Una empresa de Barcelona fleta a científicos al remoto sur polar

5.000 alumnos siguen la llegada de los regatistas de la Mini Transat a su destino final

Crían a su hijo en un velero en el que darán la vuelta al mundo

por Glòria Ayuso

A los nueve días de nacer, Leo ya vivía en el velero Forquilla, su casa, en el que ha dado sus primeros pasos. Ahora tiene un año y siete meses y un equilibrio al son de las olas. Sus padres, Carmen Dopico y Oriol Busquets, planean dar la vuelta al mundo. Prevén zarpar el 27 de abril de Port Balís, en Sant Andreu de Llavaneras (Maresme, Barcelona), donde está amarrado el Forquilla y residen cuando no están viajando, que es muy a menudo.

Hace más de un año que preparan la que es para ellos la gran partida. Amante de la montaña y de los viajes, navegar se convirtió más tarde en la gran pasión de Oriol. Originario de El Masnou, siempre había tenido el mar enfrente. Vi que el velero era un medio increíble para viajar. No es tan inmediato, llegas de forma natural, viendo como sale y se pone el sol, describe.

Hija de pescador

La idea de este gran viaje surgió cuando conocí a Oriol, que me la contó, y yo me apunté. Pero queríamos formar una familia. Ahora no le veo sentido al proyecto sin Leo, comenta Carmen, gallega fascinada por el mar ya que de pequeña se levantaba a las cinco de la madrugada para acompañar a su padre a pescar.

Ambos trabajan en la industria del cine y la publicidad, ella como ayudante de dirección y él como cámara. Una experiencia que se refleja en cómo cuentan sus experiencias en su canal de Instagram, que ya suma 154.000 seguidores. Las redes están creciendo mucho y se han convertido en fuente de financiación, indica la pareja, que se ha encontrado con que en el mundo de la náutica no hay tanta gente como en el de los viajes, lo que ha despertado el interés de las marcas relacionadas con la navegación.

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Carmen y Oriol invierten estos ingresos en el acondicionamiento del barco para el gran viaje. El colchón de ahorros que teníamos destinado para ello nos servirá para poder seguir viajando, explica ella.

Abiertos a lo que ocurra

El 27 de abril, entre las 18.00 y las 20.00 horas, partirán en dirección a las Baleares, para seguir hacia el sur, llegar a Canarias, para pasar por Cabo Verde e iniciar la travesía por el Atlántico hasta el Caribe. Tras cruzar el Canal de Panamá, la vuelta será por el Pacífico. Esos son los planes iniciales, que también incluyen estar abiertos a todas las circunstancias que puedan presentarse. Con fecha de salida, el viaje no tiene todavía día, ni tan siquiera año de vuelta. Queremos viajar, conocer países y otras culturas, que Leo vea que hay otras maneras de vivir, sentir…, afirman los navegantes.

El Forquilla, explican, es solo en realidad el modo de transporte en una ruta en la que, en algunos momentos, puede requerir dirigirse tierra adentro, para poder conocer bien algunos lugares. No queremos pasar de puntillas, afirma Carmen. En esta peripecia, el límite lo pondrá el pequeño: Puede ser que le guste mucho, o que llegue un día que se canse y diga ‘ya’, conocemos a gente a quien le ha pasado, relata.

Un niño muy despierto

Por el momento, no parece que el mar le desagrade. Su medio es el barco, se mueve perfectamente en él, comentan sus padres, con quienes pasa las 24 horas del día los siete días de la semana. Es un niño muy despierto, todo le motiva. Para él cada día es una aventura: cuando llegamos a un lugar, siempre hace y descubre cosas nuevas, porque en realidad el tiempo en el mar no es mucho: navegas dos días para estar muchos más en un lugar nuevo. En cada destino, la prioridad de los padres es encontrar los espacios en los que el pequeño se relacione con otros niños de su edad.

La formación de Leo, aseguran, es su prioridad. Lo que implica, tal y como consideran, enseñarle que hay muchas formas de vida distintas. Para empezar, el velero permite recortar el coste de vida. Tu casa es el barco, comes lo que pescas, la fruta y la verdura es más barata allí donde vamos, no necesitamos gasoil y generamos nuestra propia agua, ya que cuentan con una depuradora a bordo. Ya hemos experimentado y nos ha gustado eso de trabajar cada día, intentando ser el mejor. De repente descubres otro mundo, en el que es posible bajar el nivel y no estar tan enganchados a gastar tanto, prosiguen.

Muy ajetreados

Pese a parecer que se trata de un tiempo eterno de vacaciones, la familia se encuentra muy ajetreada. Además de llevar a cabo las tareas de comunicación, la aventura de cruzar el Atlántico requiere mucha preparación: cursos de primeros auxilios, mecánica, manejo de velas, apnea por si se presenta algún problema bajo en la hélice en medio del océano, repintar el casco y cambiar los pasacascos. Ya es 2024, y quedan apenas cuatro meses. Estamos con nervios, para salir lo más preparados, con todo a punto, concluyen.

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El 37% de las basuras en las playas proviene de la actividad humana en el mar

por Glòria Ayuso

La pesca, la acuicultura, la navegación y otras actividades humanas en el mar son las responsables del 37,1% de las basuras detectadas en las playas, muy por encima de las procedentes del uso turístico de las mismas playas, que supone el 19,8% de los restos abandonados. Los datos se extraen del Perfil Ambiental de España 2022, un análisis de situación de la salud ambiental que ha publicado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Concretamente, durante el año 2022 el origen de las basuras correspondió principalmente al uso turístico de las playas (19,8%) y a las actividades pesqueras (18%), seguido de diversas actividades en tierra (13,4%), las aguas residuales (12,2 %), el tráfico marítimo o la navegación (9,5%) y el comercio y la hostelería (9,3%). En menor medida se observaron basuras marinas procedentes de la acuicultura (7%), la construcción y demolición (4,7%), la agricultura (3,6%) y otras actividades en el mar (2,7%). El conjunto de las actividades en tierra representaron el 62,9% del origen de las basuras, frente al 37,1% de las fuentes marinas.

