El director del ICM-CSIC, Valentí Sallarès, pide una mayor inversión en investigación y tecnologías de mitigación, así como la implementación de políticas más efectivas e integradas para reducir la huella antropogénica en el océano

La Declaración de Barcelona reclama acciones urgentes para frenar la contaminación del océano

El ICM-CSIC alerta sobre los altos niveles de contaminación y sobreexplotación en la costa catalana

por Glòria Ayuso

Los científicos del Institut de Ciències del Mar-CSIC (ICM-CSIC) han alertado este miércoles sobre los efectos del cambio climático, los altos niveles de contaminación y sobreexplotación de las aguas en la costa catalana y del peligro de alcanzar unos límites en los que no habrá marcha atrás.

A final de siglo, con un avance de 1,5 centímetros del nivel del mar, el 50% de las playas desaparecerán, ha alertado Miquel Ortega, experto en Ecología Política y de Medio Marino, que ha añadido que podemos intervenir en las causas, y adaptarnos de forma progresiva retrocediendo en la ocupación de la costa. El ICM-CSIC ha presentado un estudio sobre el estado del mar en Catalunya, que recoge asimismo que el 46% de los peces que viven en áreas cercanas a Barcelona presentan microplásticos en su interior, ya que se trata de un punto de concentración de estos residuos. A nivel general, en Catalunya más del 60% de los residuos marinos son plásticos, según el documento, que reclama la adopción urgente de medidas de gestión específicas para solucionar el problema.

Sobreexplotación

El ICM alerta que el impacto de la pesca intensiva y no sostenible de las especies comerciales y de las catalogadas como vulnerables está poniendo en jaque a todo el ecosistema marino catalán. El Mediterráneo es la segunda zona del planeta con mayor sobreexplotación, ha explicado el científico del ICM experto en evolución costera Jorge B. Guillén, que ha destacado el gran descenso de especies como la sardina y la merluza. Como soluciones, ha expuesto la elección de las zonas de actividad pesquera, mejorar las artes de pesca con redes más idóneas y adoptar nueva tecnología en las técnicas de arrastre que reducen el impacto. Hay que afrontar el reto, manteniendo nuestra cultura marina y los puestos de trabajo, poniendo en relación el conocimiento tecnológico con la cadena de valor de la pesca.

Medusas en la costa

El aumento de temperatura del agua, oscila en la costa catalana entre los 0,3 y los 0,8C por década, según el informe, alcanzando en algunos años máximas de hasta 2,5C. Ello está teniendo graves efectos sobre algunos de los ecosistemas más emblemáticos de las costas como los formados por comunidades de coral rojo, gorgonias y esponjas. Ello ha facilitado la proliferación de medusas en la costa, especialmente durante los episodios de grandes lluvias y escorrentías que alteran la salinidad del agua, afectando negativamente tanto a la pesca como al turismo.

Acidificación

Asimismo, en zonas como la Bahía de Blanes o el Estartit, donde el ICM-CSIC tiene estaciones de muestreo permanentes, se han registrado descensos significativos del pH marino, en un proceso de acidificación que incide en organismos como moluscos, corales y algas calcáreas, debilitando sus estructuras y afectando los ecosistemas. Contar con una red de observación y monitorización del océano es necesario para elaborar los modelos y hacer las proyecciones que permitan adaptarnos al cambio climático, ha remarcado la experta en corrientes y monitorización del ICM-CSIC, Cristina González.

Acciones urgentes

Ante este escenario, el ICM-CSIC ha exigido acciones inmediatas y sostenidas y reclamado que la ciencia debe trabajar «no solo en la identificación de estos problemas, sino también en el monitoreo y la búsqueda de soluciones. Para el director del ICM-CSIC, Valentí Sallarès, es necesaria una mayor inversión en investigación y tecnologías de mitigación, así como la implementación de políticas más efectivas e integradas para reducir la huella antropogénica en el océano.

Mostrar la interrelación entre el mar y el clima, y con ello la urgencia de aminorar la contaminación de las aguas y las emisiones será el objeto del nuevo centro de 3.000 m2 que el Institut de Ciències del Mar-CSIC abrirá al público en 2027 junto al Port Olímpic.

