado como ingeniero informático especializado en aprendizaje automático en Mónaco. Su intención de volver a Catalunya lo llevó a emprender y dedicarse por completo a este proyecto.

Concurso de ideas

El detonante fue el reto lanzado por I2Cat y el Institut Cartogràfic de un concurso de ideas dirigido a empresas sobre casos de uso de observación de la tierra, por lo cual se pusieron a monitorizar la costa catalana utilizando satélites, lo que representó en la práctica el lanzamiento de Spascat. Entonces logró ser la finalista, y en estos momentos la ‘startup’ compite en un nuevo proyecto de la ESA relacionado con la economía azul.

La empresa, que emplea a dos personas más, procesa y ordena datos para facilitar su uso para numerosas aplicaciones, entre ellas el monitoreo de la línea de costa, que gana relevancia ante la necesidad de entender y prevenir los efectos del cambio climático, como la erosión y la sedimentación, para asegurar la sostenibilidad y la resiliencia de las comunidades costeras. También desarrolla modelos predictivos que pueden indicar cambios en las costas y mapean acumulaciones de algas y posidonia, esenciales para estudios de biología marina.

Imágenes cada cinco días

Si anteriormente era necesario realizar vuelos de avioneta o campañas en barco durante meses y procesar las imágenes para observar la evolución de las playas y costas, actualmente los satélites ofrecen imágenes de toda Catalunya cada cinco días, con datos públicos y abiertos a todos los usuarios, con cada vez una mayor precisión, como los procedentes del Sentinel II del sistema Copernicus de la ESA.

Los datos están muy bien sobre papel, pero si no los sabemos utilizar no sirven. Nuestro día a día es desarrollar software con estos datos para que el usuario final pueda acceder de forma sencilla», explica Huerta. «De esta forma, es posible conocer, por ejemplo, cómo están las playas del Maresme en cuatro clics o cuántos metros cúbicos de arena se han perdido exactamente, añade Gené.

Colaboración con el Cartogràfic

En los últimos meses, Spascat ha trabajado estrechamente con el Institut Cartogràfic de Catalunya y la Generalitat, proporcionando datos para la Direcció de Costes. Además de obtener una imagen del contorno de las costas, sus soluciones permiten calcular la profundidad del agua, que puede obtenerse a partir de su color por la absorción de luz.

La empresa contempla gran cantidad de usos y soluciones, como la monitorización de vertidos de petróleo, la superficie afectada y cómo se mueven y se dispersan debido a las corrientes, aplicación esencial para mitigar rápidamente impactos ambientales negativos; o la identificación automática de barcos en zonas clave como el canal de Suez, lo que es vital para la seguridad y la planificación logística.

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Asegurar la capacidad del océano para seguir contribuyendo a la economía global y al equilibrio del planeta requerirá miles de millones de dólares en inversiones, como explica Sylvia Michele, responsable del programa de economía azul del Banco Mundial.

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por Glòria Ayuso

¿Por qué el Banco Mundial dedica un programa a la economía azul?

El 37% de la población mundial vive en áreas costeras. Más de 3.000 millones de personas dependen directamente del océano para su salud, seguridad alimentaria y empleo. Nuestro océano es esencial para un crecimiento económico sostenible a largo plazo. Sin embargo, el equilibrio se ve amenazado por la triple crisis del cambio climático, la pérdida de la naturaleza y la contaminación. Junto con estructuras de gobernanza oceánica débiles y una planificación dispersa, estas crisis están llevando al planeta hacia un punto de inflexión peligroso, amenazando la biodiversidad y a las comunidades más vulnerables.

¿En qué contribuye la economía azul?

