El nuevo bus náutico revoluciona la manera de desplazarse por el puerto de Barcelona

Bus náutico del puerto de Barcelona: viaje por 1,9 euros y bonos mensuales por 40

Las cinco diferencias entre el nuevo bus náutico y las Golondrinas de Barcelona



<div>Vecinos y jubilados se vuelcan en el estreno del bus náutico de Barcelona: «Es mucho más barato»</div>
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<p style=por Alba Zaplana

El nuevo servicio de bus náutico del Port Vell de Barcelona ha abierto al público este jueves, con una notable afluencia local. La primera jornada ha destacado por la cantidad de barceloneses curiosos, en su mayoría jubilados, que se han acercado a conocer el funcionamiento de este novedoso medio de transporte. El bus náutico pretende facilitar el acceso a los espacios de la Nova Bocana, uniendo en un recorrido de 10 minutos los muelles de Drassanes y Llevant.

Es como una caja de regalo que flota», comenta Rosa María Vila (73) al ver por primera vez el colorido catamarán Ecocat Dos, que ha sido pintado por el artista Okuda. Pese a ser el hermano pequeño del otro barco en funcionamiento, el Ecocat Tres, es el único que ha salido a navegar este jueves. Aún así, su capacidad ha sido suficiente para los pasajeros que ha atraído la mañana de estreno. A las 10h de la mañana eran pocas las personas que esperaban su turno para embarcarse en el Portal de la Pau. Rosa María era una de ellas y confesaba que su motivación principal para subir al barco era el importe del billete.

El precio de los trayectos en estas embarcaciones es uno de los elementos más atractivos del servicio. El billete de ida y vuelta tiene un precio general de 2,85 euros, que para mayores de 60 años, menores de 30 años y personas con discapacidad o movilidad reducida se reduce a 2,28 euros. Por otra parte, los menores de 4 años viajan gratis.

Para Albert Amargós (67), viajar disfrutando del vientecillo que acaricia la piel no tiene precio. Aunque le ha encantado la experiencia, comenta que le hubiese gustado poder probar el otro barco, que tiene una zona descubierta en su parte posterior en la que disfrutar del paseo con unas vistas más panorámicas. Igualmente, asegura Amargós, volverá otra vez, sobre todo antes de que se llene de turistas: cree que no tardarán mucho en percatarse de que el bus náutico es mucho más barato que las Golondrinas aunque las rutas que hacen sean distintas.

Este jueves han sido pocos los turistas que han ido a probar el servicio, y la mayoría de los que había en la cola para comprar entradas se habían equivocado de barco. Los protagonistas de la jornada inaugural han sido los residentes de la capital catalana, como Montse Marta (54), vecina de Sants, quien acostumbra a ir casi todos los días a la playa de Sant Sebastià en bici. Hoy vengo a que me paseen con el barco, pero solo para probar, porque sale caro, valora Montse, ya que el hecho de que el servicio no esté integrado en la red de transporte público de Barcelona lo convierte para ella en una experiencia puntual.

Lo que parece no ser puntual es el catamarán, que, a las 10:30 de la mañana, ya tendría que haber atracado en el muelle de Drassanes para recoger a los pasajeros. Sin embargo, la espera se alarga sin ningún aviso para los pasajeros de media mañana. «Puntuales no son, a ver si ya se ha averiado el primer día», ironizaba Montse.

«Si es este el ritmo, se va a acabar convirtiendo en una atracción turística como todo», pronosticaba Imanol Ossa (57), originario del País Vasco pero con 40 años de residencia en Barcelona. Había comprado un billete de ida y vuelta porque quiere ir a la playa, pero luego se arrepentía, ya que si el barco se retrasaba más no llegaría a tiempo al trabajo. En fin, vamos a relajarnos que es día de playa, suspiraba Ossa.

Según han confirmado trabajadores de Alsa -la empresa adjudicataria del bus náutico- a este medio, está previsto que los barcos salgan de Drassanes con una frecuencia de unos 15 minutos. Aunque este jueves la espera tenía que ser de media hora, al estar un solo barco operativo, el catamarán no ha atracado en el muelle de Drassanes hasta las 10:45. Cuando finalmente ha recogido a los pasajeros que esperaban ansiosamente su llegada, ha tardado otros diez minutos en zarpar.

El bus náutico aspira también a ser un medio de transporte para los trabajadores del puerto, que acortarían sus desplazamiento por la zona. Ossa advertía que si abundan los retrasos, la utilidad para los trabajadores portuarios será escasa. No obstante, Jaume Bosch (24), quien trabaja como fotógrafo naval en el puerto, explicaba que a él el servicio le será muy útil para moverse por el Port Vell y afirmaba que lo utilizará frecuentemente. El bus náutico me va genial porque normalmente tengo que coger tres buses y tardo 40 minutos para hacer este mismo recorrido, dice Bosch, emocionado por subirse por primera vez al catamarán.