Plásticos y fragmentos

El papel esencial del océano para el equilibrio del planeta y la necesidad de asegurar una actividad sostenible está motivando tanto una nueva actividad de recogida de datos para monitorear el estado de salud del océano y mejorar su gestión como la aparición de nuevas soluciones que permitan mantener el equilibrio en el ecosistema marítimo.

En 2022, se realizaron 116 campañas de muestreo en 29 playas en las cinco demarcaciones marinas españolas (Noratlántica, Sudatlántica, Estrecho y Alborán, Levantino-Balear y Canaria). Las partículas más frecuentes encontradas en los muestreos en el conjunto de playas fueron los fragmentos y, en segundo y tercer lugar, las partículas de poliespán y los pellets. La mayor abundancia de basuras se encontró en la demarcación marina del Estrecho y Alborán, que casi duplicó la cantidad media de basura por muestra.

Tendencia estable

Las basuras marinas se emplean como descriptor del buen estado ambiental en las Estrategias Marinas para evaluar el estado del medio marino. La Dirección General de la Costa y el Mar del ministerio realiza desde el año 2013 muestreos en las playas españolas mediante el Programa de Seguimiento de Basuras Marinas en Playas. Hasta 2022, se realizaron un total de 1.005 campañas de muestreo de basuras marinas en playas de las cinco demarcaciones marinas españolas. En su conjunto, el 82% de las basuras marinas muestreadas en playas estaba Por favor, ponte en contacto con Renr lo antes posible para intentar solucionar el problema. Error pubfrontal backend response» target=»_blank»>constituido por plásticos, seguido por los residuos higiénicos-sanitarios (6,4%), metales (3,2%) y maderas (3%).

Según el informe recientemente publicado, en toda la serie temporal la abundancia total de basuras marinas muestra una tendencia estable. No obstante, se observa una tendencia claramente decreciente si se considera la serie temporal de los últimos seis años.

El informe también indica que la calidad de las aguas de baño marítimas fue calificada como «excelente» en el 92,8% de los puntos de muestreo.

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El transporte marítimo afronta su inclusión en el mercado de derechos de emisión

por Glòria Ayuso

El transporte marítimo estará obligado a pagar a partir de enero por las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del calentamiento global, como ya lo hace la aviación, o también los sectores energéticos más contaminantes e industrias como las refinerías, cementeras, la siderurgia y el vidrio. Hasta ahora bajo una exención, la Unión Europea (UE) ha incluido al sector en el Régimen Comunitario de Comercio de Derechos de Emisión (EU Emissions Trading System).

La medida ha motivado las protestas del sector portuario y la cadena logística marítima, que asegura que su aplicación provocará que los buques procedentes de América y Asia hagan escala en puertos del norte de África, fuera de la UE, para evitar un aumento de costes.

Tecnologías más sostenibles

La nueva norma persigue descarbonizar el sector y acelerar entre las navieras la implementación de tecnologías más sostenibles. Su aplicación forma parte del plan europeo para lograr recortar un 55% el conjunto de emisiones en 2030. En el caso del transporte marítimo, se persigue que la intensidad de las emisiones por los combustibles utilizados disminuya gradualmente, desde un 2% en 2025 hasta el 80% de aquí a 2050.

La reglamentación incluye un régimen especial de incentivos para apoyar la adopción de combustibles renovables de origen no biológico. Los ingresos generados por el pago de emisiones se reinvertirán en proyectos de apoyo a la descarbonización del sector marítimo.

Impulso del tren

En su tramitación, la normativa se revisó para establecer finalmente que solo se pagará por la mitad de las emisiones generadas en las rutas que conectan puertos europeos con destinos fuera de la UE, mientras que en las conexiones dentro de la UE computarán el 100%. El objetivo es promover el transporte ferroviario, menos contaminante. No obstante, el sector portuario indica que, por el contrario, aumentarán las emisiones debido a que dentro de la UE se optará por el transporte por carretera.

La aplicación será gradual: el próximo año los barcos de más de 5.000 toneladas (buques de carga, cruceros, petroleros, militares y yates de gran tamaño) deberán abonar por el 40% de las emisiones; en 2025 por el 70% de los GEI emitidos en conexiones dentro de la UE y, en 2026, por el 100%. Ese año, se incluirán en el cómputo otros contaminantes, como el metano (CH4) y óxidos nitrosos (N2O).

La posición de los puertos

Su aplicación coincide además con la introducción en la Unión Europea, también de forma gradual, del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono, según el cual las importaciones de determinados materiales procedentes de países donde no se graven las emisiones deberán abonar unas tasas al entrar en la UE para equiparar las condiciones y evitar perjuicios para la industria europea que sí las abona.

En un reciente encuentro en el Port de Barcelona con los responsables de los principales puertos del Mediterráneo, el presidente de Puertos del Estado, Álvaro Rodríguez Dapena, afirmó que España, Italia, Portugal, Malta y Chipre han solicitado una moratoria en la aplicación de la normativa.

Regulación global en 2025

Para los puertos de estos países, la medida debe impulsarse desde la Organización Marítima Internacional (OMI), la autoridad mundial encargada de establecer normas para la seguridad, la protección y el comportamiento ambiental, con el fin de que su aplicación sea a nivel global, sin perjuicio para los puertos europeos.