Los recursos oceánicos bien gestionados pueden ayudar a mitigar los impactos del cambio climático, apoyar la biodiversidad, contribuir a la seguridad alimentaria y crear empleos. Nos encaminamos desde un desarrollo individual hacia otro integrado, que está conduciendo a los sectores a prácticas más sostenibles e inclusivas que pueden crear valor a largo plazo y empleos de mayor calidad. Mediante un nuevo rumbo con enfoque en economía azul, el Banco Mundial tiene como objetivo limitar los impactos de la actividad económica en la salud del océano y contribuir hacia esta planificación y gestión integrada. El programa de economía azul, PROBLUE, se nutre de un fondo fiduciario de varios donantes creado hace cinco años centrado en acciones sobre el océano. Concretamente ofrece soluciones técnicas, proporciona el trabajo analítico, la capacitación, el poder de convocatoria y las inversiones financieras necesarias para ayudar a los gobiernos a gestionar de manera sostenible sus recursos oceánicos.

¿Cuántos recursos moviliza y en qué los destina?

La cartera de la economía azul del Banco Mundial superó los 8.000 millones de dólares en proyectos activos en 2023, y ha otorgado 200 millones en subvenciones. Incluye proyectos en pesca y acuicultura sostenibles, gestión integrada de ecosistemas costeros y marinos, economía circular y gestión de residuos plásticos marinos, turismo costero sostenible, transporte marítimo y energía renovable marina.

¿Cuánta financiación debería vehicularse anualmente hacia el océano?

Se estima que se necesitan 147.000 millones de euros al año a nivel global para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, según el Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible. Esta financiación respaldaría la conservación marina y la gestión de áreas protegidas, la gestión sostenible de la pesca, medidas de reducción de la contaminación, esfuerzos de adaptación y mitigación del cambio climático, e iniciativas de fortalecimiento de capacidades para las comunidades costeras. La brecha de financiamiento es significativa.

¿Hasta ser inalcanzable?

Hay que tomar conciencia de que el valor de mercado estimado de los recursos e industria marina y costera es de 2,5 billones de dólares al año, el 3% del PIB global. Asegurar la capacidad del océano para seguir contribuyendo tanto a la economía global como al equilibrio del planeta requerirá miles de millones de dólares en inversiones, gran parte de las cuales deberá provenir del sector privado.

¿Cómo motivarlo?

El sector público debe destinar recursos para construir un conjunto de proyectos de la economía azul invertibles que atraigan capital privado, respaldar la reforma de políticas y el fortalecimiento institucional que ayuden a crear el entorno propicio, haciendo que las inversiones sean más atractivas y menos arriesgadas para el sector privado.

¿Cómo debe ser este entorno sin riesgos?

Debemos contar con tres pilares: métricas que evalúen el potencial de la economía azul a nivel nacional y regional; políticas e instituciones sólidas para construir el entorno propicio para el crecimiento económico, la generación de empleo y océanos saludables; y herramientas de apoyo a la decisión, como políticas, la planificación de los espacios marinos para una gestión integrada y decisiones financieras. Finalmente se requiere crear nuevos mecanismos de financiamiento para la economía azul, como bonos azules, seguros paramétricos y créditos de carbono.

Una de las apuestas es el desarrollo de proyectos de carbono azul, la recuperación de los ecosistemas marinos que son potentes secuestradores de CO, albergan gran biodiversidad y protegen las costas. ¿La regulación a nivel internacional y nacional acompaña la adopción de esta solución?

El carbono azul debería incluirse en la planificación del espacio marino y en toda la gestión integrada. El marco regulatorio será crítico para su desarrollo. Deben generarse condiciones propicias que beneficien a las comunidades locales mientras el sector privado obtiene certeza sobre sus inversiones, con permanencia a lo largo del tiempo. El Banco Mundial, con el apoyo del fondo PROBLUE, ha desarrollado una guía para capacitar a los gobiernos para que vean cómo apoyar la inversión en carbono azul, en la conservación y restauración de los ecosistemas que permite beneficiar a las personas, la economía y cumplir con los compromisos climáticos del Acuerdo de París.

La acción en el sur global e inclusión comunidades vulnerables es básica según los científicos. ¿Qué papel tiene el Banco Mundial?