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<p style=por Glòria Ayuso

Los científicos del Institut de Ciències del Mar-CSIC (ICM-CSIC) han alertado este miércoles sobre los efectos del cambio climático, los altos niveles de contaminación y sobreexplotación de las aguas en la costa catalana y del peligro de alcanzar unos límites en los que no habrá marcha atrás.

A final de siglo, con un avance de 1,5 centímetros del nivel del mar, el 50% de las playas desaparecerán, ha alertado el científico del ICM experto en evolución costera Jorge B. Guillén, que ha añadido que podemos intervenir en las causas, y adaptarnos de forma progresiva retrocediendo en la ocupación de la costa. El ICM-CSIC ha presentado un estudio sobre el estado del mar en Catalunya, en un acto en el que ha reclamado políticas más efectivas e integradas «para reducir la huella antropogénica en el océano.

El informe recoge que el 46% de los peces que viven en áreas cercanas a Barcelona presentan microplásticos en su interior, ya que se trata de un punto de concentración de estos residuos. A nivel general, en Catalunya más del 60% de los residuos marinos son plásticos, según el documento, que reclama la adopción urgente de medidas de gestión específicas para solucionar el problema.

Sobreexplotación

El ICM alerta que el impacto de la pesca intensiva y no sostenible de las especies comerciales y de las catalogadas como vulnerables está poniendo en jaque a todo el ecosistema marino catalán. El Mediterráneo es la segunda zona del planeta con mayor sobreexplotación, ha explicado Miquel Ortega, experto en Ecología Política y de Medio Marino, que ha destacado el gran descenso de especies como la sardina y la merluza. Como soluciones, ha expuesto la elección de las zonas de actividad pesquera, mejorar las artes de pesca con redes más idóneas y adoptar nueva tecnología en las técnicas de arrastre que reducen el impacto. Hay que afrontar el reto, manteniendo nuestra cultura marina y los puestos de trabajo, poniendo en relación el conocimiento tecnológico con la cadena de valor de la pesca, ha afirmado.

Medusas en la costa

El aumento de temperatura del agua, oscila en la costa catalana entre los 0,3 y los 0,8C por década, según el informe, alcanzando en algunos años máximas de hasta 2,5C. Ello está teniendo graves efectos sobre algunos de los ecosistemas más emblemáticos de las costas como los formados por comunidades de coral rojo, gorgonias y esponjas. Ello ha facilitado la proliferación de medusas en la costa, especialmente durante los episodios de grandes lluvias y escorrentías que alteran la salinidad del agua, afectando negativamente tanto a la pesca como al turismo.

Acidificación

Asimismo, en zonas como la Bahía de Blanes o el Estartit, donde el ICM-CSIC tiene estaciones de muestreo permanentes, se han registrado descensos significativos del pH marino, en un proceso de acidificación que incide en organismos como moluscos, corales y algas calcáreas, debilitando sus estructuras y afectando los ecosistemas. Contar con una red de observación y monitorización del océano es necesario para elaborar los modelos y hacer las proyecciones que permitan adaptarnos al cambio climático, ha remarcado la experta en corrientes y monitorización del ICM-CSIC, Cristina González.

Acciones urgentes

Ante este escenario, el ICM-CSIC ha exigido acciones inmediatas y sostenidas y reclamado que la ciencia debe trabajar «no solo en la identificación de estos problemas, sino también en el monitoreo y la búsqueda de soluciones. Para el director del ICM-CSIC, Valentí Sallarès, es necesaria una mayor inversión en investigación y tecnologías de mitigación, así como la implementación de políticas más efectivas e integradas para reducir la huella antropogénica en el océano.

Mostrar la interrelación entre el mar y el clima, y con ello la urgencia de aminorar la contaminación de las aguas y las emisiones será el objeto del nuevo centro de 3.000 m2 que el Institut de Ciències del Mar-CSIC abrirá al público en 2027 junto al Port Olímpic.

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El Port de Barcelona invita al sector privado a invertir en la vida marina

por Glòria Ayuso

El Port de Barcelona invita al sector privado a participar en la regeneración de la biodiversidad marina en sus inmediaciones. El programa RegenPorts, impulsado por BCN Port Innovation con la colaboración de Nactiva, lanza este miércoles una convocatoria en la que abre las puertas a las empresas a invertir en la implantación de un total de 400 estructuras de regeneración marina, distribuidas en 8 lotes de 50 unidades, en los muelles del Port de Barcelona. Se trata de estructuras recubiertas de carbonato cálcico de la empresa Ocean Ecostructures que replican el funcionamiento de un arrecife natural y aceleran la regeneración de la biodiversidad.