Por su parte, la OMI indica que está prevista la implantación de una regulación global en 2025 que implica la puesta en marcha de un mecanismo de fijación de precios de las emisiones marítimas de GEI. Esta medida irá acompañada de otra norma que obligará a los buques a adoptar fuentes de energía y tecnologías con cero emisiones que deben representar entre el 5% y el 10% de toda la energía utilizada en 2030.

Compromiso de los países

Todo ello forma parte de la estrategia aprobada el pasado mes de julio por los 175 países que integran la OMI, que busca reducir las emisiones de CO de todo el transporte marítimo internacional entre un 20% y un 25% para 2030 y en más de un 70% en 2040, comparado con los niveles de 2008. Algunos de los países que se han comprometido a seguir este plan cuentan, por su nivel de desarrollo y medios, con mayores dificultades que la Unión Europea para adoptar los cambios, y requerirán, según la OMI, de medidas de apoyo.

Esta estrategia considera que, en un escenario sin cambios normativos, las emisiones del transporte marítimo internacional, que representan actualmente cerca de un 4% de las emisiones globales, seguirían creciendo. Esta consideración también se incluye en el texto de la norma que ha tramitado el Consejo Europeo, para quien la UE debe promover «el liderazgo mundial en materia de tecnologías, servicios y soluciones ecológicas» y estimular con ello «la creación de puestos de trabajo en las cadenas de valor relacionadas, manteniendo al mismo tiempo la competitividad».

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por Glòria Ayuso

Con una infancia y juventud en Filipinas y Hawái, y después en California, el presidente del World Ocean Council, Paul Holthus, siempre ha tenido el mar bien cerca. Ahora, no es menos: el organismo internacional que preside tiene desde el año pasado su sede en Barcelona. Holthus ha estado involucrado, como consultor sobre desarrollo sostenible, en trabajos de conservación y desarrollo de recursos costeros y marinos en más de 30 países, trabajando con asociaciones industriales globales, directores de agencias de la ONU y hasta con pescadores en pequeñas aldeas insulares.

Para poder hacer frente a los problemas ambientales en los océanos y las costas, vi claro hace 25 años que la gran pieza que faltaba era la de involucrar de manera sostenida a la industria, la comunidad de inversión y la innovación a escala global. Empezó a construir por su cuenta una red de empresas, asociaciones industriales y firmas de inversión, un proyecto que con el tiempo se ha convertido en una organización empresarial reconocida por la ONU y los gobiernos.

Ampliar el mercado

En Tomorrow. Blue Economy, el WOC ha desarrollado un programa que ha conectado a empresas, administraciones, startups e inversores procedentes de diversas partes del mundo. En una de las últimas sesiones, por ejemplo, los inversores acordaron en el mismo escenario trabajar juntos para escalar soluciones ganadoras en sus distintas localizaciones, de modo que cada ‘startup’ pueda contar de partida con un mercado mucho más amplio.

-¿Qué hizo al World Ocean Council decidirse por asentarse en Barcelona?

Barcelona cuenta con una sólida estrategia para el sector de la economía azul, que reconoce la importancia de trabajar junto al sector privado y de impulsar la innovación. Por ello ha sido fácil entrar y aportar nuestra visión global, para entrelazar el negocio con la inversión. Hemos establecido una gran sinergia, el World Ocean Council (WOC) como organización global focalizada en el sector privado sumado al interés y esfuerzo en el liderazgo de la economía azul que desea llevar a cabo de forma proactiva la propia ciudad.

-¿Cómo ha evolucionado el WOC en sus 15 años de trayectoria, teniendo en cuenta que ha ido aumentado la conciencia de todo lo que hay que hacer por los océanos?

Antes, hace 25 años, empecé a crear esta red, que era entonces una red informal de compañías, asociaciones industriales y firmas de inversión. Fue en 2009 cuando se estableció formalmente como el World Ocean Council. Ahora sumamos unos 35.000 contactos en toda nuestra red global. Reunimos a la industria, la inversión y la innovación para trabajar juntos. Hemos desarrollado distintas prioridades, programas y proyectos. Desde 2010 celebramos la Sustainable Ocean Summit (SOS), y desde el año pasado, la Conferencia Mundial de Finanzas Azules (Barcelona acogió ambas en 2022). La red ha ido creciendo y evolucionando, a la vez que se focaliza en objetivos y retos específicos para desempeñar un trabajo real.

En este tiempo, han surgido iniciativas y actividades en la economía azul que necesitamos conectar, como ha sucedido este año con el Smart City World Congress, que cuenta ahora con un área dedicada a la economía azul. Este es un lugar perfecto para nosotros para conectar y concentrar nuestra misión y esfuerzos.

-¿Cuáles son las prioridades de WOC?

Hay un rango diverso de prioridades en las que tenemos que desarrollar cuestiones de gobernanza y nuevas políticas, a nivel global con Naciones Unidas y, más localmente, de planificación del espacio marítimo. Por otra parte hay una serie de prioridades identificadas sobre el impacto medioambiental de la actividad humana, como la gestión de plásticos y residuos, el ruido en los océanos, las especies invasoras Y finalmente hay que hacer frente a los impactos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar, las inundaciones y los fenómenos meteorológicos extremos. También debemos avanzar en el secuestro de carbono para convertirlo en carbono azul, el capturado por los océanos y los ecosistemas costeros, distinto del carbono verde que es aquel almacenado por los bosques y sus suelos. Hay mucho por trabajar en este campo. Otra prioridad clave es la recopilación de datos y la implicación de las compañías para equipar los barcos con los instrumentos necesarios para hacerlo. Hemos desarrollado un programa en esta línea, para obtener información sobre el océano y el clima y desarrollar una industria inteligente basada en lo que nos aportan los datos, dado que tenemos un gran problema que afrontar. Sobre todas estas prioridades, involucramos y reunimos a empresas y organizaciones para que trabajen juntas, para desarrollar innovación y oportunidades de inversión.