El Banco Mundial y el fondo PROBLUE abordan las desigualdades en la economía azul expandiendo el acceso a la educación, la capacitación y el financiamiento de grupos subrepresentados como jóvenes y ancianos, pescadores de pequeña escala, pueblos indígenas, y mujeres y niñas. Su conocimiento único, perspectivas y necesidades conducen a una mejor toma de decisiones y respaldan nuevas oportunidades económicas. Por ejemplo, inversiones tecnológicas pueden permitirles hacer crecer negocios relacionados con la gestión de residuos, o mejorar los procesos posteriores a la cosecha, aumentando potencialmente los ingresos de las mujeres.

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Se constituye la primera mesa entre administraciones y privados para mejorar la competitividad de las empresas y aprovechar el impacto de la Copa América de vela

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Lograr que la náutica genere el menor impacto ambiental posible y, al mismo tiempo, conseguir que el sector sea competitivo en Catalunya pero también fuera. La Mesa Sectorial para la Descarbonización de la náutica se ha constituido este jueves con la voluntad de sumar a administraciones públicas y privados para este fin. La Copa América de vela de este verano en Barcelona, una vez más, ha sido la espoleta.

Desde hace meses, tanto el Govern como el Ayuntamiento de la capital catalana buscan las oportunidades de amplificación que dará la competición. Insisten en que el legado, lo que quede una vez acabe el evento, es clave para la economía y la ciudadanía. La Fundació Barcelona Capital Nàutica, fundación pública creada para este fin, ha coordinado la mesa para la descarbonización, que en el primer encuentro ha congregado a una cincuentena del centenar de miembros que la forman.

Evaluar el ecosistema

El director general de la fundación, Ignasi Armengol, ha destacado que una de las primeras acciones que han acordado ha sido evaluar exactamente «cuál es el ecosistema de la náutica en Catalunya», cuántas empresas se dedican, ya sea con embarcaciones como con mantenimiento, construcción, desballestamiento o propulsión. Esta foto de la situación permitirá trabajar fijar los objetivos a medio y largo plazo.

«Una parte del sector es extraordinariamente competitivo», ha descrito tras el encuentro el secretario de Empresa i Competitivitat y consejero delegado de Acció, Albert Castellanos, «lo que queremos lograr es convertirnos en un referente en el Mediterráneo», ha apostado.

Combustibles más limpios

Pero descarbonizar, ha proseguido el responsable de la Generalitat, no se limita únicamente a la electrificación de las embarcaciones. Sí es un aspecto a impulsar, pero no el único. En la mesa celebrada este jueves algunos de los participantes han advertido de que utilizar otros combustibles como el hidrógeno verde o bien fomentar las buenas prácticas de economía circular en las empresas náuticas, como el reciclaje de materiales.

«Es una economía que empieza sostenible y acaba sostenible», ha resumido el director general de Barcelona Activa, Lorenzo di Pietro, otra de las administraciones fuertemente implicada en el fomento de la economía azul. La ciudad sabe que la Copa América de vela «amplificará» los asuntos vinculados al mar y la náutica, con lo que quieren aprovechar la ocasión.

Colaboración público-privada

«La mesa es una buena herramienta para capturar impactos de legado, queremos transformar una oportunidad en un activo estructural para la ciudad, que perdure en el tejido económico y social», ha revelado Di Pietro, para posteriormente aplaudir los buenos resultados de la colaboración público-privada. De hecho, Barcelona calcula que la economía azul puede generar 10.000 puestos de trabajo en los próximos 10 años.

El órgano cuenta con universidades, astilleros, fabricantes de componentes y de la electrónica náutica, sistemas de recarga, entre otros, según los organizadores.

Primero, náutica de recreo

Ignasi Armengol ha añadido que, aunque en una primera fase se concentrarán en el ámbito de las embarcaciones de recreo, muy atomizado con pequeñas empresas en Catalunya, a largo plazo quieren explorar el sector marítimo profesional de transporte de mercancías y personas.