Encontrar cómo hacer rentable la recuperación de la biodiversidad marina e implantar esta solución a gran escala es el objetivo del proyecto RegenPorts. Ya hace un año que empezamos a diseñar un modelo de negocio para que los espacios no productivos del puerto, como el borde del muelle, la lámina de agua y el fondo acuático, puedan generar beneficios, poniéndolos al servicio de la comunidad portuaria para la regeneración de la biodiversidad, logrando que sean lugares menos hostiles, explica el director técnico de Fundació BCN Port Innovation, Miquel de la Mano. Además de las estructuras de regeneración, la fundación contempla promover en el puerto diversas tecnologías de soluciones regenerativas del medio marino en su portafolio.

Resultados concretos

Las empresas participantes recibirán un reporte con los resultados obtenidos en la recuperación de la biodiversidad, la cantidad de CO secuestrado y el oxígeno generado. Estos datos sirven a las compañías para facilitar su cumplimiento de normativas clave como el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE (EU ETS); la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD); y los requisitos del Estado de Información No Financiera (EINF). Pese a la marcha atrás en Europa en algunas de las normativas medioambientales, la competitividad ya está estrechamente relacionada con una actuación responsable, según el CEO de Nactiva, Joan Cabezas, porque las compañías pueden acceder a financiación en mejores condiciones si justifican que están contribuyendo a la mitigación del impacto de sus actividades, y aportando resultados tangibles. En este sentido, «grandes empresas que operan en el puerto, como pueden ser Maersk, Hutchison, Decathlon y Amazon, ya están interesadas en colaborar y pueden estar en las primeras iniciativas para aprender a reportar», afirma Cabezas.

Primera certificadora

El proyecto podría formar parte antes de que acabe el año del programa de certificación de regeneración natural de Verra, la primera iniciativa a nivel global de este tipo. La certificación se establece como lucha contra el lavado verde. Una de las condiciones es que el compromiso de participación de las empresas debe ser a largo plazo para que la regeneración sea efectiva y perdure.

Hasta ahora, se han instalado 117 unidades de regeneración de biodiversidad marina, principalmente en el Port Olímpic y el Port de Barcelona. El lanzamiento de la convocatoria para la participación del sector privado en el puerto se produce tras una prueba piloto, en la que se instalaron 47 unidades bioregenerativas en lugares como la Bocana Nord, el Helipuerto y el Moll de Pescadors. Según sus promotores, en estos emplazamientos las especies se han duplicado y la biomasa se ha incrementado en un 75%, mientras que se ha absorbido 230 kg de CO2, lo que equivale a 10 árboles jóvenes creciendo durante un año.

Estabilizar el litoral

Nactiva promueve e impulsa la financiación de proyectos empresariales dedicados a la regeneración del capital natural, integrando a actores privados, técnicos, académicos e institucionales. Según un estudio realizado junto con la UPF-BSM, los arrecifes artificiales ayudarían a estabilizar el litoral frente al aumento del nivel del mar y a fortalecer su capacidad para absorber el impacto de las tormentas. Nactiva estima que podrían llegar a instalarse más de 3.000 unidades de regeneración marina a lo largo de los puertos del área metropolitana en los próximos 10 años, lo que podría incrementar en un 150% la biodiversidad marina y en un 200% tanto el secuestro de carbono como la generación de oxígeno. El sector de la regeneración natural crecerá, creando empleo, start-ups y riqueza. Si se gestiona bien, puede ser un sector estratégico para el país, según Cabezas.

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por Glòria Ayuso

La economía azul es un sector estratégico en Europa, y Barcelona y la costa mediterránea se encuentran, gracias a su ecosistema de referencia, en una posición privilegiada. Atraer inversiones y canalizar el capital hacia la economía azul, impulsando su desarrollo para la creación de riqueza y progreso, es el objetivo del Consejo de Expertos en Economía Azul de El Periódico.