Además, opina que el precio es bastante asequible y vale la pena pagarlo por el servicio ofrecido. Un abono mensual de 40 euros tratará, precisamente, de fidelizar al público laboral. Pese a su optimismo, Bosch vaticinaba que de cara al invierno el barco será más bien fantasma, al quedarse sin apenas uso turístico.

Alrededor de las 12h del mediodía el muelle de Drassanes empezaba a recibir más curiosos, pero las colas para embarcarse en el Ecocat Dos seguían siendo cortas. Una grata sorpresa para los pasajeros menos madrugadores que llegaban al lugar, que en su mayoría eran también beneficiarios del 20% de descuento para mayores de 60 años.

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<div>El 5,7% de las personas que pernoctan en Barcelona son «turismo azul» vinculado a la vela y los deportes náuticos</div>
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<p style=por Cristina Buesa

El Observatori del Turisme a Barcelona ha publicado un informe sobre el «turismo azul», el primer estudio de estas características que busca conocer mejor al visitante que viene a la capital catalana y la provincia motivado por el mar y entornos acuáticos. Según este estudio, hecho público este miércoles, el 47,6% de los visitantes que pernoctan en la ciudad son turistas ‘azules’, conocedores e interesados por el mar en general.

Turisme de Barcelona ha revelado que la mayoría de ellos «no vienen por lo que se conoce como ‘sol y playa’ sino que lo hacen a Barcelona y se acercan a primera línea del litoral para disfrutar del mar de diversas maneras», aseguran. De todos ellos, el más vinculado con la afición a la vela y, por tanto, más receptivo o sensible con la Copa América de vela, es un 11,9%.

Joven e internacional

Destaca por ser un turista joven (31,2 años), internacional mayoritariamente (95,6%), hace una estancia media larga (6,1 noches) y muestra interés por la gastronomía de la ciudad (97,3%). Si trasladamos este porcentaje en el global del turismo que viaja a Barcelona únicamente un 5,7% viene por alguna actividad relacionada con la práctica de la vela y aquellas actividades más relacionadas con la competición deportiva y tecnológica de este verano.

Este turista ‘azul’, que el estudio define como «turista de aguas profundas», aquel que le interesa la náutica, contrata el transporte a través de la página web de la compañía y el alojamiento a través de agencias de viaje online. Llega a Barcelona en avión (83,2%) y se aloja en hoteles (47,8%). Menos porcentaje van a apartamentos turísticos (19,9%) y albergues juveniles (17,3%). Una vez en la ciudad, realiza más actividades durante su estancia que el resto de turistas y dedica más atención a la gastronomía y a actividades en la playa.

Impulso de la economía azul

Uno de los objetivos de Barcelona para la celebración de la Copa América es dar impulso a la economía azul que da 16.186 puestos de trabajo (2,2% del empleo de la ciudad) y representa un volumen de negocio de 3.938 millones de euros (3,9% de la facturación de la ciudad). En Catalunya hay 1.175 empresas relacionadas con el sector náutico, de las cuales casi el 70% se encuentra en la demarcación de Barcelona.

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por Cristina Buesa

El bus náutico que se estrena este jueves en el puerto de Barcelona aspira a atraer al vecindario de la zona, las personas que trabajan en la Nova Bocana y también a los turistas. Por este motivo el abanico de precios es amplio y responde al tipo de pasajero que suba a uno de los dos catamaranes eléctricos que conectarán el Moll de Drassanes, junto a la estatua de Colón y el Portal de la Pau, y el de Llevant, donde se sitúa el hotel Vela.

La empresa que explota el transporte marítimo, Alsa, ha fijado la tarifa de 1,90 euros por un billete sencillo, mientras que la ida y vuelta vale 2,85 euros. También existe la posibilidad de adquirir bonos de dos días, más pensados para las personas que visitan Barcelona, y cuyo importe es de 10 euros. Por 13,30 euros también es posible contar con un bono de 10 viajes, con lo que el trayecto es algo más económico que si se obtiene un billete simple, por 1,3 euros frente a los 1,9.

Desplazamientos obligados

El horario se alargará, como mínimo, 12 horas, tal como ha explicado la compañía y el Port de Barcelona. De momento arrancará a las 7.00 horas y estará en marcha hasta las 19.00 horas: el motivo es para prestar servicio a los 3.400 trabajadores que, según el censo de la autoridad portuaria del pasado diciembre, trabajan en la Nova Bocana. Están tanto los 1.100 de la firma de reparación de yates MB92, los 500 de Norrsken, pero también las personas que trabajan en el Vela, en los clubs náuticos de la zona o en los restaurantes.