-Lo que invertimos en adaptación al cambio climático tiene un retorno entre dos y diez veces su coste, según un informe de la Comisión Global de Adaptación. ¿Estamos invirtiendo lo suficiente?

Eso solo si hablamos en términos de prevención, porque hay muchos más datos sobre el retorno de otro tipo de inversiones. Efectivamente, invertir para evitar los daños de eventos meteorológicos extremos y en aplicar soluciones basadas en la naturaleza significa ahorrar dinero. Mantener manglares y crear ecosistemas en la costa reduce el impacto de las olas y significa ahorrar dinero. Esto mismo también preocupa a la ciudad de Barcelona, que se plantea cómo proteger sus playas y el paseo marítimo, que costará mucho dinero tener que reconstruir cada vez que haya un temporal.

-Teniendo en cuenta que los datos apoyan en todos los sentidos los beneficios de la transición hacia una economía sostenible, ¿necesitamos más liderazgo por parte de la industria?

Definitivamente existe una oportunidad para tomar un mayor liderazgo desde las empresas y las agrupaciones de empresas, y eso es lo que desde el WOC intentamos, conectando a esas empresas líderes de forma que estén interesadas en poder participar. Muchas veces necesitan que se les facilite el papel que pueden desempeñar. Pero también diría que ya hay un gran liderazgo en marcha. Ello nos ofrecerá ejemplos de cómo las empresas pueden hacer lo correcto y por eso estamos tratando de facilitar más ese liderazgo mediante coaliciones, porque si bien pueden hacer mucho individualmente, harán aún más juntas. Luego, están las empresas que, cuando ven cómo se avanzan las primeras, piensan será mejor que participemos, y tratan de ponerse al día. La principal cuestión de los océanos, el clima y la biodiversidad son la velocidad y la escala. Necesitamos que muchas empresas se involucren, pero estas necesitan ver antes a las que tienen mayor visión, que sean conscientes de que hay que hacer algo, y pueden hacerlo porque tienen capacidad para asumir más riesgos, y que atraigan después al resto. Sí que necesitamos realmente ese liderazgo corporativo.

-¿Qué tipo de barreras encuentra la industria para entrar en acción?

Por una parte existe la aversión al riesgo. Las empresas quieren mantenerse con las cosas que ya saben que les funcionarán. Y, para liderar el camino, a veces, hay que correr algunos riesgos y estar al frente. Tenemos que ayudar a las empresas a entender el riesgo versus la oportunidad. Otra de las barreras es la tendencia de las empresas a creer que lo tienen que hacer solas. Un partenariado o coalición permite distribuir el riesgo, llevando a cabo una colaboración. Las personas líderes entonces deben acceder en esta etapa precompetitiva: Está bien, estas otras empresas son de nuestra misma industria. Pero no competimos, estamos tratando de solucionar un problema común, pongámonos a trabajar juntos. También existen barreras en términos de reputación, debido a la visibilidad que tiene una empresa cuando lidera una iniciativa. Si no funciona del todo bien, se sienten expuestas, ya que pueden recibir críticas porque habían dicho que iban a solucionar un problema. Quizás la tecnología no funcionó o existen otros factores externos que la gente no ve.

-En este sentido, ¿los ciudadanos deben tener más confianza en el sector industrial?

En general, hay que trabajar para que el público y los gobiernos y otros actores entiendan que hay un montón de buena gente en buenas compañías que, en nuestro intento por mejorar su desempeño y abordar sus impactos, sí les gustaría hacerlo. Para mí ha sido la mejor experiencia en WOC, encontrar este tipo de personas que se preocupan por el océano y es posible que estén trabajando en una compañía naviera. En cuanto a las compañías energéticas, no son esos tipos malos, pero sí necesitan liderar la solución. Hay que comprometerse de forma constructiva y ayudar a hacer los cambios, superando las barreras. Esas personas también me dicen que les importa y quieren que sus nietos vivan en un océano limpio y seguro. Necesitamos llevar a cabo un trabajo colectivo para crear confianza y superar algunas percepciones. No todo es perfecto y hay muchas cosas que han salido mal, pero hay mucho por hacer y tenemos que seguir adelante. Hablar del océano lo es.

-La industria marítima en realidad va a remolque de lo que haga la industria energética.

De hecho va retrasada porque depende de lo que están haciendo las primeras. Algunas industrias tienen una huella mayor que otras y mayor impacto en el océano. Pero colectivamente necesitamos aportar ideas por ayudar a mejorar las prácticas y reducir sus impactos. La sociedad es corresponsable porque están ahí fuera haciendo lo que hacen porque la sociedad dice que necesitamos energía, necesitamos transporte marítimo, y lo que sea. Necesitamos apropiarnos de eso también, mientras las empresas diseñan e implementan sus estrategias para reducir realmente los impactos y mejorar su desempeño como parte de su mayor reconocimiento de su responsabilidad por el océano.

-¿Qué ejemplos de liderazgo daría?