Barcelona combina un ecosistema en economía azul fuerte en ciencia, investigación, universidades, emprendimiento y empresas consolidadas con una creciente inversión en el sector y una gran capacidad para atraer talento, han indicado los expertos. La ciudad es asimismo sede de la Unión por el Mediterráneo, organismo que reúne a todos los países bañados por este mar, y que se está reformulando para vehicular fondos europeos para su desarrollo y cohesión, lo que sitúa Barcelona como lugar de proyección en todo el Mediterráneo. En opinión de los expertos, la economía azul y la sostenibilidad no son solo una causa, sino un sector en expansión y una oportunidad de negocio sólida y rentable. Lo mismo que ha ocurrido, se ha ejemplificado, con las energías renovables, cuyo despliegue es ahora decisivo y ya centra el interés de las grandes compañías. En una nueva reunión del consejo de expertos este viernes en la sede del diario, bajo la batuta del director, Albert Sáez, se ha definido la necesidad de imprimir velocidad al desarrollo y la inversión en la economía azul para que los negocios y toda la innovación asociada generen beneficios.

Mayores facilidades

Eliminar las barreras burocráticas y financieras son aspectos clave. La velocidad en la que pueden escalar depende de ello, ha incidido la secretaria general del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), Aurora Catà.

Por el momento, ya se están llevando a cabo iniciativas para ofrecer mayores facilidades. Además del programa de emprendimiento local B-Blue, el fondo Ports 4.0 financia ideas en estado inicial, proyectos en fase de creación de prototipo y en estado ya comercial. A ello se suma que el Port de Barcelona ofrece a start-ups y empresas que impulsan innovación poder testear sus soluciones en sus inmediaciones (espacios llamados sandbox). Asimismo, el puerto y las administraciones están trabajando para crear un marco regulatorio y fiscal facilitador en estos espacios.

Cambios en marcha

Empresas ubicadas en el centro de innovación en economía azul BlueTechPort y diversas que han accedido a los fondos Ports 4.0 ya están testeando sus innovaciones. Sumar también un sandbox regulatorio con una normativa más abierta, cerraría el círculo virtuoso para atraer nuevas inversiones, ha afirmado la directora de Innovación y Estrategia de Negocio del Port de Barcelona, Emma Cobos.

A la vez, encontrar en un mismo espacio físico todas las innovaciones que está aportando el amplio ecosistema de la economía azul, a modo de showroom, es un atractivo añadido para la atracción de inversiones, ha indicado el director de negocio de BlueNetCat, Pablo Bou.

Necesidades distintas

Las necesidades de financiación van desde capital inicial para startups hasta fondos para grandes proyectos, que requieren acceso a fuentes de financiamiento más amplias, ha constatado la directora de proyectos estratégicos de Barcelona Activa, Anna Majó.

En cualquier caso, lo urgente es asegurar un acceso rápido a la financiación. Los expertos han considerado que el foco debe situarse en las actividades económicas relacionadas con el mar con mayor proyección, incluyendo el turismo en la costa, y que operen bajo un propósito, debido a que todas ellas dependen de la buena salud del océano.

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El Port de Barcelona ha puesto en marcha a través de la start-up GoClever de un nuevo sistema de control de operaciones, de mercancías y de descarga de residuos de los buques a través de sensores e Inteligencia Artificial.

Los puertos y terminales marítimas trabajan con líneas de carga que, al margen de los contenedores, transportan otros elementos con dimensiones no estándares y a menudo incorrectamente declaradas, algo que conlleva equivocaciones en la planificación del almacenamiento y unos ingresos menores por mercancía transportada, como indica GoClever. Lo mismo ocurre en la descarga de residuos, en los que la implantación de un control de medición en el punto de gestión de la Autoridad Portuaria de Barcelona ya permite que los operadores paguen no por lo que declaran sino por el volumen realmente descargado. Declarar un volumen un palmo de altura menor supone al puerto dejar de ingresar 400 euros por la gestión de esos residuos, ejemplifica el CEO de GoClever, Jorge García. Al cabo de un año, la diferencia puede alcanzar el millón de euros.