Para este público, si quiere abandonar el transporte privado, el bus convencional o el viaje a pie, puede optar por el nuevo bus náutico con un bono mensual de 40 euros, de acceso ilimitado. No obstante, no se descarta, según fuentes de la empresa, que más adelante se amplíen o modifiquen las horas de apertura, en función de la demanda.

Descuentos y gratuidad

Los menores de 4 años no pagan mientras que los que tienen entre 4 y 6 años se benefician de un descuento del 60% en todas las modalidades de tiques. Así, por ejemplo, el billete sencillo para este colectivo es de 0,76 euros y, el de ida y vuelta, de 1,14 euros.

Las personas jubiladas, mayores de 65 años, colectivos con discapacidad y personas con movilidad reducida también gozarán de una rebaja del 20% en el precio. Las familias numerosas y las numerosas especiales se beneficiarán de una rebaja del 20% y un 50% respectivamente.

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por Cristina Buesa

El Port de Barcelona estrena este jueves el bus náutico, un transporte ecológico a bordo de dos catamaranes eléctricos, que está llamado a revolucionar la movilidad de toda la zona. Su estreno se ha hecho coincidir con la celebración de la Copa América de vela, que arranca a finales de agosto, pero su permanencia en el Port Vell cambiará la manera de desplazarse entre los dos extremos, ahora desconectados. Solo el tiempo dirá si es una atracción turística o si la ciudadanía barcelonesa se lo hace suyo y da el salto.

Las autoridades y responsables del servicio, con el alcalde Jaume Collboni al frente, han hecho el viaje inaugural este miércoles. La multinacional de movilidad Alsa ganó el concurso, culminado en un tiempo récord, tal como ha explicado el director del Port Vell, David Pino. Hacía más de 15 años que se hablaba de crear un servicio de este tipo y, una vez más la competición deportiva y tecnológica de este verano, ha sido la chispa que lo ha logrado.

De 7 a 19 horas

Dos catamaranes, el Ecocat Dos y el Ecocat Tres de la compañía, que ganó la licitación compitiendo con otros dos aspirantes, harán el recorrido. Ambas embarcaciones son cero emisiones, ya que son 100% eléctricas y funcionaran con energía solar y conexión eléctrica. Además, las placas solares que llevan generarán el 40% de su consumo.

Durante un mínimo de 12 horas al día, con frecuencias entre los 15 y 30 minutos, los catamaranes unirán dos extremos que ahora mismo se debían recorrer en vehículo privado, en transporte público o a pie. De momento hará de 7.00 a 19.00 horas, ha explicado el responsable de Alsa en Catalunya, Pere Calvet. El recorrido durará unos 10 minutos, aunque el viaje inaugural ha durado algo más. El billete sencillo costará 1,9 euros («menos que el autobús», ha subrayado Pino) y habrá la posibilidad de comprar billete de ida y vuelta (por 2,85 euros), abonos de 10 viajes, para 2 y 30 días (por 40 euros), y descuentos para niños, jóvenes y para personas mayores.

Ahorro de emisiones

Según la autoridad portuaria, el uso de embarcaciones cero emisiones permitirá ahorrar 180 toneladas anuales de CO, a la vez que supone una alternativa rápida y atractiva al transporte terrestre que contribuirá a descongestionar el tráfico rodado por los paseos Colom y Joan de Borbó, «algo que agradecerán los vecinos», ha destacado el alcalde Collboni.

El bus náutico cuenta con una parada en el Moll Drassanes y otra en el de Llevant, donde se ubica en la nueva estación marítima que ocupa los antiguos tinglados, rehabilitados recientemente. La estación marítima está equipada con servicio de restauración, que lleva la empresa de comida saludable Honest Greens.

El pequeño, pintado por Okura

El Ecocat Dos tiene una eslora de 11,90 metros y una capacidad para 56 pasajeros; y el Ecocat Tres tiene una eslora de 14,70 metros y una capacidad para 84 pasajeros. El primero está equipado con dos motores de 20 Kw y el segundo con dos motores de 50 Kw. Ambos modelos, diseñados por Naval Architecture Marine Engineering y construidos por el astillero cántabro Metaltec Naval, tienen una velocidad de crucero de 5 nudos y una autonomía de 8 horas de servicio ininterrumpido.

El más pequeño, que hasta ahora daba servicio en Santander, está pintado por el artista Okura y se quedará en Barcelona hasta que se construya otro como el grande, en un año aproximadamente.