Hablábamos de la importancia de trabajar entre distintos sectores. Un ejemplo es el problema que sucede a menudo cuando un barco golpea a un mamífero marino. Ese es un gran problema en el Mediterráneo. En el Santuario de Pelagos, entre Italia y Francia, por ejemplo, está lleno de ballenas y delfines. Pero hay más también en el este. Las compañías navieras tienen que seguir rutas que las cruzan y hay años en que hay más animales que otros. Se suceden los accidentes y a nadie le gusta eso. De modo que algunas compañías han tomado el liderazgo para investigar dónde están las ballenas, cuando y por qué, y han descubierto que están alimentándose porque están migrando. Sin que haya leyes, se han basado en los datos científicos para de forma voluntaria diseñar fórmulas para evitar las ballenas. Apoyar la investigación, definir una solución e implementarla de forma voluntaria es liderazgo. El sector privado ha aportado una solución compatible con su negocio tras trabajar con la comunidad científica y oenegés. Eso sirve para preguntar a otras compañías que quizás debieran hacer lo mismo en estas ubicaciones, y para ver cómo escalar la solución en cualquier otro lugar. Eso involucra a los gobiernos a cualquier escala, nacional, regional o internacional, como corresponda. Debemos encontrar soluciones e implementarlas, y luego ver como las escalamos.

-Las empresas que innovan se lamentan a veces de que las administraciones no adoptan nuevas soluciones.

A veces recibimos muchas innovaciones excelentes, pero no encuentran donde implementarse, por lo que no tienen mercado. Debería ser al revés: hay que plantear los problemas y encontrar las innovaciones que los solucionen. La innovación tiene que estar impulsada por los propios clientes, que muchas veces puede ser el propio sector público. En ese caso, la institución debería financiar e implementar rápidamente la solución diseñada a medida, dado que una ‘startup’ ciertamente tiene limitaciones y no puede esperar hasta siempre.

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Vilanova i la Geltrú evoca en un documental la celebración de la regata preliminar de la Copa América de vela

por Glòria Ayuso

Un documental rememora los intensos días de celebración de la regata preliminar de la 37a Copa América de Vela en Vilanova i la Geltrú. El vídeo muestra cómo la ciudad se volcó con su participación en gran cantidad de actos en torno al mar y en el seguimiento de la regata que, nacida en 1851, es la competición internacional deportiva en activo más antigua de la historia.

Contar con la Copa América de vela en Catalunya es un hito de una dimensión tal que solo podremos calibrar una vez haya terminado, explica en el documental la periodista de El Periódico Cristina Buesa que, desde que se dio a conocer su celebración en Catalunya, informa sobre la evolución de toda la competición. Buesa narra la épica que envuelve esta cita deportiva, que siguen millones de espectadores en todo el mundo.

900 impactos mediáticos

En Vilanova, no fue para menos: la Copa América ha sido el evento con más repercusión de los últimos años en la ciudad, con más de 900 impactos mediáticos en medios catalanes, estatales e internacionales, 650 de los cuales se produjeron durante la semana del 13 al 19 de septiembre, cuando tuvo lugar la preliminar. Vilanova i la Geltrú ha permitido mostrar a un país y una ciudad abiertos al Mediterráneo, con una pesca, una gastronomía y una industria tecnológica que son azules, destaca Buesa.

En la Copa América de vela, todo se lleva al límite: en cuatro años las regatas han pasado de ir de 20 a más de 40 nudos y, más que barcos, son aviones, porque vuelan sobre el mar gracias alas hidroalas (‘foils’) que despliegan, explica Ramsès Martí, que además de vecino de Vilanova es el responsable de seguridad y rescate del equipo American Magic New York Yatch Club. En Vilanova vivimos momentos de competición en los que los vimos volar, tuvimos lluvia y también presenciamos momentos de pura estrategia en los que los timoneles derraparon, destaca.

‘Batec del mar’

El documental muestra como la cita permitió además dar a conocer al mundo la cultura catalana. La ciudad, pese a contar con poco tiempo de preparación, movilizó a su población y, bajo el lema ‘Batec del mar’, comparsas, ‘gegants’, ‘castells’, grallas y gastronomía fueron expresión de la cultura vilanovense y de todo su patrimonio popular, explica el coordinador del Ayuntamiento de la regata preliminar, Xavi Socias.

Otro de los momentos culminantes que muestra el vídeo es el récord Guinness logrado esos días al reunir en una misma regata hasta 220 embarcaciones del emblemático patí catalá, modelo recreativo cuya creación nació precisamente en Vilanova en los años 50 del siglo pasado.

Impacto económico

A la repercusión mediática y popular, se suma la económica. Un total de 210 empresas de Vilanova y de la comarca trabajaron en la organización del evento, ya que la entidad que lo impulsa, America’s Cup Events, priorizó la contratación de proveedores de proximidad. El Ayuntamiento de Vilanova y la Geltrú invirtió 126.596 euros en la organización, 50.000 de los cuales los sufragó la Fundació Barcelona Capital Nàutica a través de una subvención.

La competición ha dejado huella más allá de sus días, cómo ejemplifica en el documental la joven voluntaria vilanovina Ariadna Vallverdú: Fueron días muy intensos, me permitió poner en práctica idiomas, trabajar en equipo, conocer gente y me ha servido para saber a qué me quiero dedicar: a organizar eventos deportivos, explica la joven.

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por Glòria Ayuso

La primera promoción de la nueva titulación de marinero de puerto deportivo está realizando estos días las prácticas en el Port Olímpic de Barcelona. Los estudiantes, 14 en total, están ejecutando los conocimientos adquiridos en más de 300 horas de sesiones teóricas previas, bajo el acompañamiento y supervisión de 10 marineros del Port Olímpic, que se encargan de transmitirles sobre el terreno todos los detalles para desenvolverse bien en un puerto deportivo.