Pionero en Barcelona

El nuevo sistema de medición de residuos, basado en sensores y el escaneo a través de rayos láser, ha contado con el apoyo de Puertos del Estado y se ha implementado también en el Puerto de Valencia. La empresa está hablando con operadores de servicios portuarios para su aplicación en el resto de infraestructuras logísticas. Bcn Port Innovation es la fundación a través de la cual se implementan iniciativas pioneras en las instalaciones portuarias de Barcelona, para después escalarlas. También con su apoyo, GoClever ha puesto en marcha en la terminal Grimaldi del puerto un sistema de control de las operaciones de carga rodada gestionado a través de IA. Un sistema inteligente entrenado dirige las cámaras sin intervención humana para asegurar el correcto funcionamiento de todas las operaciones y detectar cualquier irregularidad.

Seguridad desfasada

Esta solución es aplicable otros usos, como los sistemas de control de calidad en los puertos: Actualmente, se realizan de forma manual con tan solo una muestra. Con este sistema será posible controlar el 100%, afirma García. La tecnología de GoClever es extrapolable, asimismo, a cualquier proyecto de seguridad a nivel general, un sector muy desfasado que no ha incorporado la realidad tecnológica, asegura García.

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Dos proyectos basados en la revalorización de los residuos procedentes de la depuración de los purines y la desalinización del agua de mar, FLOC y SEAMORETECH, han ganado la tercera edición del B-Blue, el programa de aceleración empresarial dedicado a start-ups de la economía azul de Barcelona Activa.

Cinco empresas finalistas del programa de emprendimiento han realizado este miércoles una exposición ante el jurado. FLOC ha sido elegida por su alto potencial de negocio. La start-up propone una solución innovadora para recuperar nitrógeno, fósforo y potasio de las aguas residuales tratadas en depuradoras, transformándolos en fertilizantes inorgánicos. En España, los nutrientes eliminados por las depuradoras tienen un valor estimado de 180 millones de euros anuales, indica la start-up, que se centra en recuperar los residuos en plantas que tratan los purines.

Oportunidad económica

Nuestro objetivo es cambiar el paradigma: convertir un problema ambiental en una oportunidad económica, ha explicado el CEO de FLOC, Xavier Crusat. Su propuesta es suministrar su tecnología patentada basada en unas membranas que extraen estos macronutrientes sin necesidad de químicos ni empleo de energía, lo que supone además una reducción de costes en la gestión de las aguas residuales, ha subrayado Crusat. Si bien el Centro de Estudios Porcinos de Lleida ha mostrado gran interés en la solución, persisten resistencias en los sectores tradicionales a los que, según la start-up, les cuesta abrirse a nuevos modelos de negocio aprovechando sus residuos para generar una economía circular, una barrera que FLOC quiere romper con su actividad.

El jurado ha elegido además a SEAMORETECH para el premio a la propuesta más sostenible. La startup está implantando una tecnología que permite a las desalinizadoras abaratar los costes de obtención de agua de boca y que valoriza las salmueras, que actualmente se vierten al mar. El modelo de negocio de la start-up, que ya ha validado su producto, se centra en la recuperación del subproducto en forma de minerales de alto valor para comercializarlo en la industria química, como ha explicado la CEO de la empresa, Sofia Delgado.

También agua dulce

Los dos proyectos han recibido un cheque con un valor económico de 10.000 euros. El programa B-Blue tiene como finalidad ayudar a las start-ups de la economía azul a validar su modelo de negocio y dotarlas de los recursos necesarios mediante formación y networking, búsqueda de financiación y captación de talento.

Colaboración del ecosistema

Impulsado por Barcelona Activa junto con Port de Barcelona, Costa, y en el que participan la UPC, Barcelona Clúster Nàutic, Seastainable Ventures y Aigües de Barcelona. «El objetivo es seguir impulsando esta gran interacción que existe en Barcelona entre todo el ecosistema de la economía azul», ha destacado la directora de proyectos estratégicos de Barcelona Activa, Anna Majó.

En esta ocasión se ha incrementado las propuestas en torno al agua dulce. La entrega de los dos premios ha tenido lugar en el BlueTechPort, dedicado a las empresas y startups de la economía azul.

La tercera edición del B-Blue ha contado con 29 aspirantes, nueve de los cuales han participado en el programa.

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El Ayuntamiento de Tarragonaha sacado a licitación la ejecución del proyecto de renaturalización de su tramo municipal del río Francolí. Así lo ha anunciado el concejal de Medio Ambiente, Guillermo García de Castro, en la que se trata la actuación más grande de todas las que realizará el consistorio en en el marco del proyecto Tarragona – Greenbelt’26. Esta actuación contará con un presupuesto aproximado de 1,44 millones de euros y consistirá en la restauración ambiental y natural del sistema fluvial para restitur el funcionamiento y la dinámica fluvial.