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por Cristina Buesa

La Copa América de vela de este verano en Barcelona arranca oficialmente el 22 de agosto y acabará, como máximo, el 27 de octubre. Al tratarse de una competición deportiva y tecnológica en la que la meteorología juega un papel determinante, la organización (America’s Cup Event, ACE) reserva diversos días para cada uno de los cinco eventos que se celebrarán. Además, el equipo ganador, tanto en la competición absoluta como en la Copa Louis Vuitton, puede necesitar más o menos días para hacerse con la victoria.

La primera cita es el 22 de agosto para la tercera y última regata preliminar, después de las de septiembre en Vilanova i la Geltrú y noviembre en Jeddah (Arabia Saudí). Los seis equipos competirán cuatro días, hasta el 25 de agosto, en formato de ‘match-race’ (uno contra uno) de los que saldrán los dos equipos más rápidos.

La hora de los desafiantes

Los dos primeros pasarán al ‘match-race’ final del cuarto y último día, en el que el ganador se llevará el trofeo de la preliminar. Las pruebas arrancan a las 14.00 horas y se prolongan hasta las 16.00 o 17.00 horas. Esta preliminar, como las dos anteriores, no supone ninguna ventaja para la victoria final y es una suerte de exhibición, razón por la cual también participa el defensor del título, el Emirates Team New Zealand.

Pero la hora de la verdad es a partir del 29 de agosto, cuando los cinco desafiantes (británicos, suizos, italianos, americanos y franceses) deberán luchar entre ellos para convertirse en el equipo que se mida con los kiwis en octubre. La Louis Vuitton Cup tiene tres episodios: los ‘Round Robin’ 1 y 2 (hasta el 8 de septiembre), la semifinal de la Louis Vuitton Cup (del 14 al 19 de septiembre) y la final de esta copa (del 26 de septiembre al 7 de octubre).

Cinco o siete victorias

En esta parte de la competición todos los equipos se enfrentarán dos veces entre ellos. El mejor clasificado en el ‘Round Robin’ elegirá a su oponente en la semifinal. Los cuatro equipos mejor clasificados se enfrentarán en una semifinal al que consiga ganar cinco pruebas y los dos ganadores pasarán a la final de la Louis Vuitton Cup.

El ganador de ésta, el equipo que primero sume siete victorias será el que se batirá con los kiwis. Los horarios, como en la preliminar, son de 14.00 horas y hasta las 16.00 o 17.00 horas, en función de lo que pauten los directores de regata cada día.

Momento álgido

El punto álgido de la Copa América de vela, la 37. edición, cuando Barcelona hervirá de expectación, será a partir del 12 de octubre, en ese momento ya con un desafiante, un equipo retador para los neozelandeses. Ese será el momento también de la ceremonia inaugural, algo que nunca antes se había vivido en la competición.

La tradición asegura que en la Copa no hay segundo, solo sirve ganar. El 12 de octubre será el primer ‘match race’ entre Emirates Team New Zealand y el vencedor de la Louis Vuitton Cup: cada día y hasta que uno de los dos equipos logre siete puntos, siete victorias, se prolongará el calendario. La organización ha reservado hasta el 27 de octubre, por si la meteorología se complica o el triunfo está tan ajustado que se necesitan muchas jornadas.

Mujeres y jóvenes intercalados

Y mientras se celebran estos tres eventos, el litoral de Barcelona contará con dos competiciones más, la Puig Women’s America’s Cup y la Unicredit Youth America’s Cup. En ambos casos compiten con un velero más pequeño, un AC40, participan 12 equipos, los seis de la Louis Vuitton America’s Cup, y además seis invitados, España, Suecia, Países Bajos, Canadá, Alemania y Australia. Se dividirán en dos flotas, para que, tras ocho pruebas, pasen los tres mejores equipos de cada grupo.

Una serie final de cuatro pruebas decidirá los dos mejores equipos que se enfrentarán en un Match Race final en el que el ganador se llevará el trofeo. Con los jóvenes todo el proceso se realizará del 17 al 26 de septiembre y, con las féminas, del 5 al 13 de octubre.

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por Glòria Ayuso

El uso de drones puede marcar un antes y un después en la inspección de emisiones contaminantes y vertidos al mar. La Capitanía Marítima de Barcelona ha lanzado un proyecto para controlar mediante un dron las emisiones de óxido de azufre (SO2) y para la vigilancia de posibles vertidos en las aguas del Port de Barcelona, en colaboración con la Dirección General de la Marina Mercante del Ministerio de Transportes.

El dron opera durante cuatro horas diarias en un rango de vuelo de 10 kilómetros. Las inspecciones se centran en buques atracados, fondeados, que realizan maniobras y aquellos en tránsito por los canales exteriores de acceso al puerto. El dron ATLAS, de la empresa Altus y proporcionado por la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA), capta y registra los datos en el sistema EMSA Thetis-EU, accesible para todos los estados miembros de la Unión Europea, que podrán conocer si cualquier embarcación utiliza combustibles no permitidos.