Los alumnos llevan a cabo tareas de mantenimiento de las embarcaciones, amarres, repostaje, atención a la tripulación, maniobras de los barcos dentro de las instalaciones portuarias y asistencia y coordinación de todas las operaciones que se desarrollan.

Es una necesidad del Port Olímpic y de los puertos en general contar con personal con experiencia, pero es muy complicado encontrar perfiles cualificados, explica la directora del Port Olímpic, Olga Cerezo.

El puerto trasladó esta carencia a Barcelona Activa, que se puso manos a la obra para crear la primera formación, que ofrece de forma gratuita, para obtener la titulación de marinero de puerto deportivo. Se trata de un programa hasta ahora inexistente, adaptado a este puesto, que hemos formulado conjuntamente con el Port Olímpic, el Institut de la Nàutica y la Escola Port, indica la técnica de formación de Barcelona Activa, Rosa Sanz.

Gran expectación

La nueva propuesta levantó gran expectación. Más de 150 personas se apuntaron a la convocatoria inicial, con una oferta de un máximo de 15 plazas dirigidas a personas desempleadas y con intención de reorientar su carrera profesional hacia el sector náutico.

Joan Sistach, un joven de 23 años que había trabajado anteriormente como instructor de surf, fue uno de los seleccionados. Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre ha realizado la formación, junto con el resto del alumnado, en las dependencias del Institut de la Nàutica de Barcelona.

La formación terminará a finales de este mes tras superar las prácticas. En los tres primeros días en el Port Olímpic ya hemos trabajado sobre las maniobras del barco en puerto y el amarre, cómo extraer con la grúa una embarcación y cómo repostar, enumera con emoción Sistach. No tenía demasiada idea sobre el mundo náutico. Ahora tengo una buena base, valora su compañero, Dani, de 32 años. Amante del buceo, hasta ahora ha trabajado como mecánico de taller y, en ocasiones, para la hostelería.

Sin embargo, asegura que, tras la formación, reconducirá su carrera profesional hacia el sector náutico: Trabajas al aire libre y tienes un contacto directo con la gente, valora. Ambos alumnos coinciden en que se les han abierto muchas posibilidades profesionales que hasta ahora desconocían. En un grupo de ‘whatsapp’ que han creado los alumnos por propia iniciativa, comparten intereses, motivaciones y nuevas ofertas que van encontrando.

Estreno durante la Copa América

Precisamente, la formación de marinero de puerto responde a la necesidad de dar cobertura con personal especializado al aumento de trabajo que se experimentará en la costa barcelonesa durante la celebración de la Copa América de Vela entre agosto y octubre de 2024. El evento podrá convertirse probablemente, según sus impulsores, en una de las primeras experiencias profesionales para diversos de los alumnos. A su término, varios puertos ya han manifestado su interés de contar con los nuevos titulados para trabajar en sus instalaciones.

El Ayuntamiento ha visto en la Copa América una oportunidad en su estrategia de impulsar la economía azul, para estrechar los lazos de la ciudad con el mar y redirigir profesionalmente a personas hacia este sector que considera en emergencia. El curso forma parte de una programación de formaciones relacionadas con la economía azul diseñados en colaboración con el sector privado y centros de enseñanza especializados para dar cobertura a la demanda de estos nuevos puestos de trabajo relacionados con el mar.

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El Port de Tarragona instala 110 paneles solares para consumo compartido

por Cristina Buesa

El compromiso de los puertos catalanes con la sostenibilidad va a más. Aparte de la electrificación de los muelles en el de Barcelona o el impulso de combustibles más limpios, el uso de energías renovables se extiende. El último ejemplo es el del Port de Tarragona, que ha anunciado la instalación de 110 placas solares en el techo del Club de Rem para uso compartido.

Se generará un total de 60 KW de potencia nominal, han informado fuentes portuarias. Esta se inyectará en la estación transformadora 12.2 del puerto y, desde allí, se distribuirá a diferentes puntos dentro del recinto portuario, como el varadero, el edificio de la policía portuaria, parte del muelle de Rioja, entre otros lugares.

En febrero, en marcha

La instalación entrará en funcionamiento el próximo mes de febrero. Con un presupuesto de 78.129,7 euros (IVA incluido), la adjudicataria ha sido Bosir, una empresa de la zona con más de 30 años de experiencia y especialista en instalaciones de sistemas eléctricos como alumbrados públicos, redes eléctricas, centros de transformación e instalaciones industriales, han informado desde el Port de Tarragona.

La instalación de los 110 paneles solares pretende mejorar la eficiencia energética de los equipamientos del Moll de Costa y del puerto, «así como estimular el uso de las energías renovables y la autosuficiencia energética en lo que es uno de los compromisos que tiene la Autoridad Portuaria de Tarragona en su proceso de transición energética», aseguran.

Ya en seis edificios

El puerto ya produce energía eléctrica con placas fotovoltaicas en seis edificios portuarios: en el techo del edificio administrativo, en el edificio del nuevo Punto de Inspección Fronterizo (PIF), en las dependencias de Aduanas, en la Cofradía de Pescadores, parte del edificio de la Policía Portuaria, y en el Museo del Puerto.

Además de los paneles del Club de Rem, también se están colocando en el techo del Refugio 1 del Moll de Costa, que se prevé esté en funcionamiento a mediados del año 2024, a la vez que se está redactando el proyecto para instalar paneles fotovoltaicos en otros edificios del recinto portuario.