El presupuesto exacto es de 1.437.500 euros, IVA incluido. El proceso de renaturalización del Francolí tiene varios objetivos, según ha expuesto García en la presentación, este lunes: generar sinuosidad en el último tramo del río para asimilar el trazado a las condiciones fluviales naturales para favorecer el caudal superficial y mejorar los caminos fluviales del margen izquierdo del río, recuperando 3,2 kilómetros de rutas hasta la zona del Rec Major (norte de Tarragona, cerca de Constantí). Esta actuación se realizará con una adecuación de la plataforma, la mejora de la señalización y el drenaje en pundos concretos que se encuentran en estado crítico.

Además, la intervención en el río Francolí se hace con el objetivo de potenciar la presencia de especies autóctonas y reducir la masa de vegetación invasora, como la caña americana, que es muy presente en el tramo final del río y provoca un alto riesgo de inundación. En concreto, el consistorio prevé eliminar unas 2 hectáreas de superficie de cañas y especies exóticas, lo que también favorecerá la biodiversidad autóctona. Finalmente, la actuación concluirá con la construcción de arquetas para la instalación de rejillas de retención de residuos sólidos en la red de alcantarillado con el objetivo de disminuir el vertido de residuos que llega al río y, después, al mar.

El río Francolí, «el gran desconocido»

Esta mañana, durante la presentación del proyecto de renaturalización, el concejal de Medio Ambiente de Tarragona ha realizado una visita con los técnicos municipales en el río. García ha hablado del río Francolí como «el gran desconocido» y ha dicho que la actuación «supondrá para Tarragona tener un espacio de río que la ciudadanía podrá disfrutar y que repercutirá positivamente en nuestra biodiversidad y en la reordenación del cauce del tramo final del río». Para el concejal es importante la mejora de los flujos de agua y la reducción del riesgo de inundación que permitirán los trabajos.

El proceso tiene un plazo de ejecución de 7 meses, a contar a partir de la adjudicación que ahora se ha abierto. La actuación forma parte de las actuación de renaturalización de varios espacios dentro del proyecto Tarragona – Greenbelt’26, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por los Fondos Next Generation. Más allá de la actuación en el Francolí, el consistorio ha publicado un formulario para conocer la percepción y los usos que tiene la ciudadanía del río Francolí.

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por Glòria Ayuso

La Unión por el Mediterráneo (UpM), organización intergubernamental cuya sede se encuentra en Barcelona, se está reformulando para fortalecer la cohesión entre Europa y los países al sur del Mediterráneo.

En un contexto de cambios en la geopolítica mundial, desde Bruselas se ve clave intensificar la relación en la zona meridional. La visión es que si ya existe un foro en el que todos los países están representados, lo único que hay que hacer es potenciarlo. Barcelona se erige de esta forma como la capital de esta nueva relación fortalecida. Representantes de los 27 estados de la Unión Europea y los 16 al sur y este del Mediterráneo que integran la plataforma dedicada a la Economía Azul de la Unión por el Mediterráneo se han reunido este miércoles y jueves en la capital catalana.

Mayores competencias

Desde esta plataforma se abordan asuntos como la pesca, la contaminación en el Mediterráneo y la descarbonización de los puertos y el transporte marítimo, fomentando proyectos de colaboración y la aplicación de la innovación que benefician el desarrollo también en la costa sur. Esta aproximación que ha implicado de forma transversal a múltiples sectores ha fomentado una confianza sobre la cual es posible construir nuevos proyectos, tal y como explican desde la UpM.

El objetivo es dotar al organismo de mayores competencias. Entre ellas, la gestión directa de los fondos que actualmente se reparten por otras vías desde Bruselas y un papel protagonista para que los países utilicen este foro para tratar conjuntamente aspectos que afectan su interrelación. La situación en Oriente Medio, el conflicto en el Mar Rojo, la inmigración y la interrelación entre los puertos al norte y sur del Mediterráneo convierten en cada vez más necesario este organismo que funcionaría como una ONU regional.