Límites legales

Su misión principal es detectar las emisiones de óxido de azufre a la atmósfera por parte de los buques que transitan por el Port de Barcelona con un contenido superior a los límites establecidos por las Reglas del Anexo VI del Convenio Internacional sobre la Polución Marítima (MARPOL), que indica que el contenido de azufre en combustibles utilizados por los buques atracados o fondeados en puertos europeos no puede superar el 0,10% en masa ni el 0,50% en masa cuando están en navegación. La norma también establece límites a las emisiones de óxidos de nitrógeno en función del tipo, potencia y uso de los motores de los buques.

Un dron de la EMSA inspeccionó en 2021 y 2022 el estrecho de Gibraltar para controlar las emisiones contaminantes de los buques y servir de apoyo en caso de emergencias marítimas, como accidentes y vertidos.

Doble inspección

El proyecto se distingue por su enfoque de doble inspección: mientras el dron realiza la vigilancia aérea y mide las emisiones, un inspector de la Capitanía Marítima a bordo del buque verifica que las emisiones registradas provienen de la nave inspeccionada. Este método permite responder de forma rápida en caso de incumplimiento de la normativa, indica el Ministerio de Transportes en un comunicado.

Cuando el dron capta una emisión que supera los límites regulados, es fundamental que un inspector confirme su procedencia y verifique los registros», indica el capitán marítimo de Barcelona, Javier Valencia.

Expediente sancionador

En 2023 las Capitanías Marítimas inspeccionaron en España un total de 1.164 buques, y se analizaron en el laboratorio muestras en 292. Se detectó un nivel superior a los límites permitidos en 10 de ellos, a los que se abrió expediente sancionador. En 2024, se han inspeccionado más de 602 buques y muestreado y analizado el combustible utilizado en 158 de ellos.

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A solo 52 días del inicio de la Copa América de vela, el tinglado ‘El Taller’ del Moll de Llevant se ha llenado este lunes para recibir el trofeo de la competición, que arranca el mes que viene en Barcelona. La histórica jarra de las 100 guineas atraca de esta forma en la capital catalana después de un tour por otros seis puertos catalanes para dar a conocer la competición deportiva y tecnológica, el ‘Trophy Tour’. Y la ‘Auld Mug’ iba bien acompañada por los otros tres trofeos de la Copa.

Bajo el nombre del Verano a toda vela de la Louis Vuitton 37 America’s Cup’ se presentaban juntos por primera vez: era el descubrimiento de la Louis Vuitton Cup (por la que lucharán cinco aspirantes) y de la de jóvenes. El consejero delegado de America’s Cup Event (ACE), Grant Dalton, ha querido hablar de futuro, gracias a las nuevas generaciones de deportistas y también al hecho de que se haga por primera vez las regatas de mujeres. «Queremos a Barcelona y los equipos quieren a Barcelona», ha confesado.

«Ya la tenemos aquí»

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha proclamado un Ya la tenemos aquí, de nuevo y ha insistido en la idea de que la ciudad es de mar, que quiere decir que está abierta al mundo, a los retos, a los cambios. Ha agradecido la colaboración entre administraciones, también el apoyo de los privados, para que sea posible la competición.

Collboni ha subrayado el legado que queda para la ciudad de la mano del Port de Barcelona, gracias tanto a su presidente actual, Lluís Salvadó, como al anterior, Damià Calvet, que estaba en el acto.

Los tinglados, el primer legado

«El Taller» es uno de los cuatro ‘tinglados’ recién reformados por el Port de Barcelona, ha explicado su presidente, que ha asegurado que es «uno de los primeros legados que deja la Copa América, la rehabilitación de estos edificios para la ciudadanía», ha celebrado Salvadó.

El secretario de Empresa i Treball, Albert Castellanos, ha asegurado que contar con la Copa América es una oportunidad para Barcelona y Catalunya, también para dinamizar la economía azul y para destacar todos los valores del país tanto el paisaje, la cultura, la gastronomía, su tradición náutica y marinera.

El jefe de UniCredit para España y Portugal, Pedro Fernández de Santaella, ha sido el encargado de desvelar el diseño de línea de proa de la UniCredit Youth America’s Cup. Las regatas de los jóvenes, como la de las mujeres, enfrentarán a 12 equipos, los seis de la absoluta y otros seis países: España, Suecia, Países Bajos, Canadá, Alemania y Australia.