«Queremos fortalecer el ecosistema de la náutica a lo largo de toda la cadena de valor del sector, desde la construcción, la reparación, el management y alquiler, hasta la gestión de infraestructuras portuarias», ha relacionado el director general de la Fundació. Desde ahí, la mesa para la descarbonización de la náutica aspira a relacionarse, por ejemplo, con sectores como el de la movilidad y la automoción, donde Catalunya ya es un referente en descarbonización.

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por Glòria Ayuso

Se recoge solo una parte, y otra aún más pequeña se recicla, por lo que el plástico abarrota vertederos y contamina océanos. MB92, empresa ubicada en el Port Vell y dedicada a la reparación de yates, consciente de que su actividad de mantenimiento y reparación de estas embarcaciones genera 150 toneladas de este residuo al año, empezó a trabajar hace 24 meses en una solución. En su empeño, el proyecto ha crecido para involucrar a todas las empresas ubicadas en la zona portuaria de Barcelona.

A todas ellas las invita, con la colaboración de la Fundació Barcelona Port Innovation, a recolectar sus deshechos para reconvertirlos en material que de nuevo puedan utilizar dentro del propio puerto. Esta recuperación, «además de ser más respetuosa con el medio ambiente, genera un retorno económico», destaca el responsable de Sostenibilidad de MB92, Marc Hervàs, al frente del proyecto.

El origen de todo

Tiempo atrás los barcos se pintaban dentro del agua, contaminándola con pintura, químicos y suciedad, y emitiendo componentes volátiles a la atmósfera. La solución para MB92 fue sacarlos a tierra, envolverlos con un gran encarpado que retiene las emisiones, y permite a la vez acabados de mayor calidad. «Si bien merece la pena, la contrapartida es un consumo muy importante de plástico», explica Hervàs.

MB92 y la empresa con la que realiza la tarea de pintura, Pinmar, han ideado la solución: a partir de este mes de mayo, una vez por semana recogerán todo el plástico utilizado y, junto con el resto que emplean en las tareas de mantenimiento, lo triturarán y lo compactarán, para hacerlo apto para nuevos usos. De esta forma esperan reutilizar el 95% de todo el plástico que emplean.

220.000 euros en maquinaria

La iniciativa ha contado con el apoyo de los fondos públicos del Perte Naval, que ha cubierto el 40% de los 220.000 euros de la maquinaria que han adquirido. El material resultante será planchas o pellet con la propiedad de ser ignífugo, útil además para impresión en 3D, y que puede transformarse en productos que pueden venderse para nuevos usos. Por el momento, en una prueba piloto, MB92 ya ha construido unos banquillos que cederá al FC Barceloneta, mientras que con el pellet prevé imprimir las protecciones que utiliza habitualmente en la reparación de los barcos.

Más ambición

A cambio de expandir el alcance del proyecto a toda la comunidad portuaria, el Port de Barcelona ha cedido a MB92 una nave de 200 m para instalar una planta de mayores dimensiones para el procesamiento de los residuos. Junto con Port Innovation, el objetivo es no solo aumentar la recuperación de los residuos de las empresas en el puerto, sino además encontrar cómo reintroducir los nuevos materiales para cubrir necesidades entre las mismas empresas que aportan los plásticos, creando una economía circular de proximidad, resalta Hervàs.

Esta segunda fase del proyecto prevé contar con el apoyo del Perte de Economía Circular que el Ministerio de Transición Ecológica convocará de forma inminente y convertir además el pellet en un producto biodegradable.