El embrión

Este impulso de la UpM coincide con el 30 aniversario, este año, del Proceso de Barcelona. Esta declaración se lanzó el 28 de noviembre de 1995 fecha en la que se conmemora anualmente en el Día del Mediterráneo cuando los ministros de Asuntos Exteriores de la UE y de 12 países del sur y el este del Mediterráneo firmaron en la capital catalana la Asociación Euromediterránea, la semilla del actual organismo. Impulsado entonces por la esperanza generada por el Proceso de Paz en Oriente Medio, se concibió como un instrumento para transformar la región en un espacio común de paz, estabilidad, seguridad y progreso socioeconómico.

El encuentro de esta semana tiene como misión impulsar la hoja de ruta que los ministros de los países integrantes firmaron en 2021. De ella destaca diez prioridades, que abordan el transporte marítimo y los puertos, la seguridad marítima, la gestión del turismo costero, la pesca y acuicultura, las energías renovables marinas, la bioeconomía azul, la planificación de los espacios marinos, la transferencia de conocimiento y la financiación.

Prioridad estratégica

El enfoque de la UE en esta área queda patente con el nombramiento de Dubravka uica como la primera Comisaria europea para el Mediterráneo. Hace una semana, uica se reunió con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y el secretario general de la UpM, Nasser Kamel. Considerada como una prioridad estratégica, la Comisión Europea está trabajando en la formulación de una gestión integrada de las políticas marítimas a través del Pacto por el Océano, con el objetivo de implementarlo en su área de influencia y posicionarlo como un modelo a nivel internacional.

El ecosistema de economía azul que se erige en Barcelona se contempla como una plataforma para acelerar la interrelación mediante la transferencia de conocimiento y el impulso de proyectos. La UpM empezó a trabajar cuando no se hablaba de economía azul. Ahora vemos el resultado, como el trabajo a nivel regional se materializa para crear impacto. Este grupo ha crecido mas allá del Mediterráneo y ya tiene incidencia a nivel internacional, ha afirmado este jueves en Barcelona Alessandra Sensi, responsable de Medio Ambiente, economía verde y azul de la UpM.

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por Glòria Ayuso

La convocatoria de ayudas de los Fondos Ports 4.0, dedicados a impulsar el desarrollo tecnológico de los puertos para su modernización, destinará 750.000 euros a 47 nuevas ideas para su desarrollo, 11 de las cuales se llevarán a cabo en los puertos de Barcelona y Tarragona.

Concretamente, nueve ideas seleccionadas que cuentan con el apoyo del Port de Barcelona buscan innovar en el ámbito portuario mediante tecnologías avanzadas. Incluyen un sistema de detección de grietas en muelles con inteligencia artificial, un gemelo digital para mejorar la planificación portuaria, y una desalinizadora flotante biodegradable para barcos salvavidas.

Foco en sostenibilidad

Otras propuestas destacan por su enfoque en eficiencia y sostenibilidad: una plataforma sumergible sin motores para izado de barcos, una base de datos en blockchain para el registro de embarcaciones, y un software para monitoreo ambiental portuario alineado con normativas europeas.

Además, se incluyen una app de verificación de impacto ambiental en tiempo real, un proyecto para estructuras de cemento regenerativas de biodiversidad marina, y un sistema de boyas IoT para mejorar la resiliencia costera y la navegación.

Eliminar los plásticos

L’Autoritat Portuària de Tarragona ofrece asimismo sus espacios para que otras dos ideas realicen pruebas para evaluar su avance. Una de ellas, presentada por Eurecat con la colaboración de centros de investigación de universidades de Finlandia y Japón, y que se basa en la identificación de bacterias capaces de biodegradar las partículas más pequeñas de los plásticos que se encuentran en las aguas. Las pruebas se llevarán a cabo en el Puerto de Tarragona y en el litoral adyacente.

La segunda que se prevé llevar a cabo en el puerto tarraconense también busca desarrollar un software que, como un gemelo digital, permita planificar una mejora de las operaciones marítimas y los servicios portuarios, basándose en técnicas de análisis de datos, optimización de procesos y simulación de escenarios.

Apoyo en fase avanzada

Próximamente el fondo fallará sobre la concesión de otros 6 millones de euros para proyectos en fase de comercialización que permitan modernizar el sector portuario. Asimismo, actualmente está abierta una nueva convocatoria de ayudas para Proyectos Precomerciales, que cuenta con una dotación de 11,25 millones de euros.