«Será muy emocionante»

La jefa de Comunicación de Puig, Eugenia de la Torriente, ha destacado que el trofeo de la primera edición de la Puig Women’s America’s Cup, obra de la arquitecta Patricia Urquiola, está hecho «para abrazarse» y se ha mostrado muy orgullosa de que sea la primera vez que compiten las mujeres. «Vamos a ver a 70 mujeres compitiendo en los AC40 y eso va a ser muy emocionante», ha subrayado.

El director general de Louis Vuitton Mediterranean, Marc Alins, ha subido al escenario para abrir el baúl hecho a medida y desvelar por primera vez la codiciada y prestigiosa Louis Vuitton Cup que, como dice la leyenda: «Debes ganar primero para ganar la America’s Cup». La implicación de Louis Vuitton con la America’s Cup se remonta 41 años atrás, en 1983, el punto de partida de la America’s Cup moderna, cuando la racha de 132 años de victorias del New York Yacht Club llegó a su fin.

Flanqueado por su guardia de seguridad permanente, Norman, el trofeo de la America’s Cup, de 173 años de antigüedad, ha ocupado el centro del escenario, primero cubierto por el baúl de Vuitton y, después, resplandeciente junto a la ‘hermana’ pequeña. Las decenas de personas que han acudido al acto no han despreciado la oportunidad de fotografiarse junto a ellas.

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El nuevo Port Olímpic va tomando forma. Las primeras empresas han empezado a ocupar los locales donde había la conflictiva zona de pubs, en un espacio que se ha transformado con la idea de convertirse en una zona de actividad económica vinculada al mar.

Un total de 17 empresas están adecuando los espacios para establecer su actividad, tres de las cuales ya operan en el lugar, mientras finalizan los trabajos para dotar de servicios a las instalaciones. El Ayuntamiento de Barcelona, a través de Barcelona de Serveis Municipals (BSM), ha habilitado en el Moll de Mestral y el Dic de Recer un total de 50 locales para empresas en torno a la náutica, la innovación y la sostenibilidad.

Estrategia compartida

El objetivo que persigue es posicionar este emplazamiento como espacio neurálgico para la dinamización y promoción de la economía azul, un sector emergente al que quiere dar cada vez un papel más destacado en la estructura económica de la ciudad. Pero la ciudad no está sola en este empeño, ya que tanto el Port de Barcelona como la Generalitat cuentan con una estrategia en esa misma dirección: de hecho, hace solo unos días han regresado de un viaje a Canadá para explorar posibilidades de negocio.

Las actividades que por el momento se instalarán en el Port Olímpic son variopintas: por un lado, hay algunas enfocadas en ofrecer experiencias de ocio y práctica de deportes náuticos y de divulgación y concienciación ambiental. Otras se dedican a la venta de embarcaciones a vela o eléctricas, alquiler, reparación y servicios relacionados; y también hay empresas de robótica e infraestructuras marinas.

El tirón de la Copa América

El consistorio afirma que la nueva actividad en el total de 4.100 metros cuadrados habilitados puede generar unos 200 empleos. La ocupación actual es del 50%, ya que diversas empresas han arrendado más de un local. A medida que entren las primeras, que confían en el nuevo rumbo del Port Olímpic, se irán sumando otras cuando vean este nuevo polo en funcionamiento, explica la directora del Port Olímpic, Olga Cerezo.

La Copa América de vela servirá de tirón, considera, teniendo en cuenta que el Dic de Recer será un lugar privilegiado para presenciar las regatas y muchas personas que acudan descubrirán entonces los nuevos espacios.

Pendientes de decisión

Los contratos se cierran por cinco años, y hay empresas que están haciendo sus proyecciones antes de decidir su instalación. En este sentido, el Ayuntamiento afirma que tiene en estos momentos pendiente cerrar posibles acuerdos que alcanzarían entre el 70% y el 80% de la ocupación. Algo que no sucederá hasta pasada la Copa América, a finales de octubre, ya que algunos equipos de féminas y jóvenes, que tendrán su base en el Port Olímpic, así como algunos espónsors, han alquilado temporalmente algunos espacios.

La economía azul del Port Olímpic contará también contará con otro polo de atracción en la ciudad, que funciona ahora en el Tech Barcelona pero que se trasladará a los tinglados de Sant Bertran en septiembre. Se trata del Blue Tech Port, capitaneado por el Port de Barcelona. «Estamos en un buen momento y la ciudad ha detectado interés de las empresas tanto nacional como internacional», explica la directora de Innovación y Estrategia de Negocio de la autoridad portuaria, Emma Cobos.