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El nuevo Centro de Acuicultura Restaurativa del Mediterráneo (MRAC), reconocido por la FAO y ubicado en La Ràpita, impulsará el cultivo y repoblación de especies como macroalgas, erizos de mar, bivalvos y holoturias

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por Glòria Ayuso

Catalunya acogerá un centro especializado en investigación, formación y divulgación sobre el cultivo de macroalgas y los beneficios de la acuicultura sostenible que, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dará servicio a los países del Mediterráneo. El nuevo centro se ubicará en el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) de la Ràpita y cuenta con una financiación de 700.000 euros, de aquí a 2029, un 70% procedente de fondos europeos y el otro 30% de la conselleria de Acció Climàtica.

El llamado Centro de Acuicultura Restaurativa del Mediterráneo (MRAC) tendrá como objetivo impulsar la acuicultura restaurativa, el cultivo de especies de cubren los distintos niveles de la cadena trófica, el impulso de nuevas tecnologías y el fomento de iniciativas sobre cultivos sostenibles de microalgas y macroalgas.

Centro de la FAO

La FAO, que lo ha considerado centro de referencia, prevé llevar a cabo en sus instalaciones los simposios anuales de su Comisión General de Pesca del Mediterráneo. La organización no solo contempla la acuicultura como «un motor importante para la seguridad alimentaria, el empleo y el desarrollo económico» sino que ve en su vertiente restaurativa «una importancia estratégica como herramienta para afectar positivamente los servicios de los ecosistemas, ofreciendo beneficios ecológicos, creando oportunidades para las comunidades locales y abordando el cambio climático a través de estrategias de adaptación y mitigación».

El MRAC se configura como lugar para el intercambio de conocimientos, la investigación y el desarrollo de prácticas de acuicultura sostenible, en particular sobre el cultivo y repoblación de especies como macroalgas, erizos de mar, bivalvos y holoturias, así como sobre sistemas acuícolas multitróficos integrados y adaptación al cambio climático.

Restauración del ecosistema

Al tiempo que se promueve una nueva alimentación basada en este tipo de productos, mediante el fomento del intercambio de orientación técnica, conocimientos y experiencias entre productores y empresas interesadas, «el objetivo es facilitar el desarrollo de la acuicultura sostenible en el Mediterráneo, desarrollando a la vez capacidades para la restauración de los ecosistemas» a través de esta actividad.

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por Glòria Ayuso

El sector acuícola catalán creció un 20% en 2023, y alcanzó los 70 millones de euros y las 10.000 toneladas de producción. Formado por 185 instalaciones marinas y 10 en aguas continentales, la mayor parte ubicadas en el Delta del Ebro, esta actividad «está viviendo un proceso de modernización para alcanzar nuevos mercados y consumidores, ha indica el director general de Política Marina i Pesca Sostenible, Sergi Tudela.

Encabezado por la producción de atún, mejillón y trucha, el sector busca la adaptación de la actividad a los efectos del cambio climático y la proliferación de nuevos cultivos que responden a una industria en expansión, relacionada con la acuicultura restaurativa, que además de ofrecer nuevos alimentos lleva a cabo un papel de recuperación de los ecosistemas. Por el momento, en Catalunya destaca la producción de espirulina y chlorella, en aguas continentales.

Centro sobre algas

Para avanzar hacia esta modernización y adaptación, se han dado a conocer dos iniciativas. Por un lado, Catalunya acogerá un centro especializado en investigación, formación y divulgación sobre el cultivo de macroalgas y los beneficios de la acuicultura sostenible que, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dará servicio a los países del Mediterráneo. El nuevo centro se ubicará en el Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA) de la Ràpita y cuenta con una financiación de 700.000 euros de aquí a 2029, un 70% procedente de fondos europeos y el otro 30% de la conselleria de Acció Climàtica.

Por otro lado, productores, investigadores y administración han constituido la Mesa de Acuicultura Sostenible, que se propone «aplicar innovación en toda la cadena de valor, desde la producción, el envasado y la logística», indica la subdirectora general de Pesca, Itziar Segarra. Además del cambio climático, el sector debe combatir la reducción del consumo de productos pesqueros, que ha caído un 36% en 10 años. La mesa abordará la promoción del producto local, la calidad, la reducción de los residuos, el bienestar animal y el fomento de la acuicultura restaurativa. Queremos incrementar la producción de forma respetuosa con el medio ambiente, señala Segarra. Un ejemplo es la iniciativa de la empresa Algabrava, que propone combinar el cultivo del mejillón con la alga porque aprovecha los residuos que desprende el bivalvo.