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La economía azul demanda nuevos perfiles profesionales

por Glòria Ayuso

El impulso de la economía azul, considerada estratégica en Barcelona y una oportunidad para muchas poblaciones costeras, está generando una demanda de nuevos perfiles profesionales que no siempre son fáciles de encontrar. La emergencia de este sector que busca una relación más sostenible con el mar requiere de nuevas aptitudes y habilidades que las empresas deben incorporar.

El Ayuntamiento de Barcelona, a través de Barcelona Activa, ha diseñado formaciones específicas para cubrir estas necesidades, dirigidas tanto a personas en paro en busca de nuevas oportunidades como para las que desean especializarse.

Instituciones públicas y privadas

Marinero de puerto, mantenimiento de instalaciones marinas, manejo de embarcaciones de salvamento, gestión del comercio internacional en el ámbito portuario u otras más específicas relacionadas con las energías renovables marinas son algunas de las formaciones en marcha. Los conocimientos se imparten en grupos habitualmente de 15 alumnos y mediante la participación de expertos en estos sectores, procedentes de instituciones públicas y privadas como el Institut de la Nàutica, el Port Olímpic, Escola Port FP del Mar, la Federació Catalana de Vela y Raley Estudios Costeros, entre otros.

Estos cursos se iniciaron en 2022 y, desde entonces, algunos se han repetido hasta tres veces debido a la gran demanda. No obstante, las plazas ofertadas, por el momento un total de 135, se ajustan a las necesidades reales de las empresas, como indica la directora de formación de Barcelona Activa y del Pla Estratègic d’Ocupació, Lorena Ventura, ya que el objetivo es responder de una forma efectiva al mercado de trabajo.

El tirón de la Copa América

Así lo constata la concejal de Promoció Econòmica i Treball del Ayuntamiento de Barcelona, y presidenta de Barcelona Activa, Raquel Gil, para quien los diferentes cursos de economía azul están permitiendo que muchas personas obtengan trabajos relacionados con los ecosistemas marinos y actividad económica relacionada con el mar, que las empresas demandan cada vez más. El próximo año, la llegada de la Copa América de Vela será un buen ejemplo, ya que generará nuevos puestos de trabajo de calidad, añade Gil.

Para definir el nuevo programa de formaciones de 2024, Barcelona Activa está trabajando además con el Port de Barcelona y el sector privado en la localización del tipo de perfiles que más demandan las empresas. Precisamente, el puerto cuenta con una Mesa de Formación y Ocupación que integra a Barcelona Activa. En este espacio, escuchamos para después planificar y elaborar las acciones formativas, explica la directora de formación.

Perfiles muy diversos

Trabajar con el sector ha permitido advertir desde un inicio que la economía azul engloba actividades muy diversas, cada una con distintas necesidades formativas. Se distinguen así los subsectores de ocio y deporte; transporte de mercancías y personas; pesca y acuicultura; e investigación y recursos marinos.

A ellos se suman además los servicios de puerto, que integran actividades tan diversas como el mantenimiento y reparación de embarcaciones, la gestión de tráfico portuario y del comercio internacional, entre otras muchas. Según su complejidad, las formaciones pueden ir desde las 16 horas hasta las 345 horas.

Aun así, en todos ellos existe una necesidad común: dominar los idiomas en este sector es esencial, y hemos detectado que suele ser una carencia, explica Ventura. Es por ello que todas las formaciones incorporarán el inglés, con especial atención al vocabulario específico en cada una de las materias.

‘Maritimizar’ los oficios

El análisis sobre los perfiles profesionales que requiere la economía azul ha desvelado a la vez que también se requiere ‘maritimizar’ los oficios tradicionales. Se demandan pintores, carpinteros, lampistas, electricistas pero con conocimientos adicionales sobre cómo trabajar los materiales aptos para el mar o sobre las circunstancias que rodean al entorno marítimo.

Un carpintero marítimo puede trabajar en una carpintería tradicional, pero uno tradicional no puede desempeñarse igual en el mundo marítimo, y con su conversión puede cobrar mucho más, explican desde Barcelona Activa. De la misma forma, la economía azul y el sector marítimo también está demandando personal técnico e ingenieros para atender al gran desarrollo tecnológico que está experimentando este sector.

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El equipo francés de la Copa América de vela reutilizará sus aguas ante el avance de la sequía

por Glòria Ayuso

Mientras Barcelona se prepara para lo peor ante una sequía que ya hace tres años que dura, en el Port de Barcelona el equipo francés de la Copa América de Vela, el Orient Express Racing Team, se ha planteado cómo evitar el gran gasto de agua que requiere la limpieza diaria de las embarcaciones que salen a entrenar. En su caso, ha encontrado la solución en la instalación de un innovador sistema de reutilización de las aguas, a través de una colaboración con la que es la tercera compañía de aguas francesa y la primera en Portugal, el Grupo Saur.

Saur implantará dos soluciones en la base del equipo francés que permitirán reutilizar el 60% de las aguas, reduciendo su huella hídrica. Por una parte, tratará las aguas grises, procedentes de la lluvia y la recuperación del agua utilizada en las duchas, para su posterior reutilización para las cisternas, de nuevo en las duchas y para el lavado de embarcaciones, reduciendo a más de la mitad el consumo total de agua en la base francesa.

La segunda solución se centra en el tratamiento de las aguas residuales de baños y cocinas mediante un biorreactor (BWTU), tras el cual se vertirán de nuevo con una buena calidad.

Medio millar de personas al día

La instalación dará servicio a las 115 personas que trabajarán en la nueva base francesa que el equipo estrenará en primavera, así como a las cerca de 500 personas que se espera que pasen por ella a diario durante la competición de la Copa América de Vela.