Optar a fondos europeos

Con este ambicioso proyecto bajo el brazo, Cobos participó junto al presidente del Port, Lluís Salvadó, y una delegación de la Generalitat, además de investigadores expertos en la materia, en un viaje a Canadá. «Queríamos ver cómo funcionaba su ecosistema empresarial y la colaboración entre lo público y lo privado», resume la directiva.

Otra de las personas que también se desplazó a Quebec fue Pablo Bou, ‘Business Developement Manager’ de la Xarxa BlueNetCat, que cuenta con 817 miembros, la red investigadora más grande del Mediterráneo capitaneada por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) sobre economía azul. Bou cuenta que le gustó especialmente que los canadienses «tienen un sistema ordenado y una estrategia geográficamente bien repartida» en la que conviven grandes corporaciones y ‘startups’ y donde «parece que hay buena relación».

Tanto Bou como Cobos creen que el aterrizaje de empresas canadienses en Barcelona vinculadas a la economía azul tendría el incentivo que podrían optar a fondos europeos, algo que les atrae. Lo harán en el BlueTech Port, de la mano de la red investigadora de BlueNetCat o del ayuntamiento en el Port Olímpic.

Un espacio frecuentado

La afluencia del nuevo Port Olímpic se calcula que sea de 3,6 a 3,8 millones de personas al año, según un estudio que ha encargado el Ayuntamiento, una vez abierto el paso que comunica el Port Olímpic con la playa Nova Icària, que mejorará su permeabilidad; así como los restaurantes del Balcón Gastronómico, a finales de agosto. Antes, a finales de julio, ya será posible acceder al Dic de Recer por el puente junto al Centro Municipal de Vela, que se encuentra en la fase final de su reforma.

La intención es que el Port Olímpic, que cuenta además con una sala de actos, acoja encuentros relacionados con la economía azul, como ya ha ocurrido con las ponencias y exposiciones celebradas coincidiendo con la Conferencia de la Década de los Océanos en abril; y la feria de embarcaciones eléctricas Electric Boat Experience, que tuvo lugar por primera vez en mayo y que espera crecer en los próximos años.

Sede de la Década de los Océanos

En esta misma línea, el Port Olímpic se baraja además como sede del Centro Colaborador de la Década de los Océanos de la UNESCO para la economía azul. Barcelona presentó su candidatura en abril y está evaluando diversas ubicaciones.

La directora del Port Olímpic considera que la colaboración con BlueTech Port, el centro dedicado a la innovación y start-ups del Port de Barcelona, y el programa de emprendimiento BBlue de Barcelona Activa, ambos dedicados a la economía azul, también dará salida a nuevas actividades.

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Realidad inmersiva, juguetes de agua y robótica subacuática

por Glòria Ayuso

El local número 1 del nuevo polo de economía azul del Port Olímpic tiene previsto abrir este lunes 1 de julio para ofrecer una experiencia inmersiva con realidad virtual. Así lo prevé Xavier Martínez, coordinador de Sea Starlight, que trasladará a los visitantes a una embarcación del siglo XVI para aprender a orientarse con las estrellas. La empresa complementa esta propuesta con salidas nocturnas de dos horas en velero para ver las estrellas frente a la costa de Barcelona, salvando la contaminación lumínica.

Volar sobre el agua

Enric Pou y Adrián Valios, impulsores de Water Toys, ya están plenamente instalados en el Port Olímpic, donde venden y ofrecen actividades para probar sus juguetes de agua. Su producto estrella son los foils propulsados por motor eléctrico o viento. Como un patinete que vuela sobre la superficie del mar gracias a su hidroala, igual que lo hacen los grandes veleros de la Copa América de vela, este aparato, ya popular en Australia, está llamado a desplazar a la tradicional moto acuática, que consume combustible y es fuente de contaminación ambiental y acústica. Water Toys nació hace cinco años en Marina Vela, y ve en su cambio de ubicación en el Port Olímpic una oportunidad de acercarse más a ciudadanos y turistas. Su propuesta ya triunfa en Ibiza. En las Baleares, la principal atracción es el agua. En Barcelona, la ciudad ya es un gran atractivo, y las personas no tienen la misma relación con el mar, considera Pou, si bien la apuesta del Port Olímpic de abrir la ciudad a las actividades náuticas los ha convencido para su nueva ubicación. Water Toys ocupa dos locales: en el Moll Mestral reciben a los clientes y comercializan sus actividades en un espacio con tienda de ropa deportiva. En el Dic de Recer cuentan con una muestra de juguetes de agua y un amarre desde donde salen sus actividades de mar.

Conservación del océano

También en julio abrirá el local que será la sede de Bluewave Alliance, una alianza entre empresas, emprendedores y científicos para desarrollar proyectos de conservación y restauración del océano. El espacio abierto al público tiene como misión sensibilizar sobre el estado del océano, su vital función para el equilibrio del planeta y la necesidad de actuar para recuperarlo. Una escultura de una espora gigante en medio del paseo será el reclamo para explicar su intención de sumergir en diversos puntos del océano estructuras para el fomento de la regeneración marina.