Mejillón 100% catalán

Otra iniciativa pionera en marcha es la que ha unido a productores de Girona con los del Delta del Ebro. Nuestra actividad se basa en la lubina y la dorada, y queríamos diversificarnos con el mejillón, explica Toni Abad, de la Confraria de Pescadors de Roses, que recuerda que, pese a tener cría, «no crecían». Al mismo tiempo, más al sur, en los grandes criaderos del Delta del Ebro, «el aumento de las temperaturas del mar provoca la muerte de las semillas, y nos ha obligado a comprarlas a Italia y Grecia, explica Álvaro Acero, presidente de Fepromodel, que integra a los productores de marisco del Delta. Ambos muestran orgullosos el éxito de una colaboración que los ha llevado a asegurar la supervivencia de las crías en las aguas más frías de Roses, para que luego engorden en el Delta. Tras el éxito de la prueba piloto, se está creando la estructura para implantar este proyecto a nivel industrial. Obtenemos un producto de kilómetro 0 a la vez que reducimos la huella de carbono, remarca Acero.

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Barcelona presenta candidatura para albergar un centro mundial dedicado a la economía azul

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Barcelona ha presentado candidatura a la UNESCO para albergar el primer centro mundial dedicado al desarrollo y a la divulgación de la economía azul. La capital catalana quiere convertirse en la primera ciudad en liderar la transformación hacia la sostenibilidad de la actividad económica desarrollada en el mar, uno de los diez retos fijados por Naciones Unidas en defensa del ecosistema marino.

El centro estará impulsado por el Ayuntamiento, que quiere contar con el Port de Barcelona como socio clave y el apoyo científico del Institut de Ciències del Mar del CSIC y la red BlueNet Cat, que reúne a más de 700 científicos que desarrollan investigaciones relacionadas con la economía azul. Esta red trabaja para la transferencia del conocimiento y la investigación hacia la empresa y la actividad económica.

Colaboración internacional

El centro se postula como un espacio para la colaboración internacional y la divulgación de nuevas soluciones. Estamos trabajando con otras ciudades mediterráneas para promover ecosistemas marinos urbanos y de protección de la biodiversidad, porque las ciudades son parte esencial de la solución, ha explicado el alcalde, Jaume Collboni, durante el acto de apertura de la Conferencia del Decenio de los Océanos, que tendrá lugar hasta el viernes en la ciudad, con la presencia de 1.500 expertos en la investigación y la protección del océano.

Barcelona es la única ciudad que se ha postulado de forma oficial, con un compromiso de financiación para cinco años, por lo que existe la confianza de que pueda ser la elegida.

De la ciencia a la economía

El 5% de la ocupación en Catalunya está relacionada con la economía azul, ha destacado el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, que ha puesto en valor la tarea de I+D que desarrolla BlueNet Cat y el papel del Instituto Oceanográfico de Catalunya, que muestra el camino de un nuevo modelo de gobernanza que reúne a investigadores con todos los actores que operan en el mar.

El centro supone una oportunidad para dar a conocer la enorme actividad científica que se desarrolla para que derive en patentes y licencias, destaca el director de la red de investigación BlueNet Cat, Pablo Bou.

Precisamente, la directora general de la UNESCO ha reclamado en la apertura de la Conferencia una mayor inversión internacional para la investigación, ya que es necesario desarrollar un mayor conocimiento del océano que fomente soluciones basadas en la ciencia.

En un momento crucial para intentar frenar los efectos del cambio climático y responder a las amenazas del calentamiento y aumento del nivel del mar que afectará a as zonas costeras y a la biodiversidad, el impulso de la economía azul basada en el conocimiento científico es una oportunidad, para la Ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant.