Los puertos de titularidad estatal en España aportan un 1% de sus beneficios al fondo Ports 4.0 para financiar la innovación en el sector logístico-portuario. En marcha desde 2020, ha financiado 178 proyectos innovadores en tres categorías: Ideas, Proyectos Comerciales y Proyectos Precomerciales, con más de 30 millones de euros.

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La Comisión Europea ha abierto el plazo para recibir aportaciones sobre el futuro Pacto Europeo por los Océanos, una iniciativa que busca una gobernanza integral de los océanos, abarcando tanto políticas internas como externas. Se prevé que el pacto sea adoptado en el segundo trimestre de 2025, a tiempo para su presentación en la 3 Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos en junio en Niza.

El objetivo es agrupar las diversas iniciativas marítimas de la UE, abordando aspectos clave como la gestión del espacio marítimo, la pesca y la competitividad económica. El pacto servirá como un marco de referencia unificado, integrando diversas iniciativas, pero sin sustituir ni centralizar la gestión, teniendo en cuenta que existen competencias compartidas entre la UE y los Estados miembros en áreas tan esenciales como la acuicultura y la política de mercados. Según el documento, se busca liderar la gobernanza oceánica global garantizando océanos saludables y productivos; impulsar una economía azul competitiva y reforzar el conocimiento marino en la UE. La gestión de los recursos marinos debe abordar, según sus directrices, la triple crisis que afecta el planeta: la contaminación, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Comunidades y negocios

Con una visión unificada, la Comisión Europea espera alcanzar una mayor coherencia entre las políticas oceánicas en la UE, mejorar la protección y restauración de la biodiversidad marina, reforzar el sector pesquero y acuícola garantizando la soberanía alimentaria y atraer inversiones, innovación y desarrollo tecnológico en la economía azul. El pacto, que fue anunciado por la presidenta Von der Leyen en sus directrices políticas de la Comisión Europea (2024-2029), quiere de esta forma integrar las dimensiones ambientales, económicas y sociales, con la participación de comunidades locales, autoridades, industrias y ONG.

La convocatoria estará abierta hasta el 17 de febrero de 2025. La consulta se dirige a los miembros de la comisión, los estados miembros, las comunidades costeras, al público en general, la industria y los negocios relacionados con el océano, expertos y ONG. Los comentarios recopilados se utilizarán para diseñar el pacto.

El océano en el foco

En su designación, Von der Leyen resaltó la importancia de gestionar de forma sostenible el océano y los recursos que ofrece, ya que el 40% de la población europea reside en áreas costeras y que el 75% del volumen de comercio exterior de la UE se realiza por vía marítima. En su segundo mandato, ha designado a un nuevo comisario, Coastas Kadis, para la Pesca y los Océanos, dos carteras que antes se integraban con la de medio ambiente.

El mar y sus ecosistemas juegan un papel clave para hacer frente al cambio climático, la resiliencia de las comunidades y la seguridad alimentaria. También es fuente de creación de empleo y permite el desarrollo de nuevas actividades económicas. Por ello, la UE los prioriza en su agenda para alinearse con tendencias globales y fortalecer su economía. Kadis, biólogo y político chipriota, tiene como eje clave en su quehacer implementar este plan europeo, así como asegurar la aplicación de una Política Pesquera Común, actualmente en proceso de evaluación, en todos los estados miembros, con el objetivo de apoyar a los sectores de la pesca y la acuicultura, reforzar su competitividad en toda la UE, lograr unos stocks pesqueros sostenibles y minimizar el impacto de la pesca en el ecosistema marino. Se trata de una tarea compleja debido a la necesidad de equilibrar los intereses económicos de la industria pesquera con la conservación de los recursos marinos. Además, cada país miembro tiene diferentes capacidades, regulaciones y desafíos en sus aguas, lo que dificulta la aplicación uniforme de las políticas.

Investigación

Asimismo, la Comisión Europea también ha puesto el foco promover la investigación e innovación oceánica, incluyendo reservas de carbono azul.

La UE es el segundo mayor mercado global de productos pesqueros y acuícolas. Junto al sector pesquero tradicional, la economía azul incluye sectores dinámicos como la energía renovable, la acuicultura, la biotecnología azul, la observación oceánica, el transporte marítimo y el turismo costero.

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