Sergi Rosés, de Electric Inside Boats, fue uno de los primeros en instalarse en el Port Olímpic. Cuenta con tres amarres para mostrar sus barcas eléctricas y su propuesta para pasar del diésel a formas de propulsión no contaminantes. Sin embargo, espera que acaben las obras del Port Olímpic para abrir sus dos locales en el Dic de Recer. «Abrir cuando hay camiones y grúas no es lo mejor», considera, esperando que todo esté listo «antes de que empiece la Copa América de vela, para no perder oportunidades». Lamenta que las puertas de los locales son muy pequeñas, cuando un puerto requiere de uso de remolques y toros. No obstante, considera que «la transformación del Port Olímpic a nivel de ciudad es espectacular y habrá un gran flujo de gente».

Trabajos subacuáticos

Un club de vela (Wind Catchers) y dos de submarinismo; una tienda de productos relacionados con la vela ligera (Alisios Barcelona); una empresa de socorristas; una de alquiler de barcos y otra de construcción y reparación de buques son otras de las propuestas que abrirán en el Port Olímpic.

Los locales del Moll Mestral, más próximo a la ciudad y al paseo ciudadano, se dirigen a actividades al público, mientras que el Dic de Recer concentra empresas que ofrecen servicios para otras compañías. El abanico de actividades que se desarrollan en el océano crece a medida que aumenta el interés por el mar a todos los niveles, y se requieren nuevas infraestructuras, energías renovables y recursos marinos, sistemas de exploración y recogida de datos, recuperación de la biodiversidad e investigación científica, etc. Sorigué ha implantado aquí su división de obras marítimas y trabajos subacuáticos.

Formación y robótica

Pronautic, que se instala en el Port Olímpic para ofrecer sus formaciones que van de la náutica de recreo hasta la profesional homologada de marina mercante y portacontenedores, contempla posicionarse en la formación de profesionales que realizan rescates submarinos y actividades offshore, explica su director general, el ingeniero náutico Lluís Basiana.

De la misma forma, la empresa de robótica e inteligencia artificial para la monitorización EMCC Instrumentation también se ubica en el Port Olímpic ante los nuevos servicios y el volumen de trabajo que puede suponer la actividad relacionada con el océano.

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por Glòria Ayuso

Uno de los atractivos del nuevo Port Olímpic para la ciudadanía será la proyección de imágenes a tiempo real de lo que suceda bajo el agua. BSM, el Zoo de Barcelona y la UPC trabajan conjuntamente en un proyecto que aplica robótica e inteligencia artificial. Este mes de julio, se instalarán cámaras en los arrecifes artificiales del Port Olímpic. El sistema permitirá el reconocimiento automático de las especies que pasen por delante de la cámara. Doncellas, roncadores, serranos Las imágenes, que incluirán el nombre de cada especie, se podrán ver en los postes de publicidad, ya que BSM ya tiene reservado el 20% del tiempo de proyección.

Biodiversidad desconocida

Se suele pensar que en el litoral de Barcelona hay poca vida, explica el director del Zoo, Sito Alarcón, que asume que, para poder apreciarla, no todos pueden ponerse unas gafas de buceo y pies de pato. El Ayuntamiento creó en 2003 arrecifes artificiales a dos kilómetros de la costa y 20 metros de profundidad, fondeando unas 370 estructuras que han fomentado la proliferación de vida marina.

La depuradora del Besòs, que permitió la recuperación de este río que vertía aguas contaminadas en el litoral, contribuyó al restablecimiento de biodiversidad en una costa degradada. Veinte años después, alrededor de estas estructuras se han observado hasta 300 especies diferentes, entre moluscos, crustáceos, peces y gusanos. Un éxito que se ha replicado esta primavera durante la reforma del Dic de Recer, dañado durante el temporal Gloria, en el que se han sumergido nuevas estructuras y biotopos para recuperar el ecosistema. Con este proyecto, no solo queremos recuperar la biodiversidad marina, sino también acercarla a la ciudadanía, indica Alarcón.

Refugio para los pequeños

Asimismo, se han instalado gabiones recubiertos con conchas de ostra fijados a los muelles del Port Olímpic a un metro de profundidad. Estos gabiones proporcionan alimento a los peces pequeños, y funcionan como alternativa al refugio que encuentran habitualmente bajo los cascos de las embarcaciones, donde se concentran para protegerse de sus depredadores. Cuando alcanzan mayor tamaño, estos peces salen a aguas más profundas.

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