Los participantes en la Conferencia del Decenio de los Océanos han empezado la discusión en torno a los 10 retos que afronta el mar para presentar en su clausura, el viernes, una hoja de ruta de aquí a 2030 para asegurar su sostenibilidad, con acciones basadas en el conocimiento científico.

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No os habéis equivocado de estudios, no os van a faltar las salidas profesionales, asegura el profesor y ex decano de la Facultad de Nàutica de Barcelona (FNB-UPC), Santiago Ordás, a sus estudiantes. Los datos lo corroboran: ocho de cada diez graduados en ingeniería naval ya trabaja a los tres meses de terminar los estudios y prácticamente la totalidad al cabo de un año, en puestos con retribuciones por encima de la media para los recién titulados.

La expresión mota y madera remonta al sistema de financiación del comercio marítimo en el siglo XIX: los accionistas o bien invertían en madera, es decir, en el barco; o en la mota, los productos que transportaba. Dado que captar talento resulta ahora una inversión esencial, la Facultad de Nàutica ha bautizado con el nombre Mota y Madera a la jornada anual que reúne a los estudiantes con empresas del sector marítimo interesadas en contratar a los futuros ingenieros.

Difícil escoger

Van saliendo muchas ofertas, es difícil escoger, constata Joan Alonso, estudiante de 23 años que terminará en junio la doble titulación de Ingeniería en Sistemas y Tecnología Naval. Acaba de realizar una entrevista con una empresa holandesa que busca a un mecánico naval, oferta que le atrae más que otras recibidas en el mercado local. Creo que prefiero trabajar fuera una temporada, para después volver a Barcelona, comenta.

La gran demanda, procedente también de otros países, dificulta aún más cubrir determinados puestos. No obstante, este año la facultad ha registrado una mayor solicitud para cursar estos estudios. ¿El motivo? La apuesta de Barcelona y Catalunya por la economía azul y la celebración de la Copa América de vela, que más que un enfrentamiento deportivo se trata de una competición tecnológica entre los mejores ingenieros del mundo, responde Ordás. El profesor también lo atribuye a la enorme actividad que lleva a cabo el Port de Barcelona, motor económico que está dinamizando el sector, y a la tarea intensa de promoción de estos estudios que ha realizado la facultad. Como consecuencia, la nota de corte ha subido por encima del 6,5 en los grados de Tecnologías Marinas y Náutica y Transporte Marítimo; y hasta el 8 en el Grado en Ingeniería en Sistemas y Tecnología Naval.

Absorción externa

Estos títulos permiten acceder a profesiones reguladas, como capitán o jefe de máquinas de marina mercante; así como al diseño y construcción o mantenimiento naval. Otras figuras son las de controlador de tráfico marítimo, capitán, consignatario, y las de responsabilidad en puertos deportivos o en Puertos del Estado. Es el caso de Núria Obiols, capitana de la marina mercante y actualmente directora de operaciones del Port de Tarragona.

Sin embargo, un 20% de los nuevos ingenieros, muy buscados por la industria, también acaban ocupando otros puestos ajenos al sector, en ámbitos como las energías renovables, que por su momento de gran expansión está absorbiendo a muchos de los graduados. Estoy viendo que tengo muchas opciones también fuera del sector naval, valora Yael Abat, de 24 años.

Astilleros en Arabia Saudí

Todo nuestro personal directivo y responsables de cada uno de los departamentos se ha graduado en esta Facultad, remarca Carmen Sánchez, directora de Recursos Humanos de MB92, dedicada al mantenimiento y reparación de grandes yates. Con 400 empleados y sedes en Barcelona y Marsella, Sánchez no duda en explicar a los estudiantes que también ofrece puestos de trabajo fuera de España: recientemente, ha desplazado a un equipo a Araba Saudí, donde se encargarán de los nuevos astilleros de la ciudad de The Line.

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