El codirector general del Orient Express Racing Team, Stephan Kandler, ha remarcado que esta colaboración con el especialista en tecnologías del agua se lleva a cabo debido a que nuestros principales valores son dar a este desafío deportivo una dimensión decididamente medioambiental.

Soluciones a pequeñas poblaciones

Mediante el patrocinio de esta instalación, que tendrá un coste de un millón de euros, el Grupo Saur quiere mostrar que la aplicación de soluciones tecnológicas permite «mejorar la eficiencia de toda la red» y «reducir el consumo de agua» en un entorno de escasez, como ha indicado su presidente, Patrick Blethon.

La compañía provee de soluciones tecnológicas a poblaciones pequeñas y medianas, en la mayor parte de los casos a empresas de agua municipales. Además de tecnología digital que permite localizar fugas de agua -que pueden llegar a representar hasta el 40% del gasto hídrico-, el grupo propone sistemas de reutilización de aguas como el instalado en la base francesa para combatir en el futuro un escenario en el que los episodios de sequía serán cada vez más severos.

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La eólica marina reclama la agilización de los proyectos para superar cuellos de botella y los altos precios de suministros

por Glòria Ayuso

La Cumbre del Clima de Dubái (COP28) se clausuró el miércoles con el compromiso de los 198 países participantes de triplicar la potencia mundial de energías renovables de aquí a 2030, entre otras medidas. Eso significa pasar de los 3.500 GW actuales a los 11.000 GW en un plazo de seis años, para ir menguando la dependencia de los combustibles fósiles y poder limitar el calentamiento del planeta en los 1,5 C respecto a los niveles preindustriales.

Dentro del mix de renovables, para cumplir con estos planes, a la eólica marina le toca despegar y desarrollarse, aumentando la potencia de los 65 GW instalados en la actualidad, a los 494 GW en 2030, lo que significa multiplicar por más de siete su capacidad. Este reto cuenta, en la práctica, con numerosas barreras, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), que denuncia la falta de claridad regulatoria y cuellos de botella en la cadena de suministro.

Más coste de los proyectos

A ello se suma el aumento de precios de las materias primas debido a la inflación, que ha elevado el coste de los proyectos, según destaca el informe Perspectiva de las Transiciones Energéticas Mundiales de Irena. Los mayores costes de endeudamiento actuales son motivo de preocupación, destaca en la misma línea la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe Perspectivas Energéticas Mundiales 2023, ya que complican la economía de los proyectos y podrían inclinar los cálculos de costes hacia tecnologías (a menudo contaminantes) que tienen menores costes iniciales, pero generan gastos a largo plazo.

Acción concertada

Frente al riesgo de que los proyectos de eólica marina zozobren, el director general de Irena, Francesco La Camera, ha reclamado en la Cumbre del Clima «una acción concertada» entre el sector público y el privado que incluya «abordar urgentemente barreras sistémicas profundamente arraigadas propias de la era de los combustibles fósiles».

En este sentido, el sector reclama un fuerte compromiso político con la continua construcción de los nuevos proyectos. La prioridad de esta industria es recortar los costes, por lo que considera que una forma de lograrlo es que las administraciones adelanten el desarrollo previsto de la energía eólica marina, acelerando los plazos y licitando volúmenes mayores a la vez.

Esto crea una previsión de la demanda que permite evitar la falta de entrega de componentes clave que se necesitan para desarrollar los proyectos, dando un apoyo a la cadena de suministro que puede traducirse en costos más bajos para los proyectos de energía eólica marina en el corto plazo, indican en un análisis el responsable de Asuntos Externos del Foro Económico Mundial, Rasmus Nikolaj Due Skov, y el director general del Consejo Mundial de Energía Eólica, Ben Backwell, fruto de los problemas expuestos durante la cumbre.

Ventajas fiscales

Estos expertos y el sector de energías renovables también reclaman que las ventajas fiscales que benefician actualmente a la industria de los combustibles fósiles, que recibe subsidios directos, se apliquen a los proyectos de energía renovable, aduciendo que asegurará la obtención de energía limpia en puertos y zonas costeras, con el consiguiente descenso de la contaminación asociada.

Al mismo tiempo, reclaman que los nuevos contratos de energía eólica marina tengan en cuenta la inflación, un aspecto clave para garantizar la sostenibilidad financiera a largo plazo, al tiempo que se actualicen los contratos existentes que se han paralizado debido al aumento de los costes.

Impacto en el entorno

El debate sobre cómo acelerar la implementación de la eólica marina no ha dejado de lado otro de los temas más espinosos: el impacto que genera en el entorno. Tanto el Foro Económico Mundial como el Consejo Mundial de Energía Eólica indican la necesidad de reconocer que ampliar la industria eólica marina al ritmo necesario para cumplir su parte en la transición energética puede generar impactos en la sociedad y la naturaleza. Por ello, señalan que se deben evitar o mitigar los impactos ambientales y crear apoyo local de manera proactiva para evitar posibles barreras estructurales a la construcción, al tiempo que los gobiernos introduzcan criterios mínimos que permitan en cada uno de los proyectos la presentación de todos los actores energéticos en igualdad de condiciones.

Nueva organización

Con el fin de promover el despliegue de la energía eólica marina, durante la Cumbre del Clima de Dubái se ha lanzado una nueva organización de carácter internacional, Ocean Energy Pathway (OEP), que mediante una «acción global» se propone impulsar esta tecnología.

La nueva organización ha recibido 250 millones de dólares de apoyo en financiación de la también recientemente creada Alianza para la resiliencia oceánica y el clima (ORCA), entidad que se define por estar centrada en promover soluciones basadas en los océanos para luchar contra el cambio climático.

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